CLARAMONTE, Jordi: Lo que puede un cuerpo. Ensayos de esttica modal, militarismo y pornografa. Centro de Documentacin y Estudios Avanzados de Arte Contemporneo (CENDAC). Murcia, 2009.

La esttica modal. Cuando nuestro pensamiento toma por objeto los cuerpos prostituidos y los cuerpos militarizados, inmediatamente nos hemos convertido en testigos de su despedazamiento. Sobre todo porque en cada caso nos hemos visto remitidos a los problemas de la autonoma y de la fragmentacin al interior de dos campos: la guerra y el porno (experiencias del cuerpo a cuerpo) J. Claramonte nos propone un ejercicio de esttica modal orientado a una particular eclosin del campo artstico-disciplinar hacia el conjunto de las experiencias e ideas estticas. La unidad de anlisis en torno a la cual esta esttica modal gravita la constituyen los distintos modos de relacin con sus respectivas organizaciones de la percepcin, la representacin y el comportamiento. La indeterminacin conceptual de estos modos de relacin se debe justamente a que en ellos se manifiestan intensidades y modulaciones especficas de las relaciones intersubjetivas, que tienen lugar tanto en el interior como en el exterior del campo artstico-disciplinar (que aglutina a los artistas, a los espectadores y al medio que los vehicula), y que adquieren consistencia al producir entidades modales (constataciones fcticas de los modos de relacin). La configuracin modal de las relaciones subjetivas y objetivas nos revelan la autonoma de lo ertico y la fantasa de dominio como modalidades del acontecimiento, del a cada momento. Es as como la esttica modal se vuelca sobre el arte de contexto, dirigindose a la manifestacin de una subjetividad residual que aparece como manifestacin momentnea del modo adquirido por la relacin misma. El gesto de las vanguardias en la esttica modal se extendera entonces ms all del campo artstico-disciplinar para producir modificaciones de la percepcin, la representacin y el comportamiento de los sujetos. (J. Claramonte: 2009; 8-12)

La esttica modal: () la esttica modal no asume como su objeto disciplinar natural el restringido campo de las prcticas reconocidamente artsticas, sino que vaya ms all de estas para abarcar aquello que hay de comn entre ellas y todo el amplio campo de experiencias e ideas que, en su no ajustarse a concepto, podramos denominar, con plena legitimidad, estticas. (J. Claramonte: 2009; 8)

El dodo de relacin: La esttica modal, en su intencin de abarcar tipologas tan diversamente formalizadas de experiencias estticas, precisa delimitar una unidad especfica de anlisis: a dicha unidad le denominamos modo de relacin. Los modos de relacin constituyen gramticas especficas de organizacin de la percepcin, la representacin y el comportamiento en tanto que estos no son reductibles a concepto () los modos de relacin son siempre determinadas intensidades especficas, determinadas modulaciones de las relaciones que se establecen entre artistas, los espectadores y el medio en que todos ellos se hallan, y esto es as de modo tal que incluso cuando la obra se ha acabado esta puede rememorarse en funcin de su entidad modal: su especfica consistencia a la hora de definir y articular un conjunto de relaciones. (J. Claramonte: 2009; 9-10)

Autonoma de lo ertico y fantasa de dominio: Los diferentes desarrollos de la autonoma de lo ertico o las fantasas de dominio y aceptacin deben ser comprendidas, pues, en trminos modales, es decir, como modos de relacin que definen y establecen las subjetividades y objetividades que se ponen en jugo a cada momento. (J. Claramonte: 2009; 10)

Arte de contexto en la esttica modal: Desde los objets trouvs a los ready mades o la msica concreta, la evolucin de la msica o de las artes visuales o plsticas ha ido transformando no slo el arte de objeto en un arte de concepto sino que finalmente ha transformado a ambos en un arte de contexto: un mbito y prcticas cuyo verdadero sujeto agente es el modo de relacin que se despliega en cada prctica. (J. Claramonte: 2009; 10-11)

Las vanguardias en la esttica modal: () cuando la vanguardia incorpora el ruido de y una mquina o una conversacin callejera al dominio de los objetos musicales, o cuando hace lo propio con una apala quitanieves o un urinario podemos acaso restringir la relevancia de semejante gesto a sus repercusiones dentro del mundo del arte? o podemos tambin entender que en dicho gesto hay de invitacin a una nueva orientacin de nuestra percepcin, una redistribucin de nuestras relaciones con los objetos y por ende con nuestras conductas?; podemos entender lo que en dicho gesto apunta un nuevo modo de relacin? (J. Claramonte: 2009; 11-12)