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Colección Selva Negra UNICACH Centro de Estudios Superiores de Mexico y Centroamerico de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas ANUARIO CESMECA 2007, Nueva Epoca

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  • ColeccinSelva Negra

    UNICACH

    Centro de Estudios Superiores de Mexico y Centroamerico de la Universidad de Ciencias y Artes de ChiapasANUARIO CESMECA 2007, Nueva Epoca

  • LITERATURA

    Los negros en los cuentos de indios: acercamiento inicialJess Morales Bermdez

    Textos populares de poesa religiosa al Cristo de Tila, ChiapasCarlos Navarrete Cceres

    Fragmentos a su imnCarlos Gutirrez Alfonzo

    Sobre los reflejos del andar y el ver. Un esbozo de lecturadel gnero de la literatura de viajes.

    Karla Elisa Morales Vargas

    Rememorando el pasado. Literatura femenina en Chiapasdurante el Porfiriato (1876-1910).Karina Domnguez Domnguez

    El cristianismo en los mitos zoques: una aproximacinJos Luis Sulvarn Lpez

    La fauna en la narrativa indgena de Los Altos de ChiapasJulio Csar Snchez Morales

    I DENTIDAD Y CULTURA

    Una mirada crtica a la difusin televisiva del video indgenaAxial Khler

    Kiubo. kiubo. raza. La Banda El Recodo en San Cristbalde Las Casas

    Martn de la Cruz Lpez Moya, Mara Luisa de la GarzaChvez, Efran Ascencio Cedillo, dgar Sulca Bez

    Identidades sin rostro?: paliacates y pasamontaasen el muralismo de Oventic

    Luis Adrin Vargas Santiago

    El decadentismo en la elaboracin de la identidad gticaLuis Fernando Bolaos Gordillo

    Libertad: valor y sueo transculturalVladimir Gonzlez Roblero

    GENERO Y SEXUALIDAD

    El espacio religioso de las mujeres en MxicoSylvia Marcos

    '111 1 1,\\1\

    UNIVERSIDAD DE CIENCIAS) ARTES DF. CHIAPAS

    Representaciones acerca del inicio sexualy el uso de condn en jvenes estudianteshablantes de lenguas indgenas de Chiapas

    Diana L. Reartes

    TICA , POLITICA E INVESTIGACION SOCIAL

    Reflexiones sobre la prctica de la investigacin descolonizad, ^Charles R. Hale

    POLITICAS AMBIENTALES

    La relacin entre las polticas culturales y ambientales ofiaal'^y su cuestionamiento por los grupos indgenas organizados

    Anglica Schenerock

    Entre el enfoque de ingeniera y la descentralizacin:desilusiones y expectativas frente a la poltica de agua potahlt,

    en El Porvenir, Chiapas (1972-2007)Ludivina Meja Gonzlez y Edith F. Kauffer Michel

    RESEAS

    Miranda. Ral, Luz Mara Espinosa (editores). 2007. Apropsito de Chiapas: La paz en la Guerra. UNAM, ECOSUH

    y Editorial Comuna. Mxico.Xochitl Leyva Solano , Mercedes Olivera

    y Gerardo Gonzlez

    Lara Cisneros, Gerardo, 2007, El Cristo Viejo de XichuResistencia y Rebelin en la Sierra Gorda durante el siglo XVIIICONACULTA y Universidad Autnoma de Tamaulipas. Mexs c

    Sergio Nicols Gutirrez Cruz

    NOTAS SOBRE ACTIVIDADES DEL CESMECA -UNICACH EN EL 2007

    Los posgrados en el CESMECA : de calidad, CONACYT dlxl'Alain Basail Rodrguez

    Presencia del CESMECA en la Amazonia colombianaCarlos Uriel del Carpio Penagos

    Participacin del CESMECA en el Congreso Internacionai'Anthropos 2007: La Antropologa ante los desafios

    del siglo XXIMartn de la Cruz Lpez Moya y Axel Khler

    cesineca

  • UNIVERSIDAD DE CIENCIAS Y ARTES DE CHIAPAS

    2008

  • Anuario 2007, nueva poca

    Primera edicin: 2008

    D. R. 2008. Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas1' Avenida Sur Poniente nmero 1460C. P. 29000, Tuxtla Gutirrez, Chiapas, Mexco.www.unicach.edu.mxedtorial@uncach . edu.mx

    ISBN 978-607-7510-15-4

    Diseo de portada: Efran Ascencio Cedillo

    Imagen de portada: Juan Chawuk , Herida Csmica , leo sobre tela, 80 x 100 cm, 2008

    Impreso en Mxico

  • DIRECTORIO

    Roberto Domnguez CastellanosRector

    Jos Francisco Ngenda PrezSecretario General

    Adrin Velzquez MegchnAbogado General

    Julio Csar Vzquez PrezDirector de Administracin

    Amn Andrs Mcel RuzDirector Acadmico

    Carlos Gutirrez AlfonzoDirector del CESMECA

    Jaime Antonio Guilln AlboresDirector de Extensin Universitaria

    CENTRO DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MXICO Y CENTROAMRICAINVEsTIGADOREs: Alain Basail Rodrguez, Ana Mara Parrilla Albuerne, Astrid Maribel Pinto Durn, AxelKhler, Carlos Gutirrez Alfonzo, Carlos Uriel del Carpio Penagos, Daniel Villafuerte Sols, Efran AscencioCedillo, Ins Castro Apreza, jess Morales Bermdez, jess Solis Cruz, Leocadio dgar Sulca Bez, MagdaEstrella Ziga Zenteno, Mara del Carmen Garca Aguilar, Mara del Roco Ortiz Herrera, Mara Luisa dela Garza Chvez, Mara Teresa Ramos Maza, Martn de la Cruz Lpez Moya, Mercedes Olivera Bustaman-te, Sergio Nicols Gutirrez Cruz, Thomas Arvol Lee Whiting, Vctor Manuel Esponda Jimeno.

    Coordinadora de los postgrados : Mnica Rosalba Aguilar Mendizabal.

    Coordinador de volumen : Axel Khler.

    Consejo Editorial : Axel Khler, Ins Castro Apreza, Leocadio dgar Sulca Bez, Martn de la Cruz LpezMoya, Mercedes Olivera Bustamante.

    Personal de Apoyo: Ma. de Lourdes Morales Vargas, Irma Cecilia Medina Villafuerte, Gabriel Hernn-dez, Armando Argello Bautista. Personal Administrativo: Minerva Guadalupe Trujillo, Adelita Guz-mn Coronado, Idolina Guzmn Coronado.

    Coordinacin de la edicin : Correccin de estilo: Efran Aguilar y Axel Khler; formato y diseo tipo-grfico : Salvador Lpez Hernndez y Mara de Lourdes Morales Vargas.

  • CONTENIDO

    Presentacin ...................................................................................................11

    LITERATURA

    Los negros en los cuentos de indios: acercamiento inicial . . . . . ........ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17Jess Morales Bermdez

    Textos populares de poesa religiosa al Cristo de Tila, Chiapas . . . . 43

    Carlos Navarrete Cceres

    Fragmentos a su mn ...................................................................................... 85

    Carlos Gutirrez Alfonzo

    Sobre los reflejos del andar y el ver. Un esbozo de lectura . . . . 97del gnero de la literatura de viajesKarla Elisa Morales Vargas

    Rememorando el pasado. Literatura femenina en Chiapas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .109durante el Porfirato (1876-1910)Karina Domnguez Domnguez

    El cristianismo en los mitos zoques: una aproximacin. . . 141

    Jos Luis Sulvarn Lpez

    La fauna en la narrativa indgena de Los Altos de Chiapas ..................................155Julio Csar Snchez Morales

    IDENTIDAD Y CULTURA

    Una mirada crtica a la difusin televisiva del video indgena . . . . . . . . . . 175Axel Khler

    Kiubo, kiubo, raza. La Banda El Recodo en San Cristbal de Las Casas .......... ....... ....201Martn de la Cruz Lpez Moya, Mara Luisa de la Garza Chvez,Efran Ascenco Cedllo, dgar Sulca Bez

  • Identidades sin rostro?: paliacates y pasamontaasen el muralismo de Oventic ........................................................................... 217Lus Adrin Vargas Santiago

    El decadentismo en la elaboracin de la identidad gtica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237Lus Fernando Bolaos Gordllo

    Libertad: valor y sueo transcultural ................................................................247

    Vladimir Gonzlez Roblero

    GNERO Y SEXUALIDAD

    El espacio religioso de las mujeres en Mxico......... .........................................259Sylvia Marcos

    Representaciones acerca del inicio sexual y el uso de condn enjvenes estudiantes hablantes de lenguas indgenas de Chiapas .......................... 275Diana L. Reartes

    TICA, POLTICA E INVESTIGACIN SOCIAL

    Reflexiones sobre la prctica de la investigacin descolonizada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 299Charles R. Hale

    POLTICAS AMBIENTALES

    La relacin entre las polticas culturales y ambientales oficialesy su cuestionamiento por los grupos indgenas organizados

    . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .......... 317Anglica Schenerock

    Entre el enfoque de ingeniera y la descentralizacin: desilusionesy expectativas frente a la poltica de agua potableen El Porvenir, Chiapas (1972-2007) ........... . ...................................................... 341Ludivina Meja Gonzlez y Edth F. Kauffer Mchel

  • RESEAS

    Miranda, Ral y Luz Mara Espinosa (editores), 2007, A propsito de Chiapas:Lapazen la Guerra, UNAM, ECOSUR y Editorial Comuna, Mxico .......................... 375Xochtl Leyva Solano, Mercedes Olivera Bustamante y Gerardo Gonzlez

    Lara Cisneros , Gerardo, 2007, El Cristo Viejo deXich.Resistencia Y Rebelin en la Sierra Gorda durante el siglo XVIII,CONACULTA y Universidad Autnoma de Tamaulipas, Mxico ............................ 383Sergio Nicols Gutirrez Cruz

    NOTAS SOBRE ACTIVIDADES DEL CESMECA-UNICACH EN EL 2007

    Los posgrados en el CESMECA : de calidad , CONACYT dixit..... ...... .................. ..... 385Alan Basal Rodrguez

    Presencia del CESMECA en la Amazona colombiana. ............... ---- ............. ........389Carlos Urel del Carpio Penagos

    Participacin del CESMECA en el Congreso Internacional"Anthropos 2007: La Antropologa ante los desafos del siglo XXi ... ....... ......... 393Martn de la Cruz Lpez Moya y Axel Khler

  • UNIVERSIDAD DE CIENCIAS Y ARTES DE CHIAPAS

    REFLEXIONES SOBRE LA PRCTICADE UNA INVESTIGACIN DESCOLONIZADA1

    2007Anuario

    Charles R. HaleDepartamento de Antropologa

    UNIVERSIDAD DE TEXAS, AUSTIN

    Dedicado a la memoria de la vida inspiradora del maestro Orlando Fals Borda

    En enero de 1971 un grupo de once intelectuales -la mayora latinoamericanos,todos no indgenas- se reunieron en la isla caribea de Barbados para consi-derar la relacin entre las ciencias sociales y un tema que apenas emerga en el

    escenario poltico nacional: "la liberacin indgena". La declaracin resultante de esareunin, que posteriormente adquirira cierta fama, incluy el siguiente prrafo sobre"la responsabilidad de la antropologa":

    La antropologa que se requiere ahora en Amrica Latina no es la que toma al ind-

    gena como objeto de estudio, sino la que percibe la situacin colonial y se compro-mete con la lucha por la liberacin. En este contexto, el papel de la antropologa es

    el de proveer a los pueblos colonizados con los datos e interpretaciones sobre ellos

    mismos y sus colonizadores, que sern de utilidad para sus luchas propias por la

    libertad... (Symposium on Inter-Ethnic Conflict in South America, 1971).

    Esta afirmacin, sencilla pero fuerte, trae todava 30 aos despus a colacin una seriede preguntas claves tanto para nosotros los investigadores comprometidos con la "li-beracin indgena", como para los protagonistas de las luchas indgenas con los cualesestaramos en colaboracin: Por qu ha sido tan difcil realizar ese objetivo bsico dedescolonizar la antropologa? Ser que el lenguaje llano de "liberacin" es indicio deun problema en la manera como aqullos plantearon el objetivo? Cmo reasumir elreto, registrando los avances de los ltimos 30 aos y a la vez reajustando la brjulaque dirige nuestros esfuerzos colectivos?

    La experiencia de la segunda reunin de Barbados, celebrada en 1977, nos da algu-nas pistas para empezar a contestar esas preguntas. Despus del xito de la primerareunin, el siguiente paso lgico fue sentar la base para un dilogo entre los antrop-logos solidarios y una seleccin de intelectuales indgenas que protagonizaban susluchas. Segn el relato de un antroplogo participante, la discusin sobre la relacinentre antropologa (o ciencias sociales en general) y movimientos indgenas result

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  • 2007Anuario Centro de Estudios Superiores de Mxico y Centroamrica

    sumamente polmica y al final fue imposible llegar a acuerdos claros al respecto.' Porello, la Declaracin asociada con esta segunda reunin evita el tema por completo,para enfocarse exclusivamente en la necesidad de una "organizacin poltica propia",que luche en contra de la "dominacin fsica y cultural". El inciso que ms se acerca altema de investigacin sigue esta misma linea de desarrollo autnomo, enfatizando lanecesidad de "...conservar y reforzar las formas de comunicacin interna" y de "...man-tener los esquemas culturales bsicos especialmente relacionados con la educacindel propio grupo" (Declaracin de Barbados II, 1997). Pareciera que los protagonistasindgenas de esa reunin no hallaron papel alguno para los antroplogos solidarlosque, seis aos atrs, se haban proclamado a favor de la "liberacin indgena".

    Esa segunda reunin ofrece un punto de partida para el presente ensayo. Podemosdar por hecho a estas alturas que la gran mayora de los antroplogos no indgenas queestudian cultura y politica indgena en Amrica Latina simpatizan, en trminos gene-rales, con la causa de los derechos indgenas y, an ms, con el proyecto analtico decriticar a los actores e instituciones dominantes. Sin embargo, cuando comenzamos aespecificar las prcticas concretas que establecen la relacin entre una iniciativa de in-vestigacin y determinado proceso de lucha indgena, esto se hace mucho ms difcil. Lahiptesis que quisiera aqu explorar es que esta relacin es contradictoria, o al menosest dotada de tensiones inevitables, que no han recibido su debido reconocimiento. Loanterior no quiere decir que la relacin sea infructuosa; sino al contraro, la prctica dela investigacin descolonizada tiene mucho que aportar en cuanto a los resultados ana-litcos y, adems, brinda un conocimiento que los movimientos mismos podran apro-vechar. Pero los beneficios rendirn ms si reconocemos que vienen a travs de tensionesinherentes entre la investigacin y el protagonismo poltico, y no con la ilusin de quees posible suprimir o superar tales tensiones. Es ms, la misma hiptesis sugiere unaexplicacin mayor por las dificultades que se presentan para construir una prctica deantropologa comprometida con la "liberacin indgena": se ha buscado una relacindemasiado pura, de coincidencia ntida. Luego cuando surgen las contradicciones, lasmismas han provocado decepcin, cinismo y hasta abandono del esfuerzo. En cambio,el argumento aqu es, ante todo, un llamado a la modestia respecto al aporte que la in-vestigacin descolonizada puede ofrecer; un reconocimiento de que la investigacin y elprotagonismo poltico ocupan esferas distintas con tensiones inevitables entre s; de talmodo, se espera recuperar algo del idealismo y energa colectiva de aquellos antroplo-gos de 1971, con una base un tanto ms firme, real y autorreflexiva.

    El presente ensayo elabora este argumento a travs de la consideracin de tres te-mas centrales. Primero, pregunto qu es la investigacin descolonizada? tal como laentiendo yo, y cmo se ha intentado practicarla en algunas experiencias que conozco?

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  • 2007Anuario

    UNIVERSIDAD DE CIENCIAS Y ARTES DE CHIAPAS

    Segundo, ubico la investigacin descolonizada en relacin a la prctica y teora antro-polgicas. Tercero, hago un esfuerzo para explicar por qu esta prctica antropolgicaha sido tan difcil de realizar, aun entre intelectuales progresistas que son solidarios conlos movimientos que estudian? Comienzo este tercer apartado con una observacin delcambio ms importante en el escenario, desde la aparicin de la primera declaracin deBarbados en 1971: la presencia impresionante y creciente de intelectuales indgenas, conformacin profesional, preparados para llevar adelante los proyectos de investigacindescolonizada y muchas veces como protagonistas de ella a la vez. Argumento que estapresencia representa una nueva etapa en la historia de la investigacin descolonizada,que ya ha transformado su prctica en formas sustantivas. A la vez, planteo que muchasde las tensiones insertadas en esta prctica permanecen y algunas nuevas surgen, dejan-do as una amplia agenda colectiva para todos y todas.

    QU ENTENDEMOS POR UNA INVESTIGACIN DESCOLONIZADA?3

    En principio es bastante sencillo. Se trata, primero, de afirmar que el investigador(a)es un actor social ubicado: tiene gnero, cultura y perspectiva poltica propios, ocupauna posicin determinada en las jerarquas raciales nacionales y trasnacionales y suformacin educativa como investigador le sita en un estrato social muy particular. Almenos en las universidades de los EEUU, la tendencia fuerte es definir ese estrato comouna elite, no en trminos econmicos o estrictamente de clase, sino en trminos de loque producimos, es decir, conocimiento especializado y "experto", poco accesible a losque no han pasado por una formacin semejante. En el modelo convencional, nuestrotrabajo como catedrticos tiende a reforzar ese mismo mensaje: ofrecemos elementosbsicos de nuestros conocimientos a los principiantes, quienes lo reciben cada vez ms,si siguen el camino de la profesionalizacin. Para criticar este modelo convencional, nohay que caer en el romanticismo: aprender a ser investigador requiere una enorme de-dicacin de tiempo, trabajo y disciplina. Salvo en casos muy excepcionales, no se lograesa formacin si se tiene compromisos de tiempo completo como campesino, obrero, oprotagonista de un movimiento poltico. En este sentido es estrato aparte. Lo que s, enmi opinin, merece crtica es la orientacin elitista del conocimiento que se produce. Ssomos actores sociales ubicados, hay todo un abanico de respuestas que podramos dara las preguntas bsicas: Conocimiento para qu? Conocimiento para quin? Segn lasrespuestas que demos, nos ubicaremos como investigadores.

    Una vez abierto ese rango de posibilidades, lgicamente sigue el segundo paso. Unpracticante de investigacin descolonizada opta por una alianza bsica con un grupode sujetos organizados en lucha y se compromete a producir conocimiento en dilogo

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  • 2007Anuario Centro de Estudios Superiores de Mxico y Cent roamr

    con ellas y ellos. En algunos casos esta adhesin ser sumamente concreta y sin myores ambigedades, por ejemplo, una investigadora desarrolla un proyecto en dilogestrecho con una organizacin indgena, cuyo liderazgo ayuda a formular los objetivodel estudio y participa activamente en ello. En otros casos, el dilogo sera mucho m^general. Por ejemplo, yo acabo de terminar un estudio sobre ladinos, el grupo dominanten Guatemala: su identidad, sus actitudes hacia los indgenas, sus reacciones -muchaveces racistas- haca el movimiento maya. El estudio fue concebido con base en el dilcgo con intelectuales y protagonistas del movimiento maya, quienes sugirieron la ideaafirmaron que el conocimiento obtenido podra ser de mucha utilidad para ellos. Peroestudio en s se desarroll, por razones metodolgicas obvias, a cierta distancia de estgrupo organizado, con el cual estoy fuertemente comprometido. De cualquiera formhablar de alianza y dilogo presume que el investigador mantiene su espacio propio;no fuera as, diluira lo valioso de los datos que tiene para aportar.

    Muchos ponen objeciones a este segundo paso de "alianza", observando que los grupos organizados en lucha -sea una comunidad, una organizacin, un movimiento o u:pueblo- nunca tienen la transparencia que tal frase comunica. Siempre hay faccionesdisputas internas por el poder, jerarquas duraderas (como las de gnero) y coyunturales. Sera presuntuoso, segn esta objecin, que un investigador desde afuera tomarpartido, afirmando su compromiso con una parte y su distancia con los dems. Es ciertaque "un grupo organizado en lucha" nunca se da sin estas complicaciones internas, apensarlo contraro el investigador caera o en un romanticismo ingenuo o en un sectarsmo igualmente daino. Por otro lado, si seguimos esa objecin hasta sus ltimas consecuencas lgicas, llegamos a una conclusin casi absurda: dado que la politica es siemprcomplicada y contradictoria, es mejor que los investigadores se mantengan al margen daella, profesando neutralidad para asegurar la cobertura completa del problema. Lo anterior se aplicara, por cierto, no slo a movimientos indgenas, sino a todo nivel. La politca neoliberal del gobierno de Snchez de Lozada en Bolivia tambin era complicad