06 - dieterlen, p - Ética y poder público, en enciclopedia iberoamericana de filosofía volumen...

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(continuación de la página 143) EL PODER Y EL CONOCIMIENTO Por último, me gustaría exponer una posición interesante respecto del poder en virtud de su vigencia y que ha sido denominada teleológica. Esta concepción comparte con la visión deontológica la idea de que la moralidad y la política son inseparables, pero retoma también el problema de las manos sucias al adjudicar la bondad a los medios según el fin que se persiga. Esta tesis se vincula, a su vez, con la idea del poder como conocimiento: aquel que conoce cuál es el fin de la sociedad, conoce los mejores medios para llegar a él. La obra de Platón sería un ejemplo de esta posición. Para él, la política es una techné o una destreza similar a la especialización común de la vida social, aunque infinitamente más difícil que cualquiera de ellas. Así como podemos adquirir nuestros zapatos de un artesano hábil en la manufactura del calzado, deberíamos recibir las leyes de un artesano hábil en el arte de gobernar. El orden político tiene ciertos misterios al conocimiento secreto que subyace en toda profesión y oficio. En la actividad política debemos buscar a los que conocen sus misterios y no a una multitud que los ignora. Posición en donde no habría una diferencia entre la ética de la convicción y la ética de las consecuencias porque el que tiene la responsabilidad del mando conoce y puede prever las consecuencias de las acciones 1 . 1 Cf. Platón, “La República”, en Id., Diálogos IV, Gredos, Madrid, 1986, 488a y 489a.

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Page 1: 06 - DIETERLEN, P - Ética y poder público, en Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía Volumen 12, Ed. Trotta, P2

(continuación de la página 143)

EL PODER Y EL CONOCIMIENTO

Por último, me gustaría exponer una posición interesante respecto del poder en virtud de su vigencia y que ha sido denominada teleológica.

Esta concepción comparte con la visión deontológica la idea de que la moralidad y la política son inseparables, pero retoma también el problema de las manos sucias al adjudicar la bondad a los medios según el fin que se persiga. Esta tesis se vincula, a su vez, con la idea del poder como conocimiento: aquel que conoce cuál es el fin de la sociedad, conoce los mejores medios para llegar a él.

La obra de Platón sería un ejemplo de esta posición. Para él, la política es una techné o una destreza similar a la especialización común de la vida social, aunque infinitamente más difícil que cualquiera de ellas. Así como podemos adquirir nuestros zapatos de un artesano hábil en la manufactura del calzado, deberíamos recibir las leyes de un artesano hábil en el arte de gobernar. El orden político tiene ciertos misterios al conocimiento secreto que subyace en toda profesión y oficio. En la actividad política debemos buscar a los que conocen sus misterios y no a una multitud que los ignora. Posición en donde no habría una diferencia entre la ética de la convicción y la ética de las consecuencias porque el que tiene la responsabilidad del mando conoce y puede prever las consecuencias de las acciones1.

La visión teleológica parte del supuesto de que ciertos individuos, independientemente de la manera en la que sean elegidos, conocen cuál es el bien común y cuáles son los medios mejores para alcanzarlo; por ello, son los individuos que deben detentar el poder.

En la actualidad, este fenómeno se conoce como la tecnocracia. La idea que subyace en la tecnocracia es la siguiente: las sociedades modernas son tan complejas que requieren de la participación de especialistas. Los asuntos militares, económicos y políticos no puede dejarse en manos de los marineros ignorantes, como ya había señalado Platón.

1 Cf. Platón, “La República”, en Id., Diálogos IV, Gredos, Madrid, 1986, 488a y 489a.

Page 2: 06 - DIETERLEN, P - Ética y poder público, en Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía Volumen 12, Ed. Trotta, P2

En poder como conocimiento nos presenta una disyuntiva. Por un lado, parece irremediable que las personas se especialicen en alguna disciplina. Por otro, dicha especialización impide que un gran número de personas participe en las decisiones políticas. Estos resultados, característicos de las sociedades complejas, pueden originar la acumulación de poder. Una manera de salir de este dilema, es delimitar el campo de los tecnócratas del campo de los políticos y así combinar el campo del saber con el del poder. El marinero que sabe cómo manejar el barco, no tiene por qué tomar la decisión sobre el rumbo a seguir. Es necesario que ponga sus conocimientos al servicio de un político que respete los derechos de los marineros, que los consulte, en pocas palabras, que sea capaz de lograr consensos y de hacer transacciones justas.