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RELEYENDO A ARISTÓTELES DESDE LA TEORÍA DE GÉNERO 105 REVISTA LAGUNA, 10; enero 2002, pp. 105-119 RELEYENDO A ARISTÓTELES DESDE LA TEORÍA DE GÉNERO María Luisa Femenías [email protected] RESUMEN El objetivo de este trabajo es mostrar la pertinencia de una hermenéutica crítica de la histo- ria de la filosofía desde una perspectiva de género. A este respecto, primero, se recusan las objeciones metodológicas a este tipo de lecturas, para, en segundo lugar, presentar las claves androcéntricas de la biología, la antropología y la política aristotélica. La necesidad de esta tarea viene dada por la pervivencia de muchos tópicos aristotélicos en nuestros días. ABSTRACT «Re-reading Aristotle from Gender’s Theory». The aim of this paper is to show the need of applying a critical hermeneutics of the history of philosophy from a gender´s point of view. First of all, the methodological objections to this kind of analysis will be refused. Then, it will be presented that the biology, anthropology and political thought of Aristotle are determined by an androcentric bias. The need of this reading is due to the persistence of many of these topics nowadays. I Se dice que toda mujer que emprende la tarea del filosofar debe formularse, al menos, algunas de las siguientes preguntas: ¿Qué es la historia de la filosofía?, ¿Qué importancia tiene en ella el supuesto de género? ¿Por qué, si como creía René Descartes, el bon sens es lo mejor repartido entre los humanos, históricamente, sólo los varones se han dedicado a la filosofía? O, como sostenía Manuel García Morente, «la filosofía no es cosa de mujeres». Porque, según afirmaba, «algo debe haber en la estructura misma del alma femenina, que se opone a que la mujer sienta gusto y afán por el ejercicio de la meditación filosófica» 1 . ¿Qué pasa, sin embargo, cuándo las mujeres leemos los grandes sistemas desvelando el supuesto de género, en un ejercicio (¿por qué dudarlo?) de reflexión filosófica? ¿Encontramos nuevos temas? ¿Le imprimimos un nuevo carácter a las viejas cuestiones? 2 . Ahora nos interesa —desde el supuesto de género— indagar cuál ha sido el lugar de las mujeres en la obra de uno de los más grandes filósofos, que reconoce la tradición occidental. Me refiero, como el título de esta conferencia señala, a Aristóteles, el discípulo de Platón, el filósofo de Estagira. Aquí debemos detenernos un momento y

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Filosofía

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    REVISTA LAGUNA, 10; enero 2002, pp. 105-119

    RELEYENDO A ARISTTELES DESDE LA TEORA DE GNERO

    Mara Luisa [email protected]

    RESUMEN

    El objetivo de este trabajo es mostrar la pertinencia de una hermenutica crtica de la histo-ria de la filosofa desde una perspectiva de gnero. A este respecto, primero, se recusan lasobjeciones metodolgicas a este tipo de lecturas, para, en segundo lugar, presentar las clavesandrocntricas de la biologa, la antropologa y la poltica aristotlica. La necesidad de estatarea viene dada por la pervivencia de muchos tpicos aristotlicos en nuestros das.

    ABSTRACT

    Re-reading Aristotle from Genders Theory. The aim of this paper is to show the need ofapplying a critical hermeneutics of the history of philosophy from a genders point of view.First of all, the methodological objections to this kind of analysis will be refused. Then, itwill be presented that the biology, anthropology and political thought of Aristotle aredetermined by an androcentric bias. The need of this reading is due to the persistence ofmany of these topics nowadays.

    I

    Se dice que toda mujer que emprende la tarea del filosofar debe formularse,al menos, algunas de las siguientes preguntas: Qu es la historia de la filosofa?,Qu importancia tiene en ella el supuesto de gnero? Por qu, si como crea RenDescartes, el bon sens es lo mejor repartido entre los humanos, histricamente, slolos varones se han dedicado a la filosofa? O, como sostena Manuel Garca Morente,la filosofa no es cosa de mujeres. Porque, segn afirmaba, algo debe haber en laestructura misma del alma femenina, que se opone a que la mujer sienta gusto yafn por el ejercicio de la meditacin filosfica1. Qu pasa, sin embargo, cundolas mujeres leemos los grandes sistemas desvelando el supuesto de gnero, en unejercicio (por qu dudarlo?) de reflexin filosfica? Encontramos nuevos temas?Le imprimimos un nuevo carcter a las viejas cuestiones?2.

    Ahora nos interesa desde el supuesto de gnero indagar cul ha sido ellugar de las mujeres en la obra de uno de los ms grandes filsofos, que reconoce latradicin occidental. Me refiero, como el ttulo de esta conferencia seala, a Aristteles,el discpulo de Platn, el filsofo de Estagira. Aqu debemos detenernos un momento y

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    formularnos otra pregunta, de diverso orden: Estamos cometiendo el gravsimo pecadodel anacronismo? Tachar a Aristteles de sexista no es improcedente para la poca?Merece, acaso, la pena que leamos su obra desde la Teora de Gnero?

    Ante (imaginarias) objeciones acadmicas de que propongo una lectura di-solvente (cuando no irreverente) de la obra del Estagirita e introduzco un esquemaconceptual extrao a la poca y a su obra, me permito recordar: Primero, que Aris-tteles mismo ley desde sus propias categoras la filosofa de todos sus predeceso-res3. Es decir, cometi pecado de anacronismo. Segundo, recordemos que el pensa-miento ilustrado del siglo V proclive a promover un movimiento general haciala democracia haba discutido extensamente la nocin de igualdad. Os dis-gusta estar polticamente en igualdad legal con la mayora?, pregunta Atengoras alos jvenes oligarcas de Siracusa. No faltan comentadores que, basndose en testi-monios de la poca, hacen extensiva la nocin de igualdad legal no slo a esclavos ylibres sino tambin a las distintas facciones (stsis), los metecos y hasta las mujeres4.Sealamos esto para mostrar que el tema de la igualdad estaba vigente y se basabacomo seal Hipias en la unidad de la humanidad, porque todos son natural-mente semejantes (homoioi)5. Tercero, hago mas las palabras de otro investigadorindiscutible, J.L. Ackrill, quien sostiene que

    podemos desear no slo obtener cierta comprensin de la obra de Aristteles, sinotambin entender mejor algunos de los problemas filosficos que l aborda. En talcaso, tenemos derecho a hacerle entrar en debate como si fuera contemporneo [...]Si una de sus afirmaciones o de sus argumentos nos incita a indagar por nuestracuenta o a contraargumentar, no es necesario que nos sintamos culpables de estaraproximndonos a su obra con armas modernas. Aristteles no se molestara por-que Lo dicho por l est all para que se lo discuta y para provocar pensamientoulterior 6.

    Entonces, el desafo que aceptamos es: 1) Tratar de entender mejor los pro-blemas filosficos que l aborda. 2) Hacerle entrar en debate como si fuera contem-porneo. 3) Utilizar sus herramientas conceptuales para provocar en nosotras pen-samiento ulterior. Desde luego, aqu trataremos, someramente, slo algunos de losproblemas filosficos que l aborda, a saber, a) la definicin de las mujeres comociudadanas, b) su papel en la reproduccin, c) el problema de la definicin de la

    1 M. Garca Morente, El espritu filosfico y la feminidad, Conferencia dictada en laSociedad Lyceum Club Femenino Espaol, el 2 de marzo de 1929.

    2 Cf. M.E. Waithe, (Ed.) A History of Women Philosophers, Boston, Martinus Nijhoff, 1987,4 vols. y U. Meyer, H. Bennent-Vahle, Philosophinnen Lexicon, Berlin, Ein-FACH-Verlag, 1994.

    3 Como ejemplo, baste remitirnos a H. Cherniss, La crtica aristotlica a la filosofa preso-crtica, Mxico, UNAM, 1991.

    4 Las discusiones aristotlicas de Poltica muestran la importancia de estas cuestiones.5 Cf. W.K.C. Guthrie, Historia de la Filosofa Griega, Madrid, Gredos, 1988. Vol. III. VI.6 J.L. Ackrill, La filosofa de Aristteles, Venezuela, Monte-Avila, 1984, pp. 12-13. (Cotejo

    la traduccin con el original y la modifico ligeramente). Tambin, W. Wieland, La actualidad de lafilosofa antigua Mthexis, I. 1988. p. 10.

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    categora ontolgica de diferencia. Hemos elegido estos problemas porque, a nues-tro juicio, son representativos de tres reas de conocimiento, estrechamente embri-cadas, exploradas (poltica, ontologa) y an diseadas por primera vez (biologa)por Aristteles. Est claro que no agotaremos estos temas; ms bien, solo mostrare-mos cmo aplicando algunas reglas de investigacin no-sexista la dimensin pro-blemtica de los temas gira de modo tal que se exhiben fisuras donde pareca nohaberlas y se suturan interpretaciones, ahora englobables por la ptica patriarcal,iluminndose algunas aparentes aporas.

    En primer trmino, recordar brevemente algunos rasgos, que MargritEichler reconoce como propios de una investigacin sexista7. En efecto, el patriarcadoconlleva: i) androcentrismo, es decir, la forma de percibir el mundo desde la exclu-siva ptica de los varones, que no debe confundirse con la misoginia (un rasgoextremo del patriarcado que se manifiesta ocasionalmente, y que no se correspondeal caso aristotlico, tpicamente paternalista y protector). Asimismo, el patriarcadoda lugar a ii) falacias de sobre-generalizacin y de sobre-especificidad. La primera,como se sabe, consiste en dar por vlidos para ambos sexos los resultados de inves-tigaciones u observaciones basadas slo en uno, el masculino, que se instituye comonorma. La sobre-especificidad, por el contrario, consiste en adjudicar solo a uno delos sexos caractersticas de ambos; por ejemplo la racionalidad, que Aristteles atri-buye per se a los varones mientras que las mujeres que la exhiben son a su jui-cio un despropsito de la naturaleza. En tercer lugar, el denominado iii) familia-rismo, que consiste en considerar que todos los miembros de la familia segn elesttus del jefe del hogar. En Aristteles, el jefe de familia representa a todos susmiembros en el espacio pblico en general. La ltima entre las falacias generadaspor el patriarcado, que me interesa recordar ahora, es la iv) del doble-criterio. Con-siste en asignar valor diferente a caractersticas modos de comportamiento uotros rasgos idnticas en varones y mujeres. En el ejemplo anterior, la racionali-dad considerada positiva en los varones es vista negativamente en las mujeres; oviceversa, la sensibilidad y el silencio tan ponderadas en las mujeres son un signonegativo en los varones. No hay, pues, un nico estndar sino dos; o, mejor dicho,uno slo genricamente sesgado.

    Ahora tenemos unos elementos mnimos que nos permiten abordar los pro-blemas que hemos elegido para nuestro examen. Mi intencin es exhibir cmo elconjunto de una doctrina filosfica se encuentra genricamente sesgada, ocultandouna parte de la realidad, pero no de modo vicario a al sistema filosfico, sino rele-vante y significativo. Esto quiere decir que, el sesgo manifiesto en el plano polticoy en consecuencia en el tico dado que, segn Aristteles, la poltica es una cien-cia arquitectnica se legitima en niveles ms profundos del sistema, como el cien-tfico y el ontolgico, considerado tradicionalmente el fundamento ltimo8.

    7 M. Eichler, Non-sexist research methods: a practical guide, Boston, Allen & Unwin, 1988.8 Para un desarrollo ms extenso de estos y otros problemas, cf. mi: Inferioridad y exclu-

    sin: Un modelo para desarmar, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano, 1996.

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    1) CIUDADANOS Y CIUDADANAS

    Cuando Aristteles enumera las partes de la administracin domstica (oi-conomia), advierte: El varn gobierna a su mujer y a sus hijos como a libres (eleu-theron), pero no con la misma autoridad: a la mujer como ciudadana (politikos) ya los hijos como sbditos (basilikos)9. Sobre la base de pasajes como ste, se sueleafirmar que en tanto Aristteles considera a la mujer una ciudadana, son infunda-das las acusaciones de sexismo que se le formulan10. Examinemos esta afirmacin.

    Para saber qu es una polis, Aristteles examina, en primer lugar, los ele-mentos primarios que materialmente la constituyen, la familia, la aldea, el territorioy la idiosincrasia, como subraya Newman11. Pero, el origen formal de la polis, lo quems propiamente la constituye, son sus ciudadanos. El Estado, en este sentido, esel nmero definido de los ciudadanos plenos12.

    Ahora bien, Quines son los ciudadanos plenos? Tradicionalmente, paraser ciudadano pleno, es decir para poder sentarse en la asamblea (ecclesia), se debecumplir con, al menos, dos requisitos: a) tener padre y madre ateniense, y b) sermayor de edad. Esta ltima exigencia, implica cumplir con el servicio militar de dosaos que, como se sabe, slo hacan los varones libres a los dieciocho aos de edad.Slo despus podan ingresar a la asamblea. Es decir, cuando Aristteles seala:llamamos ciudadano al que tiene derecho a participar en la funcin deliberativa ojudicial de la ciudad, ya sea que ejerza ese derecho como magistrado o como simplemiembro del cuerpo poltico, se refiere slo a los miembros varones, libres, no-metecos de la polis y segn censo13. Para el caso de polis recin fundadas, son ciuda-danos quienes ejercen la ciudadana. Por tanto, el ciudadano se reconoce fundamen-talmente por su funcin: el ejercicio de la ciudadana, que aclara Newman noincluye a las mujeres, aunque Aristteles les concede ese ttulo14.

    Cmo justifica, entonces, que las mujeres sean ciudadanas? Recordemosque al menos desde Platn no slo importan las palabras, sino tambin cmose las define15. Aristteles, que no es ingenuo respecto de los problemas de la defincin,denomina a varones y a mujeres ciudadanos, pero en cada caso la definicin deciudadana es diferente. En efecto, Aristteles define ciudadano de al menos dos

    9 Pol. 1259 a 37-1259 b 1. El subrayado es nuestro.10 P. Schollmeier, Aristotle on Woman Proceedings of the Society for Ancient Greek Philosophy

    Meeting, New York, 1991.11 Pol. 1325 b 40 s. Cf. Politics (edicin, notas y comentario J. Newman), Oxford, 1950,

    4 vols. Introduccin, p. 50.12 politikn ti plthos, Pol. 1274 b 41.13 Pol. 1275 b 18 s; 1275 b 22 s; 1275 b 31 s.14 Newman, op. cit., p. 227; tambin Miller, Nature, Justice, and Rights in Aristotless Politics,

    Oxford, Clarendon Press, 1995, pp. 98-99; 147-153; 243; 248, entre otros.15 Sof. 218 b-c. Aristteles desarrolla su teora de la definicin en SAn. II.

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    maneras: i) en sentido amplio, equiparable a nacido en la polis de padres atenienses,y ii) en su uso restringido, en referencia a la participacin y al ejercicio de funcio-nes estrictamente polticas. El primer sentido remite al lugar de nacimiento y a lafiliacin de un individuo; el segundo, en cambio, implica el ejercicio propio de laciudadana. La mujer es ciudadana slo en el primer sentido y, en consecuencia,no estrictamente. Es decir, slo es ciudadana homnimamente. Esta explicacin nosla facilita el propio Aristteles, que reconoce este tipo de multivocidad de los trmi-nos en la primera lnea de Categoras, cuando presenta la definicin de homonimia16.

    Ahora bien, si la mujer es slo ciudadana en sentido amplio y no propio, suparticipacin isomrfica en la esfera poltica le est vedada. Slo puede ser goberna-da, nunca gobernar, salvo a los esclavos domsticos y los nios pequeos. Pero, si enel modelo aristotlico, slo la rotacin en el ejercicio de las funciones polticas pro-porciona a los ciudadanos la oportunidad de alcanzar la virtud, y as lograr la con-juncin entre ser buen ciudadano y ser bueno sin ms (objetivo del rgimen perfec-to), quien no participa de la actividad poltica queda, en consecuencia, excluido dealcanzar la virtud en su ms alta expresin17.

    Con todo, el modelo de Aristteles es ms complejo que la mera inclusin/ exclusin. Podemos comprenderlo mejor si retomamos la nocin de homonimia,porque tambin el concepto de virtud se define en ms de un sentido: Una es lavirtud del hombre libre y otra la del esclavo y la de la mujer. Es decir, el hombre (=varn libre) alcanza las virtudes ms altas, las dianoticas, que culminan en la vidateortica y la mxima felicidad humana. Este nivel no puede ser alcanzado ni por lasmujeres ni por los esclavos, aunque su situacin en la polis no sea anloga. En efecto,mientras que si las lanzaderas tejieran solas y los plectros tocaran solos la ctara, losesclavos seran innecesarios en la ciudad, las mujeres no pueden (ni en la poca deAristteles ni todava para el comn de las gentes) ser liberadas de la funcin de lareproduccin. Esto marca una diferencia fundamental18.

    En efecto, Aristteles conjetura que una polis podra prescindir de esclavos(eventualmente reemplazados por mquinas), pero la funcin reproductiva de lasmujeres, las hace irremplazables. Es decir, son necesarias para la funcin de la repro-duccin y eso a juicio de Aristteles les imposibilita cumplir a la vez la funcinde la ciudadana. Aristteles distingue claramente la funcin productiva de lareproductiva, que aparta a las mujeres del mbito pblico y las recluye en el mbitodomstico-privado. Sin embargo, en el problema de la reproduccin y de las polti-cas poblacionales intersectan los intereses pblicos y los privados, de lo que dependela sobrevivencia material de la polis como cuerpo poltico. Dispuesto a explicar elorigen de la polis desde su gnesis material, Aristteles reconoce, en primer lugar, laimportancia de la pareja humana19. Varn y mujer son necesarios, aunque de diver-

    16 Categoras 1 a 1.17 Pol. 1331 b 24-1332 a 38.18 Pol. 1253 b ss.19 EN. 1162 a 15.

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    so modo, pues no hay generacin sin la confluencia de ambos, y esto no en virtudde una decisin de los individuos sino por naturaleza, y gracias a una tendencianatural a dejar otro ser semejante a uno mismo tras de s20.

    La dicotomizacin pblico / privado se sutura en la figura del jefe de fami-lia que participa al mismo tiempo de ambos mbitos. En calidad de un igual, parentre pares, ciudadano con capacidad deliberativa y derecho de voz y voto en lasdecisiones que competen a la polis el ciudadano opera en el espacio pblico. En elprivado, por su parte, lo hace en calidad de jefe de familia, esposo, padre y amo. LaLey del oikos es el centro en torno al cual giran todos los dems miembros de la casa.Este doble lugar de pertenencia le corresponde, segn Aristteles, en virtud de susdotes naturales.

    Si segn la tesis de Richard Bdus la tica est dirigida a aquellosvarones que legtimamente ejercern funciones polticas y accedern plenamente ala felicidad, la Poltica, por su parte, brinda el marco preciso para que cada indivi-duo alcance el Bien que le corresponde21. De modo que ni la felicidad ni el bien detodos, y de cada uno, se entiende de la misma manera, sino segn la funcin espe-cfica que define su lugar natural en el organigrama de la polis. En el caso de lasmujeres, su posicin est determinada por la reproduccin, la administracin delhogar y el cuidado de los hijos. Aristteles se basa en el principio de complementarie-dad de la philia entre desiguales, pues la armona del hogar depende de ello22.

    Si el matrimonio es, entonces, una especie de amistad (philia), se trata deuna amistad imperfecta que se funda en la relacin de superioridad (huperochen) delpadre respecto del hijo (en general, del adulto respecto del joven), del varn respec-to de la mujer y del gobernante respecto de los gobernados23. Por ello, la philia de lamujer hacia el marido no es la misma que la del marido hacia su mujer, pues se tratade una relacin asimtrica, ya que la virtud y la funcin de cada uno es diferentecomo diferentes son tambin las causas por las que aman. El afecto debe ser propor-cional al mrito: el que es mejor debe ser amado ms24. Paralelamente, el maridomanda de acuerdo con su dignidad en lo que debe mandar y asigna a su mujer lastareas que se ajustan a la suya25.

    En qu sentido varn y mujer se complementan? Tiene este complementola misma dignidad, incluso respecto de la reproduccin? Veamos algunas cuestionesde biologa.

    20 Pol. 1252 a 24-30.21 R. Bdus. La philosophie et la cit: recherches sur les rapports entre morale et politique dans

    la pense dAristote, Paris, Les Belles Lettres, 1982.22 EN. 1134 b 15 ss.; 1160 b 32; 1162 a 22ss.; Cf. M. Hamburger, Morals and Law: The

    Growth of Aristotles Legal Theory, New York, Biblio & Tannen, 1971, pp. 126; 140-141.23 EN. 1158 b 12-14.24 EN. 1158 b 17.25 EN. 1158 b 23 s.; EN. 1161 a 24 ss.

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    2) LA RESPUESTA DE APOLO

    Merece la pena comenzar esta seccin con un excursus trgico26. En LasEumnides de Esquilo, Orestes es finalmente enjuiciado en pblico por el asesinatode su madre Clitemnestra. Las Erinias lo acusan de haber matado a alguien de supropia sangre, y Apolo lo defiende con estas palabras:

    Tambin voy a decirte esto y vers que hablo con razn. La que se diceque alumbra un hijo no es su madresino nodriza del germen recin sembrado.Madre es, en verdad, el hombre que la fecunda. Ella, extraa para un extrao,conserva el brote si es que un dios no lo malogra.Y te voy a dar una prueba de mi afirmacin:Un padre podra engendrar sin una madre,Aqu cerca hay un testigo, la hija de Zeus Olmpicoque no se cri en las sombras del tero.

    El problema de la reproduccin puede enfocarse desde diversos puntos devista no excluyentes ni exclusivos: el aspecto poltico, entendido como la continui-dad material del Estado, los modos de control de la poblacin y la planificacin delos lmites naturales de la ciudad, la calidad de la poblacin, con fines eugensicos,entre otros27. Puesto que para todos los seres vivientes perfectos afirma Aristte-les lo ms natural es producir un ser semejante a ellos, con el fin de participar enlo eterno y lo divino, en la medida de lo posible es necesario dar una explicacinsatisfactoria de la reproduccin28. Como se trata de una cuestin compleja, noslimitaremos a revisar las respuestas de la poca a la pregunta de por qu algunoshijos se parecen a sus madres. Pregunta perturbadora como pocas si tomamos encuenta los dichos de Apolo, que citamos poco ms arriba.

    Las explicaciones en boga reconocan las siguientes alternativas: i) que hayparticipacin de la madre, como le ha parecido a Anaxgoras y a Alcmen, as comotambin a Parmnides, Empdocles y Epicuro; ii) que el hijo nace solamente delesperma del padre como han escrito Digenes, Hipn y los estoicos29. Es decir que,mientras unos suponan que deba haber una participacin activa de las mujeres,aportando tambin algn tipo de semilla, adems de la sangre menstrual y del

    26 Esquilo, Las Eumnides. En: Tragedias, Madrid, Gredos, 1986, versos 657-665.27 Ya en Platn, Rep. 461 c; Aristteles, Pol. 1265 a 38 ss.; Cf. Newman, op. cit., p. 187.

    Tambin, M. Golding, & R. Golding, Population Politicy in Plato and Aristotle: some value issues,Arethusa, VIII. 2, 1975; S. Dickinson, Abortion in Antiquity, Arethusa, VI. 1, 1973; M.C. Horowitz,Aristotle and Woman. Journal of the History of Biology, IX. 2, 1976, especialmente nota 45 en pp.197 y 203.

    28 De A. 415 a 27-b 7. Tambin GA. 731 b 33-34, como ningn individuo es eternodebido a que es material, el Hombre logra serlo solo en la medida en que lo es la especie. Cf. GA. 731b 19; 732 a 1; GA. 767 b 10-15.

    29 Cf. Censorino, DK 24 A13. Parmnides, DK. 28 B 17.

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    lugar, otros proclamaban su limitando su participacin a la recepcin de la semilla(sperma) en el tero30. Por cierto, tanto los que defendan la contribucin femeninaen la procreacin como los que la negaban ignoraban la existencia del vulo, descu-bierto por C.E. von Baer recin en 1827. Ambas posiciones disponan, por as decir-lo, de la misma informacin y trabajaban en base a hiptesis difcilmente contrastables.Ambas aceptaron tambin ciertos supuestos hipocrticos como oposicin masculi-no/femenino; fro/caliente; derecha/izquierda; arriba/abajo; interior/exterior.

    i) Segn Censorino, entre quienes aceptaron la existencia de un espermafemenino, Galeno atribuye a Parmnides que el macho es concebido en el lado derechode la madre, pues afirmaba por la derecha, los nios; por la izquierda, las nias.Supuestamente, esta oposicin rige tambin para justificar el parecido de los hijos alos padres, pues cuando el esperma se separa de la parte derecha de la matriz loshijos nacen parecidos a los padres, y cuando de la izquierda, a las madres, los espermasde la parte derecha descienden hasta la derecha de la matriz, en tanto que los queproceden de la izquierda descienden hasta la izquierda; si se altera el proceso, segeneran hembras31. No resulta claro si se trata de esperma emitido por la madre oa qu tipo de alteracin se refiere. Solo queda claro que la alteracin genera hem-bras. En otras palabras, an aceptando que la madre contribuye activamente en laprocreacin, la norma parece estar dada por los varones mientras que, cualesquieraque sean los estados de alteracin, dan por resultado mujeres. Tambin Alcmen,cercano al espritu de Sobre la medicina antigua, defendi la doctrina del espermafemenino activo, donde el nio resulta de una lucha o mezcla de ambos32.

    El tercero de los filsofos que cita Censorino es Empdocles, del que tene-mos mayor informacin gracias, entre otros, al propio Aristteles, quien hace repe-tida mencin de sus teoras. En efecto, en su habitual revisin metodolgica sobre elestado de la cuestin, Aristteles examina en GA. las teoras de la reproduccincontrarias a la suya propia, a fin de refutarlas, y atribuye a Empdocles afirmar queen el esperma masculino y en el femenino hay como un smbolo, y que el hijoentero no proviene de ninguno de ellos por s solos sino que la naturaleza de losmiembros est en parte en el esperma del varn y en parte, se sobreentiende, en elde la mujer, de modo que la progenie no proviene de uno solo de los padres, sinoque ambos son principios activos de la generacin33. Por su parte, los testimonios

    30 Guthrie, W.K.C. op. cit., En el primer grupo (a), Parmnides, vol. II. I. a; Alcmen, vol.I. V; Empdocles, vol. II. III; Anaxgoras, vol. II. IV. y para el segundo (b), Hipn, vol. II. VI; Digenesde Apolonia, vol. II. VII, por ejemplo; hay importantes referencias en la Introduction de E. Littr a lasOeuvres completes dHippocrate, Paris, Baillire, 1839. 637 pp. La palabra sperma suele traducirseindistintamente por esperma y por semen.

    31 Aecio, DK. 28 A 54; Aecio, DK. 28 A 53; atribuido a Anaxgoras y a Parmnides.32 Cf. Censorino. Adems, cf. Metaf. 986 a 27; Sobre la medicina Antigua, citado por M.

    Foucault, Historia de la sexualidad, Buenos Aires, Siglo XXI, 1991. Tomo 2, pp. 92-96; Tambin,Guthrie, op. cit., p. 326 ss. Y M. Lefkowitz et al., Womens life in Greece and Rome, Baltimore, JohnsHopkins University Press, 1982, pp. 83-85 y 98; Sissa, op. cit., p. 103.

    33 Cf. GA. 722 b; DK. 31 B 63. Tambin, Guthrie, op. cit., vol. II, pp. 226-230.

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    sobre Anaxgoras no son siempre coherentes entre s, y Censorino le atribuye tantoteora de que el esperma solo proviene del macho y la hembra ofrece el lugar,como la de que el hijo se parece al progenitor que ms esperma aport, de dondese sigue que ambos contribuyeron con esperma a la procreacin34.

    Sea como fuere, puede verse con claridad y esto es lo que me interesasubrayar especialmente que la filosofa mdica griega recoge, por lo menos desdelos escritos hipocrticos y parmendeos, una fuerte tradicin que reconoce tanto amujeres como a varones como principios activos de la procreacin para explicar lagestacin y el sexo del nio35. Estas teoras suelen denominarse bi-seminales y con-fieren a las mujeres una participacin activa en la procreacin, si bien, de acuerdo alpatriarcal, unnimemente sostuvieron que su contribucin era ms dbil que la delos varones36.

    ii) La posicin contraria sostuvo que las mujeres contribuan a la formacindel feto slo con el lugar y la sangre menstrual. Denominar a estas teoras mono-seminales, por oposicin a las anteriores. Nuevamente dependemos del testimoniode Censorino, quien afirma que sostuvieron esta posicin primero Hipn y Digenes,y luego Aristteles37. Hipn defendi el cefalocentrismo, y si bien crey que el cere-bro se originaba en el esperma, consider que slo los varones lo producan aptopara la reproduccin38. Digenes de Apolonia, por su parte, al preguntarse si elhijo nace solo del esperma del padre o tambin de la madre tom partido porquienes sostenan que slo lo aporta el padre. Se sugiere que, quiz, se gui por laetimologa de aphrodisia, y explic que la espuma (aphros) que se forma gracias a lamezcla de sangre y aire (pneuma) con el calor (thermon) innato del macho en lacpula, y que fluye por las vas espermticas39. Aristteles, si bien recoge elementosde ambas tradiciones, se inclina por la concepcin mono-seminal.

    Ahora bien, hecha esta breve presentacin e informados de que, al igualque en el campo poltico, en el siglo IV a.C. haba soluciones alternativas (cuyo ecorecogen las Erinias) a la respuesta aristotlica podemos pasar a examinarla conms detalle.

    34 DK. 59 A 111; GA. 763 b; DK. 59 A 107.35 Cf. Enfermedades de las Mujeres I.1; DK 59 A 52. Comparar con EM. II. 111; Littr, op.

    cit., pp. 16-17 et pass.; Kucharski, P. Anaxagore et les ides biologiques de son sicle, RevuePhilosophique de la France et letranger, CLIV, 1964. Jaeger [1967] p. 803; Jaeger, La teologa de losprimeros filsofos Griegos, Mxico, F.C.E., 1980, p. 158.

    36 N. Tuana, The weaker Seed: the Sexist Bias of Reproductive Theory Hypatia, III.1, 1988.37 DK. 24 A 13; DeA. 405 b 2. Cf. tambin Kucharski, op. cit., p. 157; Guthrie, op. cit.,

    pp. 362-366.38 DK. A 13; DK. 64 B 6; 64 B 24.39 DK. 64 A 27; DK. 64 A 1. Sobre la amplitud de aphros, cfr. Foucault, op. cit., pp. 37-

    51; 118-119; J. Longrigg, A seminal debate in the fifth century B.C.. En: A. Gotthelf, Aristotle onnature and living things, Bristol, Mathesis, 1985, especialmente p. 279. Tambin, Barnes, op. cit.,pp. 663-682; W. Jaeger, Paideia, p. 811; Guthrie, op. cit., especialmente pp. 384-386. DigenesLaercio IX. 57.

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    Los fenmenos de la vida, cree Aristteles, pueden dividirse en tres grupos:(i) crecimiento y reproduccin, (ii) sensaciones y (iii) movimiento local. El que msle interes fue problema de la reproduccin, al punto de que jerarquiza los animalesde acuerdo con el grado de desarrollo alcanzado por el feto en el momento de sunacimiento. La reproduccin puede cumplirse afirma Aristteles de tres ma-neras: i) por generacin espontnea, ii) por partenognesis (o asexual) y, iii) sexual,con la participacin de ambos progenitores, macho y hembra. Como el ser humanose reproduce segn la ltima alternativa, es necesario a su juicio determinar i)el grado de participacin de cada progenitor y ii) el lugar de procedencia del esper-ma40. Aristteles entendi que el esperma era un residuo til a partir del cualnaturalmente se forman otras cosas del mismo tipo41. Por eso es procreativo ynecesario para la formacin del nuevo ser42. La menstruacin de las mujeres, encambio, no slo es sangre impura sino que residuo intil, porque no es procreativo43.

    Tras un complejo examen, Aristteles determina que el esperma es forma (eidos)y, por tanto, las funciones del alma estan potencialmente presentes en l44. Porque, asu juicio, estas funciones i) no pueden estar de antemano presentes en la materia queaporta la mujer; ii) no pueden desarrollarse sin la participacin del varn; iii) no puedenestar originalmente en todo el esperma; y, por ltimo, (iv) no pueden entrar en elesperma desde el exterior45. Este planteo aportico lleva a Aristteles a apelar a un ele-mento nuevo y divino (theion): el calor (thermon), que da movimiento al alma y leimprime, en gestacin, las funciones superiores al nuevo ser46. En sntesis, el espermadel varn transmite la forma en tanto que principio activo al nuevo ser. La mujer solocontribuye con la materia, que depende de ser informada y constituye un principiopasivo47. El padre es, a la vez, causa eficiente y formal del nio48. Por tanto, el espermadebe definirse como movimiento que causa movimiento en otro, es decir, en el feto49.

    Curiosamente, Aristteles defiende que la sangre menstrual no puede serprocreativa por medio de tres argumentos: que i) la mujer no siente placer en lasrelaciones sexuales y que el esperma (procreativo) adviene con el placer50; ii) que no

    40 GA. I.1. Tambin, Sissa, op. cit., pp. 61 y s.41 GA. 721 b 6; GA. 724 b 5; 726 a 26; GA. 724 b 23 ss.42 GA. 726 b 3; = thermon, Sissa, op. cit., p. 96. Laqueur, op. cit., p. 108 y s; pp. 114-5;

    120; 170-172.43 GA. 726 b 30; 727 a 27 s; = analogon, GA. 727 a 3 ss.; 726 b 19 ss.44 GA. 724 a 14 y ss; Cfr. R. Bolton, Definition and scientific method in Aristotles Poste-

    rior Analytics and Generation of Animals, En: Gotthelf & Lennox, op. cit., pp. 120-166, especialmen-te, pp. 155-164. Tambin, Clark, op. cit., p. 181. Sobre la importancia de que el varn solo aporte laforma, cfr. Sissa, op. cit., p. 61 y s. Para la relacin esperma / alma, cfr. tambin Sissa, op. cit., p. 99.

    45 GA. 736 b 25 s.46 GA. 736 b 35.47 GA. 729 b 13-14; GA. 729 b 17-19.48 GA. 733 b 25.49 GA 737 a 18 y ss. En este caso usa la palabra gone como sinnimo de sperma. Cf. Bolton,

    op. cit., p. 164.50 GA 727 b 6-10. Para una posicin contraria, cf. el tratado hipocrtico Sobre la Simiente

    Generativa 4. Cf. tambin, Foucault, op. cit., tomo 2, pp. 118-121.

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    todas las mujeres emiten humores durante sus relaciones sexuales, y an as se em-barazan; iii) que estimulando la zona correspondiente, no emiten esperma alguno51.Se sigue de esto que el cuerpo (materia) proviene de la mujer y el alma (forma) delvarn. En otras palabras, que el varn aporta tanto el principio vital cuanto lascaractersticas propias de la especie. es decir, varn y mujer son necesarios a la pro-creacin, pero no de la misma manera, pues la forma es superior a la materia. Reco-nocemos nuevamente la jerarquizacin obvia en la Poltica que hace de losvarones seres superiores, porque no es la materia lo que hace humano a un humano,sino su forma, aquello que el varn le transmite como diferencia especfica de gne-ro animal52.

    Por eso, cuando Aristteles se ocupa de los llamados nacimientos mons-truosos (terata), los explica por deficiencia de la materia, con lo que, curiosamen-te, le hace recuperar cierta actividad. Aristteles reconoce diversos tipos de mons-truosidad; el primero consiste en ser mujer y no varn: la mujer es un varnincompleto, una rplica imperfecta del eidos, que como vimos es masculino53. Elsegundo, es parecerse a la madre y no al padre, ya que siempre es preferible pare-cerse al padre54. Ms grave an es que se produzca un nacimiento mltiple, o quealguna parte del nio no sea humana55. Ahora bien, todas las monstruosidadestienen la misma causa: la materia que aportan las mujeres es deficitaria56. Comovemos, el carcter a priori de los principios de su investigacin, sesgan su observa-cin y distorsionan tanto la descripcin como la recopilacin e interpretacin delos datos57.

    Volvamos a la pregunta con que iniciamos esta seccin: cmo es que mu-chos varones se parecen a sus madres?. En el esquema aristotlico, la nica respuestaposible es apelar a la monstruosidad. Obviamente, quienes sostuvieron la existenciade un esperma femenino y otro masculino, que convergan en la formacin del hijo,podan responder satisfactoriamente al problema del parecido de los hijos a susmadres, y no slo respecto de algn rasgo fsico como el color de los ojos sinode carcter, como la compasin, considerada caractersitca tpicamente femenina.Aristteles no solo niega la existencia de un principio activo femenino sino queconsidera que el parecido de un hijo a su madre es una monstruosidad, que enume-ra junto con la polidactilia o la atrofia de un miembro, donde la necesidad de pare-

    51 Tuana, op. cit., pp. 36-37. Tambin J. Annas, Women and the Quality of Life: twonorms or one?. Nussbaum, M. & Sen, A. The Quality of Life, Oxford, Clarendon, 1993, p. 289.

    52 GA. 738 b 25-26; PA. 643 a 24-31.53 GA. 767 b 8.54 HA. 586 a 13-14; PA. 767 b 27 s; GA. 767 b 2. Balme, op. cit., [1962], p. 84.55 GA. 769 b 15; b 25; GA. 772 a 10; a 16; a 20; Cf. tambin el tratado hipocrtico Sobre

    la superfetacin 1-43; Polidactilia, GA. 770 b 30; atrofia, 770 b 31; hermafroditismo, 770 b 33;deformaciones internas, 771 a 3.

    56 De modo semejante, slo se piensa la esterilidad como femenina. Cf. Sobre las mujeresestriles 1-37.

    57 PA. 729 b 8 ss.; cf. Horowitz, op. cit., pp. 202 y 204.

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    cerse al padre juega, ms bien, como un principio normativo58. Por cierto, no hadejado de llamar la atencin este afn por borrar todo rastro de la madre en el hijo59.

    Las objeciones que acabo de plantear no creo necesario subrayarlo nopresuponen el conocimiento del vulo, que, en ltima instancia, es emprico. Tanslo he marcado cuestiones lgicas: de las premisas aristotlicas no se siguen muchasde sus afirmaciones. Por tanto, creo que su ceguera genrica invisibiliza un significa-tivo nmero de problemas, que lo llevan a idear un buen nmero de explicacionesretricas y ad hoc. Las anomalas que se le presentan, lejos de hacerle abandonar elmodelo, lo llevan a declarar contra-natural todo lo que no responde a l. De esemodo complica su teora embriolgica a punto tal que contradice el principio deeconoma al que enuncia en Metafsica cuando critica a Platn.

    3) CUESTIONES DE FUNDAMENTO

    Implicancias ontolgicas guardan, entre muchos otros, el problema de la trans-misin del eidos, que examinaremos brevemente. Inevitablemente, el problema de latransmisin del eidos se relaciona entre otros con el estudio de la sustancia (ousia), sucausa y sus principios, y del ser (to on), que es un trmino que se dice de muchasmaneras (pollachos)60. La ousia, entendida como sustancia, tiene cuatro caractersticasdefinitorias: i) es sustrato; ii) es ente separado en s y por s; iii) es un esto determinado;y, por ltimo, es iv) un ente uno61. Pero, la ousia tambin es la forma (eidos); primera, envirtud de su definibilidad, su cognoscibilidad, su permanencia y su actualidad. Es loque hace que una cosa sea lo que es, es decir, es esencia62. Esta definicin como formao esencia se contrapone a la materia, un principio que no tiene ni la realidad ni la unidadde la forma. En efecto, la materia es amorfa y finita en el tiempo; solo se la puedeconocer por analoga, es el supuesto y el sustrato del cambio, es casi una ousia63.

    Como se sabe, todo particular sensible, incluyendo los humanos son com-puestos de materia y forma. La materia es lo amorfo que la forma determina, parahacerla lo-que-es. Estas caractersticas llevan a Aristteles a valorar de manera diver-sa ambas nociones, considerando a la forma superior a la materia. Como, asimila lamateria la mujer y la forma al varn, es fcil ver las derivaciones tico-polticas ybiolgicas que se siguen.

    58 Horowitz, op. cit., p. 199; Balme, op. cit., p. 11. Sobre este problema en Hesodo, cf.Cubero, I. Pandora: en el origen del logos lo femenino como registro del mal. En: Snchez, C. (ed.)Actas de las VII Jornadas de Investigacin Interdisciplinaria, Madrid, Universidad Autnoma, 1989, pp.65-73.

    59 Cf. L. Irigaray, Speculum, Paris, Editions de Minuit, 1978; A. Rich, Nacemos de mujer,Madrid, Ctedra, 1986.

    60 Metaf. 1069 a 18. Aristteles divide la sustancia en sensible (Fs.) e inteligible (Metaf.).61 G. Reale agrega una quinta caracterstica: es en acto (energeia).62 Metaf. 1032 b 1 s; 1013 a 26 s; Fs. 194 b 26 s.63 Fs. 191 a 8 ss; b 13; 192 a 3 s.; a 6.

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    Separada y jerarquizada la funcin de mujeres y de varones respecto de lareproduccin, Aristteles se pregunta qu tipo de diferencia es la diferencia sexual,y cmo definirla. En Metaf. X.9, ya haba reconocido que la diferencia que recoge ladefinicin (logos) da cuenta de especies (eide), como sucede en alado y con pies. Porel contrario, las diferencias de la materia no dan lugar a especies y no se recogen enla definicin64. En virtud de esto, Aristteles afirma que macho y hembra sonmodificaciones peculiares de animal, no en razn de la esencia, no en razn de lamateria sino en razn del cuerpo65. Ahora bien por qu la diferencia entre mujer yvarn es solo una diferencia del cuerpo? Por qu esta alternativa indita en su obra?

    En principio, si la diferencia fuera de esencia, daran lugar a dos especies dife-rentes, lo que Aristteles niega porque, si as fuera, sera imposible la reproduccin.Varn y mujer pertenecen al mismo eidos o, lo que es equivalente, a la misma clase(homogenesin)66. Aristteles refuerza su argumento como sigue: el varn slo puede trans-mitir su eidos en la materia de la mujer. Por su parte, si la mujer transmitiera su propioeidos, como tambin aporta la materia, podra reproducirse sola y no quedara claro cules el papel de los varones en la generacin. Como vemos, a los ojos de Aristteles, lasmujeres podran procrear solas, lo que a los varones les est vedado, y al hacerlo mostra-ran su superioridad. Se trata claramente de un argumento ad hoc. Esta conclusinparecera llevarlo a sugerir que el padre es causa eficiente y formal del hijo: un varngenera un varn (anthropos anthropon genna), afirma repetidamente67.

    Esto implica que el individuo macho de una especie E debe engendrar otroindividuo de su misma especie. Ahora bien, el sexo del hijo no est incluido en latransmisin del eidos, sino que se debe, como vimos, a la deficiencia de la materia,entonces, no puede haber sino una sola esencia, un slo logos, un slo eidos: la queporta el varn, la norma. La mujer es, en ltima instancia, una desviacin necesariade la norma a los fines de la procreacin. Este es el sentido de complementariedadque defiende Aristteles. En vrdad, esta explicacin supone el principio: norma /defecto. La mujer es defecto, varn imperfecto que no ha alcanzado por motivoscontingentes conformarse en los mismos trminos que el varn, por tanto nisatisface el eidos, ni puede transmitirlo.

    Sintetizando, i) mujer y varn son contrarios, ii) esta contrariedad se sitaya en el nivel del gnero animal, iii) pero el sexo est en los animales en cuantoindividuos. Por lo tanto, la analoga con color y con alado / pedestre no funcio-na. Los ejemplos del propio Aristteles son, para el primer caso, Calias es blancodonde el predicado es manifiestamente independientemente del sujeto, y no consti-tuye su esencia. En el segundo caso, en cambio, s lo hace: distingue aves de mam-feros y reptiles. Pero no son posibles hembra o macho independientemente de

    64 Metaf. 1058 b 1-3.65 Cfr. supra. Metaf. 1058 b 21 ss. Aristteles tiene una misma palabra para varn=macho/

    mujer=hembra.66 GA. 747 b 31.67 Cf. tambin, Fs. 193 b 12; 198 a 26; 202 a 11; PA. 640 a 25; Metaf. 1033 b 32; 1070 a 28.

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    animal68. Como seala acertadamente Campese, decir animal hembra es redun-dante pues hembra y macho, solo pueden darse en animal, el gnero quelgicamente presuponen. Sera como describir a un individuo como jorobado de laespalda cuando la joroba solo puede serlo de una espalda o aguileo de la nariz69.Pero, la joroba en una espalda o lo aguileo de una nariz son accidentes.

    Me interesa subrayar que, si el sexo est en la materia como un mero acciden-te, entonces se siguen algunas consecuencias interesantes (que Aristteles no extrae)70:

    1) la materia, debido a sus caractersticas, slo puede ser objeto de conocimientopor analoga.

    2) no hay ciencia del accidente71.3) esto significa que solo puede ser objeto del tipo de discurso sofista72.4) sin embargo, la biologa, a la que Aristteles da esttus de ciencia, trata en su

    mayor parte de las diferencias sexuales y sus consecuencias en la generacinde los individuos.

    5) adems, Aristteles define como accidente lo que no existe siempre ni confrecuencia, y la diferencia sexual, en cambio, sucede siempre (o la gran ma-yora de las veces) respecto de animal, y no es fortuita ni casual73.

    La situacin es, pues, aportica: i) la diferencia sexual no se transmite con eleidos, no cabe en la definicin, no determina especie, luego es accidente de la materia.

    Pero, ii) los accidentes son infrecuentes y el sexo se da en todos y cada uno delos individuos de las diferentes especies del gnero animal; adems la biologa trata, engran medida, de las diferencias sexuales y de la reproduccin, y es una ciencia, luegola diferencia sexual no puede ser mero accidente, pues no hay ciencia de lo accidental.

    Intenta Aristteles como conjetura Campese encontrar un tercer caminocuando dice que la diferncia sexual lo es del cuerpo? Y, si lo hace, Rompe la dicotomaesencial / accidental (con sus consecuencias en la definicin)? Por otro lado, Es posibledentro de su metafsica que una diferencia pertenezca, al mismo tiempo, al gnero y alcuerpo? Cmo puede un accidente del cuerpo elevarse al plano del gnero? Cmopuede diferenciae materia y cuerpo, y afectar animal en tanto que tal? Todas lasrespuestas parecen insuficientemente fundamentadas en la obra del estagirita.

    Hemos visto brevemente que las dificultades con las que tropieza Arist-teles tienen ms de un signo. Por supuesto, me interes revisar slo algunas de las queresponden a los lmites que impone un sistema de dominacin de sexo-gnero, tanto enel planteamiento de los problemas como en la bsqueda y el encuentro de las solucio-

    68 Metaf. 1030 a 25.69 S. Campese et al., Madre Materia, Torino, Boringhieri, 1983, p. 140. Este problema es

    paralelo al de la definicin, la relacin a nariz cncava y respingona. Metaf. 1030 b 5-1031 a 1.70 Categ. 2 a 11 ss; Metaf. 1039 a 29.71 Metaf. 1026 b 26; 1027 a 28 s.72 Metaf. 1026 b 15 ss.73 Metaf. 1026 b 32; Fs. 196 b 10.

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    nes. As, en el caso de la dismil valoracin de la materia (vinculada con la mujer) y de laforma (vinculada con el varn), Aristteles imprime a priori y desde el inicio un sesgovalorativo ajeno a los problemas mismos que quiere resolver, tanto en mbitos polticoscomo biolgicos, que alteran, incluso, su nivel de anlisis. Instalando ad initio un sesgovalorativo hace posible, en todos los rdenes derivados, la aplicacin de un doble crite-rio. Este doble criterio, que se hace manifiesto en la poltica y en la tica obedece a unainstancia ms profunda, identificable fcilmente en la biologa, pero que puede rastrearsehasta en las nociones metafsicas que sostienen y legitiman todo el sistema.

    En consecuencia, se ve con toda claridad por qu Aristteles acepta, sin mayordificultad, diferentes concepciones de perfeccin, segn se refiera a hombres libres oesclavos, o a mujeres en general. Se ve claramente tambin por qu las analogas quepone en juego, a la par que le permiten explicar algunas cuestiones, oscurecen otras,manteniendo, en ltima instancia, en la ambigedad un rea significativa de problemas.

    De modo semejante, algunos problemas tcnicos, sobre todo los vinculados ala definicin, enfrentan a Aristteles a dilemas de singular grado de dificultad. Comovimos, no es trivial el de cmo resolver el esttus ontolgico de la diferencia sexual.Ante la apora: diferencia sexual un mero accidente o un rasgo del eidos la solu-cin aristotlica, es poco feliz y apela a elementos tericos ad hoc, ajenos a su filosofa.En efecto, ante la imposibilidad (el sistema patriarcal impone sus propios lmites) deatribuir la diferencia sexual al eidos (solo se generaran varones, lo que no es el caso),o a la hule (que se convertira en activa, lo que el paradigma impide), Aristteles apelaal soma, en a una solucin tan indita en el resto del Corpus como insatisfactoria.

    Estas dificultades se potencian en un uso complejo de la explicacin teleol-gica, no exento de contradicciones, que potencia el modelo organicista en trminosde un determinismo social. Sea como fuere, s est claro que en mayor o en menormedida sus supuestos ontolgicos y metafsicos de tipo sexista influyen severamen-te en el tratamiento y el examen de los objetos de estudio que aborda y, en consecuen-cia, tambin de sus conclusiones.

    Este somero examen permite creo reconocer en la filosofa aristotlicalos sntomas del sesgo patriarcal identificados por M. Eichler y propios de lospresupuestos que modelan el sistema. Utiliza doble criterio tanto en tica como enbiologa; apela a la sobre-generalizacin al referirse a los hombres (en sentido aparentegenrico) cuando solo se refiere a los varones. Paralelamente, sobre-especifica identi-ficando la racionalidad plena slo con los varones libres, griegos, restndole a lasmujeres muchos de los atributos de lo humano en general. No hace falta subrayar quesu obra est atravesada por una posicin androcntrica, que va ms all de afirmacio-nes ms o menos triviales harto divulgadas.

    Tiene sentido nos preguntamos hacer estas lecturas no-androcntricasde su filosofa? Yo creo que s, porque si miramos a nuestro alrededor con detenimiento,veremos an la sombra de Aristteles proyectndose sobre todos nosotros.

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