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DISCIPUL AR A LOS NIÑOS Lección 4

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DISCIPULAR A LOS NIÑOS

Lección 4

TEXTO CLAVE

“Y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen?

Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis:

De la boca de los niños y de los que maman

perfeccionaste la alabanza?” Mateo 21:16

INTRODUCCION

EN NUESTRO DESEO DE PREDICAR al mundo y hacer discípulos de cada nación, no debemos olvidar a todo un grupo de personas: los niños.

Los estudios cristianos con respecto a los niños y a los jóvenes difieren en muchas cosas.

No obstante, a través de las distintas confesiones religiosas, una cosa parece consistente: la mayoría de los creyentes entregaron su vida a Cristo a una edad relativamente temprana. Pocos conversos provienen de grupos de mayor edad. Aparentemente, muchas iglesias no ven en su planificación evangelizadora este hecho importante, y dirigen la mayor proporción de sus recursos hacia la población adulta. Los primeros discípulos de Cristo también parecen haber subestimado el valor del ministerio de los niños. Jesús rechazó esta actitud y dio lugar a los niños; incluso les dio prioridad. Por ello, debemos hacer lo mismo.

INTRODUCCION

I. Saber: Describir el discipulado de los niños en el hogar

II. Sentir: Consideración hacia los niños

III. Hacer: Discipular en la iglesia y sociedad

LOS NIÑOS EN LA ANTIGÜEDAD

Las naciones paganas de Canaán tenían poco respeto por la vida de los niños.Los cananeos y otros pueblos de la antigüedad sacrificaban niños a los dioses.

“Y no andéis en las prácticas de las naciones que yo echaré de delante de vosotros; porque ellos hicieron todas estas cosas, y los tuve en abominación” (Levítico 20:23)

Por ejemplo, el rey de Moab sacrificó a su primogénito sobre el muro de la ciudad(2 Reyes. 3:26-27)Dios amonestó a Israel que no hicieran como estas naciones y les dio instrucciones precisas en cuanto a los niños.

LOS NIÑOS EN LA ANTIGÜEDAD

SACRIFICIO DE NIÑOS

EXPLOTACIÓN DE NIÑOS

Al comparar a los niños hebreos con otros de las naciones vecinas de esa época, vemos que gozaban de un tratamiento especial. El sacrificio de niños para aplacar a los dioses había saturado muchas culturas. Por otro lado, el valor de los niños se medía a menudo por su contribución económica a la sociedad. La productividad en el trabajo, y no su valor intrínseco, definía su relación con el mundo adulto. Es doloroso decirlo, pero algunas de estas actitudes, especialmente en cuanto al valor económico, aun se encuentran en nuestro mundo actual. Realmente, el día de la ira debe venir.

LOS NIÑOS EN LA ANTIGÜEDAD

Es evidente que la apostasía de Israel afectó la estimación popular de los niños. El coqueteo de Manasés con la hechicería y

otras religiones o cultos de las naciones vecinas lo indujo a sacrificar a sus hijos (2 Crónicas. 33:6).

No obstante, el reinado de Manasés fue la excepción y no la regla; bajo un liderazgo más espiritual, los israelitas valoraban en gran

manera a sus descendientes.

LOS NIÑOS EN LA ANTIGÜEDADLa educación, la primogenitura y muchas otras prácticas culturales

demuestran, claramente, cuán valiosos eran los niños en la

antigua cultura hebrea. No sorprende, entonces, que Cristo expandiera a nuevas

dimensiones la posición de los niños, ya exaltada en comparación

con las culturas circundantes. Después de todo, los niños son seres humanos, y la muerte de

Cristo fue en favor de cada persona, cualquiera que sea su

edad; esto no debemos olvidarlo nunca.

REFLEXION

Es difícil de creer que haya adultos tan corrompidos, tan malos y tan degradados que

lastimen a los niños; a veces, aun a los propios.

¿Cómo podemos nosotros, en la situación en que nos

encontramos, hacer todo lo posible para amar, proteger y nutrir a los niños dentro de

nuestra esfera de influencia?

LOS NIÑOS EN ISRAEL“Desde los tiempos más remotos, los

fieles de Israel habían prestado mucha atención a la educación de la

juventud. El Señor había indicado que, desde

la más tierna infancia, debía enseñarse a los niños su bondad y

grandeza, especialmente en la forma en que se revelaban en la ley

divina y en la historia de Israel. Los cantos, las oraciones y las

lecciones de las Escrituras debían adaptarse a los intelectos en desarrollo. Los padres debían

enseñar a sus hijos que la ley de Dios es una expresión de su carácter, y que al recibir los

principios de la ley en el corazón, la imagen de Dios se grababa en la

mente y el alma” E.G.W. (El Deseado de todas las gentes, pg. 49)

LOS NIÑOS EN ISRAELDios le enseñó a Israel que los

niños eran una bendición: “Cosa de estima el fruto del

vientre” (Salmo 127:3)Desde muy pequeños, los niños eran instruidos en la palabra de

Dios.

“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus

hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y

andando por el camino, y al acostarte, y cuando te

levantes” (Deuteronomio 6:6-7)

Si Jesús hubiera pasado por alto la niñez, llegando al planeta Tierra como adulto, se podrían plantear preguntas serias con respecto a su capacidad de identificarse con los

niños. Pero Cristo se desarrolló como lo debe hacer todo niño, sin saltear ninguna de las etapas

de desarrollo asociadas con el crecimiento y la madurez. Él comprende las tentaciones de los adolescentes, y pasó por la fragilidad y la inseguridad

de la niñez. Cristo enfrentó los desafíos que, en su propia esfera, afrontan los niños. Otra manera en la que nuestro Salvador reveló su verdadera humanidad fue el haber

experimentado la niñez.

LA NIÑEZ DE JESÚS

LA NIÑEZ DE JESÚS“Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él” (Lucas 2:40)

Jesús no apareció como un hombre adulto. Él nació como un niño más.Tuvo que aprender a andar, a hablar, a escribir, a adorar a Dios.Como niño, Jesús fue también un ejemplo para los niños.Instruido por sus padres en los caminos de Dios, fue lleno de sabiduría y gracia.A los 12 años, el niño israelita era aceptado como miembro de la comunidad de Israel.A esa edad, Jesús demostró un conocimiento y una preocupación por las cosas espirituales que sorprendió a los más sabios de Israel.

“Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas” (Lucas 2:47)

Lee Lucas 2:40 al 52. ¿Qué enseña esto en cuanto a la infancia de Jesús?

“Entre los judíos, el año duodécimo era la línea de demarcación entre la niñez y la adolescencia. Al cumplir ese año, el niño hebreo era llamado hijo de la ley y también

hijo de Dios. Se le daban oportunidades especiales para instruirse en la religión, y se esperaba

que participase en sus fiestas y ritos sagrados. De acuerdo con esta costumbre, Jesús hizo en su niñez una visita de Pascua a Jerusalén”

Jesús adquirió sabiduría.

Dios le otorgó su gracia. Del encuentro de Cristo

adolescente en el Templo durante la visita de Pascua, podemos ver

que Jesús tenía una profunda sabiduría

bíblica. Los maestros rabínicos fueron profundamente impresionados por las

preguntas y las respuestas de Jesús.

Dios sin duda usó muchas experiencias de la niñez para dar forma al carácter atractivo y sin faltas de Cristo.

Tal vez, la disciplina de aprender las habilidades de un carpintero, al atender a sus devotos padres, al estar regularmente en contacto con las Escrituras y su interacción con los habitantes de Nazaret, moldearon el fundamento de su

crianza temprana. Al fin, por notable que haya sido la niñez de Jesús, él fue lo que todos hemos

sido: un niño.

REFLEXION“El niño Jesús no recibió instrucción en las escuelas de las sinagogas. Su

madre fue su primera maestra humana. De labios de ella y de los rollos de los

profetas, aprendió las cosas celestiales.

Las mismas palabras que él había hablado a Israel por medio de Moisés le fueron enseñadas sobre las rodillas

de su madre” Medita en las increíbles implicaciones

de esas palabras. ¿Qué nos enseñan acerca de la

humanidad de Cristo?

SANANDO A LOS NIÑOSResucitó a la hija de

Jairo(Mateo 9:18-26)

“Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y

vivirá” (Mt. 9:18)

Expulsó el demonio de la hija de la mujer

sirofenicia(Mateo 15:21-28)

“Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres” (Mt.

15:28)

Expulsó el demonio del hijo de un padre

desesperado (Marcos 9:17-27)

“Creo; ayuda mi incredulidad”

(Mr. 9:24)

Sanó al hijo enfermo de un oficial del rey

(Juan 4:46-54)

“Y el hombre creyó la palabra que

Jesús le dijo” (Jn. 4:50)

Todos estos casos tienen algo en común: padres angustiados que llevan a sus hijos a Jesús para que Él los sane. Jesús restauró todas las esperanzas y sueños que los padres tenían para sus hijos, y así les dio la oportunidad decrecer para honrar a Dios y usar sus talentos para su gloria.Los niños fueron sanados en base a la fe de sus padres. Los padres somos invitados a llevar a nuestros hijos a Jesús en oración ferviente, en procura de sanidad física y espiritual. Él escucha y contesta cada oración según sea más conveniente en cada ocasión.

Y, aunque Jesús mismo no había sido padre, se relacionó lo suficiente con ellos, en su humanidad, y sanó a sus hijos. En

cada caso hubo cura-ción. No rechazó a

ninguno. De este modo, se vio claramente su amor no solo por

los padres sino también por los

niños.Por supuesto, esto conduce a muchas preguntas acerca de las oraciones y las súplicas de los padres por sus hijos que no fueron sanados. Tal vez no haya

experiencia más triste que enterrar a un niño. La muerte debería reservarse para las generaciones mayores. La situación no natural de padres que lamentan la muerte de sus hijos hace que el corazón se rebele. Durante esos funerales, casi cada padre se pregunta: “¿No me debería

haber tocado a mí?”

Lamentar la muerte física y observar la decadencia espiritual puede ser igualmente doloroso. ¿Cuántos padres han sufrido agonías a causa de hijos abrumados por la

adicción a las drogas, la pornografía o la indiferencia adolescente? Cualquiera que sea la aflicción, debemos aprender a confiar en Dios, y en su bondad y amor, aun cuando las cosas no resultan tan felizmente como ocurre en las historias

bíblicas enumeradas arriba.

LOS NIÑOS COMO EJEMPLO“y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”

(Mateo 18:3)

¿En qué aspectos debemos ser como niños (Mt. 11:25; 18:4)?

Autenticidad. Humildad. Dependencia. Inocencia. Sencillez. Confianza. Susceptibles para aceptar los

impulsos del Espíritu Santo.

Los que hacen discípulos hoy deberían aprender otra lección: los niños nunca necesitan dejar atrás su dependencia infantil. Educados apropiadamente, los niños pueden llevar su confiada inocencia a la adultez. Cuando los niños crecen y maduran, cuestionarán algunas cosas, tendrán luchas, dudas y preguntas sin respuestas, como las tenemos todos. Pero una fe infantil nunca pasa de moda.

Pero una fe infantil nunca pasa de moda. Como padres, o adultos, deberíamos hacer todo lo que podamos para instalar en los niños el conocimiento de Dios y de

su amor, y nada es mejor que revelarles ese amor a través de nuestra vida, nuestra bondad, compasión y cuidado por ellos.

Podemos predicar todo lo que queramos; pero, al fin, la mejor manera de discipular a los niños (y a los adultos) es vivir frente a ellos el amor de Dios en

nuestra vida.

En contraste, los actos fríos y severos contra los niños –particularmente en las actividades patrocinadas por la iglesia– pueden destruir la confianza de un niño en la

iglesia y en Dios. Los que realizan tales acciones ¡qué ira deben esperar! Cristo y su mensaje despiertan confianza y fe.

¿Cómo se atreverá cualquier organización humana a comprometer esa fe infantil por falta de vigilancia?

¿Qué está haciendo tu iglesia, no solo para

nutrir a sus niños, sino también para

asegurarse de que estén protegidos de toda

manera posible? Piensa en lo que significa que Jesús dijera que “sus ángeles en los cielos

ven siempre el rostro de mi Padre que está en

los cielos” (Mat. 18:10). ¿Por qué esto debe

hacer temblar a todos los que hieren a un

niño?

“En los niños que eran puestos en relación con él, Jesús veía a los hombres y a las

mujeres que serían herederos de su

gracia y súbditos de su Reino, algunos de los cuales llegarían a ser mártires por su

causa.

“[Cristo] Sabía que esos niños escucharían sus consejos y le aceptarían como su Redentor, mientras que los que eran sabios según el mundo y de corazón endurecido estarían menos inclinados a seguirle y a hallar cabida en el reino de Dios. Al acercarse estos pequeñuelos a Cristo y al recibir su consejo y bendición, la imagen de él y sus palabras misericordiosas se grababan en sus mentes plásticas, para no borrarse ya más. Debemos aprender una lección de este acto de Cristo, a saber que el corazón de los jóvenes es muy susceptible a las enseñanzasdel cristianismo, pues es fácilinfluir en él a favor de la piedad yde la virtud, y es fuerte paraconservar las impresiones recibidas”

E.G.W. (El hogar cristiano, pg. 250)

REFLEXION¿Cuán a menudo encontramos adultos que soportaron tanto dolor, tanto sufrimiento, tanta

angustia de corazón por cosas que les ocurrieron en su

infancia? ¿Qué debería decirnos esto

acerca de cuán tierna, cuidadosa y amorosamente

deberíamos tratar a los niños, y con cuánta oración?

“Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar” (Mateo 18:6)

“Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 18:10)

Como padres o adultos, deberíamos hacer todo lo que podamos para instalar en los niños el conocimiento de Dios y de su amor, y nada es mejor que revelarles ese amor a través de nuestra vida, nuestra bondad, compasión y cuidado por ellos.Seamos o no padres, somos responsables por la forma en que tratamos a los niños de nuestra iglesia y el ejemplo que les damos.

PROTEGER A LOS NIÑOS

“Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios” (Marcos 10:13-14)

DEJAD A LOS NIÑOS VENIR A MÍ

“Al decir Jesús a sus discípulos que no impidieran a los niños el acercarse a él, hablaba a sus seguidores de todos los siglos, es decir, a los dirigentes de la iglesia: ministros, ancianos, diáconos, y todo cristiano. Jesús atrae a los niños, y nos manda que los dejemos venir; como si nos dijera: Vendrán, si no se lo impedís”

E.G.W. (El ministerio de curación, pg. 27)

Seguramente, los discípulos de Cristo eran bien intencionados, aunque ignorantes. Intentaron proteger el valioso tiempo de Jesús y conservar su energía para asuntos más “importantes”. Ellos entendieron mal lo que Jesús quería que supieran.

Imagínate lo que es ser rechazado por adultos rezongones, solo para ser abrazados por la persona amante y considerada que es Jesús. No es extraño que ellos lo abrazaran. En esta historia, se nos ha dejado un valioso ejemplo con respecto a la manera en que los profesos discipuladores deben tratar a los niños.

“Los padres y las madres deben considerar a sus hijos como miembros más jóvenes de la familia del Señor, a ellos confiados con el fin de que los eduquen para el cielo. Las lecciones que nosotros mismos aprendemos de Cristo debe-mos darlas a nuestros hijos a medida que sus mentes jóvenes puedan recibir-las, revelándoles poco a poco la belleza de los principios del cielo” (DTG 474).

CREATIVIDAD

• Busca a un niño en tu iglesia o en tu vecindario(en edad física o espiritual).

• Se su mentor espiritual y guíalo en la “senda del Señor”.

• Ayúdale a tener una Biblia, guía de estudio.

• Visítale, ora por él (ella)• y mantengan una

comunicación continua.

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