a pobreza constituye el más grave problema denuestra sociedad. Por ello, es una de las temáti-cas a la que las ciencias sociales y las humani-dades han dedicado mayor atención, intentan-

do hallar explicaciones sobre sus causas y aportandoconocimientos científicos para su superación.

Pero en las últimas décadas, en el contexto de crisisdel modelo de sociedad basado en el trabajo asalariadoy de regímenes sociales de bienestar, el incremento ylas nuevas formas que ha adquirido la pobreza exigennuevos esfuerzos conceptuales capaces de ofrecer unanálisis multidimensional profundo que logre enrique-cer las concepciones que sustentan las políticas econó-micas y sociales que pretenden su superación. Desdediferentes perspectivas, e intentando aportar a la cons-

trucción de un enfoque interdisciplinario, se debe con-siderar la compleja interrelación que existe entre lainsuficiencia y la desigualdad de ingresos, la precarie-dad e informalidad en el empleo, las bajas e inestablesremuneraciones de los trabajadores poco calificados,las deficiencias alimentarias, las dificultades para acce-der a educación y salud de calidad, el acceso limitadoa bienes y servicios básicos como la vivienda, el agua,el transporte. A ello se suman las prácticas de discrimi-nación de que son objeto principalmente los sectorespopulares por el origen étnico, el lugar de residencia,la edad, el género, las capacidades diferentes o las dis-capacidades. La importancia de las mismas radica enque generan procesos de acumulación de desventajaseconómicas y sociales que afectan a determinados gru-

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A l i c i a Z iccard i(Ed i tora huésped)

P R E S E N T A C I Ó ND i m e n s i o n e s d e l a p o b r e z a y

p o l í t i c a s e c o n ó m i c a s y s o c i a l e s

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pos de la sociedad y exigen nuevos esfuerzos teóricos yde interpretación de la realidad por parte de los cien-tíficos sociales y de los encargados de diseñar y aplicarnuevas políticas públicas que apunten a lograr unamayor cohesión social.

Por ello, en este número de Ciencia se presenta unconjunto de trabajos que introducen diferentes pers-pectivas y nuevos temas vinculados a la pobreza, conla finalidad de aportar elementos que enriquezcan elnecesario debate que nuestra sociedad debe emprenderen torno a este núcleo central de la cuestión social.

Desde una concepción filosófica, la pobreza plan-tea tanto un problema ético como político: las perso-nas pobres carecen de autonomía y de respeto a sí mis-mas, y a la vez tienen escasa posibilidad de elegir, alquedar excluidos de ocupar un lugar u obtener un bieno servicio. Éste es el punto de partida del artículo dePaulette Dieterlen, quien retoma el enfoque de las teo-rías de la justicia distributiva y coloca el eje del aná-lisis en tres temas: los sujetos de la distribución, losobjetos de la distribución y los mecanismos por los cua-les se realiza dicha distribución. En el primer tema sediscute sobre quién recae la responsabilidad de sumi-nistrar aquello que se distribuye; en el segundo, se re-fiere a los recursos o bienes necesarios que se distri-buyen para alcanzar un nivel de vida adecuado; y eltercer tema, dado que se habla de escasez de recursos,enfatiza la importancia de definir criterios y objeti-vos, públicos, transparentes y eficientes para efectuaresa distribución.

Otra problemática vinculada también al compo-nente ético de la pobreza es la relación entre pobreza y migración, ya que muchos millones de personas hanmigrado de sus países de origen en las últimas décadas.En su artículo, Mario Luis Fuentes señala como unacausa de estos procesos migratorios las situaciones depobreza, desigualdad y exclusión que existen en suspaíses de origen, ya que si bien esta población debetener cierto espíritu emprendedor, sin duda se encuen-tra en una situación de extrema vulnerabilidad social.La magnitud del problema es tal que, según la Orga-nización de las Naciones Unidas, en el mundo hay másde 214 millones de migrantes, número que se duplicódesde 1980. Pero dado que las migraciones masivas denuestra época están relacionadas directamente con la

posibilidad de acceder a empleos mejor remuneradosque los que se obtienen en los países de origen, los mi-grantes juegan un papel predominante en las nacionesa las que llegan, pues revitalizan sus economías, gene-ran riqueza y provocan la dinamización de los merca-dos. Pero estas condiciones de las migraciones impli-can una nueva configuración de la globalidad y unanueva era de tráficos, que pueden caracterizarse comolícitos, ilícitos y extremos, y que constituyen uno delos mayores riesgos sociales actuales.

Las ciudades son los espacios receptores de estosprocesos, espacios urbanos que en el marco de las pro-fundas transformaciones que ha presentado la econo-mía urbana en las últimas décadas, modifican intensa-mente su fisonomía y su morfología social. Uno de losprincipales fenómenos en las ciudades del siglo XXI esel fuerte crecimiento de la pobreza urbana, principal-

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Reencuentro con la fami l i a . Fotograf ía : Marco Anton io Pacheco ,

Cuetza lan , 2008 .

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mente en las periferias precarias y cada vez más leja-nas, lo cual es un claro indicador de la amplificacionesde las desigualdades. Pero la pobreza urbana es anali-zada en el artículo de Ziccardi como pobreza relativa,como un fenómeno económico y social que se ubica enla distribución de los recursos más que de los ingresos,porque a pesar de la escasez de bienes las personas enlas ciudades tienen trayectorias de vida, costumbres yactividades propias de la sociedad y la época en la queviven. Por ello, los programas de atención a la pobre-za en las ciudades deben enfocarse a superar principal-mente las condiciones de pobreza patrimonial a travésde la creación de infraestructura básica, equipamientoscomunitarios, espacios públicos de calidad, así como ala producción y mejoramiento de vivienda popular. Pe-ro el desafío actual consiste en que en la denominada“era de la desigualdad” aparecen nuevos procesos deexclusión y discriminación social hacia los sectores másvulnerables de la población, protagonizados por la so-ciedad a la que pertenecen, lo cual constituye un temacentral que deberá incorporarse en el momento del di-seño de nuevas e innovadoras políticas sociales urbanas.

Desde esta misma matriz conceptual, se percibe quelas actuales condiciones de pobreza se combinan connuevas y fuertes desigualdades, lo cual contribuye adebilitar aún más la cohesión social, tal como se pue-de observar claramente en las últimas décadas en Mé-xico. El profundo y sistemático análisis estadístico querealiza Fernando Cortés en este número de Ciencia de-muestra que en 2006 nuestro país enfrentaba un pro-ceso de reducción de la incidencia de la pobreza, peroel alza en los precios internacionales de los alimentosy la crisis económica de 2008 agudizó la problemáticade los índices de pobreza. Según este análisis, a conse-cuencia de la recesión económica que vivió el paísdesde fines de 1994, provocada por el llamado “errorde diciembre”, se redujo fuertemente el ingreso de loshogares, lo que llevó al pronunciado aumento de la

pobreza. La crisis actual, en cambio, se caracteriza por-que la pobreza aumentó en 2008 no sólo por la re-ducción del ingreso de los hogares, como ocurrió en lacrisis de mediados de los noventa, sino porque fue re-forzada por un aumento significativo en los niveles dedesigualdad.

Cabe entonces preguntarse, como lo hacen Gusta-vo y Carlos Viniegra: ¿en qué medida el desarrollo dela ciencia y la tecnología pueden contribuir a comba-tir la pobreza? Pareciera que éste es el camino másseguro para resolver el problema de la pobreza prevale-ciente en América Latina. Sin embargo, estos autoresobservan que es necesario analizar la pobreza en fun-ción de un enfoque global sobre el desarrollo econó-mico y social, y sobre el proyecto que impulsa cadanación. Los datos que presentan les permiten concluirque el desarrollo científico es una condición necesaria,

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Presentación

Modern idad y t rad ic ión . Fotograf ía : Marco Anton io Pacheco ,

Tete lc ingo , More los , 2009 .

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pero no suficiente, para que un país prospere y alcan-ce un nivel alto de desarrollo humano. Para que laciencia se asocie eficientemente con la tecnología yésta con el combate a la pobreza, se requiere la inte-gración de cadenas productoras de bienes y serviciosque equilibren la participación de las pequeñas y gran-des empresas, aumentando el empleo y el ingreso. Ennaciones como México –que enfrentan el futuro sinuna estrategia integrada de ciencia y tecnología ligadaal desarrollo industrial, sin un aumento de las capa-cidades humanas, pero con asimilación pasiva de latecnología– el desarrollo de la ciencia por sí sola nomejora mucho la productividad ni la distribución delingreso, y por ello se vuelve muy difícil combatir a la pobreza.

Los últimos dos trabajos que forman parte de estasección de la revista Ciencia enmarcan el problema de

la pobreza desde algunas teorías que, desde la econo-mía, han intentado hallar explicaciones estructuralessobre sus causas y a la vez ofrecer opciones para supe-rarla. Tal es el caso de las teorías del desarrollo queanaliza Leonardo Lomelí, haciendo un recuento desdelas primeras preocupaciones contenidas en la econo-mía clásica –que atribuyó la pobreza a una asignaciónineficiente de los recursos, cuyo adecuado funciona-miento corregiría el libre funcionamiento del merca-do–, hasta la concepción de la necesidad de generarigualdad de oportunidades a través de políticas guber-namentales desarrollada por Stuart Mill y el surgimien-to de la economía del bienestar, durante las primerasdécadas del siglo XX. Pero, como señala este autor, laspreocupaciones por el desarrollo y la superación de lapobreza surgen en el capitalismo maduro a lo largo de ese siglo, destacando las aportaciones del estructu-ralismo latinoamericano, que pone el énfasis en laslimitaciones estructurales para generar crecimientoeconómico y empleo, así como las más recientes re-consideraciones que subrayan la necesaria adopción depolíticas focalizadas a atender la pobreza extrema.

Finalmente, en esta sección se publica un traba-jo de Rolando Cordera en el que pone a discusión los contenidos y alcances de las políticas sociales y elpapel del Estado frente a una cada vez más comple-ja cuestión social. Analiza históricamente la relaciónentre desarrollismo y justicia social en México, y losresultados no deseados ni lineales generados por laadopción de políticas sociales focalizadas y desvincula-das de estrategias de fomento económico y desarrolloregional. Para este autor, las políticas de superación dela pobreza y la desigualdad deben sustentarse en unpapel renovado del Estado que plantee mecanismos de participación social y explore formas más eficien-tes de regulación de los mercados que formen parte deuna estrategia de desarrollo.

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A pesar de l a neces idad y de l a pobreza , l a fami l i a s iempre está

un ida . Fotograf í a : Verón ica Vázquez Va ldés , T lacu i lotepec , 2001 .

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