08 - encuentro n 4 - la biblia palabra de dios
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“Carta entre hermanos”
CATEQUESIS POR CORRESPONDENCIA ENCUENTRO Nº 4
La Biblia, Palabra de Dios
ENCUENTRO Nº 4: LA BIBLIA. PALABRA DE DIOS 2
TEMARIO
1- Dios es el autor de la Biblia……………………………………...pág. 4 2- Jesús es el centro de la Biblia………………….………………....pág. 7 3- ¿Qué leemos en el Antiguo Testamento?.......................................pág. 7
4- ¿Qué leemos en el Nuevo Testamento?.........................................pág.11 5- ¿Por qué debemos leer la Palabra de Dios?..................................pág.16 6- ¿Cómo se lee la Palabra de Dios?.................................................pág.18
7- Resumen………………………………………………………....pág.25 8- Preguntas para responder………………………………………..Pág.29
Nihil Obstad Pbro. Claudio Castricone Coordinador del Área Adultos de la Junta Nacional de Catequesis 25 de abril del año 2010
Imprimatur Monseñor Héctor S. Cardelli Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Penitenciaria 2 de junio del año 2010 Contenido: Ana María Terradas. Ilustraciones: Carlos Julio Sánchez Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723
ENCUENTRO Nº 4: LA BIBLIA. PALABRA DE DIOS 3
Querido hermano:
Los Encuentros que le hemos mandando hasta ahora están basados en la
Biblia, que es el Libro de la Palabra de Dios. Y así serán todos los demás.
Porque la Palabra de Dios es la única que nos enseña el Camino que nos lleva a la paz del alma, a la verdadera felicidad. Porque así como alimentamos nuestro cuerpo, así también debemos alimentar nuestro espíritu.
“No sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”
Mateo 4,4
Esta historia la contó un Sacerdote durante su predicación en la Santa Misa:
“Un hombre estaba por morir y su esposa me llamó para que le diera el Sacramento de la Unción de los enfermos. Cuando llegué a la casa, la señora me hizo pasar por un escritorio antes de entrar a la habitación del enfermo. Vi que en el escritorio había una gran biblioteca y le pregunté a la señora:
— ¿Todos estos libros son de su esposo?
— Sí, siempre fue un gran lector —contestó ella. Cuando llegué al lecho del enfermo, éste me pidió que le diera el Sacramento
del Perdón. La esposa quiso salir, pero su esposo le pidió que se quedara. Delante de ella hizo su confesión.
— Usted ha visto mi biblioteca antes de entrar al dormitorio, allí tengo libros cuyos autores son los más grandes escritores del mundo. También hay una Biblia que me regaló mi esposa. Cuando me la dio me dijo: Este es el único libro que no puedes dejar de leer porque es la Palabra de Dios, que nos alimenta el alma. Pero nunca tuve tiempo para leerlo, ni de sentarme a su lado cuando la veía con la Biblia en las manos.
No haber leído el Libro que tiene por autor al mismo Dios, es el pecado más grande que tengo para confesarme. He cometido errores muy graves en mi vida, que se podrían haber evitado si hubiera conocido la Palabra de Dios y seguido sus enseñanazas.
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A veces nos pasa lo mismo que al hombre de esta historia. Tenemos tiempo para quedarnos largos ratos viendo televisión, en la computadora, leyendo cualquier cosa que nos venga a las manos, charlando con los amigos, o a lo que sea.
Todo esto nos divierte y está bien. Lo que no está bien es que nos quedemos
con eso nada más y nos olvidemos de lo más importante, que es ocuparnos de leer la Palabra de Dios. Porque entonces andaremos a los tumbos por la vida, cometiendo errores que se hubieran podido evitar si hubiéramos leído la Palabra de Dios y seguido sus enseñanzas.
1- DIOS ES EL AUTOR DE LA BIBLIA
La Biblia fue escrita por hombres y mujeres inspirados por Dios a lo largos
de muchos años. Por eso la Biblia es un Libro Divino y humano a la vez. Por eso decimos que es el “Libro de la familia de Dios”
“Hombres han escrito la Palabra de Dios inspirados por el Espíritu Santo”
2ª Carta de Pedro 1,21
La Biblia, también llamada Sagrada Escritura, está formada por muchos libros. Es una pequeña biblioteca de 73 libros en un solo tomo. La palabra Biblia quiere decir conjunto de libros.
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A pesar de haber sido redactada por distintas personas, con distintas maneras de escribir y en distintas épocas, la Biblia tiene siempre el mismo Mensaje. Porque Dios es su único autor. Jesús resume todo el Mensaje de la Biblia en una sola Palabra: Amor
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”
Lucas 10-27
La Biblia está compuesta por dos partes: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. La palabra Testamento quiere decir herencia.
¡La Biblia es una Herencia que Dios dejó para
sus hijos! El Antiguo Testamento contiene 46 libros y se
escribió antes del nacimiento de Jesús. El Nuevo Testamento contiene 27 libros y se escribió después del nacimiento de Jesús.
El Antiguo Testamento anuncia la llegada de Jesús al mundo. El Nuevo Testamento habla de la vida de Jesús y de los primeros tiempos de la Iglesia.
En el Nuevo Testamento se cumple lo prometido en el Antiguo Testamento.
Se cumple la promesa de que el mismo Dios vendrá a vivir con nosotros en la persona de Jesús.
Jesús es Dios que está con nosotros. Es Dios y hombre a la vez. Es la Palabra
viva de Dios.
“La Palabra de Dios se hizo carne, y vino a vivir con nosotros” Juan 1- 14
Entre los muchos anuncios que están en el Antiguo Testamento sobre la venida de Jesús al mundo, veamos estos del profeta Isaías:
• Anuncio de Su nacimiento. • Anuncio de Su misión. • Anuncio de Su muerte. • Anuncio de Su resurrección.
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Anuncio de Su nacimiento
“Una joven virgen quedará embarazada y dará a luz un hijo que será Dios con nosotros” Isaías 7,14
Anuncio de Su misión “He sido enviado para llevar la buena noticia a los pobres, a vendar los corazones heridos, a proclamar la liberación de los cautivos y para dar la libertad a los reclusos” Isaías 61,1
Anuncio de Su muerte
“Fue maltratado y él se humilló y no abrió la boca, fue llevado como cordero al matadero, como una oveja que se queda muda cuando la esquilan.
Fue detenido, enjuiciado y eliminado, ¿y de su suerte quién se preocupa?
Fue arrancado de la tierra de los vivos y herido de muerte por nuestras rebeldías” Isaías 53,7-8
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Anuncio de Su resurrección
“Por los dolores de su alma, verá la luz y se llenará de gozo.
Por su sabiduría hará justos a muchos y las culpas de ellos él soportará”
Isaías 53, 11
2- JESÚS ES EL CENTRO DE LA BIBLIA
Toda la Biblia está dedicada a Jesús. Él está presente desde el primero al último libro. El Señor vino al mundo para mostrarnos con su Vida y sus Palabras cómo es nuestro Padre Dios. Porque en el Corazón de Jesús vemos el Corazón de Dios.
San Pablo, un convertido enamorado de Jesús, hace esta alabanza a Su
Nombre:
“Jesús, siendo de condición divina, no se apegó a su igualdad con Dios, sino que se despojó de sí mismo tomando la condición de un servidor haciéndose semejante a los hombres, y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo aceptando la muerte y muerte en la cruz. Por eso Dios lo engrandeció y le dio el Nombre que está por sobre todo Nombre. Para que al Nombre de Jesús toda rodilla se doble, en la tierra, en los cielos y en los abismos, y toda lengua proclame, para gloria de Dios Padre: ¡Jesucristo es el Señor!”
Filipenses 2, 6- 11
3-¿QUÉ LEEMOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO? En el Antiguo Testamento leemos:
• La historia de la creación del mundo. • La historia del pueblo de Israel.
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Historia de la creación del mundo
Dios fue creando paso a paso todo lo que existe: el cielo, la tierra, el agua, las plantas, los animales… y al final de todo creó a sus hijos.
Dice José Hernández en su libro “Martín Fierro”:
“Dios creó lindas las flores,
delicadas como son,
les dio toda perfección
y cuanto él era capaz,
pero al hombre le dio más
cuando le dio el corazón”
Después de muchos estudios, la ciencia está de acuerdo con lo que enseña la Biblia.
Los científicos han
llegado a la conclusión de que la creación del mundo se fue haciendo lentamente.
Que hubo un largo
camino en la aparición de todas las cosas.
Y que el último en llegar,
fue el ser humano.
Nosotros no somos ni piedras, ni plantas, ni animales, ¡nosotros somos hijos de Dios! Tenemos un cuerpo parecido al de los animales, pero tenemos también un espíritu que los animales no tienen. Es el Espíritu de Dios que todos llevamos adentro. Por eso somos humanos y divinos a la vez. Así como Jesús es humano y divino a la vez.
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Quédese meditando un largo rato en esto que nos enseña la Iglesia en el Documento de Aparecida Punto 242.
“Jesús de Nazaret es hombre como nosotros y Dios como nosotros”
Sobre la grandeza y dignidad del hombre leemos en el Antiguo Testamento:
Al ver tu Cielo, hecho por tus dedos, la luna y las estrellas que has fijado, ¿qué es el ser humano para que te acuerdes de él?, ¿qué es el hijo de Adán para que lo cuides?
Apenas inferior a un dios lo hiciste, lo coronaste de gloria y esplendor y lo pusiste como Señor de las obras de tus manos. Todo lo pusiste bajo sus pies: ovejas y bueyes, todos juntos, y también las bestias del campo, las aves del cielo, y los peces del mar, que surcan las corrientes de las aguas.
¡Oh Señor, Dios nuestro, qué grande es tu nombre por toda la tierra!
Salmo 8, 4-10 Historia del pueblo de Israel
En el Antiguo Testamento leemos cómo Dios formó el pueblo de Israel para
que allí naciera Jesús. Eligió primero a un hombre llamado Abram, y le dijo que de su familia se iba a formar un gran pueblo.
Abram y su esposa Sara no habían podido tener hijos y eran muy viejos para tenerlos. La promesa de Dios parecía algo imposible de cumplir.
A pesar de todo, Abram dijo SI a
la propuesta de Dios y esperó el hijo prometido, aunque humanamente eso no podía ser.
El hijo de Abram y Sara nació y
se llamó Isaac. De la familia de Isaac se formó el pueblo de Dios que se llamó Israel.
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A partir de la fe de Abraham se formó el pueblo de Israel donde nació Jesús, el Salvador del mundo. Por eso Abram es llamado padre de la fe. Y por eso el pueblo de Israel es llamado: El Pueblo de Dios.
¡El pueblo judío cumplió la Misión que Dios le había dado
de traer a Jesús al mundo!
¿Qué era lo más importante que Dios pedía a su Pueblo? Podemos resumirlo en una sola Palabra: Alianza. Que quiere decir unión, fidelidad, amistad. ¿Unión, fidelidad y amistad entre quienes? Entre Dios y todos sus hijos y también entre todos los hermanos.
En esta Alianza de unión que Dios hizo con su Pueblo Israel, querido hermano, estábamos presentes todos nosotros. Es un pacto de amor y fidelidad entre Dios Padre y todos sus hijos. Con los que estaban allí y también los que no estábamos allí. ¡Es un pacto de unión de toda la gran familia de los hijos de Dios!
“No solamente con ustedes hago hoy esta Alianza y este juramento. Esta es una Alianza que hago con los que están aquí presentes y también con todos los que no están hoy aquí con nosotros”
Deuteronomio 29,13-14 El pueblo de Israel fue muchas veces infiel al la Alianza que había hecho con Dios. Pero, a pesar de todas sus infidelidades, nunca dejó de buscarlo. Lo abandonaba pero después volvía cuando se daba cuenta de que iba por camino equivocado. A nosotros, querido hermano, también nos pasa lo mismo: Lo buscamos y a veces nos olvidamos de Él. Pero Dios nunca rompe la Alianza, el pacto de fidelidad con todos nosotros.
“Porque mi amor de tu lado no se apartará y mi alianza de paz no se moverá, dice el Señor, que tiene compasión de ti”
Isaías 54,10
Somos nosotros los que, muchas veces, no cumplimos nuestra Alianza con Dios. Somos infieles al pacto de Amor…y luego nos arrepentimos y volvemos a su lado. Y siempre Lo encontramos…
Dios es siempre fiel aunque nosotros le fallemos. Su fidelidad no depende de la nuestra.
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4- ¿QUÉ LEEMOS EN EL NUEVO TESTAMENTO?
En el Nuevo Testamento leemos sobre la Vida y las Palabras de Jesús. Vemos ahora los libros que lo forman y de lo que trata cada uno.
Evangelios
Son 4 libros que fueron escritos por los discípulos Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Son los libros más valiosos del Nuevo Testamento, porque allí están escritas la Vida y las Palabras de Jesús. Evangelio quiere decir buena noticia. La Buena Noticia de que Jesús nos ama y es Dios que está con nosotros. Hechos de los apóstoles Es un libro escrito por el discípulo Lucas. Cuenta la historia de los primeros tiempos de la Iglesia después de la Muerte y Resurrección de Jesús. Cartas de los apóstoles Son 21 libros que contienen las cartas que los discípulos escribieron a las comunidades que se iban formando para enseñarles el Mensaje de Jesús. Apocalipsis Es el último libro de la Biblia. Es un libro de esperanza porque anuncia el triunfo del bien sobre el mal. Porque anuncia que se cumplirá para siempre la Alianza de Dios con todos sus hijos.
“Dios habitará en medio de sus hijos, ellos serán su pueblo y él será Dios con ellos. Él secará las lágrimas de sus ojos y ya no habrá muerte, ni lamento, ni llanto ni pena, pues todo eso será del pasado”
Apocalipsis 21,3-4
Veamos ahora, querido hermano, los temas más importantes que nos dicen los Evangelios sobre la vida de Jesús.
Una jovencita llena de pureza, llamada María, fue elegida por Dios para ser la madre de Jesús. Ella estaba comprometida para casarse con un carpintero llamado José, y vivía en Nazaret, un pueblito tan humilde y pequeño que no figuraba en los mapas de la época.
Dios envió un ángel llamado Gabriel para que le dijera a María que había sido
elegida para ser la madre del Hijo del Dios.
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Cuando el ángel le dio el mensaje de Dios a María, la jovencita lo pensó un rato y después dijo:
“Que se cumpla en mi la Voluntad de Dios” Lucas, 1,38
Cuando María dijo SÍ, el Espíritu Santo de Dios puso en su vientre la pequeña semillita del niño Jesús. ¡Y nueve meses después nació el Hijo de Dios!
José dijo que SI quería ser padre adoptivo del Hijo de Dios. ¡Y así quedó
formada la familia de Jesús en el mundo!
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Pensemos: Dios esperó el Si de Abram antes de hacerlo padre del pueblo de Israel. Dios esperó el Si de María antes de hacerla madre de Jesús. Dios esperó el SI de José antes de confiarle el cuidado de Jesús. Dios respeta siempre la libertad de sus hijos.
Después del nacimiento de Jesús, los Evangelios dicen que María y José lo llevaron al Templo de Jerusalén dos veces: cuando era muy chiquito y cuando tenía doce años.
Eran las visitas al Templo que todos los niños judíos tenían que hacer.
La primera visita fue para presentarlo al Templo como nuevo hijo de Dios.
La segunda visita fue para una ceremonia donde los niños, al entrar en la adolescencia, demostraban su fe en Dios.
Después de los doce años, nada nos dicen los Evangelios sobre la vida de Jesús. Vuelven a hablar de Él cuando tenía más de treinta años y comenzó a predicar la Palabra de Dios.
“Jesús proclamaba la Buena Nueva del Reino de Dios y curaba todas las enfermedades y dolencias de su pueblo” Mateo 4, 23
Jesús era muy querido por la gente humilde del pueblo y eso le atrajo la envidia de los religiosos y los sacerdotes del Templo de Jerusalén.
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Ellos lo persiguieron hasta que lo hicieron tomar preso y lo sometieron a un juicio infame con testigos falsos.
Lo azotaron brutalmente hasta dejarlo medio muerto, para después condenarlo a morir crucificado.
Antes de morir, Jesús dijo:
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” Lucas 23,34
El Amor y el Perdón de Jesús no tienen límites. Perdonó hasta el último momento de su vida. ¡Perdonó a quienes lo estaban matando! El oficio de Jesús es y será siempre… Perdonar.
¡Y Jesús resucitó!
“Al que ustedes mataron clavándolo en una cruz, Dios lo resucitó”
Hechos 2,23-24
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Antes de morir, Jesús había fundado la Iglesia para que continuara su Misión. Puso al apóstol Pedro como cabeza cuando le dijo:
“Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” Mateo 16,18 Así como persiguieron y mataron a Jesús, así también persiguieron y mataron
a los primeros cristianos. El cimiento de la Iglesia, querido hermano, está construido con la sangre de muchos que fueron apresados y dieron la vida para que hoy nosotros podamos conocer a Jesús.
Pablo, estando preso, predicaba en la cárcel las enseñanzas de Jesús y decía:
“La Palabra de Dios no está encadenada” 2ª carta a Timoteo 2, 9
Estas Palabras de Pablo encarcelado, cuya única compañía era la Biblia, me
recuerdan una carta que escribió un muchacho desde una celda de castigo a su hermana Mirta, catequista de Córdoba.
¡Hola Mirta!
Disculpa que no te haya escrito antes, pero tengo algunos problemas: estoy castigado, pero no te olvido. Cuando llegó tu carta me puse muy contento. Estaba medio bajoneado porque no puedo hablar con mi familia porque estoy acá.
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Me estoy volviendo medio loco en este Pabellón de castigo porque estoy en una celda muy chiquita y no hay espacio para nada. Te doy las gracias por la Biblia que me mandaste y que puedo leer todos los días. Tu carta y la Biblia es lo único de afuera que entra en este lugar. Me siento como secuestrado y te doy las gracias por la misericordia que tienes conmigo y porque puedo contarte todo lo que me está pasando. Siempre que me encuentro mal, una carta tuya me hace olvidar los malos momentos que estoy viviendo. Me gustó mucho el dibujo que me mandaste para mi cumpleaños. Le puse un marco y unos cuantos muchachos lo vieron y les gustó mucho lo que me escribiste.
Me lo paso solo, triste y aburrido. Gracias por tu compañía y por la Biblia que me mandaste. Le doy gracias también a Dios porque desde este lugar puedo escribirte para que sepas que nunca te olvido. Alejandro - Sierra Chica. Buenos Aires
5 - ¿POR QUÉ DEBEMOS LEER LA PALABRA DE DIOS?
En la Biblia Dios nos habla al corazón. Sus Palabras son las buenas semillas de muchos colores que van cayendo adentro de nosotros. ¿Se acuerda del cuento del quiosco de Dios del primer Encuentro?
Veamos ahora esta parábola de Jesús donde nos enseña cómo debemos
preparar la tierra de nuestro corazón para que las semillas de la Palabra de Dios puedan crecer y dar frutos:
“Un sembrador salió a sembrar las semillas. Al ir sembrando, algunas semillas cayeron en la tierra dura del camino. Vinieron los pájaros y se las comieron. Otras semillas cayeron entre las piedras, donde había poca tierra y las semillas brotaron enseguida por no estar muy honda la tierra. Pero cuando salió el sol las quemó y, como no tenían raíces, se secaron.
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Otras semillas cayeron entre espinos. Los espinos crecieron y las ahogaron y no dieron frutos. Otras semillas cayeron en tierra buena. Esas semillas brotaron, crecieron y dieron mucho fruto”.
Marcos 4,3-8
Aquí Jesús nos dice que Dios es como el sembrador que pone Sus semillas en la tierra de nuestros corazones. Nos habla también de cómo crece la semilla según cómo esté preparada la tierra de nuestro corazón. Cuando cae en tierra dura.
En este caso la persona tiene cerrada la mente, la voluntad y el corazón y no
deja que las semillas de la Palabra de Dios penetren en su vida y le iluminen el Camino a seguir.
Sabe que necesita recibir la Palabra de Dios, pero no la quiere dejar entrar.
Tiene duro el corazón. Cuando cae entre las piedras
En este caso la persona ha dejado que las semillas de la Palabra de Dios entren en su corazón. Pero puede pasar que le venga una angustia, un dolor o un gran enojo, que le hagan perder las ganas de leer el mensaje que Dios quiere darle.
Todos estos sentimientos negativos son las piedras que pueden ahogar las
raíces de las buenas semillas de la Palabra de Dios y secarlas. Cuando cae entre espinos
En este caso la persona tiene preparada la tierra de su corazón para recibir con alegría la Palabra de Dios. Pero, como descubre que el Señor le pide dejar cosas que le cuesta comenzar a cambiar, viene la tentación de dejar de lado la Palabra de Dios, para no tener que cambiar esas cosas.
Esta negativa a aceptar la palabra de Dios para no tener que cambiar, son las
espinas que pueden frenar el crecimiento de las semillas de Dios en el corazón. Cuando cae en tierra buena
En este caso la persona es constante en la lectura diaria de la Palabra de Dios
Siente cómo le va transformando la vida para su bien y su paz interior y cómo salen a luz sus buenos deseos… y se van cumpliendo.
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Ha puesto las raíces del alma en la Palabra de Dios y de allí suben todas las fuerzas que necesita para enfrentarse con los problemas que la vida le trae y vencer las tentaciones que pueden dominarla.
Si en este momento nos preguntáramos: ¿En cuál de estos cuatro casos está la tierra de mi corazón
para recibir la Palabra de Dios? ¿Qué se contestaría cada uno?
6- ¿CÓMO SE LEE LA PALABRA DE DIOS?
Para que sea más fácil la lectura de la Biblia se ha dividido cada libro en capítulos y cada capítulo en frases cortas llamadas versículos. Usted se habrá fijado que, en estos Encuentros, debajo de cada frase o texto de la Biblia, dice así:
• Primero, el nombre de quien lo escribió. • Segundo, el número del capítulo. • Tercero, el número del versículo o los versículos entre los que está el texto
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Para una mejor comprensión tomemos como ejemplo estas Palabras de Jesús:
“Si ustedes cumplen con fidelidad mis Palabras, serán mis verdaderos discípulos, conocerán la verdad y la verdad los hará libres”
Juan 8, 31-32 Debajo del texto bíblico se lee Juan, que es el nombre del evangelista que lo escribió.
Después está el número 8 que es el capítulo de donde se sacó el texto.
Después están los versículos 31 y 32, entre los que está escrito el texto.
¿Por dónde comenzamos a leer la Biblia? Comenzamos por los Evangelios. Conviene empezar a leerlos en el orden en que están escritos: Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Si no entiende del todo algunas cosas, no se haga usted problema. Siga
leyendo. Porque la Palabra de Dios, cuando es recibida con amor, trabaja en el alma por sí sola. Como crece en la tierra la semilla en la buena tierra…
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“Ya sea que el hombre duerma o esté despierto, sea de noche o de día, la semilla de la Palabra de Dios brota y crece, sin que el hombre sepa cómo brota y crece”
C.f. Marcos 4. 27
Si empieza a leer el Evangelio de Mateo, por ejemplo, se va a encontrar con
una larga lista de los antepasados de Jesús que puede resultarle aburrida. Pásela de largo y se va a encontrar con el nacimiento de Jesús. Donde encuentre un mensaje para su vida, allí quédese meditando.
Cuando se acostumbre a leer la Palabra de Dios, verá cuánta riqueza espiritual
recibe su alma. Y ya no buscará otra lectura.
Hay una manera muy simple de leer la Palabra de Dios que nos puede ayudar mucho en los momentos en que nos sentimos muy necesitados. Es así:
Hacemos una oración pidiendo a Jesús que nos ayude con Su Palabra sobre lo
que estamos necesitando. Después abrimos los Evangelios en cualquier lugar y buscamos entre las dos páginas abiertas la respuesta del Señor.
Esto es lo que hizo Jesús en la Sinagoga de su pueblo. Abrió el Antiguo Testamento y le salió esta lectura donde estaba anunciada su Misión:
“He sido enviado para llevar la buena noticia a los pobres, a vendar los corazones heridos, a proclamar la liberación de los cautivos, y la libertad a los reclusos”
Isaías 61,1
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Esta forma de leer la Palabra de Dios puede ser buena para algunos momentos de nuestra vida. Pero no debe ser la única manera, porque no se llega a conocer todo el mensaje de Jesús. Por eso no hay que dejar de leerla todos los días página tras página… Vamos a ver ahora la forma más provechosa para el alma de leer y meditar la Palabra de Dios. Se lo puede hacer cuando estamos solos o entre varios. Jesús nos invita a leerla en comunidad.
“Donde dos o más están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”
Mateo 18, 20
Meditando las Palabras de Jesús, me parece conveniente hacer esta reflexión: Si van un Sacerdote y algunos catequistas a visitarlos, acérquese a ellos para compartir la lectura y meditación de la Palabra de Dios.
Usted se enriquecerá con lo que dicen sus compañeros, y ellos con lo que usted
dice. Y esté atento, porque muchas veces lo que el Señor habla a un corazón, es un mensaje para todos o para alguno en forma especial.
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Si no van un Sacerdote o catequistas a visitarlos, por el motivo que fuere, puede usted, querido hermano, invitar a uno o más que estén interesados, para leer y meditar juntos la Palabra de Dios.
La clara señal de que somos discípulos del Señor, es que queremos compartir con los demás el fuego que Jesús ha encendido en nuestros corazones.
“Yo he venido a traer fuego sobre la tierra ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo!”
Lucas 12,49
Algunos de los hermanos que se escriben con nosotros leen y meditan con sus familiares y compañeros, no sólo la Palabra de Dios, sino también estos Encuentros. Usted puede hacer lo mismo.
Vamos ahora a practicar la mejor manera de leer y meditar un texto bíblico. Veamos el encuentro de Jesús con el leproso.
”Estando Jesús en un pueblo se le acercó un hombre cubierto de lepra. Apenas vio a Jesús, se arrodilló delante de él con la cara en la tierra y le rogó diciendo: Señor, si tú quieres, puedes limpiarme. Jesús estiró la mano, lo tocó, y le dijo: Lo quiero, quedas limpio. Y al instante se le curó la lepra”
Lucas 5,12-13
Estos son los tres pasos que podemos dar para una buena comprensión y vida
de las Palabras que acabamos de leer:
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• Primero: Comprendo lo que he leído. • Segundo: Llevo a mi corazón lo que he leído. • Tercero: Escucho lo que Jesús me pide y le digo que lo cumpliré.
Comprendo lo que he leído
Me hago a la idea de que estoy en este momento en el lugar donde Jesús cura al leproso. Imagino cómo el pobre hombre se acerca con confianza a Jesús, sabiendo que es el Único que puede limpiarlo de su mal.
Comprendo el temor que tiene el enfermo de que los otros lo echen por miedo de ser contagiados por una enfermedad que no tenía cura en esa época. Por eso, el que tenía lepra, debía vivir separado de los demás y llevar una campanita al cuello para que, cuando sonara, los demás se alejaran de él.
Me doy cuenta del asombro que tienen todos cuando Jesús toca al enfermo. Imagino cómo el leproso se tira a los pies de Jesús esperando ser limpiado de sus llagas, y cómo Jesús no se aleja de él como los demás.
Pienso en la mirada llena de compasión y ternura del Señor, y en la dulzura con que lo acaricia y le sana las heridas… Y pienso que a Jesús no le importa ser contagiado al tocarlo. ¡Y no me cuesta nada imaginar la alegría y el agradecimiento del leproso curado!
Llevo a mi corazón lo que he leído
Imagino que soy yo quien se acerca con confianza a Jesús y le pido que limpie las heridas de mi corazón. Que sane la lepra de mi alma.
Siento que Jesús es el Único que puede curarme. Siento que Jesús me mira con Amor, acaricia mi alma y le va quitando toda la
suciedad que tiene. Siento agradecimiento y alegría y le digo a Jesús: ¡Gracias, Jesús, porque sé
que me estás curando!
Escucho lo que Jesús me pide y le digo que lo cumpliré
Ahora que Jesús ha purificado mi alma le digo que me enseñe cómo debo actuar de ahora en adelante. Le pregunto:
¿Qué quieres, Jesús, de mí?
ENCUENTRO Nº 4: LA BIBLIA. PALABRA DE DIOS 24
Me quedo en silencio un largo rato para que Jesús ponga en mi corazón el mensaje que quiera darme. Y me comprometo a cumplirlo.
“Habla, Señor, que tu hijo escucha”
Cf. Samuel 3, 10
La Palabra de Dios no se lee a las apuradas. Se la lee en oración.
LA PALABRA DE DIOS “Son felices los que caminan siguiendo la Palabra de Dios
y los que buscan a Dios de todo corazón.
Ojalá yo sea firme en mi propósito de cumplir Tu Palabra.
¿Cómo un joven purifica su corazón? ¡Cumpliendo Tu Palabra!
Quiero meditar tus enseñanzas más que tener fortuna.
Tu Palabra es mi consuelo en mi miseria.
Antes me había alejado, pero ahora me gozo en Tu Palabra.
Jamás olvidaré tus enseñanzas porque ellas me hacen revivir.
ENCUENTRO Nº 4: LA BIBLIA. PALABRA DE DIOS 25
¡Cuánto amo Tu Palabra, en ella medito todo el día!
Para mis pasos Tu Palabra es una luz que ilumina mi camino.
Hice un juramento y lo cumpliré: vivir Tus Enseñanzas.
He sufrido hasta el colmo, ahora Tu Palabra es mi consuelo.
Tú eres mi refugio, he puesto mi esperanza en Tu Palabra.
Yo sigo Tus Enseñanzas y no quiero el camino de la mentira.
Tu Palabra es mi alegría porque he encontrado un gran tesoro.
Que tu mano venga a socorrerme porque elegí Tus Enseñanzas.
¡Mi alma vive para alabar Tu Palabra y Tú vendrás en mi ayuda!”
Frases del Salmo 119
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RESUMEN
Todos nosotros tenemos un cuerpo que es parecido al de los animales. Pero también tenemos un espíritu que nos hace parecidos a Dios, porque somos sus hijos. Así como alimentamos nuestro cuerpo, debemos alimentar nuestro espíritu. El alimento del cuerpo lo da la tierra, el alimento del espíritu lo da Dios. Este alimento es Su Palabra, que está escrita en la Biblia. “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4,4)
Dios es el autor de la Biblia, pero Él eligió algunos hombres y mujeres para
que la escribieran. Por eso decimos que la Biblia es el Libro de la familia de Dios. “Hombres han escrito la Palabra de Dios inspirados por el Espíritu Santo” (2º Carta de Pedro 1,21)
El centro de toda la Biblia es Jesús, que vino al mundo para enseñarnos a
vivir como hijos de Dios. “La palabra de Dios se hizo carne, y vino a vivir con nosotros” (Juan 1, 14) “Para que al Nombre de Jesús toda rodilla se doble, en la tierra, en los cielos y entre los muertos, y toda lengua proclame, para gloria de Dios Padre: Jesucristo es el Señor” (Filipenses 2, 10- 11)
La Biblia es un conjunto de 73 libros en un solo tomo y se divide en dos grandes partes: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. La palabra Testamento quiere decir herencia. Es la Herencia de Dios para sus hijos.
ENCUENTRO Nº 4: LA BIBLIA. PALABRA DE DIOS 26
El Antiguo Testamento tiene 46 libros y fue escrito antes de la venida de Jesús al mundo. Habla de la creación del mundo y del pueblo que Dios formó para que allí naciera Jesús.
El Nuevo Testamento tiene 27 libros y fue escrito después de la venida de
Jesús al mundo. Habla de la vida de Jesús y sus enseñanzas. El libro más importante de la Biblia es el Evangelio del Nuevo Testamento, porque allí están escritas la Vida y las Palabras de Jesús.
Jesús nos enseña que la Palabra de Dios es como una semilla que entra a
nuestro corazón y que nos toca a nosotros preparar la tierra para recibirla. Lo que lleva su tiempo. Al principio nos cuesta que la Palabra de Dios entre en nosotros, pero debemos ser constantes y leerla siempre, porque poco a poco se nos irá abriendo el corazón hasta que lleguemos a vivirla y se nos haga carne.
Jesús nos pide que leamos la Palabra de Dios en comunidad para que llegue
a todos Su Mensaje, y nos asegura:”Donde están dos o más reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18, 20). La clara señal de que somos discípulos de Jesús es que queremos compartir con los demás el fuego que Jesús ha encendido en nuestro corazón. “Yo he venido a traer fuego sobre la tierra ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo¡” (Lucas 12,49)
Para que la Palabra de Dios entre a nuestro corazón y nos purifique el alma, se aconseja leerla de la siguiente manera:
Primero: Comprendo lo que he leído. Segundo: Llevo a mi corazón lo que he leído. Tercero: Escucho lo que Jesús me pide y le digo que lo cumpliré. La Palabra de Dios no se lee a las apuradas, se la lee en oración.
ENCUENTRO Nº 4: LA BIBLIA. PALABRA DE DIOS 27
Querido hermano:
En el próximo Encuentro: “La oración”, nos encontraremos con Jesús como el Maestro que nos enseña cómo debemos hablar con Dios en lo profundo del corazón.
No olvide compartir con los demás lo que ha aprendido en este Encuentro.
Que Dios lo bendiga y bendiga a sus familiares y personas más queridas. Me despido de usted con mucho cariño.
Ana María
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MIS NOTAS …………………………………………………………………………………………………………………………
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ENCUENTRO Nº 4: LA BIBLIA. PALABRA DE DIOS 28
JESÚS, TE NECESITO
Maestro. Necesito tu Palabra. Necesito tus enseñanzas. Te necesito en cada momento de mi vida. Te necesito para que me enseñes a podar, aunque me duelan, los brotes rebeldes que retuercen y deforman mi alma. Quiero vivir con tu Palabra metida en mi alma. Quiero elevarme digno y noble hacia las alturas que me corresponden por ser hijo de Dios. Bendice Jesús, Amigo de mi alma, todos los esfuerzos y todos los sacrificios que estoy haciendo para mejorar mi vida de acuerdo a tu Mandamiento del Amor y del Perdón. Sólo Tú conoces cuánto me cuesta desandar los viejos caminos que recorrí cuando no te conocía. Conoces también mis angustias, mis deseos de ser bueno. Sabes que lucho; ¡sí que lo sabes! Sabes también cuánto te amo, Señor, y cuánto amo Tu Palabra. Bendíceme, Maestro de mi alma. Amén Daniel - Coronda. Santa Fe
ENCUENTRO Nº 4: LA BIBLIA. PALABRA DE DIOS 29
“Carta entre hermanos” ENCUENTRO Nº 2: La Biblia, Palabra de Dios
PREGUNTAS PARA RESPONDER (Contestar y mandar las hojas con la carta)
“Así pues, el que oiga estas Palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre la roca. Cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y se abalanzaron sobre aquella casa; pero ella no se derrumbó, porque tenía cimiento de roca. Y todo el que oiga estas Palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos; y la casa se derrumbó y fue una gran ruina” Mateo 7,24-27
1- ¿Cuándo cree usted que un hombre construye su vida sobre cimiento
firme como la roca? ………………………………………………………………………………………………………………………………
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2-¿Cuándo cree usted que un hombre construye su vida sobre cimiento
flojo como la arena? ………………………………………………………………………………………………………………………………
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ENCUENTRO Nº 4: LA BIBLIA. PALABRA DE DIOS 30
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3-¿Podría buscar y copiar el texto del Evangelio de Juan capítulo 15, versículo 7, y darnos su opinión?
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4-¿Qué mensaje le da a usted estas Palabras de Jesús?: “Prediquen por todas partes la Palabra de Dios” (Marcos 16,15) ………………………………………………………………………………………………………………………………
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5-¿Qué temas le han interesado más de este Encuentro? ¿Por qué?
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ENCUENTRO Nº 4: LA BIBLIA. PALABRA DE DIOS 31
6-¿Podría darnos nombres de compañeros que quieren escribirse con uno de nosotros? Gracias.
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