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Download repositorio.racordoba.es:8080repositorio.racordoba.es:8080/.../3/BRAC_n150_2006.pdf.txt2011-11-18 · BOLETÍN de la Real Academia de Córdoba, de Ciencias, Bellas Letras y Nobles

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BOLETNde la RealAcademia de Crdoba, de Ciencias, Bellas Letras y NoblesArtesccim0 rnn IT, 2 n1I uBELLAS LETRAS9in au h. w 4tn uu Aa2O ZREAL ACADEMIA DE CRDOBAENERO-JUNIO 2006 AO LXXV-NMERO 150AO LXXXVENERO-JUNIO 2006Nm. 150tAs.....CRDOBA4BOLETN DE LA REAL ACADEMIA DE CRDOBA, DE CIENCIAS, BELLAS LETRAS Y NOBLES ARTESN2 150El Consejo de Redaccin de este Boletn est integrado por los siguientes Acadmicos: D. Joaqun Criado Costa (Director), D. Rafael Mir Jordano (Censor), DI. Mara Jos Porro Herrera (Secretaria), D. Joaqun Moreno Manzano (Depositario), D. Jos Cosano Moyano (Bibliotecario) y D. ngel Fernndez Dueas (Director del Servicio de Publicaciones). Este Boletn slo refleja actividades de la propia Academia, no tiene publicidad comercial y su edicin se cubre con subvenciones de la Junta de Andaluca, de la Excma. Diputacin Provincial de Crdoba, del Excmo. Ayuntamiento de Crdoba, del Ministerio de Educacin y Ciencia, de CAJASUR y de la Fundacin PRASA. Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Crdoba. Edita y distribuye: Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Crdoba. Ambrosio de Morales, 9. 14003 Crdoba (Espaa). Depsito Legal: CO-27/1959. I.S.S.N.: 0034-060X. Imprime: Tipografa Catlica. Telfs: 957 29 71 88. Crdoba.Boletn de la Real Academia de Crdoba, de Ciencias, Bellas Letras y Nobles ArtesAcademia fundada en el ao 1810. Asociada al Instituto de Espaa. Integrada en el Instituto de Academias de Andaluca y en la C. E. C. E. L. del Consejo Superior de Investigaciones Cientficas.AO LXXXVENERO - JUNIO 2006Nm. 150I. GALERA DE ACADMICOSEl ILMO. SR. D. LUIS BEDMAR ENCINAS naci en Cllar-Baza (Granada) en 1932. Estudi en el Conservatorio Superior de Msica de Crdoba, terminando los estudios de Composicin con las mximas calificaciones y primeros premios por unanimidad en Solfeo, Armona y Composicin. Fueron sus profesores D. Juan A. Chica y D. Joaqun Reyes. Tambin recibi clases de D. Dmaso Torres y D. Pedro Gmez. Realiz ampliacin de estudios por distintos cauces entre los que figuran la asistencia a varios de los cursos "Manuel de Falla" en Granada, donde recibe clases de Rodolfo Halffter, Cristbal Halffter, Gerardo Gombau, Miguel Querol, Donatoni y otros profesores. Ha obtenido varios premios en concursos nacionales e internacionales entre los que pueden citarse: Primer Premio Nacional de Villancicos "Ciudad de Hospitalet" en 1971. Primer Premio Nacional de Interpretacin Coral (D. N. de Juventudes, en 1966). Primer Premio en Concurso de Composicin para autores de pases de habla hispana, de la Real Academia de Crdoba. (Compartido). Primer Premio en el Concurso de Composicin de Misas organizado por el III Congreso Internacional Catlico. (Sevilla 1969). Fue Profesor de Armona del Conservatorio Superior de Msica de Crdoba y6GALERA DE ACADMICOSDirector de la Orquesta de Cmara del mismo. Ha sido Director de la Banda Municipal de Crdoba en donde fund y dirigi la Orquesta Municipal. Pertenece a la primera categora del Cuerpo Nacional de Directores de Msica Civiles. En 1980 fund la Coral de la Ctedra Ramn Medina, que estuvo anexa a la Banda y a la Orquesta Municipal. Entre los acontecimientos ms significativos figuran la grabacin de su obra "Athaeneum" por la Orquesta de Crdoba y su eleccin por el Ballet Nacional para el montaje que se realiz con motivo de la celebracin del veinticinco aniversario de su fundacin. Entre otros, fueron importantes los estrenos de "Sueo de Crdoba", la "Sinfona de las Tres Culturas", "Poema de Crdoba" y el "Concierto para Guitarra y Orquesta de Cuerdas" por la Orquesta de Crdoba, y la Cantata n 4 (del Albaicn) por la Orquesta de Granada y el Coro de la FEGRACO. En la actualidad y desde 1994 es Presidente de la Confederacin Andaluza de Coros. El 10 de junio de 2001 es nombrado hijo predilecto de Cllar, su pueblo natal, en donde existe un coro que lleva su nombre. De su obra sinfnico-coral citamos: Cantata n 1 de las Gracias, n 2 del Betis, n 3 del Albaicn, n 4 Homenaje al Cantor, n 5 Los misterios del Santo Rosario, n 6 Letana de las Glorias de Crdoba y n 7 del II Milenio. De su obra sinfnica citamos: Obertura Cordobesa, Conciertos para flauta y orquesta de cuerdas, para piano y orquesta, para dos trompas y orquesta, para tres trompetas y orquesta, para tres trombones y orquesta, para violn y orquesta de cuerdas, para rgano y orquesta; y dos conciertos para orquesta cuyos tftulos son "Concierto Asturiano" y el ya citado "Athaeneum". Tres sinfonas: Sinfona de las Tres Culturas (ya citada), Sinfona n 2 y Sinfona Plectral. Esta ltima escrita originalmente para orquesta de plectros. Tres movimientos para orquesta. Para orquesta de cuerdas citamos: Microformas, Variaciones csicas y Femnea. Cuatro poemas sinfnicos: Sueo de Crdoba, La Fuente del Ro, Viernes Santo Pontano y el ya citado Poema de Crdoba. Misas: Festiva, Breve, Maana, Del Pueblo y de Santa Angela de la Cruz. Msica para la Liturgia de las Horas. Varias obras con poesa de Luis de Gngora y la msica para la obra de teatro "Gngora". Es Acadmico Numerario de esta Real Academia desde el 15 de enero de 2004.II. DISCURSO DE INGRESOEL DIBUJO DEL ANTIGUO Y ROPAJES(Discurso de ingreso como Acadmico Numerario, ledo por su autor el da 6 de abril de 2006)EMILIO SERRANO ORTIZACADMICO NUMERARIOExcelentsimo Sr. Director, Ilustre Cuerpo Acadmico, compaeros en la docencia, familiares y amigos, seoras y seores: Para quien a diario se expresa plsticamente con los pinceles, el grafito o el punzn, dando forma a un pensamiento que surge ntima y calladamente hasta convertirlo en ese cuadro capaz de despertar sentimientos y emociones en el espectador, no resulta fcil expresarse oralmente ante un auditorio tan distinguido y culto como el que hoy tiene la gentileza de acompaarme en mi discurso de recepcin. Hace poco ms de un lustro, que esta Real Academia me dio la oportunidad de formar parte de ella como Acadmico Correspondiente en Crdoba. Mi recuerdo y agradecimiento para los tres miembros de la Corporacin: los ilustrsimos seores don Antonio Ojeda Carmona, don Jos Valverde Madrid y don Mario Lpez Lpez, que facilitaron mi acceso a esta centenaria Institucin, lamentando la ausencia de los dos ltimos y que su preclaro magisterio ya no se proyecte en esta docta Casa. En este da especialmente emotivo y honroso, deseo manifestar mi gratitud a doa Mercedes Valverde Candil, a don Luis Bedmar Encinas y a don ngel Aroca Lara, Acadmicos Numerarios de la Seccin de Nobles Artes, que han tenido a bien proponerme como Numerario en dicha seccin, y, por supuesto, al Cuerpo Acadmico que ha respaldado con su voto unnime dicha propuesta. Cumpliendo el precepto estatutario para la toma de posesin y como norma elemental de cortesa, mis primeras palabras estn destinadas a glosar la categora profesional de mi predecesor el Ilustrsimo seor don Joaqun Reyes Cabrera, laudatoria que hago con el respeto y admiracin que siempre despert en m la personalidad de aquel hombre modesto, que, como yo, era ms proclive a la expresin artstica que a la oratoria. Don Joaqun Reyes, msico de vocacin, comenz su andadura profesional en Jan, de donde era natural. Pronto march a Madrid para continuar sus estudios y formarse profesionalmente, titulndose en la especialidad de Piano y Composicin en el Conservatorio Superior de Msica, siendo alumno de relevantes msicos espaoles del momento, entre otros del pianista Jos Cubiles y del compositor Joaqun Turina. Durante esta etapa madrilea vivi intensamente el ambiente musical de la poca. Becado por la prestigiosa Fundacin Humboldt, durante dos aos ampli sus conocimientos en la especialidad de Composicin y Direccin de Orquesta en el Conser-10EMILIO SERRANO ORTIZvatorio Superior de Msica de Munich. En ese pas centro-europeo form un tro de violn, violonchelo y piano, interpretando en distintas localidades alemanas; tambin actu como solista en Viena y Munich, as como en la embajada de Espaa en Alemania, dirigiendo la orquesta de la II Semana de Msica Hispano-Alemana. A su vuelta a Espaa, oposita y gana la Ctedra de Armona y Composicin para el Conservatorio Superior de Msica de Crdoba, centro que dirigir entre 1945 1968, instalndose definitivamente en nuestra ciudad; desde esta pequea atalaya dinamiz el ambiente filarmnico de Crdoba en los aos cincuenta y sesenta, logrando con xito una iniciativa cultural de gran importancia: la Sociedad de Conciertos de Crdoba desaparecida en el ao 1987-, donde intervinieron msicos de inters nacional e internacional. Por su decisiva contribucin al nacimiento y desarrollo del Concurso Internacional de Jan, fue distinguido con la medalla de oro del mismo. Especialmente notable es su legado como compositor, el cual incluye obras con los ms diversos gneros. Tambin fue distinguido comentarista y crtico musical en distintos medios de comunicacin. Como dice de l, nuestro amigo compaero y acadmico, don Juan Miguel Moreno Caldern, en la revista El Arca del Ateneo, la figura de Reyes Cabrera fue significativa en el mbito de la msica cordobesa y sobre todo decisiva para lograr que los estudios musicales de nuestra ciudad pudieran despegar a unas enseanzas ms dilatadas y profesionales; asimismo inspir y consigui el actual emplazamiento del Conservatorio Superior de Msica de nuestra ciudad. Presidente de la Sociedad de Conciertos de Crdoba, miembro del Instituto de Estudios Jiennenses y distinguido por el Ministerio de Educacin y Ciencia con la Cruz de Alfonso X El Sabio. Melmano vocacional de slida formacin, seducido por la msica, a la que dedic su vida. Quede aqu esta semblanza como testimonio de mi reconocimiento. A continuacin voy a exponer el tema con el que quiero contextualizar el dibujo que presento y dono a la Academia.EL DIBUJO DEL ANTIGUO Y ROPAJESEs probable que este ttulo no revele casi nada a quienes no han tenido una formacin pictrica. Como primera aproximacin hemos de manifestar que "El Dibujo del Antiguo y Ropajes" fue el nombre de una disciplina dibujstica que form parte del proyecto educativo de las Escuelas Superiores de Bellas Artes creadas en 1942, herederas en sus principios didcticos de la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y sta a su vez descendiente directa de las Academias del Renacimiento italiano, donde se han formado artistas de reconocido prestigio. Los fundamentos de esta materia se han venido desarrollando desde los albores del Renacimiento, en el siglo XV, hasta nuestro tiempo, pero la creencia de la misma, de la que emana y fluye, no es sino la consideracin del dibujo como principio aglutinante de las artes visuales: la Pintura, la Escultura y la Arquitectura. Durante el medievo los artistas haban trabajado de manera annima y sin osar romper con una plstica tan alejada de la naturaleza como plagada de smbolos y estereotipos. Solo el ltimo gtico preludia los vientos de cambio, que seran impulsadospor humanistas del Quattrocento, como Leonardo Bruni, quien apoyado en Petrarca vislumbra que la va de perfeccin ha de buscarse en las obras de Cicern, Virgilio, Ovidio, nuestro Sneca y los grandes pensadores griegos Platn y Aristteles. EstaEL DIBUJO DEL ANTIGUO Y ROPAJES11renovacin del mundo clsico, impulsa la entronizacin del hombre y la recuperacin del arte grecorromano. El teocentrismo medieval se ve reemplazado por el antropocentrismo y la plstica se impregna de la jugosa tradicin clsica. Ahora la expresin artstica, relegada durante siglos a una serie de trazos esquemticos y plagados de convencionalismos que no van ms all de establecer los lmites de una pintura planimtrica de contornos recortados, muy alejada de la lozana y sensualismo de los modelos clsicos, cobra un protagonismo inusitado. Los artistas del Quattrocento investigaron en las posibilidades del dibujo naturalista y su utilidad para crear las escenas grandilocuentes que conceban en su imaginacin. La perspectiva area sera, como sabemos, una conquista del Barroco, pero la dibujstica qued plenamente configurada en el siglo XV. El dibujo fue tambin un instrumento de gran utilidad para profundizar en el conocimiento de otras ramas del saber; recordemos a Antonio Pisanello (13951455) como paladn de la utilizacin del dibujo en dicha vertiente. El precedente de este dibujo nuevo y jugoso puede verse en las anotaciones marginales de los manuscritos y en las ilustraciones, pues estas son ricas en expresiones caligrficas e incontaminadas del enmascarador revestimiento del color. El nacimiento y la toma de conciencia del dibujo moderno tiende a situarse en una obra de singular inters, que inicia un nuevo concepto de apreciacin y de finalidad: el Cdice de Vallardi. Pisanello, su autor, combina la estilizacin del gtico internacional con la frescura naturalista que abre las puertas al Renacimiento'. A principios del siglo XV abundaron los intrpretes del nuevo humanismo racionalista, tales como Gentile Fabriano, Jacopo Bellini o Antonio Pisanello, que iniciaron estudios analticos y detallados de la naturaleza, plantas, flores, animales, indumentarias y ornamentos. La influencia terica y prctica del dibujo se convierte as en el epicentro del conocimiento, no slo artstico, sino tambin en el campo de las ciencias'. Surge un nuevo elemento que hace posible su difusin: el papel; con l aparecen los primeros ensayos pedaggicos: manuales, cartillas y tratados; buen ejemplo de esto lo tenemos en el referido Cdice de Vallardi, el Libro del Arte de Cennino Cennini, los estudios de Jacopo Bellini o el Tratado de Pintura de Leonardo da Vinci. Leonardo deca que el dibujo "no slo es una ciencia, sino una deidad"3 , el medio idneo y concreto para la exploracin all donde el lenguaje es incapaz de hacerlo. Las academias aparecieron cuando las ideas propuestas por estos destacados artistas fueron aceptadas por los gremios, que no dudaron en reconocer la pluralidad y funcionalidad del dibujo. Los tratados sobre el dibujo reunan reglas y principios didcticos que ayudaban a comprender los fundamentos de su aprendizaje; apoyados en este mtodo los talleres de los grandes maestros pusieron en marcha todos los recursos para avanzar en la investigacin sobre la geometra, la perspectiva, la botnica o la anatoma, con el consiguiente avance terico de dichas disciplinas. El trmino academia se aplic tanto al lugar donde se practicaba el dibujo del modelo como al resultado del ejercicio; su origen se remonta a la Grecia clsica y se atribuye al hroe ateniense Academo por las reuniones informales que desarrollaba sobre filosofa y humanidades con intelectuales y artistas 4. Posteriormente esta misma definicin fue empleada en Italia en el siglo XV para determinar el lugar frecuentado por artistas y eruditos: los talleres. El arte del dibujo en la Florencia de esta poca, origina una eclosin gracias al' JEAN LEYMARIE, El dibujo. Ed. CARROGGIO. SKIRA. 1979. p. 10. Ibid., p. 16. Ibid., p. XI. 4 Ibid., p. 30.212EMILIO SERRANO ORTIZtaller del Verrocchio, de la mano de Lorenzo Credi, Leonardo y Botticelli; esta pasin se extender al resto de Italia. Al parecer, la primera academia privada estuvo situada en Florencia en el afo 1490, en el taller del escultor Bertoldo, discpulo de Donatello y maestro de Miguel nge15. Esta idea de situar un lugar colectivo para el aprendizaje del dibujo se fue extendiendo por toda Italia y Europa. En el siglo XVI aparecer como institucin en Florencia, organizada por Giorgio Vasari, cuyos objetivos tenan una doble finalidad: formar a los artistas y modificar las enseanzas del arte fundamentadas en el estudio del dibujo. Poco ms tarde veremos como aplicaron el repertorio, abarcando los conocimientos de la Pintura y la Escultura, incluso la Arquitectura. Durante el reinado de Luis XIV, en 1648, se crearon las academias de Pars cuyos principios estaban inspirados en los mismos de las italianas: la copia de dibujos de maestros como norma comn a todas las academias, complementada con el modelo del natural y la escultura. Tras sucesivos cambios y ampliaciones didcticas, las academias de Bellas Artes adquieren su madurez y reconocimiento en el siglo XVIII(3). En la centuria siguiente Europa est repleta de academias oficiales. A nuestro pas llega con treinta afos de retraso la aportacin del modelo del natural de la figura humana. Los objetivos de esta manera de ensear no eran slo la imitacin de la realidad, sino la adquisicin de conceptos que tenan el poder de estructurar una slida formacin y propiciar que, quienes posean talento artstico, hicieran un uso ms completo y as conseguir obras personales. Estos conceptos tericos que estaban implcitamente ligados a este aprendizaje, son bsicamente recurrentes a travs del tiempo en la obra de un artista; un buen ejemplo ser el uso de la proporcin como principio esttico y fuente de belleza, que es algo inherente a cualquier forma de expresin plstica de carcter intelectual. El Dibujo del Antiguo y Ropajes se cea en apariencia a la copia y representacin objetiva de obras escultricas de la Antigedad y modelos de ropajes, pero, aparte de las dificultades que se presentaban para la aprehensin en el papel de las esplndidas bellezas que son las grandes esculturas griegas, estaban los conocimientos colaterales de principios estticos que subyacen en las obras de esta poca. La asimilacin del concepto esttico aportar en lo sucesivo un valor relevante para su futura aplicacin en obras personales. Dibujar significa transmitir a travs de la magia del trazo o la mancha del claroscuro, las formas ms diversas que nos ofrece la naturaleza y, entre ellas, la figura humana como modelo y referencia proporcional con el resto del entorno. Los conocimientos para la representacin plstica del dibujo como son: encaje, composicin, proporcin, luces, sombras, entonacin, modelado y expresin,-conceptos estos al servicio de la elaboracin del dibujo de estatua, del natural o ropajes, realizados por medio de un procedimiento modesto y simple como es la tcnica del carboncillo, han servido para perdurar de una forma til y eficaz durante cinco siglos. Los trabajos metdicos que realizaban los discpulos y alumnos en los talleres del Renacimiento, tendran su continuacin en las posteriores Academias y en las ms recientes Escuelas Superiores de Bellas Artes, -que han permanecido vigentes hasta el ao 1978 en Espaa-, estas tenan una finalidad comn: la formacin de pintores, escultores, dibujantes y grabadores; durante mucho tiempo, en dichas instituciones, se ha formado a centenares de artistas de reconocido prestigio. Del repertorio de materias cursadas en los referidos centros, el Dibujo del Antiguo y Ropajes usaba los mismos fundamentos de siempre y facilitaba el desarrollo de disciplinas como el retrato, el bodegn, el desnudo o el paisaje. Con todo ello los incipientes artistas alcanzaban una5Ibid., p. 30.EL DIBUJO DEL ANTIGUO Y ROPAJES13madurez y un bagaje tcnico e intelectual considerables, que permitan el trnsito hacia unas maneras propias de expresin para aquellos que posean el suficiente talento artstico y fueran capaces de dar ese paso adelante y acceder a su mundo personal. Puede corroborar estas apreciaciones el hecho histrico de que reconocidos artistas muy personales en sus expresiones copiaran obras de la Antigedad o de los maestros del Renacimiento, como fue el caso del holands Rubens, que copi obras de Miguel ngel sin que le afectara a su particular manera de entender el Arte. Este mtodo clsico ha sido empleado durante los ltimos cinco siglos por los intrpretes ms destacados del panorama artstico europeo. Prximos en el tiempo, tenemos a Seurat, Matisse o Picasso; como podemos observar, todos ellos muy distintos entre s y ala vez muy personales en sus expresiones con estilos propios, de lo que cabe pensar aquello que hemos apuntado reiteradamente en esta disertacin: que los principios y reglas didcticas desarrolladas en las Academias de Bellas Artes desde 1490 hasta las Escuelas Superiores de Bellas Artes en 1978, "tenan el poder de estructurar una slida formacin, y, para quienes posean talento artstico, conseguir obras personales". Podemos apreciar con mayor claridad esta afirmacin con artistas ms recientes y cercanos geogrficamente como: Jos Garnelo, Joaqun Sorolla, Vzquez Daz, Antonio Lpez o Julio Romero de Torres entre otros. Pese a su fundamentada trascendencia, en otro tiempo, el dibujo fue tenido por algunos como obra menor y trabajos esplndidos dibujsticos han permanecido durante siglos en los archivos de los grandes museos ocultos a la mirada de los visitantes. Hoy las cosas han cambiado afortunadamente y es normal que los gabinetes de dibujo de los museos expongan con orgullo sus tesoros en muestras monogrficas muy apreciadas por los visitantes. Son muchas las publicaciones y exposiciones que sobre el dibujo se hacen en los itinerarios expositivos, despertando una curiosidad y reconocimiento como obra mayor en consonancia con lo advertido por los manuales tericos y prcticos, los tratados y los ensayos que se han publicado. Coincidiendo con esta apreciacin, escrita hace ya un tiempo, en estos das se est exponiendo en el British Museum de Londres una ambiciosa exhibicin de bocetos y dibujos de Miguel ngel para explicar cmo pensaba y trabajaba uno de los grandes maestros del siglo XVI. Es evidente que los museos y los coleccionistas se disputan ahora estos fragmentos en los que, por primera vez, afloraron grandes obras maestras para exhibirlas como una gran atraccin. Tambin es significativo y notorio que un dibujo preparatorio para la Capilla Sixtina de Miguel ngel, suscite hoy ms inters que los mismos frescos del Vaticano'. Los bocetos realizados con objetivos distintos a la finalidad propia del dibujo como obra individual, enfocados a otras tcnicas y proyectos, efectuados por artistas pretritos como Leonardo, Durero, Miguel ngel, Murillo, Rembrandt o Van Eyck, pesar de ser trabajos de estudio como proceso intermedio con distinto propsito, deberan, en algunos casos en concreto-, considerarse obras mayores, porque son poseedoras de valores y conceptos capaces de emitir un mensaje expresivo completo y singular con identidad propia. La importancia del dibujo en la historia de la Pintura y la Escultura resulta fundamental porque sencillamente es el elemento esencial que las produce y justifica. Sr. Director, termino mi intervencin reiterando mi profundo agradecimiento para quienes me trajeron a esta docta Casa, y muy especialmente a los Acadmicos que me propusieron para Numerario, as como a los que con su voto unnime respaldaron la6Ibid., p. XII.14EMILIO SERRANO ORTIZpropuesta. Igualmente manifiesto mi promesa ms firme de asumir incondicionalmente la parte de responsabilidad acadmica que desde este mismo momento me corresponde. Por ltimo, quiero hacer un reconocimiento pblico a Estrella, mi compaera y esposa. Su entereza, dedicacin y cario hizo posible que mi presencia hoy aqu sea una realidad; gracias a ella entre otras personas-, super la crtica situacin que padeci mi vida hace poco ms de un ario. Y a todos Uds., seoras y seores, quiero expresarles mi agradecimiento por la amable atencin que han prestado a mis palabras.CONTESTACIN AL DISCURSO DE INGRESO DE D. EMILIO SERRANO ORTIZNGEL AROCA LARAACADMICO NUMERARIOGeogrficamente hablando -en lo espiritual todo se agiganta-, slo el viento que aguza los remozados despojos de la azuda de Martos separa al recipiendario de Santiago Matamoros. A un lado, el Apstol espada en ristre y un ro bermejo que es tributo de cientos de cabezas cortadas, lvidas, tumefactas, sin ms vida que la polcroma de los turbantes ensangrentados: la furia desatada con halo de santidad. Al otro, el sosiego entre patios de un obrador silente, feudo ya raro de la armona de Crdoba, donde la "media creta" dormida sobre tabla se deja acariciar por el pincel. Cada maana un rosetn de arquillos entrelazados que fulge en puntas de diamante, a guisa de sol que amanece en exclusiva para Emilio Serrano, ilumina la puerta moruna del estudio. Tras ella, el artista labora y quiz ora tambin con el pincel, pues la paciencia monacal, incuestionable en su obra, se ayunta las ms de las veces, prcticamente todas, al canto reverente al prodigio del Creador, que se prodiga, asimismo, en el cenobio. Y hablando del claustro, me viene a la memoria Fray Anglico haciendo su oracin de pinceladas en el convento florentino de San Marcos, atendiendo a la importacin y manufactura del polvo de lapislzuli que ha llegado de Persia para teir de azul los mantos de sus vrgenes turbadas por la sbita presencia del ngel. Y al saltar en el tiempo, veo a Emilio Serrano quebrantando el silencio de su estudio con la lija insistente, disolviendo los pigmentos terrosos con las viejas recetas de Cennino Cennini para matar el blanco de zinc, hiriente, e insuflarle la atmsfera que conviene a su cuadro. Esta "cocina", minuciosamente elaborada, es crucial para obtener el resultado apetecido en cada obra y el pundonor y la profesionalidad del artista no le permiten escatimar esfuerzos. Con independencia de su genio, de su seguridad en el trazo, de su dominio sorprendente del dibujo, la calidad de la obra de Emilio Serrano se sustenta en este quehacer paciente y sin brillo, comnmente desdeado por los pseudoartistas de nuestro tiempo, que slo consideran digno de su "talento" esgrimir el pincel en los escasos das en que la inspiracin viene a visitarlos. Todos los vientos que enhebran las mil y una azudas de los mil y un molinos que se alzan entre el Arte y el despropsito, venerado como el primero con demasiada frecuencia, separan a estos desnortados de Emilio Serrano. Sus cuadros, los de Emilio, amn de un alarde de maestra, son una leccin de buen hacer, de humildad monstica consumada antes de que el grafito o el pincel venga a deslumbrarnos con su arabesco. La textura diversa de la superficie y las manchas de ocres o de azules, lejos de ser aleatorias, obedecen a una sabia reflexin sobre el tema al que habrn de servir de soporte, son como el adjetivo bien elegido que subraya y vitaliza al sustantivo.16NGEL AROCA LARASobre esta pgina, que dista mucho de estar en blanco, el artista compone sin perder de vista la seccin urea, que fue maestra de los grandes del Cuatrocento; compartimenta el escenario ajustndose a sus proporciones numricas. Bastara repasar la historia de la pintura contempornea para constatar cmo a muchos les vali este paso para recibir el espaldarazo de la crtica, pero Emilio Serrano, an salvaguardada la armona, se sabe a mitad de camino; la meta perseguida se halla a muchas horas de esfuerzo por desvanecer la albura que recata las formas, de concentracin para preservar los blancos, de trazos precisos, absolutamente seguros, pues la tcnica elegida en sus dibujos no deja margen al arrepentimiento. Slo cuando todo el oficio de una vida fecunda se ve respaldado por este pundonor, que admiro en Emilio Serrano tanto como su capacidad creadora, pueden alcanzarse las cotas de maestra que nos asombran en su obra. Por aadidura, el realismo de nuestro artista no se limita a representar las cosas tal como son, con toda su autenticidad documental, sino que plasma su personal relacin con la realidad representada. Y recuerdo su ltima exposicin cordobesa; haba en aquellos dibujos tal carga de aoranza, que trascenda su ya reconocida capacidad de deslumbrarnos, para seducirnos hasta cautivamos a cuantos vivimos nuestra infancia en aquellos aos de carencias, que fueron los cincuenta del siglo pasado; mucho ms, seguramente, a quienes tuvieran la dicha de vivirla en Crdoba. No haba sino mirarlos para saber que Emilio Serrano fue prodigiosamente feliz en el universo precario de su infancia. Era an el tiempo de jugar en las calles de esta ciudad que, aunque vieja, era medio siglo ms joven, y ms pobre y ms pueblerina y ms viva y ms humana y quiz ms Crdoba. Las coplas de Antonio Molina salan a borbotones de la radio en competencia desleal con el cante antiguo que transcenda de las tabernas, el tiempo dormitaba en relojes -parados casi siempre-, la cotidianidad del cesto de la fruta se ofreca en el ara domstica, de blancura impoluta, de puntadas sin cuento de mujer, junto al lujo potico de la flor siempre viva en los arriates de los patios de Crdoba, y la esquiva fortuna se fiaba al azar. Era an el tiempo de cartas reledas de amor presas por la cinta de raso, de espera de muchachas, perpetuando el rito de sus madres y abuelas en los lienzos de Romero de Torres, siempre la mirada perdida en La Ribera. Era an aquel tiempo dorado de caballos de cartn y de muecas-nias en el que se escuchaban las voces de las madres llamando a mesa puesta. Si el recipiendario no hubiera sido un nio feliz, se habran desvanecido sus recuerdos o acaso le hubieran inspirado una crnica amarga de aquella realidad de luces y de sombras, pero Emilio Serrano fue feliz, no cabe duda, quiz porque tuvo el pequeo caballo de cartn omnipresente en su obra o, lo que parece ms seguro, porque pas su infancia dibujando. Alguna vez me ha dicho que sola sorprender a las vecinas con su habilidad para el dibujo, especialmente a Mara Yuste, quien con cualquier pretexto le miraba las manos por ver si hallaba en ellas algo especial. "No lo entiendo -sola decirle-, son iguales que las mas". La manos s, desde luego, pero aquella buena mujer nunca tuvo la predisposicin innata para expresar plsticamente cuanto impresionaba sus retinas. Sensible y receptivo en extremo, Emilio Serrano aprehendi todas las facetas de aquella realidad lejana para mostrrnosla con la frescura de lo inmediato. La pobreza y el abandono, que padecieron infinidad de nios cordobeses en el alba de la dcada de los cincuenta, aparecan tambin sin ambages en aquellos cuadros y, como la obra de arte se completa con la contemplacin del espectador y siendo una puede ser diversa, probablemente fuera este mensaje el que se revelara ms ntido a los desventurados de entonces. Eso s, siempre mitigado por el nobilsimo paisaje urbano de Crdoba y atemperado en la natural seduccin por la belleza que anida en el alma del artista. Es precisamente esta tendencia a idealizar la realidad o, por decirlo con ms preci-CONTESTACIN AL DISCURSO DE INGRESO DE D. EMILIO SERRANO ORTIZ17sin, a descubrir la cara ms idealmente hermosa de la misma, la que planea en sus homenajes a la Msica y las Bellas Artes, la que preside "El sueo" y subyace tras la ensoacin de las muchachas en "La feria de los discretos"; la que sublima y soleniniza lo cotidiano en "La adoracin del Cordero Mstico", la que tersa la piel crujiente de las uvas y nos permite intuir los rubes jugosos que prean as granadas de sus elegantsimos bodegones, que ahora se enjoyan con el color. Hace das tuve oportunidad de verlos y an conservo el asombro congelado en mis ojos: los verdes, los azules, los amarillos, los rojos palpitantes que dan vida a la materia. Estos ltimos bodegones son tan hermosos, tan pukros, estn tan incontaminados de vulgaridad, pese a ser reales, que parece que Emilio hubiera pretendido mejorar la obra del Creador. Tras ellos estn, sin duda, Snchez Cotn, Melndez, el mismo Velzquez, y hasta Romero Barros, lo ms escogido de nuestra pintura, pero no me los imagino en las mesas austeras de la Espaa de los Austrias, sino en los refmados manteles venecianos del Verons. Y es que, el nio feliz que recuerda con absoluta precisin el mundo de su infancia, se desvanece ante el fulgor del artista capaz de relatar magistralmente dicho mundo, ante el hombre culto, versado en el mito, que conoce los ingredientes de la alegora, que ha aprendido de todos los grandes maestros y sabe de la depurada belleza de la esencia. No obstante, hay algo en la obra reciente de Emilio Serrano que nos remite de nuevo a su juventud, a su tiempo de alumno en las clases de "El Dibujo de Antiguo y Ropaje". All, l nos lo ha dicho, adems de adiestrar la mano y conseguir la firmeza y precisin del trazo, fue asimilando las proporciones, la armona nunca superada del arte clsico. Para los griegos antiguos la belleza resida en la ajustada relacin de cada parte con sus fronteras y de todas y cada una de ellas con el conjunto. Todo en aquel arte sublime estuvo sometido a la tirana del canon, desde la figura humana hasta la columna del peristilo de un templo. Existieron variantes cannicas y la relacin entre el mdulo y el conjunto vari de Fidias a Lissipo, del orden drico al corintio, pero el norte inequvoco de los griegos fue la proporcin. El pueblo que nos leg la democracia, que estimul la participacin del ciudadano en las empresas de la "polis", que tuvo la habilidad de crear unos dioses lascivos, envidiosos, traicioneros..., en definitiva, a la medida de los humanos, tambin nos dio en herencia una esttica insuperable que mantiene su vigencia despus de dos mil quinientos arios. El recipiendario lo sabe muy bien, lo supo desde que era muchacho y jams ha perdido el norte de Apeles, de Zeusis, de Exekias, de Parrasio,... . De aqu lo equilibrado de sus composiciones y la belleza ideal de sus modelos. Sabe que no puede hacerse nada ms hermoso que la Victoria de Samotracia -el vientre insinuado tras el chitn- y nunca ha pretendido ponerle cabeza. Quiz piense que no vale la pena discurrir por senderos inciertos, cuando el camino recto est trazado desde antiguo. Hoy, al ingresar en nuestra querida Academia, lo ha hecho con un dibujo excelente y su pundonor le ha llevado a exceder el precepto ilustrndolo con el discurso oral, precisamente sobre las excelencias del dibujo. Nos ha dicho que ste es aglutinante de las artes, y es verdad, pues todas ellas necesitan servirse de l si buscan alcanzar la cumbre. Y recuerdo una maana brumosa del ltimo otoo en la Torre Glata. Estambul apareca difusa, como "la ciudad de ensueo y maravilla donde todo es misterio" de que nos habla Pierre Loti y a punto de disolverse como un azucarillo erizado de minaretes en las aguas del Bsforo. Todo era incierto y me excitaba tratar de establecer los perfiles que me permitieran identificar la Mezquita Azul, la Sleymaniye, Santa Sofa, las cupulillas del Bazar Egipcio, las del Topkapi Sarayi, los rascacielos que se alzan ms all de Taksim ... Ote una y otra vez los trescientos sesenta grados de horizonte que18NGEL AROCA LARAme brindaba la vieja atalaya genovesa y quise que no saliera el sol, pues la antigua corte de Justiniano se me mostraba en el znit de su belleza, jams la haba visto as y quiz nunca vuelva a verla pero su imagen me habr de acompaar hasta el ltimo aliento, como esas otras delicias turcas que se enredan insistentes en el paladar. El sol termin abrindose paso entre las nubes y fue dibujando paulatinamente la ciudad para regocijo de la veintena de turistas con quienes comparta el mirador. Yo, contrariado, baj de la torre pensando en los amaneceres y crepsculos de Eduard Monet y en tantos esplndidos dibujantes que han sido capaces de brindarnos bellsimas visiones brumosas o distorsionadas de la realidad, fundamentadas precisamente en su excepcional formacin dibujstica, Tras la Estambul de misterio e inconcrecin que acababa de conocer y a la que el sol, como un redivivo Atatrk, le haba arrebatado el velo de sbito para que nos mostrara su belleza cotidiana, haba sin duda dibujos sin cuento de Antemio de Tralles, de Acem Al, de Hayreddin, de Mehemet Aga, de Sinn,... Cuntos dibujos tras el Hermes de Praxteles, que nos aguarda inopinadamente donde se acaban los despojos del templo de Zeus en el Museo de Olimpia! cuntos dibujos tras el esplendor de la bveda de la Capilla Sixtina! cuntos tras la sala hipstila del templo de Karnac, cuyo recuerdo me sigue estremeciendo! Estimo, como el recipiendario, que el dibujo es esencial en todo cuanto aspire a ser Arte; y no es que defienda a ultranza la plstica academicista, admiro a Munch, que se atrevi a distorsionar la lnea en aras de la expresin, el cubismo analtico de Picasso, los delirios onricos de Chagall, la furia colorista de Matisse, y la persecucin obsesiva de la luz de Degas, pues todos ellos partieron de un dibujo impecable que alteraron para servir mejor el particular objetivo perseguido. Detesto, en cambio, el camelo que ocasionalmente planea en el arte rupturista, pues en este "totus revolutum" ms de uno ha enmascarado su incompetencia. Emilio Serrano, como buen cordobs ha huido sistemticamente de la notoriedad. El comn de sus paisanos apenas sabe de sus galardones, de sus xitos en Sevilla, Madrid, Barcelona, Roma o Bruselas. Quiz nadie sepa que fue seleccionado para representar a Espaa en la exposicin "El Realismo espaol" del Museo Puskin de Mosc, y muy pocos conocen que su nombre aparece entre los veinte grabadores ms representativos de nuestro tiempo, junto a Cristbal Toral, Picasso, Dal o Eduardo Naranjo, segn la seleccin realizada por los especialistas del Museo del Grabado Espaol Contemporneo. "Fuendecantos -ha dicho Antonio Gala- tiene a Zurbarn, su cateto exquisito; Monesterio tiene a Naranjo, rotundo y perfumado y enigmtico"; nuestra Academia -aado- tuvo a Julio Romero de Torres, paradigma de la identificacin de un pintor con su ciudad, y ya tiene tambin a Emilio Serrano, dibujante eximio, pintor exquisito y maestro de grabadores. Cuantos amamos esta Institucin nos congratulamos de que sea al fin uno de los nuestros.III. CICLO DE CONFERENCIAS SOBRE JULIO ROMERO DE TORRESJULIO ROMERO DE TORRES, TESTIGO DE UNA POCAJosPEA GONZLEZ ACADMICO NUMERARIOEl ao 2005 se ha cumplido el setenta y cinco aniversario de la muerte del pintor cordobs por antonomasia, el que mejor representa los mores y costumbres de esta tierra alegre y seria a un tiempo; y la Real Academia de Crdoba no poda, ni quera, permanecer ajena a dicha conmemoracin'. Mi participacin en la misma intent reflejar la labor de notario de una poca que supo recoger de forma fidedigna, saborendola a fondo, sintindola y vivindola con la intensidad que le caracterizaba y reflejando luego en sus comentarios y con sus pinceles aquel mundo punto lgido de una gran crisis poltica, social y cultural que viva Espaa y que desemboc en la proclamacin de la 11 Repblica-. Lamentablemente Romero de Torres, tan proclive a este cambio, no pudo ser testigo de su llegada. La aproximacin al personaje la he llevado a cabo en una especie de biografa a doble vertiente: desde la perspectiva cordobesa y la madrilea y en ambas con el sentido indivisible de su espaolismo, su vida la he dividido en tres periodos cronolgicos perfectamente diferenciados. El primero de ellos abarca desde su nacimiento en 1874 a 1900. El segundo desde los albores del siglo XX hasta 1915, y el ltimo desde esta fecha a 1930 en que muere en Madrid. Crdoba y Madrid, alfa y omega de una vida pletorita que entreg sin reservas en la amistad y en el arte.Primera etapa. 1874-1900Julio Romero de Torres nace en Crdoba el da 9 de noviembre de 1874. Un ao difcil que en el orden poltico se ha iniciado con la entrega del poder al General Serrano, duque de la Torre, tan unido a nuestra ciudad por razones familiares y militares. No olvidemos que Don Francisco Domnguez, a las puertas de Crdoba y sobre el puente de Alcolea, acaba con el ejrcito isabelino que mandaba el General Novaliches. Esta victoria supuso la consolidacin de la llamada Revolucin de Septiembre, en la que jugara un papel muy destacado el militar gaditano. Julio ha nacido en la vivienda anexa al Museo Provincial de Bellas Artes, hijo de' En la sede acadmica de Ambrosio de Morales tuvo lugar un ciclo de conferencias celebradas el da 2,5 de noviembre y en las que intervinieron por este orden, Don Juan Miguel Moreno Caldern que disert sobre "La Crdoba musical de Julio Romero", Jos Pea Gonzlez con el tema "Romero de Torres, testigo de unas poca" Don Antonio Cruz Casado "Julio Romero de Torres y sus tertulias literarias" y Doa Mercedes Valverde Candil que disert sobre "Las ultimas miradas". El acto estuvo organizado por el Ayuntamiento de Crdoba y La Real Academia.22JOS PEA GONZLEZRafael Romero Barros y Rosario de Torres Delgado. El matrimonio tuvo ocho hijos, de los cuales tres siguen la carrera paterna y se hacen pintores. Rafael Romero Barros es un buen pintor costumbrista, fundador del Museo Arqueolgico de la ciudad que muere el ao 1895. De los tres hijos pintores- Rafael, Enrique y Julio-, slo este ltimo alcanzara un gran renombre tanto en Espaa como en el extranjero. En este ario del nacimiento de Julio, el egabrense Don Juan Valera publica su novela Pepita Jimnez y nace en Sevilla el poeta Manuel Machado con el que le unira una buena relacin. El ao termina con un golpe de estado. El da 29 de diciembre el General Arsenio Martnez Campos, "proclama" en Sagunto, junto al brigadier Daban, Rey de Espaa al hijo de Isabel II, la reina destronada y expulsada de su trono por Serrano, entre otros. La restauracin alfonsina va a estar controlada por un andaluz, nacido en Mlaga, llamado Don Antonio Cnovas del Castillo. ste pone en marcha la Constitucin de 1876, a cuyo amparo muere el pintor cordobs el ario 1930. Estamos en una poca de febril actividad e inquietud intelectual a todos los niveles. Es como un crisol donde se funden unas serie de elementos que desembocaran en la II Repblica. La dicesis cordobesa est regida por un asturiano de la Orden de Predicadores que pronto se hace notar por su sabidura y sus proyectos sociales. Se trata de Fray Ceferino Gonzlez y Daz de Tuon. Es el fundador de los "Crculos Obreros Catlicos", autnticos sindicatos de trabajadores frente al sindicalismo mixto de Severino Aznar y el P. Palau. El ao 1876 se funda una de las mayores empresas intelectuales espaolas de todos los tiempos, es la Institucin Libre de Enseanza, de la mano de un andaluz egregio, Don Francisco Giner de los Ros e inspirndose en parte en la obra de un soriano recriado en Crdoba, Don Julin Sanz del Ro. Andaluca en general y Crdoba en particular no podan dejar de estar presentes en la magna obra. El da 2 de mayo de 1878 se funda el Partido Socialista Obrero Espaol en la madrilea taberna Labra. Tascas y mesones de la capital a las que Julio Romero de Torres visitar con frecuencia en su arribada madrilea, siempre desde el recuerdo de las tabernas cordobesas tan importantes en el tejido social de su ciudad natal. Con 10 aos se inicia en la msica como alumno de solfeo en el Conservatorio y en la pintura y dibujo en la Escuela Provincial de Bellas Artes que dirige su padre. Empieza a frecuentar los centros culturales de la ciudad manifestando desde muy temprana edad inters por el Ateneo. En 1889 presenta su primera obra fechada de la que tenemos constancia, es la "Cabeza de rabe". La influencia de frica en su temtica es evidente y va a permanecer a lo largo de su vida artstica. En 1890, con apenas 16 arios, pinta "La huerta de Morales". Ambas son buena prueba de su precocidad artstica y en ellas hay una clara influencia paterna. Los temas que desarrolla son muy paisajsticos y costumbristas y de alguna manera est presente el estilo de Aureliano Beruete y Carlos de Haes. El ao 1891 empieza su colaboracin en el "Almanaque" del Diario Crdoba. Son esplendidos dibujos, a veces en unin de sus hermanos. Julio mantendr esta colaboracin hasta el ao 1912. Vive a fondo la vida cordobesa a pesar de su juventud y frecuenta los crculos literarios y periodsticos de la ciudad. Las clases dirigentes de Crdoba toman escasa nota de la publicacin de una encclica de fuertes connotaciones sociales. Se trata de la "Rerum Novarum". La provincia vive la problemtica rural que plantean organizaciones como la llamada "Mano Negra" que ha surgido en el ao 1883 y trae de cabeza a los gobernadores civiles de Crdoba y al Gobierno de Madrid. Julio sigue pintando y consigue medalla en la asignatura de dibujo al natural en la Escuela de BB.AA. de Crdoba el ario 1892. Al ario siguiente empieza una lenta, peroJULIO ROMERO DE TORRES: TESTIGO DE UNA POCA23ininterrumpida, penetracin en los medios artsticos madrileos. Publica por primera vez en la revista Gran Va. En ella y en aos sucesivos ilustrara los poemas de Manuel Reina y Salvador Rueda. Sigue viviendo el mundillo de la bohemia potica, en el que permanecer hasta su muerte. El ario 1895 es crucial desde el punto de vistas artstico para el cordobs. En la Exposicin Nacional de Bellas Artes celebrada en el Retiro madrileo presenta su obra "Mira que bonita era". El cuadro obtiene mencin honorfica. El primer premio es para Sorolla por su obra...Y luego dicen que el pescado es caro". En esta obra de Romero de Torres est ya el tringulo que encierra los conceptos fundamentales y primarios de su pintura: tragedia, mujer y cante. Ramn Prez de Ayala lo vio muy pronto y advirti que los cuadros de Romero de Torres tenan que comentarse con "coplas". El ao 1897 solicita una beca para la Academia Espaola de Roma. Pero la consigue. Se presenta al concurso de meritos con la obra "Conciencia tranquila", magistral y sombro retrato de un anarquista. Ese mismo ao se inicia como cartelista pintando el cartel de la Feria de Nuestra Seora de la Salud de Crdoba. Tiene 23 aos. El ao 98 es clave en la vida de todos los espaoles y tambin en la de Julio. Es el ao del "Desastre" por antonomasia y en el mbito de Julio el de la muerte de su hermano Rafael. Con su otro hermano- Enrique- pinta el techo de la barbera del Crculo de la Amistad, lo titula "Rosas en la balconada". Frecuenta las grandes instituciones culturales de la ciudad- Real Academia, Ateneo y Sociedad Econmica de Amigos del Pas- y forma parte de la progresa cordobesa del momento. Cuando termina el siglo- 1899- contrae matrimonio con Francisca Pellicer. Tienen tres hijos- Rafael, Amalia y Mara- , que mas adelante actuarn como modelos de su padre. En este ao finisecular entra de lleno en el mundo de los toros. Trata a Belmonte, El Gallo, Machaco y Machaquito y pinta su "Retrato del torero Guerrita". Tambin en el del flamenco que en esta poca va muy unido. Conoce a Pastora Imperio, La Nia de los Peines, Adela Carbonel, etc.Segunda etapa. 1900 1915-Esta etapa, lo mismo que la siguiente, es ms breve en el tiempo pero mucho ms fecunda y creativa en lo personal y en lo artstico. Arios difciles en lo psicolgico para un artista que intenta asumir e interiorizar la famosa crisis intersecular. Bien es cierto que sern escritores y poetas los que abanderen la llamada Generacin del 98, pero los pintores no viven al margen de ella, y Romero de Torres no es una excepcin. En el ario 1900 hace las ilustraciones de "Tierra andaluza" un texto de su cuado Julio Pellicer y conoce a su modelo Amalia Fernndez Heredia que dara vida a su "Musa Gitana". Julio se sumerge en la noche cordobesa y se hace tertuliano habitual en las tabernas de El Bolillo y la de Los Cazadores. El ao 1902 es un momento de esperanza para Espaa. Acaba la Regencia y se abre ilusionadamente el reinado del joven Rey Alfonso XIII. Es el 17 de mayo, el da de su mayora de edad. Julio sigue ilustrando las obras de su cuado, con su pintura de "A la sombra de la Mezquita". Tambin da color a la obra de Jos Mara Carretero, ms conocido como "El Caballero Audaz". Se trata de "En carne viva" y obtiene gran xito de crtica y pblico. De su pincel sale su "Retrato de joven" donde se hace patente la influencia del modernismo y muy especialmente de la obra de Ramn Casas. El ario 1903 est lleno de acontecimientos. Mueren Sagasta y el Papa Len XIII, y en Crdoba se plantea una huelga general revolucionaria que al final no se produce, al menos en la magnitud que le haban dado sus promotores. Julio viaja con su hermano24JOS PEA GONZLEZEnrique por Marruecos. All su estilo se enriquece con el colorismo local y su pintura se hace ms espontnea, ms directa. Pinta "La monta" y "Calle de Tnger", entre otras obras ya ancladas en la temtica africana. Al ao siguiente y como si quisiera contrarrestar esta influencia, viaja a Francia y los Pases Bajos. A su regreso permanece en Madrid, ciudad en la que sus estancias sern cada vez mas largas y en la que el pintor cordobs se encuentra muy a gusto. Frecuenta el Caf de Levante, en cuya fundacin haba participado muy activamente el ao anterior Don Ramn Mara del Valle Incln. Est presente en las sesiones de la "Academia de poesa modernista" fundada por los hermanos Machado, y conoce personalmente a casi todas las grandes figuras de la generacin del 98. Vive la inquietud poltica del momento y participa en las tertulias de Po Baroja, Prez de Ayala, Alejandro Sawa, Antonio de Hoyos, Emilio Carrere, etc. Asimismo frecuenta la acompaa de sus colegas y amigos Zuloaga, Solana, Rusiol, su paisano Mateo Inurria, Anglada Camarasa, Rodrguez Acosta, etc. Y sorprendentemente, despus de esta intensa vida social, le queda tiempo para pintar. En la Exposicin Nacional de Bellas Artes presenta tres obras: "Rosarillo", "Aceituneras" y "Horas de angustia". Al mismo tiempo termina los murales de la Parroquia de la Asuncin de Porcuna y recibe el nombramiento de Acadmico Correspondiente de la Real Academia de Crdoba. El ao 1905 inicia su ciclo de pinturas para el Crculo de la Amistad, en Crdoba. Son cuatro grandes paneles que representan la pintura, la literatura, la msica y la escultura. Ms adelante aadira otras dos: "Canto de Amor" y "El genio y la inspiracin". Es una etapa crucial desde el punto de vista artstico. Romero de Torres abandona lenta pero inexorablemente el costumbrismo y se va acercando al simbolismo, muy especialmente utilizando la va de prerrafaelismo britnico. Estamos ante una nueva orientacin artstica, en la bsqueda de un nuevo estilo que se inicia precisamente con las pinturas del Crculo de la Amistad. Crdoba tan presente en su vida y en su obra, pierde este ao a uno de los mejores escritores que ha dado esta tierra prodiga para la literatura y la poesa. Muere en Madrid, Don Juan Valera y Alcal Galiano. El ao 1906 tiene lugar un gran acontecimiento a nivel nacional. El joven Rey contrae matrimonio con la princesa Ena de Battemberg, convertida al catolicismo y bautizada como Victoria Eugenia, su belleza, a tenor del canon de la poca, conquista a los espaoles. Es un ao importante a nivel nacional. Ramn y Cajal recibe su Premio Nobel y un aristcrata cordobs, el marqus de la Vega de Armijo, preside el Gobierno de Espaa. Participa en la Exposicin Nacional de Bellas Artes y sorprendentemente una de las obras que presenta es rechazada por inmoral y se le obliga a retirarla. Se trata de "Vividoras del amor". Julio sigue llevando al lienzo los sucesos cotidianos de una sociedad muy desestructurada y de la que quiere dejar constancia. Es testigo de una poca, como sus compaeros Zuloaga, o Gutirrez Solana entre otros, denuncian con sus pinceles. Es una Espaa triste y zaragatera que dira Machado, pero es la Espaa real frente a la Espaa oficial que se empean en mostrar las autoridades. La cultura oficial no lo acepta. Curiosamente dos aos ms tarde esta misma obra se expone con gran xito en Londres. En este ao Don Miguel de Unamuno manifiesta su deseo de visitar Crdoba para conocer in situ la pintura de Valds Leal en nuestra ciudad. Le servirn de gua por las calles de Crdoba los hermanos Romero de Torres. Del ao 1907 vuelve a presentarse a la Exposicin convocada por el Crculo de Bellas Artes. All estn tambin Solana, Rusiol, Baroja, Daro Regoyos, etc., es decir sus compaeros y sin embargo amigos de la profesin. No consigue medalla pero dos de las obras que presenta, "Carmen" y "Rosario", son adquiridas por la marquesa deJULIO ROMERO DE TORRES: TESTIGO DE UNA POCA25Esquilache. Romero de Torres empieza a interesar a la alta sociedad espaola. Nobles con posibles y burgueses enriquecidos sern a partir de ahora su mejor clientela. El ao 1908 se da un bao europeo. Visita Italia, Francia e Inglaterra. En la cuna del Renacimiento estudia a fondo los primitivos italianos. En la Gran Bretaa a los prerrafaelistas a travs del tamiz ingls. De regreso a Espaa concurre a la Exposicin Nacional con su obra "La musa gitana", ese dibujo casi perfecto al que sirve de modelo Amalia Fernndez Heredia. Gana la medalla de oro y el estado la adquiere para colgar en el Museo de Arte Moderno. Enterado Benavente protesta y afirma que una obra de esta categora debe ir directamente al templo mximo de la pintura espaola. Es decir al Museo del Prado. En este lienzo coinciden la mayor parte de los tratadistas que son muy evidentes las influencias de la Venus de Tiziano y Velzquez. El dato realmente sobresaliente es que con este tipo de creaciones, Romero de Torres lleva la cultura andaluza a su mximo nivel en el campo de la pintura. En este sentido Valle Incln reconoce en su obra la deuda intelectual contrada con el arte de Julio Romero de Torres. El ao siguiente es muy importante desde el punto de vista artstico. Se mete de lleno en la llamada teora de los opuestos. Lleva a sus lienzos lo mstico y lo sensual, lo masculino junto a lo femenino, lo ideal al par que lo real. El pintor cordobs esta adentrndose en lo mas difcil del arte. Encontrar y plasmar la dualidad intrnseca del ser humano. En este ao su admirador y amigo Don Jacinto Benavente saca a la luz su genial obra "Los intereses creados". Julio Romero de Torres ya tiene un nombre propio entre la intelectualidad madrilea. El citado Benavente, Prez Galdos, Ramn Gmez de la Serna y Cansinos Assens, se dirigen por escrito al Ministro de Instruccin Publica solicitando una condecoracin para el pintor y destacando su importancia en el mundo artstico espaol de su tiempo. En 1911 presenta en Barcelona su "Retablo de Amor". La sociedad catalana se le rinde. Sigue con ello los pasos de la madrilea. A Julio Romero de Torres no le queda mas espacio por explorar que Sudamrica, y all se presenta el ao 1912. En el equipaje intelectual, la ilustracin de "Voces de gesta", la obra romntico revolucionaria de Valle Incln ilustra varias composiciones de los Machado y presenta "La Consagracin de la copla" que no alcanza el xito que el artista esperaba. Saca su retrato de Belmonte y de Pastora Imperio asi como su Autorretrato. Las cosas en Espaa no andan como debieran, es asesinado Canalejas. Marcha a Munich y despus de Buenos Aires. En la capital argentina la alta sociedad bonaerense se lo disputa. Este mismo ao es elegido Acadmico de Nmero de la Real Academia de Crdoba. El ao 1913 visita Chicago y ms tarde Gante. Junto a Valle y Prez de Ayala defiende pblicamente a Juan Belmonte, pinta "La Gracia" y "El Pecado". Tambin su famoso "Poema de Crdoba". Un poltico en siete tablas que refleja la evolucin histrica de Crdoba. Es una obra fundamental que permite enlazar estticamente el pasado con el presente y el futuro de la ciudad de los Califas. En 1914, Romero de Torres es consciente de las circunstancias histricas que le toca vivir. Ha empezado la guerra europea. Espaa se divide entre germanfilos y francfilos. La alta burguesa y la nobleza al lado de la Iglesia apoyan a Alemania. Las clase medias y la inteligencia a los aliadfilos. Alfonso XIII se permite la frivolidad de afirmar que "En Espaa slo YO y la canalla queremos a Inglaterra". Entre esa canalla estaba toda la generacin egregia de 1914, la de los europestas frente a los casticistas, la generacin de la esperanza, la que tiene como partida de nacimiento la publicacin de la primera obra de Ortega: "Las meditaciones del Quijote", la generacin que acabara con la monarqua en abril de 1931.26JOS PEA GONZLEZTercera etapa. 1915-1930 ltima y definitiva etapa en la vida y la obra de este cordobs genial. Tres lustros que recorren el camino vital de Madrid a Crdoba, del triunfo personal y artstico hasta su entierro en la ciudad califal que le vio nacer y va a darle tambin el ltimo adis. En 1915, Julio se instala permanentemente en Madrid. Toma piso en la Carrera de San Jernimo, nmero 15, junto a la puerta del Sol y el Congreso de los Diputados. A medio camino entre el mentidero popular y el mentidero poltico. Monta su estudio en la calle Pelayo. Ambas residencias se las proporciona el doctor Florestan Aguilar, dentista personal del Rey Alfonso. El pintor cordobs ya est plenamente integrado en esa generacin que Mainer ha llamado "la edad de la edad de plata de la cultura espaola". Expone 15 obras en la Nacional de Bellas Artes, frecuenta el Caf Pombo, en la calle Carretas y asiste a la tertulia recin fundada por Ramn. Firma el manifiesto aliadfilo junto a Maran, Menndez Pidal, Ortega, Machado, Valle, Galds, Casas, Zuloaga, Unamuno, Azaa etc. Su obra "Carmen" es adquirida por el diestro Juan Belmonte. Y adems de esta frentica actividad le queda tiempo para ilustrar "Los intereses creados" de su amigo Benavente. Ya est plenamente inmerso en el clima cultural de la capital de Espaa. La coronada villa mantiene un alto nivel intelectual y artstico que protagonizan en gran parte los hombres de la Generacin del 14 y el ambiente liberal generado al amparo de la conservadora constitucin canovista. Obtiene la plaza de profesor de ropaje en la Real Academia de San Fernando el ao 1916. Trata a su paisano Rafael Bot. El ao 1917 es el de la gran crisis- social, poltica y militar- , Julio Romero de Torres asiste expectante a la convocatoria- luego fracasada de la huelga general revolucionaria, firma el manifiesto de la Liga Francfila, se relaciona con la Revista Espaa, una brillante creacin de Ortega, que mas tarde dirigen Araquistain y Azaa . Asiste a las tertulias de la Maison Dor, en la que se dan cita las grandes figuras del "modernismo" espaol. Es decir Los Machado, Villaespesa, Benavente, etc. Profesionalmente entra en contacto con la familia Oriol que le encarga la decoracin de la capilla de su finca de El Planto, en las cercanas de Madrid. All pinta un mural sobre el tema de la Eucarista. El andaluz Julio Romero va a mantener una magnifica relacin con lo mas granado del capitalismo vasco. El ario 1919 hace unas declaraciones a la Revista Blanco y Negro en las que desnuda el alma. Son muy autobiogrficas y de lectura obligada para conocer a fondo el alma cordobesa del pintor. Es un ario muy prolfico desde el punto de vista artstico. Es una figura muy respetada en los crculos intelectuales vascos. Pinta y retrata a casi toda la oligarqua financiera e industrial de Bilbao. Los Aznar, Sotos, Garnicas, etc. En Crdoba la familia Basab posa tambin ante sus pinceles. Saca su obra de Espaa y se presenta en la Exposicin Internacional de Pars. El ario siguiente- 1920- se produce un hecho no muy frecuente. Julio Romero es profeta en su tierra. El Ayuntamiento de Crdoba le dedica una calle. En Madrid el ao 1921, recibe un real encargo: Pintar el cartel para la corrida en beneficio de las vctimas de Annual. Su amigo Valle Incln saca a la luz su "Reina Castiza". Es el ao del asesinato de Don Eduardo Dato, la salida a la calle del Partido Comunista de Espaa y el famoso Expediente Picasso, encargado de depurar responsabilidades por los sucesos de frica. El viejo general Picasso, to del pintor, presentara las conclusiones el ario 1923. No pudo hacerlo. Se anticipo desde Barcelona el 13 de septiembre de este ao el General Primo de Rivera, instaurando la Dictadura. El ario 1922 ocupa la Presidencia del Gobierno un cordobs ilustre. Don Jos SnchezJULIO ROMERO DE TORRES: TESTIGO DE UNA POCA27Guerra, quien preside un almuerzo homenaje al pintor en el Ritz. Un cuadro de Romero de Torres de Snchez Guerra cuelga en la galera de presidentes del Congreso de los Diputados. Este mismo ao conceden el Premio Nobel de Literatura a su amigo y admirador Don Jacinto Benavente. Romero de Torres participa en la llamada "fiesta del tatuaje" en Alcal de Henares e inicia una gira por Italia, Argentina y Uruguay. La alta burguesa portea le abre sus puertas. En su tierra el Ayuntamiento de Crdoba le nombra Hijo Predilecto. El ao de la Dictadura, muere su buen amigo el pintor vasco Francisco Iturrino. Al ario siguiente, 1924, Julio pierde a su paisano y amigo Mateo Inurria, el escultor de la tierra autor del monumento a Don Antonio Barroso, destacado poltico cordobs , en la confluencia de los Jardines de la Victoria con Ronda de Tejares, inaugurado el ao 1918 y destrozado el ario siguiente. Julio haba realizado un gran retrato del poltico el ao 1909 por encargo del Ministerio de Instruccin Pblica, fue uno de los primeros encargos oficiales que recibi el pintor cordobs. De la clase poltica espaola pinta tambin a Julio Burell, de Iznajar, al que retrata en un magnfico cuadro que se expone en la galera de ministros del Ministerio de Educacin y Ciencia. Romero de Torres le ha obsequiado personalmente con su cuadro "Samaritana de pie". Este ao de la muerte de Inurria pinta su famosa "Diana" para la cartelera de Unin Espaola de Explosivos y "Los ojos negros", que ser ofrecido por los Reyes de Espaa como obsequio para sus homlogos italianos que visitan oficialmente nuestra patria. El ao 1925 pinta el Arcngel San Rafael por encargo de Cruz Conde. Al ario siguiente ofrece su estudio madrileo para rodar los interiores de la pelcula "La Malcasada" de Francisco Gmez Hidalgo. Participa como actor al lado de personajes tan variopintos como los hermanos Franco Bahamonde, Ramn y Francisco, Milln Astray, Snchez Mejas, Natalio Rivas, Azorn, Valle Incln y su perro "Pacheco". El ao 1928 pinta "La Virgen de los Faroles" para la fachada de la MezquitaCatedral. Ms tarde sera sustituida por una copia de su hijo Rafael. Cada da se vuelca ms en temas cordobeses. Parece como si presintiera su muerte prxima y le gusta apurar al mximo las vivencias de la tierra. El ao 1929 es muy importante desde el punto de vista artstico. En la Exposicin Iberoamericana de Sevilla que tiene como Alto Comisario un cordobs ilustre como Don Jos Cruz Conde, presenta obras claves para entender su obra y su temperamento. All expone "La chiquita piconera", "Nocturno", "La copla", "Naranjas y limones", etc. Julio Romero de Torres es ya un artista reconocido y consagrado. Le quedan pocos meses de vida que ha ido bebiendo con pasin y arte a partes iguales. La muerte interrumpe dos magnficos cuadros: los retratos de la Condesa de Colomera, Doa Magdalena Muoz-Cobo, quien posa con un vestido de gasa de plata, y Maria Teresa Lpez, su modelo favorita de los ltimos aos, argentina de nacimiento a la que inmortaliza en la "Fuensanta" perpetuada en los billetes de cien pesetas y a la que retrata en el inacabado lienzo de "La monja". Su hijo Rafael Romero de Torres y Pellicer se encargara de completar la obra paterna. El da 30 de mayo de 1930 una enfermedad heptica acaba con l. Tiene 55 aos. Crdoba est de luto y los cordobeses asisten en silencio al entierro en el cementerio de San Rafael. El Ministro de Gracia y Justicia preside el duelo en representacin del Rey Alfonso XIII. Es un ao clave en la historia espaola. Cada de Primo de Rivera y posterior muerte en Pars. Discurso de Alcal Zamora, su medio paisano, en el Apolo de Valencia, gobierno Berenguer y el famoso Delenda est Monarchia de Ortega. El artista ha muerto. Su obra sigue cada vez ms viva. Su hijo Rafael la dona al Museo de28JOS PEA GONZLEZCrdoba. Dos arios ms tarde se inaugura el Museo que la alberga y lleva su nombre.Conclusin Ha muerto el pintor de una ciudad y de los corteses. El artista que sabe llevar a sus pinceles una manera de entender la vida y de vivirla, serenamente, calladamente pero en profundidad, buscando la verticalidad frente a la horizontalidad... El artista que casi sin damos cuenta nos introduce en una esttica de provocacin. Y se es justamente el dato diferenciador del artista. Julio Romero es el hombre que sabe recoger este silencio y melancola que para Azorn tenia como escenario ideal nuestra ciudad. Cuando el escritor de Monovar evoca Crdoba en su obra "Espaa" publicada el ario 1909, ya sabe que un cordobs llamado Julio llevar al lienzo los conceptos que l ha opuesto negro sobre blanco. Pero el cordobesismo del artista no resta un pice a su espaolismo. A su muerte una guerra sera el tajo violento de que habla Lan que rompe la unidad de la cultura espaola. Paradjicamente Julio sera utilizado polticamente por el franquismo de forma muy rara. Se divulga su obra utilizando los cauces ms populares- billetes de banco y sellos de correo- y sin embargo nunca fue seleccionado para las bienales artsticas preparadas por el franquismo. Contradicciones?. Puede ser. Quiz tambin como ha sealado la seora Valverde, Julio Romero de Torres sea el paradigma del "olvido injusto de la melancola"2.2 Transcripcin corregida por el autor de la conferencia pronunciada en sede acadmica.LA CRDOBA MUSICAL DE JULIO ROMEROJUAN MIGUEL MORENO CALDERNACADMICO CORRESPONDIENTEJulio Romero de Torres es una de las figuras de la cultura y el arte ms importantes de la historia cordobesa. Pocos artistas de esta ciudad han generado mayor cantidad de estudios e interpretaciones acerca de su obra, y menos an han suscitado pasiones tan acendradas como las que este hombre excepcional provoc, quizs sin pretenderlo. Entre las reticencias de una parte de la crtica de su poca y de despus, que lo tildaba de trasnochado y localista, y la autntica veneracin que senta por l ese pueblo al que nunca dio la espalda, el transcurrir del tiempo ha ido poniendo las cosas en su sitio. Y hoy Julio Romero es un artista mucho mejor comprendido y justamente valorado, quedando atrs muchos prejuicios y complejos que tanto dao hicieron a la memoria del insigne artista. Con todo, hay facetas de su cotidianeidad como artista y como ser humano que han sido menos tratadas o, en todo caso, difundidas. Una de ellas es la relacin del pintor con la msica y la vida musical de la Crdoba de su tiempo; relacin que nos ofrece dos planos de indudable inters: el que se manifiesta en sus lienzos y el puramente biogrfico. Claro est, lgicamente, que no puede soslayarse la notoriedad que alcanza en la pintura de Romero, lo que es expresin del gusto por la msica que acompa al pintor desde su niez, a lo largo de toda su vida. Algo que apreciamos de inmediato en un fugaz recorrido por su obra pictrica, donde varios elementos temticos, relacionados principalmente con la copla andaluza y el flamenco, se nos aparecen de manera recurrente, aun con expresiones simblicas diversas. Recordemos a este respecto ttulos como La copla, Cante hondo, La consagracin de la copla, Alegras, Malagueas, Nuestra Seora de Andaluca, Musa gitana o Musidora, entre otros. Sin duda, un ramillete de obras nada desdeable, que muestra de manera notable esa referida presencia de la msica en el bagaje temtico romeriano. Lo que, como es lgico, ha sido ampliamente interpretado por los principales estudiosos de la pintura del cordobs. As las cosas, osado sera por mi parte pretender que dicha temtica constituyese propiamente el objeto de la presente comunicacin. Y, ms an, cuando se nos antoja mucho ms desdibujado el contexto vital en el que germin esa pasin musical, luego plasmada en la obra del pintor. Por lo que, parece lgico, que lo que interese resaltar ahora sea ese otro plano que nos habla de la presencia de la msica en la peripecia vital de Julio Romero. Y ese es pues el objeto de la presente disertacin'.' Para la cual acudo a mi obra Msica y msicos en la Crdoba contempornea. Crdoba, Cajasur, 1999. Directamente ahora, remito a ella a los interesados, con el fin de evitar en lo que sigue referencias redundantes de la misma.30JUAN MIGUEL MORENO CALDERN1.- Msica desde la infancia.Al trasladarnos a los aos de infancia de Julio Romero, apreciamos de inmediato la decisiva influencia que, en la formacin y gustos del artista, tuvo el nacer en una familia que amaba las artes y la cultura en sus ms diversas manifestaciones. En este sentido, la figura capital de Rafael Romero Barros, privilegiada cabeza de esa familia de artistas, adquiere perfiles sobresalientes. Si colosal fue su contribucin al desarrollo cultural de Crdoba, no menos puede decirse acerca de cmo inculc ese amor por la cultura en su entorno ms ntimo, el familiar. Lo que unido al hecho de vivir en pleno centro neurlgico de la vida cultural de la ciudad (gracias, en buena medida, a su propio carisma y labor), resultara determinante en la formacin de la personalidad artstica de sus hijos. Asunto ste que nos conduce hasta un acontecimiento providencial para la enseanza y la cultura musicales de Crdoba: la creacin en 1885 de una seccin musical en la Escuela Provincial de Bellas Artes, seccin que sera el germen del futuro Conservatorio, el cual llega hasta nuestros das. Pues bien, lo que no hubiera pasado de ser una mera coincidencia en el tiempo, adquiere inusitada relevancia en la biografa de Julio Romero, por dos razones. En primer lugar, porque dicha seccin la impulsa el padre del pintor, a la sazn director de la Escuela. Y en segundo trmino, porque esta importante institucin artstica tena su sede junto a la casa familiar de los Romero de Torres, en la Plaza del Potro, de suerte que el ir y venir de profesores y alumnos, e incluso la msica que diariamente stos hacan, constituyeron algo familiar para esa irrepetible saga de artistas. Tan familiar, que varios de los hijos de Rafael Romero (Julio, entre ellos) fueron alumnos de aquella seccin musical, en la que ensearon msicos tan recordados hoy como Eduardo Lucena, Juan Antonio Gmez Navarro o el bartono Jos Rodrguez Cisneros. Y uno de la mxima importancia: el compositor Cipriano Martnez Rcker, quien sera el primer director del Conservatorio propiamente dicho'. El caso es que con todos ellos coincidi Julio Romero, ya fuera en sus aos de alumno de la Escuela, o ms tarde como profesor. Sin duda, merece la pena detenerse en este asunto. Principalmente, porque entre las mltiples y diversas realizaciones que Rafael Romero Barros propici en aquella Crdoba, esperanzada pero fuertemente atrasada, de los ltimos decenios del siglo XIX, una de las menos valoradas ha sido la de haber introducido en ella una enseanza musical reglada. Recordemos en este punto que el artista moguereo se haba establecido aqu en 1862, al ser nombrado conservador del entonces llamado Museo de Pinturas, que desde ese ario se ubic en el edificio que fue antiguo Hospital de la Caridad, levantado en la Plaza del Potro'. Haca varios lustros que la institucin hospitalaria haba dejado de existir' (conociendo el edificio diversos usos, incluido el de casa de vecinos), y la adquisicin del inmueble por parte de la Diputacin propici ese nuevo uso musestico y, a la postre, la generacin de un foco cultural fundamental en la vida cordobesa de finales de la centuria decimonnica, pues, tras el museo, varias institucio2 A la fundacin del Conservatorio y la importancia de Martnez Rcker dediqu la leccin magistral de la apertura del curso acadmico 1996 97: Cipriano Martnez Rcker, compositor y fundador del Conservatorio de Crdoba. Crdoba, Publicaciones del Conservatorio Superior de Msica, 1997. 3 Dicho hospital haba sido fundado por los Reyes Catlicos a finales del siglo XV y lleg a ser de los principales de la ciudad. 'Exactamente, desde 1837, en que se refundi en el Hospital del Cardenal Salazar, hoy sede de la Facultad de Filosofa y Letras.-LA CRDOBA MUSICAL DE JULIO ROMERO31nes fijaran all su sede por ms o menos tiempo: la Biblioteca Provincial, la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes, la Real Sociedad Econmica de Amigos del Pas y la Escuela Provincial de Bellas Artes, institucin sta fundada en 1866 5. Y sera en el marco de dicha Escuela, donde Romero Barros, que era su director desde 1870, crease la referida seccin musical, que tanta trascendencia tendr para el desarrollo de la msica en Crdoba, dado que hasta entonces haba sido la capilla musical catedralicia el principal vehculo para la difusin y la enseanza de la msica. Y como quiera que dicha institucin sufra un lento y progresivo declive, desde que las desamortizaciones de los bienes eclesisticos promulgadas en los aos treinta y cuarenta, hubiesen obligado a muchos cabildos a reducir la dotacin y fines de sus capillas musicales, la creada seccin musical de la Escuela de Bellas Artes supuso un formidable revulsivo entre los aficionados a la msica. Lo que se vera avalado de inmediato por la numerosa concurrencia que concitaron las enseanzas all dispensadas, con tal xito que en 1902 la Diputacin cre el Conservatorio Provincial. Ciertamente, lo acaecido por entonces en Crdoba, en este mbito de la enseanza musical, era un reflejo del fenomenal impulso dado por las administraciones pblicas a la educacin en Espaa, en el contexto de un regeneracionismo poltico y social que alcanza tambin a la cultura musical. Situacin que coadyuvara a que los esfuerzos llevados a cabo por figuras del calibre de Francisco Asenjo Barbieri, Jess de Monasterio o Felipe Pedrell, resultasen determinantes para superar el estado de crisis en que se encontraba nuestra msica, tras un siglo XIX en el que Espaa estuvo bastante alejada de las principales corrientes de la poca. Por razones poltico-sociales, derivadas del tumultuoso reinado de Fernando VII, el cuantioso exilio de liberales, la tensin de las guerras carlistas, y el cada vez mayor problema colonial y la consiguiente sangra humana y econmica. Pero tambin, por otras puramente musicales: junto al ya referido declive de las capillas catedralicias, una clamorosa omnipresencia de la pera italiana y la falta de liderazgos musicales, todo lo cual acabara por provocar una importante crisis en la msica espaola y, por ende, un notorio empobrecimiento de la vida musical del pas6. De ah que haya que subrayar el apuntado cambio de sentido que empieza a apreciarse desde los tiempos de la Restauracin alfonsina, gracias a la decidida intervencin del Estado en la educacin y la cultura'. Y especialmente tras el 98, con la creacin en 1900 del Ministerio de Instruccin Pblica y Bellas Artes y una saludable profusin de normas legislativas para las enseanzas primaria y secundaria, las artes industriales y los conservatorios de msica. Lo que tendr venturoso reflejo en Crdoba, pues en 1902 se crean dos centros cuya trayectoria los convertir en emblemticos en el panorama educativo-cultural de la Crdoba actual: el Conservatorio de Msica y la Escuela de Artes y Oficios. Centros ambos en cuya historia nos encontramos con la figura del pintor cordobs que hoy homenajeamos. En el caso del primero, por ser heredero deRAMREZ DE ARELLANO Y GUTIRREZ, T.: Paseos por Crdoba. (Crdoba, 1873-77). 3 4 ed. Librera Luque/ Everest, Crdoba/ Len 1976, p.271 y ss. Vase adems MONTIS ROMERO, R. de: "La Escuela Provincial de Bellas Artes", en Notas cordobesas. Recuerdos del pasado (Ed.facsmil). Tomo I, pp.225-230. Crdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Crdoba, 1989. 6 Entre los principales estudios sobre el XIX musical espaol, hay que incluir los de Carlos Gmez Amat: Historia de la msica espaola. Siglo XIX (Madrid, Alianza, 1988) y Emilio Casares y Celsa Alonso (eds.): La msica espaola en el siglo XIX (Oviedo, Publicaciones de la Universidad de Oviedo, 1995). Aunque de fecha algo anterior, recordemos la importancia de la ley de bases de Claudio Moyano, de 1859, la cual fue decisiva para la educacin espaola. O ms concretamente, la creacin de escuelas de bellas artes que se suceden a lo largo de toda la segunda mitad del siglo XIX.32JUAN MIGUEL MORENO CALDERNaquella seccin de msica, en la que Julio Romero recibi algunas enseanzas. Y en el segundo, por razones mucho ms cercanas y duraderas, toda vez que el pintor ense all durante varios aos. En realidad, lo hizo en la Escuela Superior de Artes Industriales (denominacin que mantuvo durante largo tiempo), institucin que en 1902 vino a refundir las existentes provincial de Bellas Artes y municipal de Artes y Oficios (dirigida esta ltima por el escultor Mateo Murria, primer rector igualmente de la nueva escuela), y cuya sede se fij en el antiguo palacio de los Marqueses de Benamej, en la calle de Agustn Moreno. Y a todo esto, sin olvidar que aunque la Escuela se traslad (no as la de msica), los Romero de Torres siguieron viviendo en la Plaza del Potro, y all tena su estudio el autor de La chiquita piconera. Es decir, que prosigui el estrecho contacto de ste con la Escuela Provincial de Msica, la cual continuara ocupando la parte alta del Museo hasta mucho despus de que Julio Romero trasladase su residencia a Madrid8. En unos momentos en que se abordaron importantes reformas en el edificio, siendo director de la institucin Enrique Romero de Torres. Me refiero singularmente, claro est, a la llevada a cabo por Ricardo Velzquez Bosco y Francisco Javier de Luque, en virtud de la cual pudo descubrirse, mediante la cala que se practic en la pared que daba a la plaza del Potro, la preciosa portada de estilo plateresco que durante siglos estuvo oculta, y que estaba formada por un doble arco que da acceso al prtico de la antigua capilla mayor, cuya construccin data de 15099.2.- La vida musical cordobesa: entre el teatro y el caf. El Centro Filarmnico.En defmitiva, una importante implicacin de las administraciones pblicas en la educacin y la cultura musicales, la cual se vera acompaada por el decisivo papel que la sociedad asume como motor de desarrollo cultural: recordemos la continua creacin de liceos y ateneos, as como de agrupaciones musicales de diversa naturaleza: bandas, orquestas, orfeones... De lo que, a pesar de tratarse de un pas fuertemente centralizado, podr apreciarse un cierto reflejo, plido si se quiere, en provincias. As, en aquella Crdoba de entresiglos, con una poblacin cercana a los 60.000 habitantes y graves problemas de dotaciones de servicios y de urbanismo, se vivir tambin algo de ese momento de renacer musical. Incluso en la durante dcadas declinante capilla musical de la Catedral, el ltimo tercio del siglo XIX ver un relativo resurgir de la misma, debido en gran parte al empuje personal de Juan Antonio Gmez Navarro. Murciano de Lorca y formado en el Real Conservatorio de Madrid, haba llegado al cargo de maestro de capilla y primer organista en 1877, permaneciendo en l hasta 1916, en que se produjo su jubilacinm. Sin duda, desarroll una amplia labor en Crdoba, no slo a travs de su magisterio en la Catedral, sino tambin como profesor de la Escuela Provincial de Bellas Artes (y luego, del Conservatorio) y como compositor de msica religiosa. Ciertamente, fue uno de los msicos ms relevantes de la vida musical cordobesa de entresiglos.No fue hasta 1922, cuando el Conservatorio se traslad de sede, dada la imperiosa necesidad del Museo de ocupar todo el edificio y paliar as la acumulacin de cuadros y otros enseres en pasillos y otras dependencias no aptas para los fines propios de una coleccin musestica. 9 Vase el excelente catlogo sobre las actuaciones de Velzquez Bosco, editado por el Ministerio de Cultura en 1990, p.153 y ss. (textos de Miguel ngel Baldellou Santolaria). ' NIETO CUMPLIDO, M.: "Maestros de capilla en la Catedral de Crdoba", en Boletn de la Confederacin Andaluza de Coros (Crdoba), 1 (1995), pp. 4-14.LA CRDOBA MUSICAL DE JULIO ROMERO33Como lo fueron tambin dos de los directores de la Banda Municipal (institucin creada en 1856) que ms influencia tuvieron en la consolidacin de sta: Juan de la Torre Pidrola, fallecido en 1903, tras dirigir la formacin durante ms de un cuarto de siglo, y Jos Molina Len, director entre 1908 y 1910 (por entonces, tambin del Centro Filarmnico) y autor de celebradas pginas de inconfundible sabor local". Con todo, la vida musical discurre desde hace tiempo por otros senderos. De especial relevancia es el auge que vive la msica para el teatro, principalmente la pera italiana y la zarzuela. Testigos de ello en Crdoba sern el Teatro Principal, que desapareci en 1892 a causa de un incendio, y el Gran Teatro, que abri sus puertas en 1873 y que se convertir en el primer foco cultural de la ciudad en expansin. Dos importantes coliseos, sin duda, a los que habra que aadir el Moratn, pequeo teatro de corta vida, sito en la calle de Jess Mara, y el Recreo, ste ms en la lnea de los cafs cantantes' 2 . En fin, auge de la pera y la zarzuela que conllevar la formacin ms o menos estable de los primeros grupos orquestales que se conocen en la ciudad. Es el caso de la Orquesta Crdoba, que segn las crnicas fue la principal agrupacin que actuaba en aquellos aos a caballo entre la centuria decimonnica y el nuevo siglo". A ello se refiere Ricardo de Montis en sus Notas cordobesas'. Y si el teatro se convierte en una cita habitual para muchos cordobeses, otro tanto ocurre con los cafs, establecimientos que supieron compatibilizar el entretenimiento de los clientes con la funcin artstico-cultural propia del saln. Desde mediado el XIX hasta bien entrado el nuevo siglo, tuvieron un protagonismo indiscutible en la vida cultural de las ciudades, proliferando su existencia". En ellos se lea la prensa, se formaban interesantes tertulias literarias o artsticas y se hablaba de poltica. Y en lo que concierne a la difusin musical, no cabe duda de que jugaron un importante papel' 6, pues en todo caf de cierta categora se contaba con un piano que, situado en un pequeo estrado o escenario, era el ncleo de las actuaciones musicales, luego ampliadas a pequeos conjuntos de cmara, como tros, cuartetos o sextetos. Aunque no fuese en exceso importante la msica que estos grupos ofrecan en dichos establecimientos, dado que deba ser apta sobre todo para el entretenimiento (y por consiguiente se interpretaba un repertorio salonesco que nada tena que ver con el cultivado por las sociedades de cuartetos), el hecho es que la difusin de esa msica sin grandes pretensiones cumpla no obstante una interesante funcin de ndole cultural. El ms clebre de cuantos grupos estables de esas caractersticas existan en Crdoba era el sexteto a piano que desde 1893 diriga el flautista ngel Garca Revuelto, el cual daba continuidad al fundado arios atrs por Eduardo Lucena, que tocaba principalmente en el Caf del Gran Capitn. Segn De Montis, en aquellas veladas era fcil encontrar a Rafael Romero Barros, los Ramrez de Arellano, los Garca Lovera, Ma" La principal fuente para conocer la gnesis, desarrollo e historia de la Banda municipal cordobesa nos la brinda el Archivo Municipal de Crdoba. Vase la Seccin 10: Fomento intelectual/ Educacin. Cajas 888 y 2141 ("Academia y Banda de Msica"). 12 Vase SNCHEZ FERNNDEZ, A.: La cultura espaola desde una provincia: Crdoba (1850 a las vanguardias). Crdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Crdoba,1991, p.191 y ss. "CABALLERO GUADIX, A.: Rutas romnticas. Crdoba, Imprenta de la Casa de Socorro Hospicio, 1930, pp.13-14. 14 MONTIS ROMERO, R. de: "De Msica", en o.c., Tomo II, p.154. 15 Se calcula que hacia 1900 existan en Espaa cerca de seis mil establecimientos de este tipo. Vase SALAUN, S.: El cupl (1900-1936). Madrid, Espasa-Calpe, 1990. 16 El hecho de que msicos como Trrega, Granados, Malats o Casals, empezaran sus carreras en dicho mbito, es signo elocuente de la importancia que tenan esos cafs, tan distintos de los actuales.34JUAN MIGUEL MORENO CALDERNnuel Fernndez Ruano y otros destacados intelectuales de la poca". Por cierto que en el sexteto de Garca Revuelto, el pianista era Ricardo Serrano Montoro, conocido profesor y padre de quien luego ser una de las figuras ms notables de la msica cordobesa del pasado siglo: Luis Serrano Lucena. En su casa de la plaza de la Trinidad tenan lugar numerosas veladas, al tiempo que Martnez Rcker haca lo propio en su casern de San Basilio; dos distinguidos lugares de encuentro de la burguesa con aficiones filarmnicas y ocasin para actuaciones de los jvenes msicos ms prometedores en esos aos de entresiglos. Como los violinistas Jos Molina Len, Francisco Romero Len y Antonio Gimnez Romn; el violonchelista Jos de Pablos Barbudo; Juan Aljama Prez, flautista, y, cmo no, el extraordinario pianista Luis Serrano, entre otros". Pero, volviendo a los cafs, los cuales se anunciaban indistintamente como caf concierto, caf cantante o caf teatro, hemos de recordar algunos, por su notoriedad en la vida social cordobesa. Al parecer, el ms concurrido durante mucho tiempo fue el del Recreo, que estaba en la calle del Arco Real (hoy, de Mara Cristina), esquina a la actual Claudio Marcelo; local que fue la alternativa popular al Teatro Principal y en el que tuvo su domicilio social el primitivo Centro Filarmnico. De notable antigedad tambin eran el Suizo viejo y el Nuevo, de los hermanos Puzzini. Otros cafs renombrados fueron el Iberia, en la actual calle Garca Lovera; el San Fernando, tambin en Arco Real; el Cervantes, en la cercana Azonaicas, o el Gran Capitn, en el paseo del mismo nombre19. Aunque, por lo que nos interesa ahora, dada su relacin conocida con Julio Romero, hemos de subrayar el rol singular de los llamados caf cantantes, en tanto vehculos fundamentales para la difusin del flamenco, gnero reducido hasta entonces al limitado mbito de lo privado. Y es que gracias a tales establecimientos pasaran por Crdoba figuras emblemticas de la poca y de la historia del flamenco, como don Antonio Chacn, Silverio Franconetti, Juan Breva, el guitarrista Paco el de Lucena o la bailaora Rosario La Mejorana (madre de Pastora Imperio 20). Hasta Franconetti, que inclua a Crdoba entre sus plazas habituales, luego de debutar aqu con enorme xito en 1871, abri su propio local en 1886, en el lugar donde con anterioridad estuvo el derribado convento de la Concepcin. Tambin en este campo de la difusin del flamenco, se nos aparece con grandes caracteres el Recreo. Por otra parte, en esa Crdoba que vive Julio Romero, hasta su marcha a Madrid en 1915, otro aspecto de inters lo constituye el notable auge del asociacionismo. No slo en esa vertiente cultista que anima la creacin de numerosas sociedades filarmnicas y lrico-dramticas (a sumar al pujante Crculo de la Amistad y su Liceo Artstico y Literario, de fecunda historia ya entonces) o la construccin de espacios escnicos adecua'7 MONTIS ROMERO, R. de: "Los conciertos en los cafs", en o.c., Tomo X, p.173. Tambin encontramos numerosas referencias en El Defensor de Crdoba. 18 Datos extrados de diversas crnicas periodsticas de la poca encontradas en el archivo privado de los hijos de Serrano Lucena (Recortes de prensa del Diario de Crdoba, El Defensor de Crdoba, La Opinin yEl Diario Liberal).'9 Adems de las numerosas referencias que encontramos en la imprescindible obra de Ricardo de Montis, varias veces citada, resulta interesante consignar la informacin que nos proporciona el Almanaque e Indicador General de Crdoba y su provincia para 1891, de Ricardo Per (Tipografa de B. Garca, Crdoba, 1891). 70 Por cierto, destinataria sta de un esplndido retrato de Julio Romero, datado en 1922. Vase el precioso trabajo de Mercedes Valverde sobre "Las mujeres de Julio Romero", en RAMOS ESPEJO y MARQUEZ CRUZ (dirs.): Coleccin Crdoba. Vol.] Crdoba, Diario Crdoba y Cajasur, 1996, pp. 21-40.LAS LTIMAS MIRADASMERCEDES VALVERDE CANDILACADMICA NUMERARIAExcmo Sr. Director, Excmas. Autoridades, Ilustre Cuerpo Acadmico, Seoras y Seores: Raro es el da que la prensa no nos despierta con una noticia sobre un cuadro de Julio Romero que sale a subasta en Madrid, Londres o New York. Las cifras millonarias que alcanzan sus obras, nos crean nuevos compromisos ante la responsabilidad de ser Crdoba la cuna de este creador, de tenerla siempre presente en sus obras y de tener en ella el Museo que lleva su nombre y que alberga, tan slo el diez por ciento de su gran produccin, aunque en l se expongan parte de sus obras ms emblemticas. El Museo Julio Romero desde que muri Enrique Romero de Torres, su gran impulsor, entr en un perodo de decadencia, las obras presentaban un aspecto de deterioro con barnices oxidados que oscurecan su cromatismo original, los marcos sabiamente tallados y dorados presentaban suciedad y prdidas, no tena ningn sistema de seguridad, ni calefaccin, ni refrigeracin, ni un programa de restauraciones, a no ser los continuos repintes y barnices de mala calidad, que Rafael, el hijo de Julio Romero daba igualmente a cuadros muebles y ventanas. Tampoco, un programa de adquisiciones y los depsitos de particulares, haban mermado en su totalidad, debido al estado avejentado que presentaba el Museo y las colecciones expuestas en l. Hasta el ao 1974, aniversario del nacimiento de Julio Romero, no se haba formalizado la donacin de las obras al pueblo de Crdoba, hacindose en escritura pblica en el citado ario en el que se celebraron una serie de actos en su conmemoracin, y precisamente ese ao, robaron el cuadro de pequeo formato titulado "Rosarillo". Otra prdida importante fue en 1997 el retrato titulado "La nia de las trenzas". Los familiares de Rafaela Gonzlez levantaron el depsito y se llevaron el cuadro, con lo cual el Museo en vez de incrementar sus fondos perda dos de sus obras. En 1992 se inici un proyecto de remodelacin de las salas; nueva iluminacin, climatizacin y sistemas de alarmas y desde hace 7 arios, desde la Unidad de Museos del rea de Cultura del Ayuntamiento de Crdoba, presentamos un proyecto de trabajo que se encauz en dos vertientes; en primer lugar un programa de restauraciones de lienzos y marcos artsticos- En la actualidad llevamos restaurados 45 obras de las que conserva el Museo y 50 marcos han recuperado su esplendor tras su limpieza y reposicin de elementos de nueva talla y dorado. Asimismo se han realizado, siguiendo los criterios del pintor, diez marcos de talla para acoger los lienzos originales de carteles que conserva el Museo, se han limpiado y restaurado elementos decorativos del Museo como columnas barrocas, frontales de altar que sirven de soportes a obras como "La38MERCEDES VALVERDE CANDILmuerte de Santa Ins" y en "El Pecado" y "La Gracia". Tambin propusimos lanecesidad de crear un Gabinete de Restauracin en el ao 2000, fundndose dos aos ms tarde con un restaurador-conservador titulado y acogindonos a la subvencin de la Junta de Andaluca. Se fmanciaron los elementos de las ltimas tendencias en estos servicios, con lo cual, desde este Gabinete, se inspeccionan y se vela por el perfecto mantenimiento y conservacin de las obras de arte y se lleva a cabo un proceso ininterrumpido de limpieza y restauracin de cuadros y marcos. El mobiliario perteneciente al estudio del pintor en Madrid que se haba amontonado y abandonado en las atarazanas del Museo Taurino, se ha recuperado; bargueos de los siglos XVI y XVII,