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MIS ECOFÁBULAS
Bertha Rojas LópezWaldemar José Cerrón Rojas
Huancayo –Perú – 2012
LIBRO DE EDICIÓN PERUANA TITULO: MIS ECOFÁBULASGÉNERO: NARRATIVO – ECOFÁBULASPRIMERA EDICIÓN: 2007SEGUNDA EDICCIÓN: 2012TERCERA EDICIÓN: 2013AUTORES: BERTHA ROJAS LÓPEZ - WALDEMAR JOSÉ CERRÓN ROJAS TIRAJE: 5000 EJEMPLARESILUSTRACIÓN DE TAPA. B.R.L.ILUSTRACIÓN INTERIOR: AUTORES B.R.L. – W.J.C.RREVISIÓN VÍCTOR MONTOYA LORA.EDITOR: WALDEMAR JOSÉ CERRÓN [email protected]. LIMA 1811 – HUANCAYO – PERÚTELÉFONO 0051- 64 21 47 42CEL. 971-492033RPM # 777168
Es urgente informar a los hombres y las mujeres que el problema de uno es también problema de millones, que más tarde será de los niños y niñas que habitarán nuestro planeta.
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@ Copyright. Pertenece a los autores.Hecho el depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú, ……ISBN ………
RESERVADO LOS DERECHOS DE LOS AUTORES DE ACUERDO A LEYES VIGENTES.
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ÍNDICE
DEDICATORIA OFRENDAPRÓLOGO a la primera ediciónPRÓLOGO a la segunda edición)PRESENTACIÓNCreaciones de Bertha Rojas LópezLa mariposa y el gusanoEl halcón y el gorriónLa lechuza y la palomaEl búho y el hombreEl pajarillo y el vientoLa hormiga y el niñoEl gato y la niñaEl río y el perroEl sapo y la lechuza La libélula y los niñosEl cóndor y corderitoEl zorro y la avispaLa rana y los niñosEl grillo y el sapo La semilla y chiwakitoLa hormiga y el grilloLa rosa y el zorzalLa rana y las ranitasLa araña y la mariposaEl zorzal y la lombriz
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Los gorriones y la ratonaLos taladores y los monosEl gato y el gorriónEl zorzal y la jovenLos patitos y el gavilánLa gallina y la lombrizEl cernícalo y el sapoLa zorra y la pulgaEl sapo y la rosaEl yutu y la lombrizAmanecer peruanoCREACIONES DE WALDEMAR JOSÉ CERRÓN ROJASEl sapo y la rosaLa mujer y la rosaLa rosa y el cocodriloLas hormigas y el búhoEl picaflor y las floresEl zorro y la pulgaEl gorrión y el inviernoLos niños y el ríoEl sol y el ríoLas playas y los bañistasEl árbol y la mujerLa hormiga y el trigoPARA REFLEXIONAR.
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DEDICATORIA
A los wankas:Cuyos nombres viven grabados en el nevado del Huaytapallana.
A los docentes:Que siembran en el pensamiento y sentimiento semillas ecosociales
A los escolares: Por ser capullos de vida que cuidarán otros capullitos de vida.
PukaWayta - Ancash Lumi
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OFRENDA
A ti ¡Tayta Wallallu!Te ofrendamos nuestros corazones, nuestras acciones y nuestras ecofábulas, porque eres Dios los Wankas.
¡A ti Tayta Waman! ¡A ti Tayta killincha! Mensajeros de la vida y la muerte.Guardianes del Valle Sagrado de los wankaste ofrecemos nuestras alegrías y tristezas.
A ti, Uruchumpi, madre de los wankas, fuente de nuestra memoria colectivate entregamos con amor todas las flores del campoy las aves de este mundo.
Puka Wayta - Ancash Lumi
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PRÓLOGOCuando los autores me proponen hacer el prólogo de esta
publicación, me sentí halagado; pero dudo que lo merezca,
pues no soy un personaje del mundo de la literatura, o de
nivel intelectual con la altura de los precursores de esta
nueva creación literaria, como es la ecofábula. Sin
embargo, es el Centro de Estudios y Promoción Cultural:
Jaime Cerrón Palomino, institución que me honro presidir,
la que promueve la difusión de este importante trabajo,
necesario en estos tiempos.
Cuando el ecosistema se ve amenazado por la
irracionalidad humana, se hace imperativa la necesidad de
sensibilizar, educar, formar y contribuir desde el sector
educativo al reto de reconstruir nuestro agonizante
entorno en el cual vivimos. Emplear las ecofábulas es una
excelente idea para concienciar a la juventud estudiosa y
sobre todo a la niñez, cuyo futuro es incierto en vista del
descuido de los mayores, que ponen en peligro el mañana
con una tragedia mundial que amenaza incluso con ella la
extinción de los seres vivos, incluyendo a la humanidad.
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Por tanto, la acción empieza hoy, porque mañana puede
ser tarde. De ahí que los protagonistas de las ecofábulas
nos invitan a reflexionar y a decidir por un porvenir
diferente humanizando nuestras actividades. Se trata de
una tarea conjunta, interdisciplinaria y que en lugar de ser
burocrática, debe ser más ejecutiva y eficiente, para
acometer grandes decisiones por el bien de todos
nosotros, y no sucumbir.
A ustedes, amables lectores, exhortamos para que
multipliquen el mensaje de las ecofábulas que los autores
nos brindan, haciendo que la educación ecológica, que es
parte de nuestras vivencias, motive a quienes son
indiferentes, persuadiendo a los insensibles, cautivando a
la niñez y la juventud para convertir las tinieblas de las
noches en luces brillantes de un nuevo amanecer.
Milton Hurtado CrispínPresidente del Centro de Estudios
Y Promoción CulturalJaime Cerrón Palomino.
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PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓNEn esta obra se encuentran composiciones literarias breves, con
significados de mucha importancia para la humanidad. Los
personajes en su mayoría son animales de nuestra fauna
peruana, son los que nos hacen pensar respecto a nuestros actos
frente a la naturaleza.
Los autores se han esmerado en dejarnos enseñanzas que
deberían ser leídos, analizados y comentados por los niños,
niñas, jóvenes y adultos porque están cargadas de enseñanzas
artísticamente construidas.
La obra El halcón y el gorrión, nos deja un mensaje de ternura y
amor, La lechuza y la paloma, nos hacen ver que la pérdida de la
identidad o el suicidio no es solución de los problemas
personales o colectivos.
El sapo y la lechuza, nos enseña a resolver los problemas en
forma organizada, apoyándonos mutuamente. La rana y los
niños es una ecofábula que nos permite reflexionar respecto a
nuestra historia familiar para superar las dificultades partiendo
del modelo de vida de nuestros antepasados para ir superando.
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La ecofábula El búho y el hombre nos pone una lección para
evitar ensuciar el agua. La Hormiga y el grillo nos dice que,
no solamente es válido el trabajo manual, sino también es
importante el trabajo artístico.
La ecofábula La pulga y el zorro nos trae a la mente la
existencia de un círculo de vida que existe en la naturaleza.
Todos nos necesitamos, unos a otros, para vivir en armonía
con la naturaleza en una sociedad libre de contaminación y
con ecosistema equilibrado.
Se resalta la enseñanza que siempre va estar presente en la
vida de nosotros: más vale la modestia y la perseverancia
que el orgullo y el descuido.
Ruth Ballón de GálvezPresidenta
Asociación de Familiares Víctimas del Terrorismo.AFAVIT – PERÚ
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PRESENTACIÓN
Todos somos Rumi.
La ecofábula constituye una vertiente literaria del género
narrativo, que considera las actitudes ecológicas y cumple
la función de combatir las deformidades socio-ecológicas,
lo cual significa la construcción de valores socio-ecológicos
positivos en el sistema sujeto-ecofábulas - socioecología.
Las deformidades socio-ecológicas son aquellas que
ocasionan daños sociales en la naturaleza, se manifiestan
en diversas formas y modalidades, ocasionan dolencias e
inclusive causan la muerte de seres humanos.
Las ecofábulas buscan fortalecer la formación de la
conciencia ecológica en los seres humanos, así nos
ponemos al lado de grandes fabulistas. El TaytaWallallu y
los APUS, mensajeros de la vida y la muerte de hombres,
mujeres, animales, plantas, ríos, lagunas, cordilleras y
escenarios locales de este paraíso terrenal, quienes a
través de los siglos forman, fortalecen la moral y la ética en
la humanidad.
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Concepto de ecofábula
La ecofábula es una creación literaria, breve, dialogada,
que puede ser construida en prosa o en verso, y cuyo
contenido pertenece al género didáctico y sus anclajes
literarios más profundos giran en torno a la sostenibilidad
ecológica, la problemática que aborda es la depredación de
la naturaleza y el desequilibrio del ecosistema local y global
provocado por el hombre y la mujer.
La ecofábula hace uso de recursos alegóricos, expresiones
emocionales de personajes humanos, animales, aves,
insectos, plantas, ríos, cerros, piedras, etc., expresa y
representa situaciones reales de la devastación ecológica,
con la intención de influir en el cuidado de la naturaleza.
La ecofábula permite manifestar con libertad diversas
actividades que destruyen la naturaleza, a fin de que los
humanos captemos el sentido y significado de cómo se
debe interpreta la sostenibilidad cultural ecológica para
mejorar el ambiente local y global.
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Estructura de la ecofábula
1) Situación inicial:
Se describe la situación ecológica estable, se presenta a
los personajes principales, se organiza el escenario
teniendo en cuenta el tiempo, el espacio y la situación
de la naturaleza.
2) Inicio del conflicto:
Se establece el inicio de la acción y se organiza el o, los
acontecimientos que generan el desequilibrio ecológico
e introduce la tensión que altera el ecosistema.
3) Conflicto:
Se consideran las acciones anteriores que dan inicio al
conflicto ecológico crítico y se tipifica al personaje que
intentará resolver el conflicto ecológico.
4) Resolución del conflicto:
Se argumenta sobre el fin del conflicto ecológico, se
relaciona los resultados con las acciones precedentes y
se finaliza el proceso creado con el conflicto.
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5) Situación final:
Se define la situación ecológica estable y se soluciona el
conflicto ecológico inicial, diseñando un futuro para el
cuidado de la naturaleza y el equilibrio del ecosistema.
Personajes
Son representados mediante personas, animales,
vegetales y otros seres inanimados que interactúan
como seres humanos. Las plantas, el viento, la selva y
otros elementos hablan, ríen, saltan, lloran, piensan,
reflexionan, sufren, maldicen, alaban, proyectan, etc.
Lo que a estos elementos, tanto animados como
inanimados, les sucede, sirve de lección para cuidar la
naturaleza.
Funciones de la ecofábula
La función principal es formar conciencia ecológica en los
seres humanos. La ecofábula busca que la humanidad
desde temprana edad logre poseer conciencia ecológica
individual y colectiva, a fin de cuidar el equilibrio del
sistema ecológico local y global.
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a. Función didáctica
Félix María Samaniego dice: El primer pasto con que se
debe nutrir el espíritu de los niños, [son] las máximas
morales, disfrazadas con el agradable artificio de las
fábulas. En este caso diremos que la ecofábula es el
alimento espiritual de los infantes, jóvenes y adultos
para aprender a cuidar la naturaleza.
La ecofábula, de manera alegórica, asume la
construcción de aprendizajes y conocimientos
ecológicos para encaminar una ideología progresista
hacia el desarrollo sostenible, mediante la cual todos
podamos vivir y responder a nuestras necesidades de
manera equitativa.
b. Función moral
La ecofábula, al enfocar la acción de los personajes
que depredan o protegen la naturaleza, incide en la
sensibilización de los seres humanos a fin de evitar la
destrucción del ecosistema local y global.
La ecofábula, trae como contenido la interacción
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estética con las relaciones sociales, al asumir la
defensa de principios morales ecológicos benéficos,
para la humanidad al exponer situaciones reales
de destrucción y explotación desmedida de los
recursos naturales, promueve la reflexión y la
contrastación de las normas y valores ecológicos para
proteger la naturaleza.
c. Función social
La ecofábula expresa y representa acciones, hechos
culturales, valores, así como normas que rigen las
relaciones sociales productivas de los pueblos en
contra de las organizaciones sociales que explotan
de manera indiscriminada e irracionalmente los
recursos naturales renovables y no renovables.
d. Función cultural
La ecofábula fomenta en el oyente o lector el
desarrollo de las actividades creadoras y
transformadoras del hombre en la naturaleza, estimula
la imaginación y la investigación científica, mejorando
la comunicación y la interacción equilibrada con la
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naturaleza, la cual será transferida de generación en
generación.
e. Función humorística
La ecofábula permite obtener libertad y placer en el
oyente o lector, porque está presente el humor y la
gracia. Los personajes con la manifestación de ciertas
ocurrencias motivan risa y sonrisa: acción que
conlleva al goce y placer espiritual para combatir de
manera humorísticas las deformidades socio-
ecológicas.
f. Función ideológica
La ecofábula, como portadora de una ideología,
permite analizar los aspectos gnoseológicos y
psicológicos de la conciencia social. El trabajo
literario fue abordado previa investigación del objeto
estético, su interacción en la dinámica socio-
ambiental productiva, el contenido de sus intereses,
necesidades sociales a los que está vinculada su
existencia y dirección de su desarrollo ideológico
frente a la humanidad.
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g. Función política
La ecofábula, apoyada en los conocimientos
científicos y valores humanísticos, representa la
expresión e interés sociales de los pueblos
como grupo mayoritario, orientando las
tendencias rectoras de la vida hacia la
humanización.
La ecofábula busca organizar el sistema social
de manera armónica, por lo tanto, es portadora
de una ideología progresista, la cual permite
solucionar problemas eco-sociales de las
comunidades, en nuestro contexto local y
global.
h. Función cognoscitiva
La ecofábula manifiesta, con distinta
intensidad, la fuerza cognoscitiva de las
diferentes actividades humanas, sea en la
sociedad, el ambiente o la producción.
La cualidad multifacética de la ecofábula es
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producto de su aspecto gnoseológico que es el
que encierra en sí la posibilidad de que se
evidencien todas sus demás facetas y
principios.
i. Función filosófica
Al leer la ecofábula los hombres adquieren
conciencia de la propia vida, actitud sostenible del
mundo circundante, posición progresista frente a los
conflictos sociales, apoyada en dos herramientas
fundamentales: la concepción científica del mundo
y la ideología progresista que transmite.
Valores ecológicos
La obra Mis Ecofábulas demostró su importancia a nivel
nacional e internacional al convertirse en material
didáctico indispensable dentro de las aulas y fuera de ellas,
porque mejora la interacción del ser humano con la
naturaleza al fomentar el cultivo de la conciencia
ecológica, práctica de los valores ecológicos y culturales
en las generaciones del presente milenio.
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La lectura de las ecofábulas es importante porque su
contenido sensibiliza y permite reflexionar respecto a las
acciones individuales o grupales de los hombres en contra
de la naturaleza o el medio ambiente.
La ecofábula mejora el lenguaje literario, motiva la
imaginación, fantasía, creatividad y permite perfeccionar
las habilidades del pensamiento crítico ambiental.
Paralelamente incentiva a: observar, comparar realidades
ecológicas, permite desarrollar y poner en práctica el
pensamiento crítico al juzgar de manera autónoma los
conflictos surgidos en el proceso histórico de la explotación
de los recursos naturales.
Los autores
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Creaciones de
Bertha Rojas López
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LA MARIPOSA Y EL GUSANO
Sobre el pétalo de una rosa, bailoteaba una
mariposa. De pronto, dijo:
––¡Puffff...!, qué repugnancia los que se arrastran.
Debajo del rosal se encontraba un gusano y éste
dijo:
––¡Mariposa!, recuerda que fuiste un bicho
repugnante.
Y, la mariposa respondió:
––¡Sí!, fui bicho repugnante, pero jamás me
arrastré como aquellos que se arrastran sin ser
gusanos.
Moraleja: Alcanzar los ideales con
honor y dignidad.
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EL HALCÓN Y EL GORRIÓN
Una tarde de verano, un hambriento halcón voló y
voló por el inmenso Valle, Wanka1, buscando
atrapar su presa. De pronto, divisó, en un recoveco
del riachuelo, la silueta de una avecilla que no
podía levantar vuelo. El halcón, zassss…, se lanzó
bruscamente y, sin hallar nada que comer, se
paró con profundo dolor en el alma y en el
cuerpo, para alejarse lentamente del lugar. Al rato
1 Wanka es el nombre de una cultura pre inca.
24
RUMI
decidió beber agua fresca para apagar la sed y de
alguna manera mitigar el hambre.
El halcón se posó sobre una piedra y, desde ahí,
contempló el discurrir del agua, que iba haciendo
ondas atrevidas río abajo. Asombrado veía la
violencia del agua. No pudo contener un profundo
suspiro al percatarse que las hojas secas y verdes
eran arrastradas sin piedad, como tiradas de sus
finos cabellos. Al instante le sorprendió el aletear
de un gorrión, que venía a tomar agua.
El halcón se abalanzó ferozmente sobre su presa
frágil. Al tenerlo entre sus garras asesinas, se dio
cuenta que el gorrión era cojo. Le causó un algo…
Y, asombrado, le preguntó:
––¡Oye tú!, ¿por qué estás así?
El gorrión le respondió:
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––¿Quieres saber por qué estoy así…? ¡Bien! Te
contaré la historia, “Señor Halcón” ¡Escucha!
Una mañana de invierno, salí a buscar granos
para mi madre enferma. Aquel día fue para mí
tan negro, que no quiero recordar...
Un niño que no iba a la escuela, que andaba de
paraje en paraje, de quebrada en quebrada,
matando el tiempo y destrozando las alas de las
aves que surcaban el cielo azul, me lanzó una
pedrada en el pie.
Yo fui una de sus tantas víctimas. Quedé como
me ve. Así como estoy, cuido a mi anciana madre.
Llevo agua y comida para ella que vive inválida.
A ella también le destrozó el ala izquierda otro
niño, en el verano pasado, cuando traía agua
para mis hermanos y para mí.
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“Señor Halcón”, ya sabes todo.
Te conté porque ¡tú me lo pediste! Mi vida está
entre tus filudas garras. Si tú quieres que mi madre
se muera de hambre y sed en el viejo nido de paja
que la cobija, esperando al hijo que nunca volverá,
¡puedes comerme!
El halcón gritó:
––¡No te comeré!, porque tú me enseñaste a ser
hijo.
El Gorrión, al verse libre, cantó: ––¡Pichiu2, pichiu,
pichiupii!
Dio las gracias... Luego, saltando con mucha
dificultad, se acercó al riachuelo, tomó agua,
recogió unas cuantas semillas y se fue volando...
2 Pichiu: voz onomatopéyico en quechua wanka. Imitan el trino del gorrión.
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Moraleja: Respetar la vida de los demás.
Dibuja un pasaje de la ecofábula que más te haya impactado.
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LA LECHUZA Y LA PALOMA
Una lechuza, día tras día, noche tras noche, se
atormentaba buscando respuesta a una serie de
interrogantes filosóficos:
––El panadero hace pan y el fabulista moderno
escribe ecofábulas. ¿Qué produzco yo? Mis
antepasados fueron los primeros filósofos en el
mundo. Esto me llena de orgullo, mas nadie vive
de orgullos. Mis padres siguen filosofando con los
ojos cerrados. Yo, no puedo deslindar: El ser y el
no ser. El soy y no soy. El estoy vivo y estoy
muerto. ¿Qué es la vida? ¿Qué es la muerte?
¿Qué soy yo y qué es el mundo?
Una tarde, la lechuza enloqueció, se tiró de
cabeza, se arrancó las plumas, blasfemó su vida,
voló para perderse en el plateado manto del
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silencio y se dejó llevar por el viento a la cima de
un cerro.
––¡Qué linda es la luna! ¡Cómo será el sol! ––
exclamó la lechuza
Llegó el sol y la lechuza no pudo ver y, dando
vueltas, cayó al abismo.
––¡Auxilio! ¡Auxilio…ooo! ––Gritó la lechuza.
La lechuza en la oscura profundidad, temblando de
miedo, se reprochaba por sus actos, en esa
circunstancia, una paloma se acercó para ver
quién había caído del cielo. Admirada exclamó:
––¡Oh, sorpresa! ¿Una lechuza de día…?
––¡Shak3! ––graznó la lechuza.
3 Shak, sonido onomatopéyico.
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––¡Señorita, lechuza!, ¿por qué chilla? No me
asuste. Estoy en el periodo de la dulce espera.
––Nadie puede callarme. Grito y chillo como me
da la gana.
––Señorita, lechuza, los pichones están piando de
miedo.
––Señora, paloma, usted se preocupa por ellos.
¡Qué desventurada soy! A nadie le importa el
problema de las lechuzas.
––Señorita, lechuza, nadie tiene la culpa de que la
naturaleza les haya habilitado los ojos sólo para
ver de noche.
––¡Qué fácil es decir eso! ––replicó la rebelde.
––No debe afligirse, usted es el mejor regalo de la
naturaleza. Las lechuzas ven mejor que nadie en
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las noches tétricas. Tienen el vuelo más suave y
atrapan su presa sin que se den cuenta.
––Señora, paloma, le cuento las necedades que
iba hacer. Quería ser paloma limándome el pico,
pintándome de blanco, recortándome las plumas
de la cara y maquillándome los ojos. Quise
matarme tirándome al río. Todo porque no puedo
ver, ni volar de día.
––Señorita, lechuza, el suicidio no es solución. No
cambie su apariencia física. Cambie su cultura,
mejore sus conocimientos, use la ciencia y la
tecnología para solucionar problemas individuales
y colectivos.
––¡Gracias!, señora, paloma. Descubrí lo valiosa
que soy. ¡Prometo filosofar!, para direccionar la
construcción de la vida.
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––¡Adiós!, señorita, lechuza. Extiendo mis alas
para abrazarla con amor y sinceridad.
Moraleja: Mejorar las condiciones de vida con sabiduría colectiva.
Dibuja un pasaje de la ecofábula que más te haya impactado
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EL BÚHO Y EL HOMBRE
El búho, cansado de filosofar todo el día, salió de
su claustro, al ver que la noche estaba totalmente
iluminada. Admiró la hermosura de la luna llena.
Voló hacia ella para darle un beso, mas no pudo.
El búho, decepcionado, se puso a beber y a
saborear el agua del río. En un santiamén, el agua
cambió de color y olor.
––¿Quién es, aquél que ensució el agua? ––
inerrogó el búho.
––Quién crees que eres tú, para llamarme la
atención? ––respondió el hombre.
––¡Tukuu4, tukuu! ––dijo el búho.
4 Tukuu v? Voz onomatopéyica.
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El hombre se paralizó, creyó que era la voz de un
espíritu. Susurró una oración. Luego monologó en
voz alta:
––¡Búho!, ¡Búho malagüero! estás trayendo la
muerte. ¡Vete de aquí!
El agua, iba formando remolinos, para tragar la
basura. El hombre, seguía echando la basura.
––Yo, no creo en fantasmas, ni en condenados.
Aquí no hay condenado, ni diablos.
El búho, no soportó la acción insólita. Golpeó
bruscamente sus alas y nuevamente ululú con
toda su fuerza. Rompió el silencio de la noche, el
eco avivó la voz del eco, los perros aullaron, las
aves acurrucaron a sus pichones, los gatos
cimarrones maullaron con voz estremecedora.
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La hermosa noche, plateada se transformó en
noche de terror. El hombre empezó a correr,
tropezó con una piedra y cayó. De miedo se orinó
en los pantalones.
––¡Búh…ooo!, sé que tú eres el que llevas la
muerte. ¡Perdóname…! Nunca más vendré a echar
basura al río.
El hombre, temblando, se puso de pie, otra vez
cayó al dar un paso. Haciendo un esfuerzo se
acercó al río, estiró el brazo, sacó agua con la
mano, bebió un sorbo, en el acto, le causó asco,
porque él sabía la inmundicia que echó.
El hombre, con el rostro pálido, los labios
temblorosos y con los ojos desorbitados, retornó a
su casa. Relató la historia a su familia.
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––Esta noche fue la más horrorosa de mi vida
porque en esos momentos creí estar en el mundo
de los muertos.
Querida familia, no debemos echar la basura al río.
Moraleja: No contaminar los ríos, porque el agua es vida.
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EL PAJARILLO Y EL VIENTO
Un pajarillo, sobre la rama del sauce llorón, abrió
el pico y preguntó:
––¿Por qué hicieron esto? ¿Por qué…? ¿Por qué…?
Pasó una nube gris. El pajarillo le dijo:
––¡Nube, hermana mía, ¡dime por favor! ¿Quién
hizo está crueldad con mis pichones?
La nube quiso responder, mas no pudo, porque
comenzó a llorar al ver a los muertos.
La lluvia comenzó a tintinear con sus pálidas gotas.
El pajarillo preguntó:
––¡Lluvia, dime quien mató a mis pichones?
La lluvia no respondió porque se ahogó en su
llanto.
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El viento llegó, sacudiendo bruscamente las ramas,
haciendo estallar las gotas de agua y secando las
lágrimas del pajarillo.
––¡Pajarillo!, por favor deja de piar. Sé más
valiente y piensa en otra cosa. ¿Acaso con tu llanto
y tus lamentos van a revivir tus pichones?
No te das cuenta que vives en un mundo
irracional. Los niños son los que arrojan desde lo
alto a los pichones.
––¡Viento!, tú no sabes sentir el dolor de padre,
porque no tienes hijos ––replicó el pajarillo.
Pajarillo estás equivocado. Sin mí nadie se mueve.
––Viento, ¿qué dices? ––interrogó el pajarillo.
––Si me alejo mueren aves, animales y humanos.
El agua se pudre, las nubes se quedan dormidas
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allá arriba, la lluvia no cae, las plantas no se mecen
y las olas del mar mueren ahogadas en el vientre
del mar. ––explicó el viento.
––Viento, jamás había pensado en las grandezas
que haces.
––Pajarillo, a estos niños les enseñaré a cuidar los
nidos.
––Viento, por favor, esos niños no tienen la culpa
de actuar así, los culpables son sus padres y los
mayores porque no les enseñan a cuidar la
naturaleza.
––Pajarillo, tu afirmación es una gran verdad. Pero
ellos tienen que aprender a querer a las aves, a las
plantas y a los animales.
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––Viento, prometo no llorar, ni lamentar. Mañana
tendré otros pichones, ellos revolotearán, te darán
alegría y poblarán esta región. ¡Gracias viento!,
¡Adiós!
El pajarillo se fue volando, pensando en la
conversación con el viento.
Moraleja: Todos los seres cumplen funciones importantes en la naturaleza.
Colorea el dibujo.
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LA HORMIGA Y EL NIÑO
Un día de abril, una hormiga se dirigió al campo,
llamó a sus amigas para ir a coger hojas y semillas.
Al medio día, las diminutas hormigas, sudorosas y
fatigadas, retornaban a su hormiguero.
Escucharon la risa bulliciosa de un niño. Se pararon
en silencio y vieron una acción horrorosa.
Las hormigas repitieron en voz baja:
––¡Cómo puede ser...!, ¡No puedo creer…! ¡No
puedo creer que un escolar haga esto! ¿Por qué
hay gente sin corazón?
El pequeño, caminaba cazando mariquitas,
libélulas y escarabajos. A las libélulas les reventaba
los ojos, les arrancaba las alas, las patas y les partía
el cuerpo en pedazos.
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A los escarabajos les quitaba las alas una a una,
después los arrojaba al suelo para pisarlo con
fuerza, hasta que la barriga reviente como un
cohete.
A las mariquitas, al cogerlas, le decía:
––¿Me has traído la suerte? Veo que no has traído
nada. Ahora morirás sin alas, sin patas y sin ojos.
¡Jajaja!
Las hormigas, estaban ahí. Las pobres tiritando de
miedo y, de sus ojos rodaban lágrimas de cristal,
cuando se dieron cuenta que estaban debajo de la
planta del zapato que olía a sangre, dolor y
muerte.
––¡Niño!, por favor no me mates. Tú no sabes
sentir el dolor. Los animales, los insectos y todos
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los seres vivos sienten dolor, igual que los seres
humanos.
El pequeño retrocedió un paso y, buscó con la
mirada al personaje que habló. Al no ver a nadie,
se asustó. Quiso correr, sus pies tambalearon y la
risa se tornó en muecas de terror.
––¡Niño!, soy la hormiga hormiguita y mis amigas.
Venimos muy cansadas del trabajo.
––¡Ah…! Eres tú, negrita entrometida. Me
asústate. Ahora te pisaré, verás que tu barriga va a
reventar como un cohete. ¡Jajaja!
––Niño, si eres tan valiente ¿cómo te asustaste?
––Negra flacuchenta, ¿por qué no te vas de aquí,
tú y tus amigas?
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––Está bien, mi iré, pero antes te dejaré una linda
lección.
––Oye hormiga hormiguita ¿Tú me vas a enseñar?
¡Jajaja! Tendrás que nacer de nuevo.
––¡Claro!, puedo nacer de nuevo. Mírame, cuando
abro la boca los cerros bailan.
––¡Jajaja!, enana no me hagas perder el tiempo.
Vas a morir.
La hormiga incitó a las demás, a enfrentar el
peligro. Todas comenzaron a subir por los zapatos
para meterse por debajo de los pantalones del
escolar.
El niño quiso espantarlos, sacudió los pies, corrió
de un lado para otro.
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––¿Ahora puedes ver como bailan los cerros? ––
preguntó, burlonamente, la hormiga.
El niño, gritando de dolor, se fue a su casa. Se
quitó la ropa y vio que su cuerpo estaba lleno de
picaduras. Llorando llamó a su madre para relatar
el suceso.
La madre, preocupada, bañó al niño y, le dijo:
––No debes matar a los animales, a las aves, ni a
los insectos. Ellos saben defenderse. Gracias a la
ayuda de esas criaturas, que parecen ser
insignificantes, el ecosistema se mantiene en
equilibrio.
––Te prometo, madre querida. Jamás mataré a
nadie, ni romperé las plantas. Cuidaré la
naturaleza porque soy parte de ella.
Moraleja: No divertirnos con el dolor ajeno.
46
El GATO Y LA NIÑA
Un gato, flaco, en la esquina de una calle, sentado
sobre el basural maullaba con toda su fuerza. En
esas circunstancias se acercó una niña y le
preguntó:
––¿Gatito por qué lloras?
––Porque a mi madre la mataron sin piedad
cuando traía carne para mí.
––Gato, ¿tienes papá?
––No. No sé cómo es él.
––Gato, estamos iguales. Mi madre falleció en un
accidente de tránsito. Ella vendía caramelos en la
calle. A mi padre no lo conozco. Mi madre decía,
que mi padre desapareció después que los
47
soldados lo llevaron al cuartel. ¿Dónde estará ….?
¿Estará muerto o vivo?
––Niña, se me rompe el corazón porque estás sola.
Yo puedo vivir cazando ratones en estos basurales,
uniéndome a otros gatos callejeros, en cambio tú
no puedes.
––Qué puedo hacer?, ¿Acaso llorar o pedir
limosna? Ah… ya sé….
––¿Qué piensas hacer? ––preguntó el gato.
––Trabajaré cantando en las calles. Te daré cariño
de madre y, tú me acompañarás.
––Estoy de acuerdo. ––Respondió el gato. ––No te
abandonaré ni un instante mamita querida.
48
Al instante, el gato saltó a los brazos de la
pequeña. Ahora orgulloso, pasea en la espalda de
su mamita.
Moraleja: Unirnos en el infortunio para construir un mundo mejor para todos.
49
!Qué linda madre tengo!Miau, miau
EL RÍO EL PERRO
La gente, al pasar por la orilla del río, se tapa la
nariz, escupen para allá, para acá, y dicen:
––Puf…fff ¡Qué asco!, ¡Qué vergüenza! A las
autoridades municipales no les interesa la limpieza
pública, por eso se ven nubarrones de moscas.
El río no tiene amigos, ni amigas, tampoco se
posan las aves. Sólo un perro negro, flaco,
hambriento y sin dueño, contempla la penosa
agonía del río. Un atardecer, el río exhaló un
profundo suspiró anunciando su muerte.
––Amigo río, no sufras, ni te mueras, la vida
continúa y el mundo sólo se transforma.
––Cierto las cosas se transforman. La misma gente
que hoy siente vergüenza y asco de mí, son los que
50
me cubrieron con la basura, hasta ahogar mis
aguas cristalinas.
––Río, cuando mis dientes eran fuertes como el
acero, me daban de comer. Ahora que soy viejo,
no tienen piedad de mí, me arrojaron a la calle.
Antes, cuando no había agua potable, te cuidaban,
ahora que ya tienen, no les sirves. ¡Qué
oportunistas son!
––Cuando se acabe, el agua de las lagunas,
volverán los ojos a mí, será demasiado tarde,
porque ya no estaré.
Moraleja: Cuidemos los recursos naturales porque nada es eternos.
Imagina un pasaje de la ecofábula y dibuja.
51
EL SAPO Y LA LECHUZA
Cierta noche, el sapo, subido en la rama de un
leñoso eucalipto, cantaba y rasqueteaba el viejo
charango5.
El eucalipto monologó en voz alta:
––Este sapo no cantaría así, si supiera que mañana
morirá de la forma más cruel. No podrá escapar
más. En el día lo buscaron por todas partes, si no
era por mis hojas secas, que lo cubrieron, ya
hubiera estado muerto.
El sapo calló y dejó de rascar el charango. Vio volar
a la lechuza, su amiga, cerca de él.
––¡Quisiera irme contigo, antes de caer en manos
de los seres humanos! ––Exclamó el sapo.
5Charango es un instrumento musical de cuerdas, vigente en las regiones andinas (Cordillera de los Andes) de América del Sur.
52
La lechuza refrenó su vuelo y interrogó:
––¿Escuché la voz del astuto sapo o simplemente
imaginé?
El sapo se paró y le dijo:
––Lechuza, amiga mía, tú no estás imaginando, yo
estoy aquí, cerca de ti.
Preguntó la lechuza con cierta parsimonia:
––¡Sapo! ¿Qué quieres ahora de mí?
El batracio respondió:
––Doña, lechuza, quiero hacer una alianza
contigo. Los hombres me buscan para matarme,
porque dicen que curo enfermedades crónicas. A
ti, también te buscan, porque dicen que eres bruja
y anuncias la llegada de la muerte.
53
––¿Así…, nos van a matar? ––Comentó con cierto
sarcasmo la lechuza.
––¿Qué nos queda? Unirnos en la desagracia y
salvar nuestras vidas.
––¡Claro!, claro… ––Respondió la lechuza con
menos ironía.
––¿Creo qué no aceptas de buena gana la
propuesta? ––Preguntó el sapo.
Al lugar llegaron dos hombres y vieron, con la luz
de la luna, a la incrédula lechuza sentada en la
rama del árbol.
La escopeta tartamudeó, sólo un instante y la
lechuza cayó al suelo, con el corazón hecho
pedazos.
La lechuza agónica, con voz débil, dijo:
54
––Hombres desalmados. ¿Qué delito cometí para
merecer la muerte?
El sapo se aferró a la rama y le cantó una canción
fúnebre a su amiga la lechuza.
Moraleja: No matar a las aves nocturnas por supersticiones.
55
LA LIBÉLULA Y LOS NIÑOS
La libélula, luciendo sus alas de cristal, todos los
días se paseaba por el valle, buscando la flor más
bella para descansar.
Un mañana, con sus ojos tornasolados vio una flor
que parecía ser el sol, decidió dormir sobre ella,
envuelta con los rayos solares.
Las flores gritaron:
––¡Libélula, libélula, despierta! Ahí vienen los
niños que odian y matan a las aves y a los sapos.
Son los mismos niños que atrapan mariposas y
libélulas para jugar. ¡Ellos son! ¡Ellos son!
––¿Creen qué podrán atraparme? ––preguntó la
inocente libélula.
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¡Libélula!, no preguntes. Vuela lo más alto que
puedas. Gritó el girasol.
En el acto, cercó una malla a la libélula. ¡Ay! La
libélula quedó prisionera. Los girasoles clamaron
libertad, las aves trinaron, las abejas zumbaron
pidiendo libertad.
A los niños no les importó, felices y sonrientes se
sentaron a un costado del camino, y a la libélula,
con hilo delgado, le ataron del tórax.
La libélula, en el afán de escapar, voló espantada.
Los niños decían: ¡Miren mi avión! Avión con alas
de cristal.
La libélula jadeante volaba sin libertad. Haciendo
un gran esfuerzo rompió el hilo y, se vio libre. Se
fue volando, arrastrando el pedazo de hilo, ante la
mirada atónita de los niños.
57
La libélula unos días después retornó al lugar
donde fue atrapada. Grande fue la sorpresa
cuando encontró cortado y pisoteado a los
girasoles. Llorando llamó a las aves y les dijo:
––¡Miren! los girasoles están muertos. Nunca más
florecerán.
Las aves respondieron:
––Nosotros vamos a salvar. Recogeremos las
semillas para esparcirlas por todas partes de la
tierra.
La libélula buscó un refugio, ahí se puso a
descansar.
––¡Miren! ahí vienen otra vez esos niños. ––Alertó
una abeja.
Las abejas salieron indignadas y dijeron en coro:
58
––A los niños hay que enseñarles a cultivar
los valores ecológicos.
Cuando los pequeños iban a atrapar a la libélula,
las abejas salieron enfurecidas de su escondite y
clavaron sus lancetas en la cara, en las manos, en
las cejas, en las orejas y en la frente. Los niños se
fueron llorando de dolor.
Pasó el tiempo y, en aquel lugar donde ocurrieron
los sucesos, florecen hermosos girasoles y sobre
sus pétalos de oro duermen muchas libélulas,
revolotean orgullosas mariposas luciendo sus alas
de mil colores.
Zumban las abejas, cuelgan sus nidos vivaces
picaflores, surcan el cielo blancas gaviotas, trinan
diminutos jilgueros, chirrían grillos violinistas y
croan sapos saltarines.
59
Moraleja: Los insectos no son nuestros juguetes.
Imagina un pasaje de la ecofábula y dibuja.
60
EL CÓNDOR Y EL CORDERITO
El cóndor estiró de largo a largo sus alas sobre la
nieve blanca de la fría cordillera. Desde allí divisó a
un corderito blanco, afinó su filudo pico y se dijo:
––¡Qué rica presa!
El corderito extraviado, balando y balando con
rumbo desconocido, sin saberlo, fue al encuentro
del malvado cóndor. El cóndor, guiñando sus ojos
verdugos, interrogó:
––¿Por qué balas así, pequeño mío?
–– Me perdí, tiiíto. Estoy buscando a mi familia––
respondió el corderito.
––No llores, te llevaré a donde están los tuyos ––Argumentó el rapaz.
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––¡Gracias!, tiiíto. ––Agradeció el inocente
corderito.
––Soy muy bueno, te ayudaré a terminar tus
penas. En estos momentos se acabarán las penas
para ti.
––¡Qué bueno eres, ti…iiíto!
Apenas terminó de balbucir el corderito, el cóndor le pico los ojos.
Baló fuerte, se retorció de dolor…, murió el
corderito. El malvado tío miraba con alegría su
festín.
El cielo, al rato, se oscureció, soltó dardos de
fuego, la tempestad cayó y un rayo partió la cresta
del cóndor.
Al día siguiente, el sol alumbró de nuevo, la
cordillera blanqueó, los corderitos otra vez en la
62
falda de los cerros triscan, balan y comen el ichu
fresco, mas el señor cóndor yace inerte sobre el
hielo.
Moraleja: Dejar, que la propia naturaleza regule el ecosistema.
Imagina un pasaje de la ecofábula y dibuja.
63
EL ZORRO Y LA AVISPA
Entre cerros y quebradas vivía un zorro flaco, que
andaba haciendo gala de su juventud.
Una tarde, el astuto salió de su cueva, silbando y
moviendo la esponjosa cola, esperando que todos
le rindan pleitesía.
Al asomarse al mundo maravilloso, el rostro negro
de la noche, comenzó el alboroto. Los animales
corren a su guarida, las aves revolotean en la copa
de los árboles, las gaviotas surcan el cielo azul para
perderse en el horizonte.
Las mariposas caminan soñolientas sobre el pétalo
de las flores, las hormigas apresuran el paso, las
abejas zumban, los grillos saltan y chirrían, los
sapos croan con locura, los búhos dejan de
filosofar para ejercitar su vuelo, los niños olvidan
64
los juguetes y corren a los brazos de mamá, el sol
cierra los ojos y cae al regazo del mar.
En el desorden reinante, una pretenciosa avispa se
detuvo sobre una piedra, para mostrar al mundo,
el encanto de su cinturita.
El vanidoso, llevado por el heraldo negro de la
suerte, pasó por ese lugar, levantando el hocico,
presumiendo coquetear con las blancas nubes.
––¡Ay! ay, ay… ¡Zorro esquelético! ¿Por qué no te
fijas dónde pones la pata? ¿Acaso eres ciego? Casi
me quitas la vida. ––Gritó la avispa.
––¿Quién me está recriminando? Nadie tiene
derecho de hablarme así ––respondió el
cuadrúpedo.
––Soy yo, la avispa más bella de este mundo. ––
dijo la presumida.
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––¡Un momento, pequeña insolente! Tú no sabes
¿Quién soy yo? Tú no sabes ¿A quién estás
injuriando? Tienes que aprender a respetarme ––
Dijo el zorro, mostrando aires de gran caballero.
––Señor rey, usted tiene que respetar a los más
pequeños.
––Avispa, criatura del demonio, ya te dije que soy
tu rey ––repitió el zorro.
––¿Puedo ver su corona mi rey…? ––Dijo
irónicamente la avispa.
––¿Qué…? ¿No se ve desde ahí?
––¡No…ooo! ––Gritó la engreída.
Al oír la voz socarrona, el ufano levantó la cabeza.
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––Bueno, pequeña vocinglera. Ya que vas a ser mi
asistenta, puedes admirar desde muy cerca mi
hermosa corona.
La avispa, ofendida, revoloteó cerca de la oreja del
zorro, Gritando:
––¡No se ve nada! ¡No se ve nada! ¿Acaso, tu
corona es invisible?
––Tienes que elevarte más alto pequeña inválida.
––Vociferó el zorro.
Al escuchar las palabras con tono imperativo, se
ofendió más la vanidosa. Ágilmente movió las alas
y clavó al instante su lanceta de acero en la punta
de la nariz del jactancioso.
––¡ Au.. uuu!, ¡auu ...auuu!
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El zorro se arqueó de dolor, golpeó su peluda cola
en las piedras. Finalmente, se revolcó aullando de
dolor.
––¡Jajaja!, este es el rey. ¿Están viendo? ¡Qué
valiente es el rey! ¡Jajaja!
Pasó la noche, llegó el amanecer, los rayos solares
inundaron el valle, los árboles se desperezaron, el
río dejó de bostezar, las aves gorjearon, las abejas
y las mariposas saludaron a las flores. Nuevamente
la paz y amor.
Moraleja: No discutir por banalidades porque puede ser fatal para la vida.
Imagina un pasaje de la ecofábula y dibuja.
68
LA RANA Y LOS NIÑOS
Dentro del río, debajo de una piedra, vivían una
rana y sus crías.
Cierta tarde, los renacuajos levantaron la mirada
hacia el cielo y preguntaron:
––Mamá ¿Qué hay entre el cielo y el agua? ¿Acaso
el mundo es sólo este pedazo de cielo que
vemos?
––¡Escuchen!, dentro y fuera del río viven mis
primos los sapos, los animales de todo tamaño,
aves, mariposas, moscas, abejas y seres humanos,
pero de estos últimos tenemos que cuidarnos.
También hay plantas con frutas, sin frutas, yerbas
con espinas y sin espinas.
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Las pequeñas se sorprendieron al oír hablar así a
su madre. El tiempo pasó, las ranitas crecieron. Al
amanecer ¡croac croac!, al anochecer cruíc, cruic!
Un día, soleado, ganada por la curiosidad, una de
las ranitas salió a explorar ese mundo maravilloso.
Paseó por la ribera del río, admiró la belleza de la
naturaleza fuera del agua y no se cansaba de decir:
––¡Qué maravilla, qué maravilla! ¿Por qué mamá
nos tiene metidos en ese lugar?
Cuando se encontraba sumida en sus reflexiones
escuchó gritos, chillidos, pasos apresurados y
sonoros. Todos huían aterrorizados. El conejo,
apenas se detuvo, y advirtió:
––¡Rana, ocúltate! Vienen los niños y niñas
persiguiéndonos.
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La ranita, lejos de su río y su familia, se refugió en
un escondite, desde ahí vio a los niños maltratar y
matar a los grillos, estirar a las lombrices y
despedazar a las mariposas. La ranita estaba, con
los dientes castañeteando emitió un cruic.
Los niños escucharon el cric, la buscaron, al no
hallarla, voltearon las piedras y las yerbas. La rana,
al verse descubierta, saltó hablando:
––¡Mamá tenía razón!
––¿Rana tú sabes hablar? Nunca habíamos
escuchado la voz de una rana ––dijo uno de los
niños.
––¿Qué dijo tu madre?
––Que las niñas y los niños son malos.
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––Nosotros no somos malos, sólo estamos
jugando.
––Mamá tenía razón. Hoy comprendo que los
seres humanos actúan por actuar, no reflexionan;
matan aves, ranas, sapos, jilgueros, gorriones y
gaviotas como jugando.
La rana, horrorizada, en su loca carrera saltó a un
charco de agua negra, mezclada con aceite
quemado y gasolina. Uno de los niños se metió al
charco, sacó a la rana, la limpió y, corriendo, la
llevó al río.
La ranita, retornó a lado de su madre y hermanas.
Comentó la historia. Su madre y hermanas no
podían creer la hazaña.
72
Pasaron varios meses, la rana que iba a morir, hoy
vive feliz en el río con sus hijas y nietas, relatando
la amarga experiencia.
Moraleja: Ningún batracio está demás en la tierra
.
Imagina un pasaje de la ecofábula y dibuja.
73
EL GRILLO Y EL SAPO
Cierta noche, el grillo, vestido con una levita
marrón larga, iba cantando y tocando la guitarra
por la orilla del río.
––Chisst, ¡cállate! por favo…ooor!
El grillo pasó moviendo socarronamente la levita,
tarareando una canción.
Nuevamente la voz:
––chisst ¡por fav…ooor! ¡Cállate ya! ––Gritó el
sapo.
El grillo asustado calló y dejó caer la guitarra y
preguntó:
––¿Quién eres y dónde estás?
74
––Soy tu amigo el sapo. Tú sabes que vivo
perseguido. Dicen que nosotros los sapos
curamos: tuberculosis, anemia, desnutrición, y
otras enfermedades.
No puedo salir a cantarle a mi amada la luna.
¡Mírala! qué pálida está, ya no sonríe. Antes
salíamos a la orilla del río a cantar canciones de
amor. Ahora como ves, sólo danza y canta el
silencio en la orilla del río.
El grillo guardó la guitarra a un costado y se
arrodilló al lado del sapo. Secándole las lágrimas,
le dijo:
––Hermano, los dos huiremos. Nos iremos lejos y
muy lejos para salvar a nuestra especie. No
podemos callar más, ni podemos aceptar esto.
75
––¡Levántate hermano!, llegó el momento de
alzar la voz. Escondido nada sacamos, porque al
fin y al cabo tenemos que morir. Somos pasajeros
en esta tierra. Arengó el sapo. Grillo, nada es
eterno. Dios al crear al hombre le dijo: de polvo
eres y a polvo volverás. Estoy convencido de que
todos los seres vivos nacen, crecen, se
reproducen, mueren y se convierten en polvo.
Los humanos hablan tanto del cuidado de la
naturaleza. Ellos, son los que matan a los animales,
cortan los árboles, ensucian el agua, queman la
basura, contaminan el ambiente sin saber que
están cavando su tumba.
––¡Bravo!, así se habla ––exclamó el grillo.
76
––Iremos juntos, gritando a los cuatro vientos,
sobre la clase de gente que vive en el Valle. ––
agregó el sapo.
––¡Vamos!, ofrendaremos nuestro pecho a
favor de nuestra familia. ––agregó el grillo.
Al unísono iban gritando:
––¡Sapos y grillos unidos jamás serán vencidos! ¡Sapos y grillos unidos jamás serán vencidos!
Los sapos, salieron de sus escondites para marchar
tras de su líder hacia el Ministerio de Agricultura y
a la oficina de Defensa de la Ecología.
La prensa nacional difunde la protesta nunca vista
en el valle. Hoy la gente está aprendiendo a cuidar
a las ranas, sapos y a los grillos.
77
Moraleja: Proteger a los batracios e insectos para equilibrar el ecosistema.
78
LA SEMILLA Y EL CHIWAKITU
Un campesino sembró maíz. En cuya chacra una de
las semillas se dedicó a dormir y dormir.
El Chiwakitu6, fiel compañero del agricultor,
vigilaba los sembradíos y cumplía la función de
despertar a los granos que se quedaban dormidos.
Encontró al grano de maíz muy dormido y, con voz
suave le dijo:
––¡Semillita…, semillita…, despierta! porque si
continúas durmiendo te voy a comer sin
compasión, las perezosas creo que no deben
existir.
––La dormilona, bostezando, contestó: ¡Ay…!,
pájaro ¡No molestes, déjame descansar!
Al día siguiente se presentó el jilguero y le susurró:
6 Chiwaku es el nombre del zorzal en vocablo quechua. Chiwakitu significa zorzalito.
79
––¡semillit…aaa! ¿Qué haces durmiendo varios
días? ¿Por qué no te pones a germinar? Te van a
comer los gusan…ooos.
––Lo haré cuando tenga ganas, ahora estoy
soñando con el picaflor que será mi galán cuando
florezca.
Días después, arrastrándose con dificultad, llegó la
oruguita y exclamó:
––¡Semillita, semillita, despierta de una vez por
todas y haz lo que tienes que hacer.
––¡Aaah...! Será mañana. ––Así dejó pasar los
días.
Al octavo día, la semilla seguía durmiendo. El
chiwakitu escarbó hasta hallarla y le dijo:
80
––Fui paciente contigo. Todos tus amigos te
despertaron y tú, no hiciste caso. Bien, así acaban
las dormilonas que no quieren germinar..., dio un
picotazo, pero la semilla esquivó y exclamó:
––¡Señor pájaro, por favor, ¡concédame una única
y última oportunidad! Verá que produciré los
mejores granos, si me come hoy, no le llenaré el
buche; en cambio mañana, cuando crezca, le
sobrará y crecerá más maíz. ¡Por favor! reflexiona
un segundo en su vida antes de actuar.
El chiwakitu replicó:
––Me convenciste, pequeña perezosa. ¿Para qué
esperar momentos difíciles pudiendo hacer las
cosas con deleite y sin amenaza de nadie?
––Así se aprende a nacer, crecer, reproducir y
morir ––replicó la dormilona.
81
Después de unos meses, la semillita dormilona era
una hermosa mazorca de maíz.
Moraleja: Cumplir con alegría la misión encomendada a favor de la ecología
82
LA HORMIGA Y EL GRILLO
Una tarde de verano, en la verde selva se
encontraba la ágil hormiga llevando afanosamente
una hoja. La obrera estaba empapada de sudor.
Con el propio sudor mojó el caminó. La pobre
resbaló y rodó gritando:
––¡auxilio…ooo! ¡socorro…ooo!
Se levantó y agarró la hoja para echársela de
nuevo al hombro.
––¡Ja, ja, ja! ––Se escuchó una risa que hizo que la
hormiga volteara para ver quién se reía así. Sus
ojos chocaron con un grillo burlón, que reposaba
sobre la hoja verde del plátano.
La hormiga continúo caminando, sin dar
importancia al burlón.
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––¡Ja, ja, jaa…!, hormiga enana, ¿para qué te
atreves a llevar cosas? Por qué no descansas como
yo. ¡Mírame! como yo llevo una vida diferente. No
cargo nada, cuando quiero comer voy saltando
hasta encontrar mi alimento. ¿Por qué no
descansas como yo?!Mírame! como yo llevo una
vida diferente. No cargo nada, cunado quiero
comer voy saltando hasta encontrar mi alimento.
¿Por qué no haces como yo?
––Ayayay..., grillito, gigante, qué fácil piensas; un
día cuando no haya nada aquí, ¿de qué vivirás?
No ves que los hombres están cortando los árboles
para bailar y están quemando bosques enteros
para hacer su casa de ladrillo y cemento.
Grillo, sin seso, ¿crees qué a la agente le importa
el ruego de los árboles, el lamento de las aves, las
súplicas de las abejas, el llanto de los cutpis7, de 7 Cutpi vocablo asháninca, se refiere a un animal, parecido al cuy.
84
los ositos hormigueros, de los kirkinchus8 y los
insectos?
¿Acaso tú les importas a ellos? ¿Acaso los hombres
y los niños han puesto la mirada con amor hacia tu
especie? Ellos simplemente te pisan hasta
reventarte la barriga y sueltan una carcajada a
mandíbula batiente.
Los hombres son los seres más indolentes en este
mundo, no piensan que nosotros existimos y
sufrimos hambre, sed, frío y calor. Ellos piensan
sólo en sí y para sí.
Grillo, tú estás igual que ellos, en cambio yo, estoy
guardando hojas y semillas de todo tamaño para
que vuelvan a crecer, cuando llegue la primavera.
8 Kirkinchu vocablo quechua, se refiere al quirquincho o armadillo bola.
85
––¡Hormiguita linda!, te pido disculpas. Nunca
más me burlaré de ti, ni de los demás. Mi labor
será cantar y alentar el trabajo hasta morir.
Esta es la lección de mi vida. Aprenderé a sembrar
y guardar semillas para descansar otra vez en los
veranos más ardientes que vienen. Así podré
guarecerme en los inviernos más fríos del año.
Moraleja: Sembrar y cultivar toda clase de plantas para proteger el suelo.
Imagina un pasaje de la ecofábula y dibuja.
86
LA ROSA Y EL ZORZAL
En el verano ardiente, una sedienta rosa clamaba
una gota de agua a las nubes. Pero éstas ni
siquiera se daban el afán de mirar hacia abajo.
La flor, convencida de su realidad, dijo:
––Dejaré caer mis pétalos en esta tierra, con ella
cubriré mis lágrimas, así acabaré. Y no podré
brindar aroma a las aves y ni a las mariposas. ¡Qué
doloroso resultó mi final. ¡Morir de sed es lo
peor…!
La planta cerrando sus pétalos, sin esperanza de
vivir. Un zorzal escuchaba el lamento y miraba la
penosa agonía de la rosa y se decía:
87
––¿Qué será de mí y de los demás, cuándo no
haya agua en esta tierra? ¡Dios mío…, no permitas
eso!
El zorzal se acercó y, con voz sublime, le dijo:
––¡Rosita no te mueras! mira lo bello que es la
vida. Vendrán peores momentos, tenemos que
estar preparados. Escucha bien, tú y yo
venceremos. Volaré hasta hallar el líquido de la
vida, ¡prométeme vivir!
La rosa aceptó sólo con un gesto.
El zorzal se elevó y llegó hasta el río, tomó agua y
retornó a la velocidad de un rayo.
––¡Valor y fuerza!, amiga mía. Rápidamente dejó
caer el agua del pico.
88
La flor abrió sus pétalos, soltó fragancia y
exclamó:
––¡Gracias zorzal! Seré símbolo de paz y amor en
éste mundo. Mi perfume será para ti y para todos,
allá donde moran los ángeles.
Moraleja: En grupo venceremos las adversidades de la naturaleza.
Imagina un pasaje de la ecofábula y dibuja.
89
LA RANA Y LAS RANITAS
Una rana madre vestida de verde con puntitos
negros, con un moño verde limón, sandalias de
verano. Se veía muy coqueta, acariciando a sus
ranitas.
––Mamá, qué linda está el atardecer. ¿Por qué no
salimos del agua? ¿Por qué no me llevas de paseo
allá arriba?
––¡No! ni pensarlo, si subimos allá arriba, ya no regresamos.
––¿Por qué?
––Queridas mías no saben, ¿cuánto sufro por no
llevarlos allá arriba?
––¿Por qué mamita no salimos. ¡Vamos mamita!
¡Llévanos! ––Suplicaban las ranitas.
90
––Queridas, quiero jugar, quiero saltar con
ustedes allá arriba. Lamentablemente no se
puede.
––¿Por qué mamita?
––Ustedes son muy pequeñas. No deben sufrir, ni
llorar. Deben vivir su mundo infantil sin miedo y
sin dolor.
––¡Mamita!, es necesario saber. ¿Qué no puede
suceder?
–– Ya les dije: No deben sufrir, ni llorar de miedo.
––¡Mamaíta!, cuéntenos, cuéntenos. ––Gritaron
todas las ranitas.
La madre rana se cogió el pecho y agachó la
cabeza para dejar caer unas gotas de lágrima. Una
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de las ranitas saltó a los brazos de su madre, la
abrazó y la besó diciendo:
––¡Mamita!, ¡Mamita! No llores. Cuéntanos lo que
pasó.
––Los hombres agarran y nos meten en una
licuadora y, nos muelen sin piedad. No entienden
ruegos, ni sienten nuestro dolor.
Las ranitas se asustaron
––¿Mamá por qué nos matan? si nosotras no les
hacemos nada. Sólo cantamos y alegramos al río, a
las aves y a los mismos humanos.
––¿Los niños también nos matan?, ––preguntó la
más pequeña.
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––¡Sí!, ellos nos atrapan, nos llevan a la orilla del
río, ahí a pedradas nos matan. Así mataron a tu
única abuela. Ella no pudo saltar por estar anciana.
Un niño la agarró y la aventó muy lejos de la orilla.
Todos escuchamos sus ruegos y su último grito
cuando le cayó una pedrada en la cabeza.
––Qué miedo!
Al día siguiente, las ranitas, olvidando la historia,
se fueron a ensayar saltos acrobáticos y cantos
exóticos. En esas circunstancias llegaron un grupo
de niños pescadores.
Las ranitas estaban prevenidas, se ocultaron en la
profundidad del agua.
Los niños subieron y bajaron al río para hallarlas.
Uno de los pequeños en el afán de atrapar cogió
93
un pedazo de vidrio, se cortó el dedo. Sus amigos
le auxiliaron.
El herido lloró porque aprendió a sentir el dolor.
Después de un rato, bajaron otra vez al río para
atrapar a las ranitas. Al instante, uno de ellos dio
un gritó de dolor porque en el pie izquierdo tenía
clavado un alambre de púa.
Más tarde las ranitas salieron de su escondite a
nadar y a saltar sobre las piedras. Y a todo rato
decían:
––Gracias a la historia de la abuela aprendimos a
cuidarnos.
Moraleja: Aprender las experiencias de los mayores para cuidar la naturaleza.
Imagina un pasaje de la ecofábula y dibuja.
94
LA ARAÑA Y LA MARIPOSA
Doña araña, se puso los lentes y tomó asiento
sobre un tronco para tejer un chall para su madre.
La tarde se puso pálida y, poco a poco, se hizo gris.
El viento agitó el poncho y, comenzó a soplar y
soplar, arrojando todo cuanto hallaba a su paso.
Doña araña se vio en apuros, cayó del tronco cual
pelota de esponja, perdió el crochet, rompió el
hilo. Adiós crochet, adiós chall.
––¡Viento loco!, ¿cuándo estarás quieto? –– Dijo
la araña.
––¡Doña araña!, no se lamente, en la vida hay
peores cosas. ¡Ven!, soy la mariposa más anciana.
Ya no puedo volar. Ven, le ayudaré a buscar un
regalo para su madre. No llore, porque su llanto
me recuerda a mi hermana. Ella murió llorando,
95
cuando unas niñas la atraparon para admirar la
belleza de sus alas.
Aunque la pobre lloraba a gritos pidiendo su
libertad, no la soltaron, porque la idea de las niñas
fue tenerla de mascota. Cogieron flores en una
canastita, ahí la pusieron, pero mi hermana no
aceptó. Así acabó sus días, ¡mi linda y querida
hermana!
––¡Qué pena!––Discúlpe doña mariposa!
––Arañita, no te preocupes. Vamos, te llevaré a mi
casa ––Dijo la mariposa.
En un abrir y cerrar de ojos, las dos llegaron al pie
de un hermoso rosal y doña araña de nuevo se
puso los lentes y admiró el jardín.
La mariposa, con una voz muy suave, dijo:
96
––Araña, aquí tienes las rosas de todo color para
hacer un regalo sublime. Puedes coger una, la que
tú crees que es la más hermosa.
––Mariposa, tienes las flores más bellas del
mundo. Quiero que me regales, la diminuta, rosa
azul.
––¡Bien!, es tuya. ––Dijo la mariposa.
La araña agradeció a la mariposa. Y, antes de
retirarse prometió:
––Yo también, sembraré toda clase de flores para
tener un jardín floreciente.
¡Adiós! doña mariposa. Pronto estaremos en mi
jardín, no será sólo de flores, será también de
amores.
Moraleja: Unidos entre todos enfrentar los desastres naturales.
97
EL ZORZAL Y LA LOMBRIZ
Cierto día lluvioso, sobre la frondosa rama del
molle, descansaba meditabundo y cabizbajo un
hambriento zorzal. En esas circunstancias vio
asomar del fango la cabeza de una lombriz.
El pájaro se entusiasmó y violentamente cayó
sobre el barro. Hábilmente la pequeña lombriz se
ocultó y se cubrió con el barro. El hambriento
agresivamente escarbó el charco hasta
encontrarla.
La lombriz, con voz temblorosa, le dijo:
––Zorzal, amigo mio ¡Por favor, déjame vivir! No
puedes comerme, porque apenas soy una larvita.
––Sé que eres pequeña. Yo siento hambre ––
Vociferó el zorzal.
98
––Pero amigo zorzal, déjame auxiliar por última
vez a mi madre. Ella se está ahogando allá en el
lodo.
El astuto bípedo dijo:
––¡Bien!, pequeña mía, no te comeré, puedes ir a
socorrer a todos tus seres queridos.
La lombriz se arrastró apresurada por el charco y,
aparentemente, se alejó del peligro. El astuto
plumífero miraba su presa sin pestañear. Cuando
la lombriz abrazaba a su madre, levantó vuelo y de
un par de picotazos se la comió.
El muy valiente sacudió las alas y, bailoteó
mostrando su poderío, sin percatarse de la
presencia del halcón.
––¡Perdón, señor halcón! ¡perdón…! ––Gritó el
zorzal
99
––Tú no tuviste compasión con esa criatura. Quién
no sabe escuchar una suplica, tampoco debe
solicitar que otro escuche.
¡Plac9...!, de un aletazo le desmayó y, con sus
filudas garras, ágilmente desplumó al abusivo y se
lo comió.
Moraleja: No hacer gala de la fuerza bruta, porque hay otro más fuerte en la naturaleza.
9 Plac, onomatopeya que produce el aletazo de las aves.
100
LOS GORRIONES Y LA RATONA
Una tarde otoñal, cuando los gorriones
desesperados, revoloteaban alrededor de la copa
de un árbol con pocas hojas, donde minutos antes
habían dejado su nido.
Desde el fondo de un agujero, de la raíz del árbol,
surgió una voz:
––¡Qué bulla hacen pajarracos! ¿Por qué no se van
a la orilla del río? Así me dejan en paz.
Los gorriones seguían trinando con voz agónica y
el corazón sangrante. Preguntaron al cielo, a las
nubes, a las piedras, por el destino de sus
pichones. Nadie respondió.
101
En esa situación escucharon un chillido, se
quedaron en silencio y, vieron a unos niños y niñas
sacando, con un palo, a los ratoncitos.
La mamá ratona corría chillando.
––¡Ya ves ratona!, cómo duele perder a los hijos
––exclamó la gorriona.
––Tú, me increpaste cuando sufría la desaparición
de mis pichones –– dijo el gorrión.
––¡Perdonen la ligereza, gorriones! Hasta este
momento no supe el dolor de perder hijos.
––Hermana del dolor, levántate y seca las
lágrimas. ¡Vamos!, a estos niños y niñas les
enseñaremos a respetar la vida de los pichones y
los ratoncitos.
102
La ratona se puso de pie y movió la cola con cierta
rabia, mientras, la gorriona armaba una estrategia.
––Ratona, escucha bien: te acercas a los pies niños
y subes sobre los zapatos.
La ratona, por amor a sus crías corrió y mordió el
borde del pantalón de uno de los niños.
El niño por defenderse, soltó a los ratoncitos. Los
otros pequeños corrieron chillando, dejando la
canastita donde estaban los pichones.
La ratona cogió con la boca a sus crías y se los llevó
de nuevo a su nido. La gorriona se posó sobre la
canastita y sacó a sus pichones.
Desde el campanario voló el búho y criticó la
acción de los niños:
103
––¡Estos humanos!, van a la misa, rezan en
octubre, prenden velas al Señor de los Milagros y
no sienten el dolor de los demás.
¡Basta gorriones! No sufran más. Vuelen y
construyan más nidos, donde los niños y las niñas
no los puedan ver, ni alcanzar.
Tú, ratona, lleva a tus crías allá a los cerros, ahí
crecerá tu familia.
––Adiós amigos! ––el búho se despidió de los
sufridos padres y, se fue volando a vigilar el valle.
Moraleja: Si quieres ser amado, ama a los seres vivos que habitan en la naturaleza.
Imagina un pasaje de la ecofábula y dibuja.
104
LOS TALADORES Y LOS MONOSLOS TALADORES Y LOS MONOS
Muchos años atrás llegaron a la selva personas
extrañas buscando ¿no sé qué?, decían oro, decían
madera.
Los serruchos, zas, zas, zas, cortaron árboles, los
cepillos, ras, ras, ras, pulieron las maderas, las
piedras, plack, plack plack, cayeron al río y los
hombres, jajaja. Todo cambió.
Los árboles bu…uuun al caer, los bejucos ra…aaas
jalaron a los demás y mataron hormigas, avispas,
papagayos, loros, guacamayos, pericos, animales,
reptiles y chicharras.
Los monos lloraron la muerte y la ausencia de los
demás. Sólo hicieron hervir la ira en sus corazones.
Después, de un tiempo, crecieron las casas,
aumentó la bulla y el desorden. Los monos
105
paseaban por el lugar por manaditas, cual
ingenieros que inspeccionan las obras.
Una noche inesperada, los monos ingresaron a las
casas, comenzaron a orinar sobre las camas,
arrastraron el tul de los mosqueteros, rompieron
las sabanas. Algunas monas, chillando, se lanzaron
sobre los hombres. ¡Pobrecitos!, gritaron cual león
en celo.
––¡Señores! Humanos, ustedes sí tiemblan, lloran,
gritan y se desmayan. ¿Han pensado en nosotros,
en nuestro dolor? Miren cuántos animales han
muerto y han quedado sin guarida. Ahora
queremos que prometan plantar muchos árboles
antes de cortar otro.
Los hombres prometieron y se fueron convencidos
de que existe la obligación de cuidar la naturaleza.
106
Al cabo de un tiempo crecieron los árboles, los
bejucos y las flores.
Volvieron las aves, hicieron sus nidos, aumentaron
las avispas y las chicharras. Los monos andan por
manadas por encima de los árboles, cargando en
la espalda a sus monitos bebes.
Las luciérnagas, por las noches iluminan, los
caminos oscuros. Los loros y los pericos, lamentan
la ausencia del abuelo shabaru10 y los guacamayos.
Moraleja: Usar los recursos naturales con mesura para mantener el equilibrio del ecosistema.
10Shabaru en lengua asháninca se refiere al papagayo.
107
EL GATO Y EL GORRIÓN
Un gato negro y gordo vivía en una casa con un
pequeño jardín, con muchas flores y cactus
gigantes.
El gato se creía rey, no permitía danzar a las
mariposas sobre las rosas, a los picaflores ni
asomarse a las flores, a los moscones cazaba para
jugar como si fueran pelotitas de algodón.
Todos los días, desde lo alto de la pared de la casa
vecina, un gorrión con la carita triste observaba el
accionar del gato.
Un día el gorrión se cansó de ver tanto abuso. Voló
y se posó sobre la espina del cactus y le dijo:
––Gato, aquí estoy, ¡atraparme si puedes! Sé que
eres un cobarde, porque abusas de los pequeños.
108
El gato, escuchó el desafío, herido en su orgullo no
esperó que termine de hablar el gorrión y se lanzó
contra las espinas.
Las espinas se clavaron en toda la barriga, las
manos, las patas y la boca. El gato maulló con
dificultad porque una espina le había atravesado la
nariz, cayó al piso retorciéndose de dolor.
El gorrión se acercó y le dijo:
––¡Gato!, hoy conociste el dolor, mañana
conocerás el hambre, pasado verás el rostro de la
muerte. Tú, te ensañaste con todos, mataste
cientos y cientos de mariposas, arruinaste con
sadismo la vida de los moscones, dejaste morir de
hambre a los pocos picaflores del valle.
Gato, ¡perdóname si obré mal! pero era la única
forma de enseñarte, si hubiera sido de otra
109
manera me hubieras comido sin compasión, igual
que a mi madre.
––Yo, no hice daño a nadie, como no tenía con
quien jugar, sólo jugué con ellos ––dijo el gato
Pasó el tiempo, el gato sanó y aprendió a convivir
con todos. Ahora el gato se queda sentado al pie
del rosal, lamiéndose las manos, lavándose la cara,
mirando a los picaflores volar de flor en flor,
dejando trinar a los gorriones, a los jilgueros y a
los zorzales. Todo es bello porque todos viven en
armonía.
Moraleja: Todos tenemos derecho a disfrutar de la naturaleza.
110
EL ZORZAL Y LA JOVENEL ZORZAL Y LA JOVEN
––¡Compro y vendo todo!, desde latas viejas hasta
mascotas finas.
Hablando, con un alto parlante, todos los días del
año pasa el chatarrero.
Aquel hombre empuja una carretilla larga de
madera, cargada de un montón de ropas, frazadas,
almohadas, colchones y zapatos viejos.
Sobre los cartones, papeles y adornos antiguos,
tiene una caja grande de metal con ciertos
orificios, ahí están metidos los reptiles que sacan
la lengua horquillada, negra y seca. En esa misma
caja, separado con un atajador, se encuentran
croando unos sapos.
Sobre esa caja está una canasta que sirve para
llevar a los perros que van aullando de hambre y
sed. En otra caja de madera, tipo jaula, se
111
encuentran los gatitos de varios colores, todos
flacos, maullando con los ojos saltones y
legañosos.
Sobre todas esas cosas viejas va una jaula donde
están las palomas, canarios, zorzales, pericos y
loros.
Un día compré un zorzal de color gris. Le di de
comer y beber con mucho cariño y lo solté en el
jardín. El pobre no pudo volar, se quedó cantando
en la ventana.
Días después pasó por la casa un amigo de
infancia, escuchó el canto del ave y se interesó por
verlo.
––Canta igual al zorzal que perdí ––Comentó en
voz baja.
––¿Dónde lo compraste?
112
––Del chatarrero.
––Es mi zorzal. ¿Me permites llamarlo por su
nombre?
––Claro que sí.
––¡Tito!, ¡Tito! ––exclamó el amigo.
El ave vino volando y se posó en el hombro del
joven.
La dueña puso triste. Después de un silencio dijo:
––Eres mi amigo, llévatelo.
––Tienes un buen corazón. Quédate con él, vendré
a verlo.
La amistad creció, los corazones hablaron de amor
y, se cazaron. Hoy viven felices los tres.
113
Moraleja: No acumular fortuna con sufrimiento de los animales.
Imagina un pasaje de la ecofábula y dibuja.
114
LOS PATITOS Y EL GAVILÁN
Una mañana sin sol, sin blancas nubes, sin ruido,
sin canto de jilgueros, sin risa del
yanamanuku11…, todo era silencio, todo era olor
a muerte.
Así, estaba la mañana cuando dos patitos
negros, de pico amarillo, salieron de entre los
amarillentos totorales, de las aguas negras.
Los patitos caminaron unos cuantos pasos,
movieron la cabeza llenos de espanto,
levantaron sus alas, miraron el cielo, abrieron el
pico para graznar en voz baja, cual monjitas que
rezan el Santo Rosario, clamando ayuda.
––¡Tonto…ooos! ––una voz rompió el silencio.
11 Yanamanuku :ave silvestre de color negro de la familia de los palmípedos.
115
Era el iracundo gavilán que venía divisando, todo
desde lo alto.
––¡Buenos días tío!, ¡Buenos días tío! ––saludaron
los patitos.
––¿Qué hacen ahí?, ¿Por qué no se van a otras
lagunas? ¿Acaso rezando, llorando y maldiciendo
se solucionan los problemas de la vida o la
muerte? Tienen que saber que los hombres y las
mujeres envenenan el agua.
––Tío, ¡todos están muertos!, mira cómo flotan los
sapos, las ranas, los peces, las blancas gaviotas, las
palomas, los patos tornasolados y los pajaritos.
¡Todos, todos están muertos! No sé cómo nos
libramos. ––comentó uno de los patitos.
––¡Jajajajaja…! ––Soltó una carcajada el gavilán.
Bajó mostrando su poderío y bailó sobre una
116
piedra, aleteó con fuerza, cantó con voz ronca,
confiando en la vivacidad de sus ojos y la agilidad
de sus alas.
¡Pan, pan, pan! Los patitos se escondieron debajo
del totoral y desaparecieron en el barro negro.
Después de un rato, los patitos asomaron la
cabeza para buscar con la mirada al gavilán, al no
verlo, salieron muy despacito, con las plumas
erizadas, tiritando de miedo.
Ahí a unos pasos estaba el gavilán tirado en el
suelo, con la mirada perdida en el infinito,
consumido por el dolor, sin saber qué hacer.
––¡Tenían razón! ––dijo el gavilán.
Los patitos admirados, comentaron en voz baja:
––Si a éste poderoso le hicieron así, a nosotros,
¿qué nos harán?
117
––¡Jesús María y José! ––Murmuró uno de los
patitos.
––¡Levántate tío! ––gritó presa de nervios el otro
patito.
El gavilán, con dificultad, alzó la cabeza y,
nuevamente, cayó al suelo.
––¡Tío, no puedes dejarnos aquí! ––exclamaron los
patitos.
––No se pongan así. ¡Soy fuerte! Ya verán cómo
salgo de esta desgracia. Estos humanos son peor
que los bárbaros, así digan ser civilizados. ¿Qué
mal les hice yo, para que atenten contra mi vida?
––lamentó el gavilán
Ante la mirada de los dos patitos, el gavilán
levantó la cabeza, lentamente se puso de pie. La
sangre fluía del cuerpo herido, hirviendo cual lava
118
volcánica para correr como las aguas del río,
surcando la árida tierra, pintando de rojo la cara
de las piedras dormidas.
Las autoridades del lugar, al ver el desastre,
colocaron grandes letreros:
PROHIBIDO CAZAR AVES Y MATAR RANAS.
QUIENES INFRINJAN SUFRIRÁN PENA DE CÁRCEL
NO MENOR DE UN AÑO.
Los patitos crecieron y, nuevamente, la laguna se
está poblando con aves, truchas y batracios.
Moraleja: Cuidemos la flora y la fauna de las lagunas.
Imagina un pasaje de la ecofábula y dibuja.
119
LA GALLINA Y LA LOMBRIZ
Una mañana de primavera, sol resplandeciente y
cielo azul, salió del corral la gallina blanca de
cresta colorada y sus inquietos pollitos a buscar
comida.
Entraron a un bien cuidado jardín, ahí los pollitos
comenzaron a picar el pétalo del orgulloso clavel y
arrancar desde la raíz a las pequeñas violetas.
La gallina sacudió sus alas y empezó a picotear el
pétalo de los vanidosos tulipanes. Los pollitos, a
pesar de haber arruinado el pétalo de las flores, no
pudieron saciar el hambre y empezaron a piar.
La gallina, preocupada por la glotonería de los
pollitos, les enseñó a cazar insectos, dando las
siguientes instrucciones:
120
––Tienen que correr, saltar y picar
––Yo no sé correr, ni saltar ––dijo uno de los
pollitos.
En ese momento, la gallina vio a una mariposa
dormitando sobre el pétalo de una rosa.
––¡Pollitos, miren bien! voy a cazar a esa
mariposa.
La gallina corrió un poco, dio un salto y, se comió
a la mariposa. Los pollitos, de inmediato, se
pusieron a cazar mariposas, abejas, moscas y
mosquitos; pero tampoco pudieron saciar el
hambre.
Cansados de perseguir a los pocos insectos que
habían quedado, los pollitos otra vez dijeron:
––¡pio, pio! ¡pio, pio!
121
La gallina, en su afán de calmar el hambre y la sed
de sus pollitos, dijo:
––Aprenderemos a cazar grillos, mosquitos y
cucarachas, para ello tenemos que meternos
debajo de las plantas.
Los pollitos, en su búsqueda, hallaron unos
cuantos grillos que se escondían y se perdían como
por arte de magia y se ponían a chirriar a todo
pulmón desde la profundidad de sus escondites.
––¡Pio, pio pio! ––Otra ves los glotones.
La gallina, incomoda, acudió a su último recurso y
les enseñó a escarbar la tierra. Los pollitos
empezaron con la faena, encontraron luciérnagas,
orugas y gusanos, a todos se los comían sin
piedad.
122
La gallina, cacareando con mucha alegría,
contemplaba la acción de sus polluelos; también a
ella le apeteció comer los deliciosos gusanos.
En un instante encorvó sus dedos y escarbó la
tierra, enredados entre sus garras salieron una
gran cantidad de lombrices grandes, chicas, gordas
y flacas.
Cuando iba a dar el primer picotazo, una lombriz
ensanchando su cilíndrico cuerpo, irguió la cabeza
para decir con voz enérgica:
––¡Oye, gallina! ¡Ten compasión de mí y de los
demás! Así como tú, yo también tengo hijos, ellos
me necesitan. ¿Por qué sólo buscas el bienestar de
tus hijos a costa de la vida de los demás?
123
La gallina se sorprendió, sin poder y sin saber qué
decir...., después de un momento llamó a sus
pollitos y contó lo sucedido.
Los pollitos escucharon y se quedaron quietos.
Uno de ellos dijo:
––¡Vamos! Dejemos en paz a las lombrices, a los
mosquitos, a los grillos y a las cucarachas. Ellos son
como nosotros, también tienen derecho a la vida.
––¡Pio, pio! ¡Vamos, Vamos a comer granos y
semillas!
La gallina, muy avergonzada, se retiró del lugar
juntamente con sus polluelos.
Moraleja: Respetar la vida de los demás.
124
EL CERNÍCALO Y EL SAPO
Cierto día lluvioso, el cernícalo estaba sentado
sobre la rama de un leñoso árbol, contemplando la
caída del agua sobre la tierra. Sacude sus alas
intentando volar, para ir a cazar inocentes
gorriones y bulliciosos jilgueros.
––¿Hasta qué hora lloverá? ––interrogó el
cernícalo.
Al pie del árbol disfrutaba de la lluvia un verde y
rechoncho sapo. Al escuchar la voz del cernícalo,
dijo:
––Hola, cernícalo. ¿Estás preocupado por la
persistencia de la lluvia?
––Hola, amiguito. ¿Dónde estás? ––respondió
cariñosamente el cernícalo.
––Estoy muy cerca de ti. ––Contestó el sapo.
125
––¿Dónde?, no puedo verte ––interrogó el
cernícalo.
––Tú, sabes que yo, tengo que estar oculto de día
y de noche. De día porque me persiguen los niños
para matarme. De noche por ser el manjar más
delicioso de las hambrientas lechuzas ––comentó
el sapo.
––Sapo, tú sabes que esta vida es una constante
lucha para vivir. Tú comes moscas y mosquitos.
¿Te has preguntado del qué dirán esos insectos de
ti?
––Oye, cernícalo, debes saber que yo no persigo a
nadie, ni los busco, son ellos los que deciden
morir; por eso es que vienen solos y se posan
sobre mi lengua, lo único que hago es cerrar la
boquita ––justificó el sapo.
126
––¿Sapo, ¿dónde estás?, quiero verte ––insistió el
cernícalo.
El sapo se dio cuenta de la intención del cernícalo.
Buscó un agujero, se cubrió con hojarascas
verdosas y amarillentas. Constató la seguridad del
escondite y, gritó:
––¡Yuju yuju! Estoy aquí.
El cernícalo ensayó su vuelo, agudizó la mirada
para ubicar y zarpar sobre su apetitosa presa.
Estratégicamente armó un discurso zalamero:
––¡Sapo…ooo!, tú tienes la mejor suerte que
cualquier animal en este mundo, vives cómodo
sobre la tierra, dentro del agua, sobre la pared, en
la rama de los árboles, cuando quieres caminas,
saltas, corres y nadas.
––Así es ––respondió el sapo.
127
El cernícalo, con las garras encrespadas, cayó
sobre el sapo, entre sus garras sólo se incrustaron
hojas verdosas y amarillentas.
––¡Jajajaaa! ––desde su escondite, el sapo soltó
una carcajada.
El cernícalo, sin poder contener su ira, comenzó a
buscar sin encontrar ni rastros del sapo.
––¡Yujuyuj…uuu! Creo que nunca me vas
encontrar cernícalo rabioso ––dijo el sapo burlón.
El cernícalo no contestó, continuó buscando, hasta
que por fin sus ojos chocaron con un cuerpo
achatado, con la cabeza escondida entre sus
brazos.
––Ah… sapo, eres gracioso.
128
––Cernícalo, ya me atrapaste pero, por favor,
concédame un último deseo.
––¿Cuál es tu deseo? ––inquirió el cernícalo.
––Déjame cantar y bailar sólo un instante, ya que
voy a desaparecer para siempre de esta hermosa
tierra.
––!Canta de una vez!
El sapo se puso de pie y empezó a cantar y a
bailar:
Tushukuykushakulup Bailaré con este pie mikunantrakiwan. manjar de los gusanosTakikuykushakulup Cantaré con esta boquitamikunanshimiwan, delicia de los gusanos. !wayap,wallap was! !wayap, wayap was!
Kananaamikamay, Ahora cómeme ñawisapaKillincha, Cernícalo ojónkananaamikamay ahora cómeme wisku siya Killincha Cernícalo nariz torcida. !wayap,wallap was! !wayap, wayap was!
129
Cuando el sapo estaba cantando y bailando, aparecieron dos jovencitos, vieron al cernícalo en el acto y le lanzaron piedras. Una piedra cayó en la cabeza del cernícalo, el pobre dio un fuerte chillido, giró cual trompo y murió.
Los jovencitos, se acercaron al lugar, encontraron al sapo que trataba de ocultarse entre las hojas secas.
Los adolescentes haciendo gala de su acierto, arrojaron piedras sobre el esponjoso cuerpo del batracio, hasta dejarlo despanzurrado.
Al transcurrir el tiempo, los jóvenes, por estudios, descubrieron que el cernícalo es Apu12 menor de los wankas. Arrepentidos de su acción los jóvenes, ahora en las escuelas difunden que los cernícalos y los halcones son Apus de los wankas e invocan a no matarlos.
Moraleja: No divertirnos con el dolor y sacrificio de los animales
12Apu significa Dios, en quechua huanca.
130
Imagina un pasaje de la ecofábula y dibuja.
131
LA ZORRA Y LA PULGA
––Una zorra flaquísima y moribunda, cansada de
amamantar a sus cachorros, decidió llevar al
campo a sus crías para enseñar a cazar.
En el trayecto, vio a un conejo blanco, dormido
bajo la sombra de un arbusto.
––Ahí está el conejo. ¡Qué rica carne…!
La zorra, relamiéndose el hocico, caminó con paso
firme y silencioso, justo cuando abría la boca para
cazar al conejo, una pulga mala maña e inoportuna
le picó en el ombligo.
––Gua...uuu! ––gritó la zorra. Se sentó y se rascó
exageradamente, exhibiendo las tetas flácidas y,
cierta parte que no debía mostrar. El conejo se
perdió entre los arbustos. Los zorritos se echaron a
reír a carcajadas.
132
La zorra se puso colorada como un tomate
maduro. Caminó cabizbaja hacia el rincón.
––¡Pulga, glotona, ¿por qué me hiciste pasar tal
vergüenza?
––¿Cuál vergüenza?, la sed y el hambre no saben
de vergüenza.
––Pulga, ¿por qué no esperaste un segundo? Si
como bien, tú bebes buena sangre.
––¿Sabes qué flaquita? Soy amiga del conejo.
¿Cómo iba a permitir que lo mates? Tú y tus
cachorros vayan a comer al pie de los cerros, a
esos corderitos que mueren a diario de hambre y
frio.
133
––Pulga, la gente tiene razón cuando dice: Cría
cuervos, te sacarán los ojos.
––Zorrita, amiga mía, no te espantes de mi actitud.
Lo único que hice fue salvar la vida de un padre
abnegado.
––Pulga !sal de mi cuerpo! Más vale estar sola,
que mal acompañada. Si no te vas pronto te
ahogaré en el río.
––¡Zorra! saltaré para ir a vivir con mi amigo el
zorzal. La que se va morir, con sarna y pelada,
eres tú. Así mueren los que se bañan en el río
muerto.
––La historia habla del Mar Muerto, mas no de río
muerto. ¡Uhm… río muerto! Pero ¿quién mató al
río? preguntó la zorra.
134
––Los que matan ríos, lagunas y manantiales son
pues la gente del Tío Sam: porque ellos comen oro
y beben mercurio ––afirmó la pulga.
––Pulga, no es hora de pelear, es hora de luchar
para evitar la muerte de los recursos hídricos.
––!Claro que sí! ––respondió la pulga. ¡Gracias
zorrita! admiro tu nobleza.
Dicho esto, la pulga se acomodó en la cabeza de la
zorra y, desde allí decía:
––¡zorrita!, ¡zorrita! ¡viva la vida! siempre contigo
hasta la muerte.
Moraleja: La muerte de los recursos hídricos significa la muerte de los seres vivos.
135
EL YUTO Y LA LOMBRIZEL YUTO Y LA LOMBRIZ
Un día de cielo azul, el hambriento yutu13 (perdiz)
se encontró con la rechoncha lombriz y le dijo:
––¡Hola, comadre lombriz! ¡Qué hermoso día! ¿No
le parece?
Respondió la lombriz:
––Cierto, este día es sin igual, jamás en toda mi
vida había visto el sol tan grande, el cielo tan azul,
las nubes tan blancas y a un tan hambriento que
es capaz de comer una piedra.
––¡Comadre! ¿Creo qué me está diciendo
hambriento?
––¡Qué va…aaa, compadrito!
––Comadrita, usted siempre bella como ninguna
––piropeó el yutu.13Yutu: significa perdiz, en quechua wanka.
136
La vanidosa dijo:
––¡Cómo yo no hay dos! ¿Acaso has visto en el
cielo dos lunas?
Mientras la lombriz hablaba con aire de orgullo,
luciendo su cuerpo carnoso color de rosa, al yutu
se le hacía agüita en el pico.
La astuta se dio cuenta del peligro. El yutu ya no
podía esperar más, porque en esos instantes se la
iba a comer.
––Compadrito, qué simpático se ve cuando tiene
antojitos. Mejor, dicho, cuando se la quiere comer
a su única comadre. Usted no quiere respetar la
vida de los demás. ––Vociferando se hundió en el
agujero de la tierra, hasta desaparecer.
––El yutu gritó:
137
––¡Comadrita...aaa!, no te voy a comer. Sal un
momentito, quiero despedir de usted con un
besito en la mejilla.
La lombriz, desde adentro, dijo:
––Oye, yutu, crees tú ¿qué voy a exponer mi vida
por los pocos halagos que dices? Mi madre me
enseñó a cuidarme de los zalameros. Si nosotras
las lombrices no nos cuidamos ya habríamos
desaparecido de este paraíso terrenal.
––¡Adiós, yutu! vete a comer granos y semillas14.
Moraleja: Aprendamos a cuidarnos y a cuidar a los demás seres vivos.
AMANECER PERUANOAMANECER PERUANO
El amanecer en los Andes del Perú, es el más
hermoso. . . Se siente los pasos del silencio. Se ve
14La obra El yutu y la lombriz fue producida en coautoria con Filver Bautista Huamaní.
138
la sonrisa de las brisas. Se oye el canto de los ríos y
las aves; se oye el lamento de los ichus y las
gaviotas. Se ve el exótico danzar de las flores
silvestres, tomadas de las manos con blancas
nubes, al pie de las frías cordilleras.
Mariposas, vestidas con trajes de percalina
floreada, luciendo zapatos delicados, hechos con
pétalos de rosas, van y vienen para guiar al
visitante, ahí al mundo maravilloso.
¡Ven conmigo a mi país!, verás lo lindo que es.
Verás lo que no viste en el tuyo. Conocerás al
señor cóndor, rey de las aves. Dialogarás con
búhos filósofos, ellos te darán conclusiones sobre
la vida y la muerte.
Bailarás con el viento, sobre blancas nieves.
Cantarás himnos de paz y amor abrazando
139
inocentes manantiales. Imaginarás el glorioso
pasado de los incas.
Leerás la historia de Túpac Amaru, Micaela
Bastidas Puyucawa, Heroínas Toledo, Ventura
Ccallamaqui, de otras mujeres y hombres héroes
que murieron gritando ¡libertad y justicia! frente
al fusil del verdugo español.
Soñarás y soñarás blancas azucenas a la luz de la
luna. Jugarás con estrellas rojas del amanecer.
Sentirás el fresco abrazo fraternal del Ande
Peruano; así como yo, hoy siento el calor
Caribeño.
¡Qué lindo es mi Huancayo! ¡Qué lindo es mi Perú!
Colorea el paisaje.
140
141
Creaciones deWaldemar José Cerrón Rojas
EL SAPO Y LA ROSA
En un jardín de cierta ciudad, vivía un sapo,
enamorado de la rosa blanca.
Todas las mañanas, el sapo salía de su escondite y
se ponía debajo del rosal, cual guerrero sin coraza
para defender a la rosa de cualquier infortunio.
La rosa frunciendo sus pétalos, decía:
––¡Qué desdichada soy! Nadie se acerca a mí,
siendo yo, la más bella de todas las rosas.
El sapo, al oír las palabras de la rosa, sonrió de
oreja a oreja. Luego pronunció un discurso:
––¡Soy el más afortunado! ¡Qué felicidad!, vivir
cerca de la rosa más bella del mundo.
La rosa puso atención, descubrió la voz del sapo.
142
––¡Oye sapo! ¿Qué haces ahí?
––¡Mi bella!, reina estoy aquí para cuidarte ––
respondió el sapo.
La rosa inclinó el pétalo y, vio a un sapo grande,
negro verdoso, con verrugas prominentes, con
ojos saltones y con una boca más grande que él.
––Sapo inmundo. ¡Vete de aquí!
Al escuchar la orden, el sapo cerró sus ojos, se
levantó lentamente y musitó:
––¡Está bien!, me voy. Te cuidé a cambio de nada.
El sapo, a pesar de sentir el látigo de las palabras,
la miró con amor, sin odio en el corazón y se
marchó. Días después, el sapo pasó por el jardín
donde quedó la rosa.
143
La rosa más bella del mundo, hoy era sólo un
espectro. Su tallo mostraba tremendas espinas y
los pétalos blancos estaban marchitos,
amarillentos y sucios.
El sapo se acercó y en voz baja, le habló:
––Rosa de mis amores, ¿qué pas…ooó?
––¡No sé qué decirte! siento vergüenza.
––Soy tu amigo en las buenas y en las malas. En
esta vida todo se aprende ––dijo el sapo.
––Llevado por la vanidad, te eché de mi lado, sin
valorar tu sacrificio. Cuando saliste todos se
acercaron a mí y escuché voces de halago.
Me compararon con la blancura del amor, me
dijeron que yo era símbolo de pureza y de
144
amistad. Otros quisieron arrancarme, mas no
lograron porque mis espinas no los dejaron.
La felicidad apenas duró un abrir y cerrar de ojos.
La gente pasó admirando mi belleza, pero las
hormigas y los pulgones, me comieron sin piedad,
segundo a segundo, hasta dejarme como me ves
––comentó la rosa.
––Rosa, cuando yo, estaba cerca de ti, a las
hormigas guerreras y a los hambrientos pulgones
me los comía. A los hombres mal intencionados,
sólo con la mirada los paralizaba, por eso siempre
fuiste la más bella.
––Ya no tengo posibilidad, ni esperanza de volver a
florecer, ni a ser lo que fui ––murmuró la rosa.
––Rosa, no llores, podrás florecer de nuevo ––dijo
el sapo.
145
––Sapo, se acabó mi vanidad. Mi amistad y mis
pétalos serán para ti y para todos.
El sapo sonrió y se acercó a la rosa y se ubicó en el
lugar de siempre.
Moraleja: Todos cumplimos una misión valiosa a favor de los demás.
146
LA MUJER Y LA ROSA
En un florido jardín florecía una rosa muy
hermosa, envidia del propio rosal.
Un hombre la arrancó, olió su aroma, la besó y se
la llevó para demostrar todo el amor que le tenía a
una mujer.
Otro hombre, que también estaba enamorado de
la misma mujer, no tenía rosas, ni flores, sólo le
llevó un abrazo.
La mujer se vio confundida, no sabiendo qué
hacer, buscó al anciano más sabio de su barrio, le
contó lo sucedido y le preguntó:
––¿A cuál de los dos debería aceptar mi corazón?
––¡Vamos a pasear!, ––invitó el anciano ––la llevó
a su jardín y le preguntó:
147
––¿Qué vez aquí?
––Muchas flores bellas como la rosa que me
regaló ––respondió la joven ––mostrando orgullo
y emoción; pero dentro de su corazón palpitaba la
emoción que el otro hombre había hecho la acción
más sublime de su vida por ella.
El anciano, con mirada hacia el infinito, sonrió y
afirmó:
––Cada una de las flores que ves, viven. Vuelve a
tu casa y cuéntame lo que sucede después de un
tiempo.
El tiempo pasó, la mujer acudió donde el anciano y
le dijo:
––Tengo la respuesta a mi corazón, pero antes le
contaré lo que pasó. La rosa que me regaló
148
perfumaba mi casa, luego empezó a marchitarse,
después se secó y tuve que arrojarla al basural.
––Las flores y las rosas más bellas se mueren,
muchas veces con ellos se va al olvido el
significado.
––Ah… ––dijo la mujer.
––Pero, cuéntame ¿Qué es del abrazo? ––
preguntó el anciano.
––Aún siento lo sublime que es, estoy convencida
que el abrazo es amistad, amor y no se marchita.
––Entonces….,––el anciano interrogó: ––¿A cuál de
los dos elegirá tu corazón?
149
––Al del abrazo, porque aprendí que lo sublime no
se seca, no se marchita, ni se desvanece, tampoco
destruye la naturaleza.
Moraleja: Quién para demostrar su amor arranca las flores no ama a la naturaleza.
.
150
LA ROSA Y EL COCODRILOLA ROSA Y EL COCODRILO
Una rosa blanca había caído a un pantano y, por
más que pareciera bella, pasaba desapercibida.
Nadie la miraba, las aves pasaban rozando con sus
alas, los animales galopando, las flores cantando.
A nadie la importó.
La rosa, con cierto apoyo del viento, avanzó hasta
la orilla y esperó…, quién sabe su final.
Más tarde, garbosamente, un verde cocodrilo se
acercó a la orilla del pantano y se quedó mirando
boquiabierto, a la rosa enlodada, que desde el
primer momento, gemía tristemente su desdicha.
La vanidosa, al ver frente a ella al cocodrilo,
mostró su incomodidad, porque pensó que mucho
mejor sería para ella, que nadie la vea en esa
desagracia.
151
El cocodrilo sólo la miraba. La rosa le dijo:
––Oye animal bocón, ¿por qué me miras así?, con
esos ojos, que cuando lloran nadie les cree, con
esa boca sucia y grande, con esa piel llena de
placas. ¿Te das cuenta, cuando me ves sólo
opacas mi belleza? Sabes bien que yo represento
al amor aquí, allá, en el cielo y en la tierra. Soy
enlace de la amistad y la paz.
––¿Cuál belleza? ––respondió el cocodrilo. No veo
alguien cerca de ti…, además, si representas el
amor, la paz y la amistad, ¿por qué me ofendiste
de manera tan vulgar? Y, ¿por qué estás tan sola?
A ti te utilizan para representar el amor, el enlace
de la amistad y la paz, a costa de tu vida. La
verdadera belleza está en la acción, en
comprender a los demás, por eso te comprendo.
152
Yo, como para vivir y no mato por gusto, no
arrancó las flores sólo por vanidad, no quemo
árboles, ni arrojo basura; pero los hombres, tan
sólo por mi aspecto, dicen que soy malo, traidor y
vil.
La rosa no sabía cómo ocultar su ignorancia, sólo
exhaló un profundo suspiro, como si fuera el
último esfuerzo de su existencia.
Moraleja: No discriminar a nadie por el aspecto externo.
Imagina un pasaje de la ecofábula y dibuja
153
LAS HORMIGAS Y EL BÚHO
Rata, cuervo y polilla se encontraron un buen día
en la gruta del saber.
El cuervo, llenándose de maldición, inició la más extraña revelación:
––¡Qué les parece! ¿No saben qué a hecho el
león? A fuerza de imposición y llegando a un salón,
impuso a las hormigas, monos, caracoles y abejas
mil tareas a montón, sin entender razón ni
condición.
––¡Sí...ííí! ––dijeron los caracoles, que de sobones
tienen hasta los talones.
Hormigas y abejas pararon las orejas y
presentaron sus quejas.
Un grito del león, hizo retroceder a la oposición,
uniéndose al rugido, el elefante pisoteó a las
hormigas, queriendo dividir a las amigas.
154
Llamando con desesperación, abejas y hormigas,
una vez reunidas, buscaron las salidas frente a tal
situación.
Una voz perdida se escuchó:
––¡Llamemos al buitre que nos libre del salitre.
––¡No…ooo! ––dijo otra hormiga. ––Llamemos
mejor a una voz amiga. Al oso, tan amistoso, al
cóndor que tan alto dejó de volar, para con
nosotros andar y al búho que sin castigo es
maestro y amigo.
Con gran preparación marcharon todos sin quedar
solos.
Caracol, mono, león, rata, cuervo y polilla
recibieron aquel buen día una gran lección15.
15 Creación colectiva entre Waldemar y los estudiantes del I.S.P.P.T.P. Chupaca
155
Moraleja: La organización es primordial para una convivencia en armonía con la naturaleza.
Imagina un pasaje de la ecofábula y dibujaImagina un pasaje de la ecofábula y dibuja
156
EL PICAFLOR Y LAS FLORESEL PICAFLOR Y LAS FLORES
Dicen que el picaflor tarmeño, de plumaje
tornasolado, vivía enamorado de todas las flores
del campo y de las flores de los jardines de la
ciudad.
Una fresca y perfumada mañana, el picaflor estaba
repartiendo besitos a las flores, sin presagiar que
muy pronto caería en los brazos de una flor.
Al instante se oyó:
––¡Ayyy...! ¡Auxiliooo...!, ––era una voz exótica
clamando ayuda desde la quebrada, donde
florecían muchas espinas.
El pajarillo tarmeño, por repartir besitos a las
flores, se enredó entre las espinas del junco.
Al parecer era el final del galán de las flores.
157
Las aves le decían:
––Tú siempre fuiste jactancioso y altivo. A toda
hora hacías gala de los colores que luce tu
plumaje.
Las flores al unísono le gritaban:
––¡Tú te has burlado de todas nosotras!
Las flores de las espinas vociferaban:
––Está bien que nosotras seamos las más
despreciadas en este mundo, nadie quiere
sembrar nuestras semillas, tú también no quieres
llevar nuestro polen, sólo vienes a decirnos al oído
a cada una de nosotras:
––Te quiero amor mío. Total, ¿a quién quieres?
Pues ahora demuestra tu amor quedándote aquí.
158
Los niños, desde lo alto de la quebrada, intentan
salvarlo aventando ramas y pajitas. No se atrevían
a bajar a la quebrada porque corrían riesgo de caer
y morir.
Aparecieron unos campesinos, quienes escucharon
el ruego de los pequeños y salvaron al prisionero.
El picaflor, tarmeño, continua volando por el valle,
repartiendo besitos a las flores más bellas como si
nada le hubiera ocurrido.
Moraleja: Todas las flores son bellas y cumplen funciones en el sistema ecológicas.
159
EL ZORRO Y LA PULGA
Cierta tarde, cuando un hambriento zorro rezaba
para encontrar su presa, sintió una picadura en la
punta de la oreja.
––¡Ayayay....!, pulga hambrienta, escuálida, me
estas chupando la sangre.
Saltó la pulga al suelo y se puso delante del zorro
diciendo:
––¿Con qué autoridad me estás criticando? Tú, sí,
quieres que me muera de hambre. Zorro tonto,
tienes que aprender que entre todos nos
necesitamos. Tú no eres santo, comes a las pobres
gallinas sin que te importen sus pollitos. Ellas son
tan humildes, no te insultan, ni te maldicen.
––Pulga insensata, tú, ¿qué crees que las gallinas
son santas? Ellas comen a los grillos, a las
160
lombrices, a los mosquitos, teniendo tanto grano
para comer. ¿Ahora te das cuenta?, pulga
raquítica ––vociferó el zorro.
––Zorro hocicudo, más nos vale ser buenos
amigos. Pero tú tienes que saber que yo no mato a
nadie, sólo chupo un poqu….iiito de sangre.
Después de argumentar nuevamente, la pulga
saltó al lomo del zorro y desde allí le decía:
––¡Arre, arre, arre, zorrito!, juntos por el mundo
cazaremos aves sin polluelos16.
Moraleja: Todos nos necesitamos para vivir en armonía con la naturaleza.
16 La creación literaria fue producida en coautoria con Emerson Fernando Córdova Rojas.
161
!Arre, arre, arre, zorrito juntos por mundo...
EL GORRIÓN Y EL INVIERNO
Aproximadamente hace más de dos décadas
llegaron a este lugar bandadas de gorriones con
los buches vacíos y las plumas raídas, mostrando
el rostro de la anemia.
Los pobres revolotearon por el valle buscando un
lugar para anidar. Algunos se ubicaron bien, otros
en la ribera de los ríos malolientes, pocos hallaron
lugares seguros.
Una mañana, el presidente de los gorriones
ribereños recibió el mensaje del invierno:
––Señor gorrión debe saber que este año pasaré
con todo el rigor del caso. No quiero tomarlos de
sorpresa porque puede ser funesto. Quisiera que
me entienda. No soy malo, sólo cumplo un ciclo
162
natural. Sería bueno que tomen precauciones del
caso. Eviten echar a los ríos, residuos solidos.
El gorrión se quedó pensativo, agradeció la
advertencia y voló a su lugar. Después de unos
días trasmitió el mensaje a la comunidad de
gorriones.
Los incrédulos gorriones se burlaron del
mensajero. El tiempo pasó, llegó el invierno sin
mayores problemas, no se observó ningún cambio
dañino. Faltando pocos días para finalizar el ciclo
del invierno, se desató una tormenta infernal,
corrió el viento alocado, sin rumbo, el agua vino
bramando y arrastrando todo.
Murieron los gorriones incrédulos y sus pichones.
Ellos, habían venido huyendo de la muerte, desde
el corazón de esos pueblos, que ayer olieron a
pólvora y dinamita.
163
Se salvó el presidente de los gorriones, con las alas
enlodadas de barro, después de haber luchado
frente a frente con la muerte.
El gorrión, sobreviviente, en su lecho de dolor y
soledad se prometió a sí mismo, convertir en
paraíso verde el lugar siniestrado.
Pasaron esos días negros y, amaneció un día con
sol y esperanza.
Moraleja: Interpretemos los signos naturales para prevenir catástrofes.
164
LOS NIÑOS Y EL RÍOLOS NIÑOS Y EL RÍO
Unos niños llegaron a la Selva para sentir el
aliento del río, escuchar el canto de las aves,
comer frutas en el corazón del bosque.
Se fueron a la quebrada, agarraron hojitas que
volaban con el viento y las tiraron al río como si
fueran barquitos de papel.
Llegó la noche, envolvió con el manto negro a los
soñolientos árboles, a las cansadas hormigas, a las
asustadas aves y a las bulleras chicharras.
––¡Amiguitos, gracias por jugar conmigo!
Los pequeños se miraron.
––¡Niños!, ¡niños! ––vuelvan mañana.
––¿Quién habla?
––Soy el río ––Quiero relatarles una historia.
165
Los niños escucharon en silencio.
––Antes todos vivíamos felices. Nadie sufría. Los
árboles más altos bailaban con las nubes al son del
viento y nosotros dormíamos plácidamente. Mis
aguas servían de espejo a la luna y las estrellas.
Ahora yo no sé ¿quién soy?
Desde que llegaron esos hombres blancos y
barbudos, cargando machetes, fusiles y escopetas,
se rompió la quietud del sueño, pues malogran el
concierto de las chicharras, ensucian mis aguas,
cometen atrocidades con las aves.
Capturan loros, papagayos, makisapa17s, cutpis18,
mishashus19, mariposas. Comen frutas, cortan y
queman árboles, hacen casas de ladrillo, cemento
17 Makisapa nombre de una familia de monos.18 Cutpi nombre de un animal pequeño cuadrúpedo, parecido al cuy. 19 Mishashu, vocablo asháninca, se refiere al oso hormiguero.
166
y calamina. No conforme con eso buscan maderas
finas, para fabricar papeles, zapatos, muebles, etc.
Una noche, que no podía dormir, pensé en una
reunión con las aves y los animales. Al llamado
acudieron: Perico el simio, Cirila la ardilla, Ángel el
canario, Cristina la lora, Felipe el oso hormiguero,
Inés la mariposa, Lámparita la luciérnaga, Timoteo
el mishashu, Lucha la osa, Albino el pino, Yolanda
la yuca, Candy la hormiga, Seferina la serpiente,
Roberto el loro, Manuela la mosca, Juaneca la
lombriz, Atoj el zorro y Nicanor el búho.
El león llegó retrasado. Saludó a todos y se sentó
para tratar el problema.
Felipe el oso criticó duramente las acciones de los
hombres y al rey león, por dejar a los animales
sumidos en la desgracia.
167
Nicanor el búho planteó una acción inmediata. El
rey león aceptó y dio órdenes a cada animal. Las
ardillas morderían las instalaciones eléctricas, los
canarios esconderían los planos del bosque, los
leones y los tigres irían a asustarlos.
Cuando los animales cumplían su misión, los
colonos salieron, corriendo y gritando de sus
habitaciones, sin presagiar que ahí estaban los
otros. Chocaron con Albino el pino. Entonces
Serafina, la serpiente amenazó con enroscarlos.
Gritando y gritando llegaron hasta aquí, quisieron
tomar agua para calmar los nervios y aplacar la
sed, tuvieron asco, al recordar la basura que
arrojaron al río.
El ejército de mosquitos, comandados por el
zancudo, chupó la sangre de los colonos, que por
mucho tiempo se habían cuidado con repelentes.
168
El rey león se acercó al grupo de hombres,
mujeres, niños y niñas que lloraban horrorizados.
––¿Cómo ustedes pueden ser tan indolentes y
egoístas? ¡Miren! ¿Cuántos animales están
mutilados, quemados y enfermos? ––criticó el león
Los colonos aceptaron sus errores, pidieron
disculpas, prometieron cuidarlos y hacer uso
mesurado de los recursos naturales. Y todos
quedaron en armonía para convivir mejor entre
naturaleza, hombre y sociedad.
Moraleja: Enfrentemos con fuerza y valor al enemigo de la naturaleza.
Imagina un pasaje de la ecofábula y dibuja.
169
EL SOL Y EL RÍOEL SOL Y EL RÍO
Una sonriente mañana, el sol le dijo al río:
––Sólo en ti puedo verme el rostro.
Esa tarde, una muchedumbre llegó a la cercanía
del río. Hicieron casas de madera y cartón. Los
hombres arrancaron de raíz a los árboles, las
mujeres lavaron ropas con detergentes, los niños
tiraron piedras y los jóvenes arrojaron desmonte al
río.
Al día siguiente, el sol exclamo:
––¡Ya no tengo espejo!
El río le dijo:
––Estos humanos son peor que los animales. Me
están matando. Se mueren las truchas, los sapos, y
las rana. ¡Sol, no quiero morir así!
170
––Tú no morirás ––dijo el sol.
Meses después, el sol se acercó a la tierra y, La
gente decía:
–– ¡Qué calor! ¡Qué calor! y corrían al río, mas no
podían bañarse porque las aguas estaban más
negras que el petróleo con olor nauseabundo.
Las aves se habían alejado del lugar, Las pocas
plantas dejaban caer sus hojas, las flores no abrían
sus pétalos, las mariposas se perdían en el
horizonte.
Un anciano llamó a la gente y les hizo preguntas
de reflexión.
––¿Recuerdan, cuando recién llegamos, en este río
nos bañábamos? Ahora el río ¿cómo está?
¡Limpiemos!
Así lo hicieron. Hoy tienen el río limpio, las aves
volvieron, las criaturas se bañan, las mariposas
171
revolotean, los sapos y las ranas croan, el sol y el
río sonríen.
Moraleja: El rigor de la naturaleza nos enseñará a cuidarla.
Imagina un pasaje de la ecofábula y dibuja.
172
LAS PLAYAS Y LOS BAÑISTASLAS PLAYAS Y LOS BAÑISTAS
Antes en la costa peruana las playas eran
limpias, sus aguas blancas parecían lágrimas de
sirena. En el fondo se veían piedrecillas de todo
color, cangrejos traviesos retozando sobre la
arena, también se veían lobas marinas
bronceándose sobre las playas.
Llegó el verano, llegaron los bañistas
ensuciando las playas con desperdicios,
detergentes, papeles y huesos.
Las brisas, rabiosas, corrieron a esconderse en
los rincones de los acantilados, porque no
quieren pasear con el hedor de la basura.
Desde aquel momento las playas lloran y
mueren cual doncellas que agonizan en su
propio lecho.
173
El mar está dolido, se ha encrespado y está
agigantando sus olas. Quiere acabar con los
bañistas que ensucian sus aguas y sus playas.
Moraleja: Cuidemos lo que la naturaleza nos dio para disfrutarla.
Imagina un pasaje de la ecofábula y dibuja.
174
EL ÁRBOL Y LA MUJEREL ÁRBOL Y LA MUJER
En cierta provincia del Perú, la gente se jacta de
tener la mejor fiesta de cortamonte, en los
carnavales.
Una dama, vestida con ropa típica de gala, golpea
al árbol con toda su fuerza, con un hacha mohosa.
Cada golpe arranca un trocito de madera. Los
otros danzan derrochando alegría al son de una
orquesta.
El árbol en cada golpe se encoge de dolor, dejando
saltar su sabía cual sangre humana.
––¡Mujer qué te hice yo para merecer esto!
¿Acaso cuando me pediste sombra no te la di?
La mujer escuchó y cambió de semblante. Dudó de
la voz del árbol.
175
––Eres linda, pero no tienes corazón.
La mujer no soportó más la protesta del árbol. Se
retiró en silencio.
La gente alentó a la mujer no abandonar el acto.
Ella se fue muda. No relató la historia para evitar
que la califiquen de loca.
––Si, si relato lo que oí, la gente fanática me
gritarán en coro:
––No sabes que el cortamonte es acto ritual.
Si ritualmente hicieran las plantaciones este
pueblo sería ejemplo para los demás pueblos; hoy
tendrían la dicha de jactarse de sus actos
honoríficos a favor de la ecología.
Moraleja: No jactarnos de la destrucción de la ecología.
Moraleja: No jactarse de la destrucción de la ecología.
176
LA HORMIGUITA Y EL TRIGOLA HORMIGUITA Y EL TRIGO
Una hormiga, tan pequeña y astuta, se metió a un
porongo20, para robar un granito de trigo. Sus
padres la buscaban como locos por todos los
lados, sin imaginar el lugar donde se encontraba la
inquieta hormiguita.
La pequeña, al subir del fondo del porongo, con un
grano de trigo al hombro, cayó una y otra vez,
quizá cien o más veces. En un intento logró salir,
llevó el trigo como pudo. Dio las gracias a su apu y
se metió calladita al hormiguero.
Pasó el tiempo, el trigo germinó, creció y dio
granos gigantes nunca vistos.
20Porongo, utensilio hecho de arcilla cocida. Sirve para recolectar aguas o cereales.
177
Todos preguntaron quién fue la que trajo el grano.
La hormiguita dijo: ––yo. ––Las demás la
felicitaron y la colmaron de besos y honores.
Moraleja: Sembremos para un futuro mejor.
Imagina un pasaje de la ecofábula y dibuja.
178
PARA REFLEXIONAR PARA REFLEXIONAR
SER MAESTRASER MAESTRA
No significa repetir lo que ya dijeron los demás,
tampoco consumir creaciones literarias ajenas que ya,
cumplieron su función.
Ser maestra significa poner en práctica los saberes
científicos y artísticos para obtener un producto útil a
la sociedad.
Ser Maestra significa desarrollar la imaginación, la
fantasía y el arte para matizar las palabras en el
momento de la construcción de las ecofábulas, a fin
de que cause conmoción estética al oyente o lector.
Bertha Rojas López
179
Ser valiente
No es cortar por cortar árboles, no es matar por
matar a los animales con cualquier pretexto; es
aprovechar en forma razonable los recursos que
la naturaleza nos ofrece. Ser valiente es luchar
por la defensa de la ecología desde el lugar que
ocupemos como profesionales.
Defender la ecología es defender la vida. Desde mi
especialidad pongo mis ecofábulas al servicio del
pueblo porque las voces emergieron del pueblo.
Waldemar José Cerrón Rojas
180
AGRADECIMIENTO
Al Maestro, Jaime Cerrón Palomino, por la herencia cultural que nos dejó: En ningún momento las clases superiores se han preocupado por diseñar una cultura propia, no imitadora; nadie ha meditado acerca de cómo debe la educación conducir a la felicidad del pueblo, ni se ha preguntado cómo debe ser la sociedad peruana, los recursos que debe adquirir o los remedios que debe aplicar. Jaime Cerrón Palomino.
Al poeta Víctor Montoya Lora, por habernos apoyado en la corrección de la tercera edición de la obra Mis Ecofábulas. Un profundo y especial agradecimiento por las enseñanzas que nos impartió.
A los integrantes del Taller Literario RUMI, por haber apoyado en la construcción y difusión de las ecofábulas.
181
Lema del Taller Literario RUMI
RUMI es amor y sacrificio.RUMI es amor y sacrificio.Jr. Lima 1811 - Huancayo -PerúTeléfono 051-64 214742- Celular 051-964-919188E-mail. [email protected]
182
Qué hermoso es escribir
en grupo: con otros,
LOS AUTORES
Dra. Bertha Rojas López
Dr. Waldemar José Cerrón Roj
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Bertha Rojas López nació en Ahuac, provincia deChupaca, departamento de Junín-Perú.Estudió su primaria en el Centro Escolar de Mujeres No 523 de Chupaca, su secundaria en el C. N. Amauta de Ahuac, concluyéndola en el C. E. Nuestra Señora del Rosario de Huancayo. Sus estudios superiores los hizo en la Universidad Nacional del Centro del Perú, en la especialidad de Español y Literatura. Ha hecho estudios de Maestría en la Escuela de Post Grado de la Universidad Nacional del Centro del Perú y también en la Universidad Nacional San Simón de Cochabamba –– Bolivia en la especialidad de Educación Intercultural Bilingüe. Ha hecho estudios de especialización en Cuba. Tiene doctorado en Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle-Cantuta. Tiene título de DOCTOR NORIS CAUSA, otorgado por la Universidade de Goiás – Formosa – Brasilia.Cuenta con distinciones honoríficas de: Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, cuba, Venezuela, México y de varias universidades nacionales del Perú.
Waldemar José Cerrón Rojas nació en la provincia de Chupaca, departamento de Junín-Perú.Estudió su educación primaria en el Centro Educativo No.511 de Huancayo. La secundaria la hizo en el Colegio Santa Isabel y sus estudios superiores en la Universidad Nacional del Centro del Perú, en la especialidad de Español y Literatura. Obtuvo su maestría en Didáctica Universitaria en la Escuela de Post Grado de la Universidad Nacional del Centro del Perú. Ha realizado otros estudios de especialización en Cuba. Obtuvo su doctorado en Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle - “Cantuta”- Perú.
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BERTHA ROJAS LÓPEZTeléfono: 964 [email protected] José Cerrón [email protected]éfono 971- 492033RPM #777168
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