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Anales del 6º Encuentro Científico sobre el Medio Ambiente Armonización de la relación entre los individuos y su medio* Patricio Hales** Al parecer Fibonacci, en el Renacimiento, fue el primero en establecer, desde una dimensión estética, la idea de que la buena vida y la belleza surge a partir de una relación entre los individuos y la naturaleza. Esta idea, con el correr de los siglos terminó estableciendo la llamada "perspec- tiva ecológica", definida a partir no del medio ambiente en sí mismo, sino justamente de la bús- queda del establecimiento de la adecuada relación entre los individuos y su medio. Fibonacci lo hizo constatando el descubrimien- to, gracias al avance de la ciencia en el Renaci- miento, de que las obras de arte que habían dejado los griegos hacía 2 mil años correspondían a obras estéticas cuyas proporciones resultaban matemá- ticamente exactas a las que surgían en la naturale- za. Un misterio que los griegos no resolvieron pero que estableció hace ya 20 siglos que lo bello surge en la armonía ambiental; lo que Fibonacci denominó "la proporción divina". Lo que hacemos los seres humanos al construir las ciudades es tratar de poner en práctica esta idea lo mejor posible, buscando la armonización ambiental. No obstante, actualmente hemos lle- gado a una situación en que lo construido por los seres humanos es lo más lejano a la obra de Dios. Si Fibonacci se levantara hoy día de su tumba quizá diría que estas ciudades se han hecho invivibles, puesto que ya no tienen proporción divina y no se parecen a lo que se hizo por la obra de Dios. La degradación de la demanda ciudadana En este contexto, la degradación de la demanda ciudadana es un tema principal desde tres puntos de vista. El primero, es que el ciudadano degrada su propia forma de vivir en ciudad ya que no sabe que puede existir un medio ambiente urbano que tenga la belleza y la calidad de vida que la misma naturaleza entrega. Actualmente se plantea a priori que vivir en la ciudad es inevitablemente vivir mal. Asimismo, la idea de progreso está ineludiblemente asociada a la idea de degradar la vida y la buena calidad de vida en la ciudad, como si fuera imposible recuperar la iniciativa de los propios seres humanos de establecer una relación armónica con la naturaleza. El segundo enfoque es la incapacidad de los gobiernos, de los parlamentos y de los partidos políticos ó en su calidad, unos de representantes ciudadanos, otros de canales de representación ciudadana, y otros de ejecutores de las políticas que representan a la ciudadanía ó de establecer relaciones armónicas entre el medio ambiente y los seres humanos, y de generar fórmulas de ac- ción y políticas que permitan que la calidad de vida en la ciudad sea acorde al anhelo de los hombres de, simplemente, vivir bien. Hace sesenta años el sueño de nuestros abuelos era salir del campo para irse a vivir bien a la ciudad. Hoy día el sueño de todo aquel que logre acumular dinero es poder tener una segunda casa —o quizá la prime- ra y definitiva— lo más lejos posible de la ciudad. El gran negocio inmobiliario de las ciudades degradadas en América Latina consiste en hacer una oferta inmobiliaria en las afueras de la ciudad para que aquel que tenga dinero escoja vivir lo más distante, en un lugar lo menos complejo, lo menos equipado; pero siempre la gran oferta de buena vida está "fuera de lo construido". Es decir, la esperanza es no vivir en la ciudad. El tercer punto de vista es que no podemos menospreciar el valor que tienen los diagnósticos sin propuesta en lo que se refiere a la degradación de la vida en la ciudad. Muchas veces se pregunta *Resumido y editado por Ambiente y Desarrollo a partir de la exposición del autor durante el 6 º Encuentro Científico sobre el Medio Ambiente, organizado por Cipma, Santiago, 6-8 de enero 1999. **Arquitecto, Diputado de la República. 136 Ambiente y Desarrollo -Marzo/Junio 1999 VOLXV- N" 1y 2. pp. 1 3 6 - 1 3 8 (ISSN 0716- 1476)

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  • Anales del 6 Encuentro Cientfico sobre el Medio Ambiente

    Armonizacin de la relacin entre los individuos y su medio*

    Patricio Hales**

    Al parecer Fibonacci, en el Renacimiento, fue el primero en establecer, desde una dimensin esttica, la idea de que la buena vida y la belleza surge a partir de una relacin entre los individuos y la naturaleza. Esta idea, con el correr de los siglos termin estableciendo la llamada "perspec-tiva ecolgica", definida a partir no del medio ambiente en s mismo, sino justamente de la bs-queda del establecimiento de la adecuada relacin entre los individuos y su medio.

    Fibonacci lo hizo constatando el descubrimien-to, gracias al avance de la ciencia en el Renaci-miento, de que las obras de arte que haban dejado los griegos haca 2 mil aos correspondan a obras estticas cuyas proporciones resultaban matem-ticamente exactas a las que surgan en la naturale-za. Un misterio que los griegos no resolvieron pero que estableci hace ya 20 siglos que lo bello surge en la armona ambiental; lo que Fibonacci denomin "la proporcin divina".

    Lo que hacemos los seres humanos al construir las ciudades es tratar de poner en prctica esta idea lo mejor posible, buscando la armonizacin ambiental. No obstante, actualmente hemos lle-gado a una situacin en que lo construido por los seres humanos es lo ms lejano a la obra de Dios. Si Fibonacci se levantara hoy da de su tumba quiz dira que estas ciudades se han hecho invivibles, puesto que ya no tienen proporcin divina y no se parecen a lo que se hizo por la obra de Dios.

    La degradacin de la demanda ciudadana

    En este contexto, la degradacin de la demanda ciudadana es un tema principal desde tres puntos de vista. El primero, es que el ciudadano degrada su propia forma de vivir en ciudad ya que no sabe

    que puede existir un medio ambiente urbano que tenga la belleza y la calidad de vida que la misma naturaleza entrega. Actualmente se plantea a priori que vivir en la ciudad es inevitablemente vivir mal. Asimismo, la idea de progreso est ineludiblemente asociada a la idea de degradar la vida y la buena calidad de vida en la ciudad, como si fuera imposible recuperar la iniciativa de los propios seres humanos de establecer una relacin armnica con la naturaleza.

    El segundo enfoque es la incapacidad de los gobiernos, de los parlamentos y de los partidos polticos en su calidad, unos de representantes ciudadanos, otros de canales de representacin ciudadana, y otros de ejecutores de las polticas que representan a la ciudadana de establecer relaciones armnicas entre el medio ambiente y los seres humanos, y de generar frmulas de ac-cin y polticas que permitan que la calidad de vida en la ciudad sea acorde al anhelo de los hombres de, simplemente, vivir bien. Hace sesenta aos el sueo de nuestros abuelos era salir del campo para irse a vivir bien a la ciudad. Hoy da el sueo de todo aquel que logre acumular dinero es poder tener una segunda casa o quiz la prime-ra y definitiva lo ms lejos posible de la ciudad.

    El gran negocio inmobiliario de las ciudades degradadas en Amrica Latina consiste en hacer una oferta inmobiliaria en las afueras de la ciudad para que aquel que tenga dinero escoja vivir lo ms distante, en un lugar lo menos complejo, lo menos equipado; pero siempre la gran oferta de buena vida est "fuera de lo construido". Es decir, la esperanza es no vivir en la ciudad.

    El tercer punto de vista es que no podemos menospreciar el valor que tienen los diagnsticos sin propuesta en lo que se refiere a la degradacin de la vida en la ciudad. Muchas veces se pregunta

    *Resumido y editado por Ambiente y Desarrollo a partir de la exposicin del autor durante el 6 Encuentro Cientfico sobre el Medio Ambiente, organizado por Cipma, Santiago, 6-8 de enero 1999. **Arquitecto, Diputado de la Repblica.

    136 Ambiente y Desarrollo -Marzo/Junio 1999 VOLXV- N" 1y 2. pp. 1 3 6 - 1 3 8 (ISSN 0716- 1476)

  • PANEL: Poltica y Calidad de Vida

    cules son las proposiciones; pero en esta lnea es necesario establecer primero el drama del diag-nstico de la mala calidad de vida en la ciudad. Este diagnstico es necesario porque la ciudada-na y esto es lo que permite dormir tranquilos a los polticos no tiene conciencia urbana. Mien-tras esta conciencia no exista no va a haber, por lo menos para la tarea de los polticos, una motiva-cin plena, ya que no se genera ninguna relacin entre "votante" y "calidad de vida urbana". Por eso el tema no est en el listado de ninguna oferta electoral de ningn candidato a lo largo de Chile. En los programas de los candidatos a la presiden-cia de la Repblica en la eleccin recin pasada, este tema formaba parte de un pequeo apndice necesario para satisfacer, quiz, al grupo de profe-sionales que convocaba la candidatura.

    Legislacin y calidad de vida

    Las legislaciones sectoriales, es decir, referidas a las distintas reas del quehacer pblico, no abor-dan los efectos urbanos. Se puede tomar la deci-sin de aprobar una ley en materias urbansticas

    Resumen La degradacin de la demanda ciudadana es un tema principal mirado desde tres puntos de vista. El primero es que el ciudada-no degrada su propia forma de vivir en ciudad, ya que descono-ce la posibilidad de que pueda existir un medio ambiente urbano que tenga la belleza y la calidad de vida que la propia naturaleza entrega. El segundo enfoque es la incapacidad de los gobiernos, de los parlamentos y de los partidos polticos, de establecer relaciones armnicas entre el medio ambiente y los seres humanos, y de generar frmulas de accin y polticas que per-mitan que la calidad de vida en la ciudad sea acorde al anhelo de los seres humanos de vivir bien. La tercera mirada tiene que ver con la necesidad del diagnstico de la mala calidad de vida en la ciudad, debido a que la ciudadana no tiene conciencia urbana. En el caso de la ciudad de Santiago, sus problemas urbanos slo pueden ser abordados con xito a travs de pro-puestas que se hagan cargo de los siguientes interrogantes: hay que hacer planificacin de ciudad?, qu opinin tenemos so-bre el uso del suelo?, qu propuestas tenemos respecto a la densificacin? Abstract The degradation of citizen demand is a theme principally seen from three points of view. The first is that the city undermines the very form of living in the city, such that the possibility that there could exist an urban environment having beauty and quality of life that nature can provide remains hidden. The second focus is the incapacity of governments, both parliaments and political parties. to generate formulas for action and policies that permit the quality of life in the city to be in sync with the longing of humans to live well. The third view has to do with the necessity to diagnose the poor quality of life of the city given that the citizenry lacks urban consciousness. In the case of the city of Santiago, its urban problems can only be tackled with success through proposals that respond to the following questions: Do we need to plan the city? What is our opinion about land use? What proposals do we have with regard to densification?

    con prescindencia de la necesidad de mejora-miento de la calidad de vida en la ciudad. El medio ambiente urbano podr seguir degradndo-se mientras el parlamentario y el Congreso sien-ten que han cumplido con la tarea; y la iniciativa del Ejecutivo va exactamente en la misma lnea.

    Un ejemplo interesante es la Ley de Municipa-lidades recin promulgada. Ella establece que ya no es necesario ser arquitecto o urbanista para ejercer como asesor urbanista en los municipios o en los gobiernos locales; slo se requiere tener uno o dos aos de ttulo profesional de cualquier profesin. Con toda tranquilidad el Parlamento, la Cmara de Diputados y el Senado aprueban y consagran una ley firmada por el Presidente de la Repblica y la totalidad de los ministros que seala que las definiciones urbanas pueden ser hechas por un respetable veterinario, o un hbil, inteligente y preparado dentista.

    Por otra parte, la Cmara de Diputados tiene dos atribuciones exclusivas. La primera es acusar constitucionalmente, y la segunda es fiscalizar los actos del gobierno. Sin embargo, ningn parla-mentario fiscaliza los actos del gobierno en mate-ria de destruccin ambiental urbana. Si bien exis-te un avance enorme en lo que se refiere a la toma de conciencia ambiental de los parlamentarios y polticos, en materia de lo urbano-ambiental la atribucin fiscalizadora no existe.

    Al mismo tiempo, hay una concepcin de urba-nismo en el mbito parlamentario enormemente reduccionista y estrecha, entendiendo la discipli-na urbana o "lo urbano" ms bien como los obje-tos materiales y nunca como la idea de la relacin entre individuos y su medio ambiente, o bien la accin de los individuos sobre la naturaleza para hacer ciudad. Ms bien, en el mbito parlamenta-rio la concepcin de urbanismo se refiere a mate-riales, a obras, y muchas veces se entiende urba-nismo por urbanizacin en el sentido ms preca-rio de urbanizacin: es decir, calles, veredas, al-cantarillado.

    Otra constatacin que se debe hacer en el mbi-to de nuestra responsabilidad como polticos, es que el tema ambiental que incorpora la relacin con el ciudadano tampoco se ve presente en una dimensin importante en las actuales candidatu-ras presidenciales.

    Por otra parte, muchas decisiones de gobierno en materias urbanas son tomadas con prescinden-cia de la variable ambiental. Como ejemplo, el proyecto Costanera Norte que es un interesante

    Ambiente y Desarrollo - Marzo/ Junio 1999 137

  • Anales del 6 Encuentro Cientfico sobre el Medio Ambiente

    6 ENCUENTRO CIENTFICO SOBRE EL MEDIO AMBIENTE 6, 7 y 8 de enero de 1999

    proyecto vial, no contempla la variable urbana. Sin embargo, cualquier observacin de los parla-mentarios en relacin a la necesidad de incorporar esta variable urbana constituye para los ingenie-ros y para los expertos comerciales en concesio-nes privadas, un estorbo.

    Otro ejemplo es el caso de la desafectacin del Parque Las Amricas. Se firm un convenio con el Ministerio de Vivienda para permitir al alcalde de Vitacura que 10 mil metros cuadrados en la ciudad de Santiago se desafectarn del Parque Metropolitano, que es un bien de uso pblico. Por un lado se plantan rboles, y por otro se desafectan 10 mil metros cuadrados para elaborar un proyec-to que contempla la instalacin de edificios y servicios para que, como anuncia el alcalde, "los vecinos vivan bien".

    Por ltimo, las acciones del gobierno no tienen propuestas para estas relaciones entre individuo y medio ambiente. La concepcin del transporte est estrictamente referida a sujetos que deben trasladarse como si acaso la idea del transporte fuera transportarse por transportarse. Es decir, la gente se movera en las ciudades solamente por-que quiere moverse y no en funcin de la localiza-cin de los hogares y de las actividades. Si esto as as, entonces son las relaciones entre los lugares lo que determina el transporte y la solucin, vista de esta manera, tendr que ver con la planifica-cin, con dnde se instalan los servicios que la

    Actualmente se plantea a priori que vivir en la ciudad

    es, inevitablemente, vivir mal, ... como si fuera imposible

    recuperar la iniciativa de los propios seres humanos de establecer una relacin arm-

    nica con la naturaleza.

    gente busca cuando se transporta, y no con cmo ampliar los medios de circulacin por medio de los cuales lo hace.

    Para algunos la solucin al problema urbano actual es cosa de ensanchar calles, en tanto para otros consiste en cmo organizar la ciudad, debi-do a que ni el mejor transporte, ni los mejores buses, ni la mayor cantidad de calles podr servir para una ciudad organizada irracionalmente. Esta ausencia de concepcin de relacin se agrava en una ciudad como Santiago que en 1952 se exten-da en 15 mil hectreas y que hoy da lo hace en 65 mil hectreas. Esta es una ciudad que no ofrece futuro, salvo que abordemos algn tipo de pro-puesta para contestar tres preguntas: hay que hacer planificacin de ciudad?, qu opinin te-nemos sobre el uso del suelo?, qu propuestas tenemos respecto a la densificacin? AD

    138 Ambiente y Desarrollo - Marzo/ Junio 1999