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Jorge Pallares Bossa

LA INDEPENDENCIA DE CARTAGENA DE INDIAS EN EL CONTEXTO DE LA ILUSTRACIÓN

Ediciones “UNICOLOMBO”Cartagena de Indias, Colombia

Autor: Jorge Pallares BossaE-mail: [email protected]

Diseño Editorial: Edgardo Pallares Bossa

Primera Edición: Enero de 2012

ISBN:978-958-57244-1-9

Diagramación e Impresión: Alpha EditoresCentro, Cl. Estanco del Aguardiente, No. 5-36Tels.: 57-5 664 3352 - 660 9438 E-mail: [email protected] de Indias, Bolívar, Colombia

Reservados todos los derechos. No se permite reproducir ninguna parte de esta publicación, por ningún sistema electrónico, mecánico, fotocopia, etc, sin previo permiso del autor y titulares de ese derecho.

Impreso en Colombia / Printed in Colombia 2012

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La Independencia de Cartagena de Indias en e l contexto de la i lustrac ión

CONTENIDO

PRESENTACIÓN 7

INFORME DE COMISIÓN DE LA ACADEMIA DE LA 11HISTORIA DE CARTAGENA DE INDIAS

EL CONSULADO DE COMERCIO DE CARTAGENA DE 15INDIAS: ¿HERRAMIENTA DE RECENTRALIZACIÓN BORBÓNICA O INNOVACIÓN ILUSTRADA?1. Introducción 152. La Recentralización Borbónica 203.LaInfluenciadelaIlustración 404. Papel del Consulado de Comercio de Cartagena en el 49 Período Pre-Independentista 5. El Proyecto Inconcluso del Consulado de Comercio 696. Conclusiones 81Bibliografía 82

EL ESPÍRITU DE LA ILUSTRACIÓN EN LA 85CONSTITUCIÓN DEL ESTADO DE CARTAGENA DE INDIAS DE 18121. Introducción 852. La Declaración de Independencia del Estado de Cartagena 88 de Indias 3. La Constitución del Estado de Cartagena de Indias 1014. El Ideario de la Constitución de Cartagena de Indias de 1812 1115. Conclusiones 125Bibliografía 132

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PRESENTACIÓN

Es muy honroso para mí, el hecho de que el autor del libro denominado: “LA INDEPENDENCIA DE CARTAGENA DE INDIAS EN EL CONTEXTO DE LA ILUSTRACIÓN, mi amigo piepopano Jorge Pallares Bossa, me haya extendido una cordial invitación para que haga la presentación de su trabajo.

Pero, antes de referirme someramente al texto de la obra, quiero resaltar algunas calidades de Jorge, quien además de ser un Abogado brillante en el área del derecho internacional, ha sido a lo largo de su vida, un hombre sencillo y respetuoso de los derechos de los demás, docente por vocación, investigador, que le ha dado prelación a su condición de intelectual que a sus merecidos estipendios económicos que todo profesional debe percibir por su trabajo.

Es también honroso para la “Fundación Universitaria Colombo Internacional, UNICOLOMBO”, institución cartagenera de educación superior, que con orgullo represento, adoptar este importante trabajo como suyo, para enriquecer los anaqueles bibliográficosdenuestraInstitución,parabeneficiodetodala

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J o r g e P a l l a r e s B o s s a

comunidad académica, en que el autor recoge épocas relevantes enmarcadas en el proceso de independencia de Cartagena de Indias.

Para tal efecto, Jorge Pallares dividió su obra en dos partes. La primera de ellas, que le va a servir para acceder como miembro correspondiente, a la prestigiosa Academia de la Historia de Cartagena se llama: “El Consulado de Comercio de Cartagena de Indias: ¿Herramienta de Recentralización Borbónica o Innovación Ilustrada?. Por su parte, el segundo trabajo denominado: “El Espíritu de la Ilustración en la Constitución del Estado de Cartagena de Indias de 1812”, es el texto escrito de una conferencia que el doctor Pallares dictó el 2 de Agosto de 2011 en la sede de Unicolombo.

Así las cosas, el texto de la obra nos recuerda que en junio de 1795 se ordenó la erección de un Consulado de Comercio en la ciudad, precisamente en un momento triunfante de los comerciantes cartageneros sobre los de Santa Fe, obteniendo a partir de ese instante una poderosa arma política para apoyar el poder económico que de facto ya manejaban. Con ello adquirieron preponderancia nuevos agentes políticos reconocidos, lo cual llevó a que los gobiernos locales ostentarán un poder supraregional, con el que pudieron enfrentarse a los funcionarios de la corona Española.

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Elautor,tambiénserefiereala postura dominante adoptada por elConsuladodeComerciodeCartagenadeIndias,queinfluyóde manera importante en el proceso histórico que culminó el 11 de noviembre de 1811 con la independencia absoluta de la ciudadyespecificalaintensayfecundalaborpropagandísticallevada a cabo por el Consulado en todo el virreinato, utilizando la imprenta que había adquirido en 1800.

El trabajo sobre la Constitución de Cartagena de Indias de 1812, es a nuestro juicio, un valioso aporte a la escasa bibliografía sobre un tema que en el presente año cumplirá el bicentenario de su ocurrencia, coincidiendo con otros instrumentos similares expedidos en Europa y América, en un momento en que tanto nuestros países como España, cada cual desde su particular perspectiva, pensaban en independencias, animadas como estaban, por el llamado “espíritu de la ilustración”, que el autor relieva acorde con los estudios acerca del tema.

Si bien la principal aportación que hace el autor en su libro, lo encontramos en la metodología objeto del estudio, también hay que destacar la investigación y la minuciosidad de las características que le permiten mostrar con precisión el alcance decómoinfluyóelConsulado,deunaparte,yloshéroeslocalesde la independencia en la Juntas de Gobierno en el proceso independentista. De igual manera, el autor mantiene su estilo detallista, bien informado, con notas explicativas para quienes

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tienen acceso por primera vez a estos temas e incluso aquellos que conociendo algo de los mismos, pudieren no tener claro algunos términos o acontecimientos. Para tal efecto, hace uso de estadísticas y cifras informadas y señala cuando estas, son producto de elaboración propia, por lo que destacamos la honestidad intelectual del investigador que precisa las fuentes de obtención de su información.

Gracias Dr. Pallares, por este importante aporte a la histografía de Cartagena de Indias.

MARIO RAMOS VéLEZRector

Fundación Universitaria Colombo Internacional,

UNICOLOMBO

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INFORME DE COMISIÓN DE LA ACADEMIA DE LAHISTORIA DE

CARTAGENA DE INDIAS

Cartagena. Octubre 11 de 2011-11-08.

Señor Doctor.LEÓN TRUjILLO VéLEZ.Presidente de la Academia de la Historia de Cartagena.

Apreciado Presidente:

Losabajofirmantes, comisionadosporustedpara lavalora-ción de ingreso elaborado por el académico elegido, jORGE PALLARES BOSSA, denominado “EL CONSULADO DE COMERCIO DE CARTAGENA DE INDIAS: ¿HERRA-MIENTA DE RECENTRALIZACIÓN BORBÓNICAS O INNOVACIÓN ILUSTRADA?, pasamos a continuación a informarle sobre su honroso encargo. Este ensayo es un do-cumento muy bien redactado y de mucho rigor histórico, que trata sobre el tema del Consulado de Comercio, una institu-ción que tuvo mucha repercusión en el acontecer de nuestra ciudad.

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En efecto, desde su erección mediante la Real Cédula de 14 de junio de 1795, este organismo tuvo un papel cardinal en la vida económica de Cartagena, en razón de que los comerciantes cartageneros, triunfantes sobre los de Santa Fe, en cuanto a que esta fuera sede del consulado, tuvieron a partir de ese momento un vigoroso instrumento político para apoyar el poderfinancieroquedefactoyamanipulaban.

El trabajo de investigación de jORGE PALLARES, logra con éxito resolver muchos interrogantes que en otras oportunidades han planteado otros investigadores de nuestra historia real, a la vez que muestra una interesante descripción de algunos aspectos de la vida económica de Cartagena en los albores del siglo XIX.

Las conclusiones de esta monografía se pueden resumir en que el Consulado jugó un papel primordial en la ciudad en el periodo comprendido entre 1970 y 1810, que sus miembros eran una elite imbuida en las ideas de la Ilustración y que al interior del Consulado se desarrollaron muchas contradicciones, resultado de las diferencias sustanciales que había entre la visión centralizada borbónica del Imperio y las ideas progresistas de algunos miembros de la elite ilustrada de la ciudad.

Teniendo en cuenta las anteriores consideraciones, los comisionados concluimos que este ensayo además de ser

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producto de una concienzuda investigación está apoyado por una interesante y copiosa bibliografía, lo cual nos permite considerar, que cumple las calidades que exige nuestra casa de estudios para este tipo de documentos. Hacemos propicia la oportunidad para resaltar el acertado ingreso del Doctor jORGE PALLARES BOSSA a la Academia de la Historia de Cartagena.

Atentamente, Vuestra Comisión.

(Fdo) ARTURO MATSON FIGUEROA

(Fdo) CARLOS GUSTAVO MéNDEZ RODRÍGUEZ

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EL CONSULADO DE COMERCIO DE CARTAGENA DE INDIAS: ¿HERRAMIENTA

DE RECENTRALIZACIÓN BORBÓNICA O INNOVACIÓN ILUSTRADA?

jORGE PALLARES BOSSA

(Trabajo presentado a la Academia de la Historia de Cartagena de Indias para su admisión como Miembro en fecha, 26 de Enero de 2012)

INTRODUCCIÓN 1.

El Consulado de Comercio de Cartagena de Indias, ha sido estudiado desde las más diversas perspectivas. Ya fuere

individualmente o en concurso con los demás consulados, creados en la segunda parte del siglo XVIII, el de Cartagena ha recibido un reconocimiento al papel que jugó en una época caracterizada por los cambios culturales, sociales y administrativos. Sin embargo, el hecho de que la institución surgiera en los prolegómenos de la independencia, ha llevado a los estudiosos del tema, al menos a la mayoría, a analizarla en ese contexto, posiblemente dejando de lado elementos de juicio, que pudieran resultar indispensables si es que se desea tenerunaconcepciónintegraldesusignificaciónhistórica.

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Real Cédula de 14 de junio de 1775 por medio de la cual se creó el Consulado de Comercio de Cartagena de Indias.

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En efecto, dadas las características monopólicas que desde el mismo inicio de la colonización la Corona quiso infundir al tráficocomercialentreEspañay las IndiasOccidentales, losresponsablesdedichaactividadresultaronserlosbeneficiariosde la nueva estructura social, y por tanto, llamados a conformar una élite, que en el caso de Cartagena por lo reducida, terminó siendo una auténtica oligarquía. Fue a este reducido grupo de individuos a quienes correspondió liderar los sucesos que condujeron a la Independencia, en medio del mar de confusiones, que suponía, de un lado, permanecer fieles, a unamonarquía despojada del poder político por lainvasión napoleónica de España o aventurarse en la procelosa tempestad independentista, para lo cual posiblemente no se habían preparado, pero que constituía una oportunidad única. Pero, del otro, tal proceso se produce en un momento en que las instituciones languidecían agobiadas por el desorden y la corrupción de la cual muchos de sus agremiados, habían participado activamente.

Pero, antes de que se diera ese momento histórico, el Consulado de Comercio de Cartagena de Indias, había jugado ya un papel protagónico indiscutible, en el que a los intereses particulares se superponía el interés de la Corona, sumida en una crisis muy grave, y con la que le tocó participar activamente para bien o para mal en el proceso. En unos pocos años, la actividad del Consulado de Comercio de Cartagena, había conocido la

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opulencia y la pobreza y su destino corrió paralelo con el de las instituciones hispánicas, superadas como fueron por el tráfago de la Independencia americana.

Todo esos sucesos, mueven a la reflexión acerca de cuálesfueron, en su momento, los verdaderos propósitos de Madrid en el proceso de implementación de los consulados. En ese orden de ideas, resulta curioso, por decir lo menos, que en el corto lapso de poco más de dos años, entre 1793 y 1795, se crearan los Consulados de Caracas, Guatemala, Buenos Aires, La Habana, Veracruz, Guadalajara y Cartagena de Indias, que vinieron a sumarse a los de México y Lima, que los tenían con funciones parecidas desde mucho tiempo atrás. Llama la atención, el que ello hubiera ocurrido en el contexto hispanoamericano con tanta celeridad, en un gobierno que no se caracterizaba por ello, por lo que parece posible que su creación correspondiera a un importante capítulo de las reformas borbónicas que las circunstancias históricas impidieron que se materializara. Pero, también parece posible, que su dinámica fuera fruto del impulso que la dirigencia de la época imprimió a las actividades, respondiendo al espíritu ilustrado de la época y por supuesto, contando con el apoyo de las autoridades peninsulares.

El presente trabajo, tiene la pretensión de llamar la atención sobre tales aspectos, mediante el examen de ambos criterios en el marco de las gestiones, que al Consulado de Comercio

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Fachada del Consulado de Comercio de Cartagena de Indias.

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de Cartagena de Indias, le correspondió cumplir y que ojalá contribuya a arrojar algunas luces, acerca de los verdaderos objetivos que la Corona encomendó a sus funcionarios con el findemantenerlagobernabilidaddesuscoloniasdeultramar.

LA RECENTRALIZACIÓN BORBÓNICA 2.

España ha sido a lo largo de su historia un país centralizado, salvo cortos periodos de su vida moderna, el más prolongado de los cuales se está viviendo con las autonomías a partir de la Constitución de 1978. Ello tiene su explicación, por el momento en que se produce el Descubrimiento de América en 1492, acontecimiento que ocurre muy poco tiempo después de laexpulsióndelosárabesdelaPenínsulaIbéricaylaunificaciónpolítica de España bajo los Reyes Católicos, Fernando e Isabel.El período colonial de tres siglos puede, por eso, dividirse a su vez en tres grandes etapas. La primera sucede con la orientación de los Reyes Católicos y la Casa de Trastámara y se extiende desde la Conquista hasta comienzos del siglo XVI, en una monarquía feudal caracterizada por la comunión entre Estado e Iglesia, en una propuesta material y espiritual, que suponía de un lado, la colonización del territorio americano y del otro, la difusión de la fé católica entre los aborígenes y los esclavos negros, con miras a la implantación de un nuevo modelo social. Una segunda etapa, conocida como el Antiguo Régimen, se extiende desde el siglo XVI

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Vista de la Calle del Sargento Mayor desde la esquina de la Iglesia de Santo Toribio. La casa del balcón a la derecha era ocupada por el

Consulado de Comercio.

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hasta la última parte del XVII, bajo la administración de los Habsburgos o Austrias, durante la cual se llega al período de mayor esplendor imperial, pero que también se asocia, en sus últimos años al creciente relajamiento de la autoridad monárquica. Y una tercera fase, bajo los Borbones, que ocupa todo el siglo XVIII hasta comienzos del XIX, en la cual se destaca el rey Carlos III y sus ministros regalistas1, que a pesar de los esfuerzos de renovación conduce indefectiblemente a la independencia.

En la segunda mitad del siglo XVII, las cosas en España no andaban bien y la metrópoli había descuidado sus colonias de ultramar que reclamaban de la monarquía mayor atención, los criollos comenzaron a desempeñar cargos de importancia ante el desinterés de los funcionarios peninsulares entre los que había decaído el interés por desplazarse a Hispanoamérica. Al respecto, apunta Véliz: “Nada nos permite suponer que la responsabilidad 1 El Regalismo hace referencia a las Regalías, que eran los derechos y prerrogativas exclu-sivas de que disfrutaban los reyes por el hecho de serlo. El concepto, está en consecuencia, vinculado a la noción de soberanía, en su acepción más amplia, la misma a que hace alusión Bodino en su obra, o sea, en su versión absoluta. El Regalismo, se proponía frente a otros poderes de la época medieval y particularmente del Papado. Por eso, un antecedente del Re-galismo es la “querella de las investiduras” (1073-1122) que apuntaba a la primacía del poder civil en la designación de los jerarcas de la iglesia. Sin embargo, en España desde la época de los Reyes Católicos, se había instaurado el privilegio monárquico del Patronato Real sobre las iglesias de las Indias Occidentales, Granada y Canarias que después se extiende a toda España, por medio del cual los reyes participaban en la elección de sus obispos. Entonces era una manera graciosa del Papado de congraciarse con un Estado que como política pública se proponía difundir la fe católica, frente al indetenible proceso de la Reforma protestante que vivía casi toda Europa. Pero, después durante el gobierno de los primeros Borbones que instauran la monarquía absoluta en defecto de la autoritaria, se incrementó el Regalismo, por medio del Concordato suscrito en 1753 entre España y la Santa Sede. Finalmente, se superpone al período de la Ilustración al Regalismo, no se intensifica el control del Estado sobre la iglesia y cuya manifestación más importante es la expulsión de los jesuitas de España en 1767.

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de mantener la administración de asuntos de este nivel recayera en otras manos que las de funcionarios civiles de Indias. Estos eran necesariamente quienes con más celo siguieron las prácticas burocráticas establecidas confiados en que de este modo, lasacciones que tomaran obligados por las circunstancias del momento y en la ausencia de directivas claras de la metrópoli, serían eventualmente aprobados o pasados por alto”2.

Ese era el ambiente en el que se movían los asuntos de uno otro lado del Atlántico, y por supuesto, el desaliento se imponía en defecto de las décadas gloriosas que había vivido la Corona bajo la misma dinastía. El problema consistía en que los viejos controles desde el poder central estaban agotados, porque el imperio de los Austrias continuaba siendo el centralista y regalista de siempre, pero en el que ya no se temía como en antaño al “juicio de residencia”3, que la monarquía había instaurado desde los primeros tiempos de la Conquista.

Pero, adicionalmente no era ese el único medio de control que tenía la metrópoli, sino que tal como explica Fisher informaban, alreydetodoconlujodedetallessobrecualquierasunto,afindeque nada escapara a su atención. La audiencia que comunicaba directamente con el soberano era uno de los principales controles de la autoridad del virrey y también el consejo virreinal poseía 2 VELIZ, Claudio. La tradición centralista de América Latina, p. 183 El juicio de residencia era la revisión con que la Corona sometía a los funcionarios cuando dejaban un puesto que así le había confiado. En el fondo era un freno a la eventual corrup-ción en que pudieran incurrir los funcionarios.

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uninflujorestrictivosobreel(…)Elvirreysearriesgabaaqueel rey le depusiera si no vigilaban su conducta, recibiendo con frecuencia reprimendas”4. Todo ello fomentaba la lealtad, pero también la adulación y la zalamería e indujo la corrupción de quienes sacaban ventaja de la apremiante situación del funcionario comprometido en el control. Es decir, en el fondo era evidente que los mecanismos tradicionales se habían desgastado y ni las autoridades centrales ni los funcionarios de las Indias occidentales confiabanensueficacia,entreotrascosasporqueeranconscientesde que había múltiples maneras de eludirlos, apelando incluso a los anónimos que la propia Inquisición promovió en la sociedad de la época y particularmente en Cartagena de Indias.

Alrespecto,anotaBeneyto:“Sueleafirmarsequeelabsolutismode los Austrias fue más un hecho que un sistema, en tanto que eldelosBorbonesreflejaríamásunsistemaqueunhecho;perocreo que se exagera la antitesis. Hay, en efecto, ahora, una nueva teoría:equilibriosdepoder,confirmaciones,visitas, informes.Haytambiéninstitucionesmásespecíficamenteligadasatareas.Los funcionarios son los comunes, pero su poder se acrecienta merced a la centralización que va acabando con autonomías que suponían siempre descentralizaciones funcionales5.

La nueva dinastía Borbón, que ocupaba el poder, se encontraba así con un país poderoso pero despoblado, atrasado en el proceso 4 FISHER, Lilian Estelle. Viceversal administration in the spanish colonies 5 BENEYTO, Juan. Historia de la administración española e hispanoamericana, p. 443

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económico, con una estructura social anacrónica, una política exterior carente de objetivos claros y que no disponía de un estamento militar competente que enfrentara con solvencia a sus enemigos. Frente a semejante reto, no quedaba camino distinto que elaborar un proyecto de gobierno que estuviera sintonizado con el espíritu de la época y que consiguiera el consenso de los distintos grupos sociales, para lo cual debía eliminar ciertos privilegios que cuestionaban el poder la monarquía, para lo cual la doctrina regalista resultaba imprescindible.

Para Francois Xavier Guerra, la sociedad del Antiguo Régimen, se caracterizaba por dos rasgos. De un lado, en esta el grupo tenía prioridad sobre el individuo porque los hombres se reconocían como parte de un todo, indisolublemente unido a otros por vínculos permanentes y del otro, las acciones individuales remitían a un grupo o a un conjunto de grupos. Es decir, la sociedad tradicional se caracterizaba por la fuerza de las corporaciones, las comunidades indígenas, los pueblos, el ejército, la iglesia, etc. Pero, con el principio de igualdad que promueve la Ilustración surge el individualismo como el actor protagónico de la vida social, desplazando al colectivismo. Por tanto, en el Antiguo Régimen, el concepto de libertad era sinónimo de un reino o de una corporación, por ejemplo,mientrasqueenlanuevaépocaseidentificabaconelindividualismo6.6 GUERRA, Francois Xavier. El soberano y su reino. Reflexiones sobre la génesis del ciudada-no en América Latina. Biblioteca virtual de Ciencia sociales, p. 123

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Las reformas Borbónicas se plantearon como una actualización del Estado y la economía. En ese sentido, las que debían ser aplicables a América se proponían rescatar los factores de poder que los Habsburgo habían entregado a los grupos y las corporaciones, atribuyendo directamente a la monarquía y a sus funcionarios la conducción política, administrativa y económica del reino. A todo ello, se vieron forzados los reyes de la casa de Borbón, presionados como estaban por la influencia que ejercía sobre las instituciones españolas elllamado “Despotismo Ilustrado” y el avance que Inglaterra, lograba en el campo de la industria y el comercio.

Explica Pérez Herrero: “Salvo muy reducidas excepciones, es habitual la tesis de que los Borbones tuvieron el mérito de ser honestos, dignos e íntegros servidores de los intereses de su reinos y sus súbditos, persiguiendo el bien común de la maneraquecreyeronmáseficaz;quesusmedidasreformistasprovocaron el desarrollo económicoy que susfines últimosfueron desarrollar la producción para obtener el bienestar y el progreso de todos los súbditos. Sin embargo, últimamente se está comprobando que entre la teoría y la realidad, el lenguaje oficialylostextosprivadosmásdescarnadosyclaros,habíaunadistanciaconsiderable;quetraslosfineshumanitarios,honestosy dignos, se ocultaban otros políticos, como la consolidación delaautoridaddelmonarca;yqueelcrecimientoeconómicoprecedió en muchos casos al plan de reforma. En esencia los

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reformistas perseguían impulsar el crecimiento económico peninsular apoyándose en los territorios americanos. Para ello, se debían recuperar los lugares en posesión de los extranjeros, agilizar las transacciones mercantiles entre las colonias y la metrópolis y organizar la economía indiana como satélite dependiente de la peninsular, reduciendo su producción manufacturera y ampliando la de materias primas baratas exportables a España. Todo ello implicaba eliminar la oposición del poder político y económico local americano y liberar los factores de producción monopolizados por algunas manos, por lo que se plantearon: reducir la autonomía de gestiónycontroleconómicodelconsuladodecomerciantes;disminuir las relaciones interregionales para que cada región se enfocara hacia la península directamente”7.

Martínez Shaw explica: “El reformismo borbónico se manifiesta,(…)entodosloscampos.Elreformismoarticulaunapolítica económica tardomercantilista en los diversos sectores de la producción y los intercambios, promueve concepciones sociales favorables a la inspección y el trabajo, racionaliza la administración pública en todas sus ramas, centraliza la acción política por encima de los particularismos de los distintos reinos, revitaliza los instrumentos de la política exterior (la hacienda, el ejército, la marina, la diplomacia) recupera el prestigio perdido en el ámbito internacional, patrocina unas veces y

7 PEREZ HERRERO, Pedro. Comercio y mercados en América Latina colonial, p. 228-229

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ampara otras el movimiento de profunda renovación cultural delaIlustración.Enesesentido,elsigloXVIII,significaunanueva época de expansión en la historia de España8.

Así las cosas, a diferencia de la orientación política y jurídica de los Austrias, la reforma borbónica se focaliza en la economía, pero sin descuidar los demás sectores, no solo porque era la tendencia delaépocacaracterizadaporlavigenciadelfisiocratismo9, sino porque la propia España lo requería. En ese orden de ideas, las transformaciones se planteaban bajo una concepción de actualización de la economía y el Estado y en el caso de América, con una variable fundamental, en el propósito de recuperar un poder político que los Habsburgos habían delegado en grupos y corporaciones, pero, que a partir de entonces asumiría directamente la monarquía.

EstradaHerreraafirmaque:“Elcentrode la reforma fue, sinduda, el dominio de la monarquía y el Estado sobre los intereses particulares y corporativos en todos los aspectos de la sociedad, la agricultura, la industria, el comercio, el arte y el conocimiento. España se debatía entre el proteccionismo y el libre comercio. Este 8 MARTÍNEZ SHAW, Carlos. El reformismo del siglo XVIII, p. 19 La Fisiocracia o Fisiocratismo, es una teoría económica que tuvo una gran influencia en el siglo XVIII, aunque su formulación se produce a fines del Antiguo Régimen. La teoría fue difundida por Francois Quesnay (1694-1774), un médico cirujano que prefirió dedicar buena parte de su tiempo al estudio del pensamiento económico, y se convirtió realmente en un innovador, alrededor del grupo de estudio que fundara Juan de Gournay (1712-1759). La Fisiocracia, reivindicaba la existencia de una ley natural que asegura el buen funcionamien-to del sistema económico quedó francamente vinculado a la tradicional expresión: “Laissez faire, laissez passer”. La expresión Fisiocracia proviene del griego que significa “gobierno o poder de la naturaleza”.

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conflictofueconjugadoconlaimplementacióndelasmedidasreformadoras. Se mantuvieron las restricciones comerciales con las colonias, pero se suprimió el tradicional monopolio de SevillayCádizcomopuertosautorizadosatalcomercio;paraalgunos productos manufacturados se liberaron los derechos de salida de la Península y los de entrada en América, también se negó el tráfico con puertos no españoles o de mercancíaeuropea. Se fortaleció así, el monopolio del comercio al tiempo quesefortalecióelrégimenfiscal,locualpermitiómodificarlasituación de España como intermediario de mercancías europeas y el comercio interno de sus colonias. Se otorgó permiso a los comerciantesamericanosparatraficardesdecercade20puertosen América con 13 puertos de la metrópolis siempre y cuando fuese con cargas americanas y viajes de retorno con mercancías europeas. Esta medida tuvo como propósito incentivar el desarrollo manufacturero español”10.

En el caso de América, las reformas borbónicas se fundamentaron en la propuesta de José del Campillo, recogidas en el documento “Nuevo Sistema de Gobierno Económico para las Indias”, presumiblemente escrito en 1743, que circuló ampliamente en forma de manuscrito entre los funcionarios del gobierno antes de su impresión en 1749. Las propuestas de Campillo incluían una liberación general del comercio entre la metrópoli y las colonias, la reducción de barreras aduaneras 10 ESTRADA HERRERA, Fabiola. Marco y propósitos generales de las reformas borbóni-cas, p. 2-3

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sobre la mercancía extranjera, el fomento de la agricultura en las Indias, la abolición de los tradicionales monopolios de comercio desde Cádiz y el establecimiento de un servicio postal rápido y regular entre la península y las colonias. Los criterios mercantilistas de Campillo11 coincidían completamente con la política de fortalecimiento del control central sobre la totalidad del imperio.

En ese sentido, advierte Véliz: “La creciente intervención del Estado en la economía no se contradecía en absoluto con las peticiones de mayor liberación del comercio, estas no se referían a la institución del libre comercio como lo entendía, por ejemplo, Adam Smith sino simplemente a la liberalización del comercio dentro del imperio.Posiblemente,eltratadodeCampillofueelmásinfluyentede los que cimentaron las reformas económicas carolinas. Merece subrayar que pese a las limitaciones que tuvo que afrontar la política de superación económica, consiguió un éxito señalado”12.

11 JOSÉ DEL CAMPILLO Y COSSIO había nacido en 1093 en Alles (Asturias) de una familia noble pero sin recursos económicos. Al trasladarse su padre a Córdoba (Andalucía) comenzó a trabajar como paje del escritor Antonio Maldonado, quien viendo sus habilidades lo puso a trabajar en el colegio de San Pelayo. En 1713 entra a trabajar en Madrid con Francisco de Ocio, Intendente General de Aduana. En 1726, estando en Santander con Somodevilla (futuro mar-qués de Ensenada) es procesado en Logroño por el Tribunal de la Inquisición, acusado de leer libros prohibidos y tener contactos con herejes y profesar el ateísmo de la que se le absuelve. En 1728, es nombrado Comisario de la Marina destinado a la fábrica de Bajeles de Cantabria hasta que se le traslada a La Habana, donde contrae matrimonio con Leonor Ambudieli Arriola antes de volver a España. En 1764 es ascendido y nombrado Intendente del Ejército destinado a Italia, bajo el mando del Duque de Montemar, pero en 1737 al enviudar retorna a España y se vuelve a casar con María Benítez de Rozzi y Dremond, hija de los duques de Castel Blanco y San Andrés. Es a partir del momento, cuando es nombrado Intendente General del Ejército de Aragón en Zaragoza cuando ocurren los años de mayor influencia junto al rey y oponerse a proyectos ministeriales de hacienda y administración, comenzando por la recuperación de Italia y luego de las Indias y escribe la obra que se le reconoce.12 VELIZ, Claudio. Op. Cit, p. 85

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Sin embargo, España no disponía en el campo administrativo del mismo arsenal intelectual con que contaba entre los ilustrados económicos y por eso, acudió de inmediato a Francia en busca de asistencia por boca del rey Felipe V Borbón. El rey Luis XIV, le respondió enviándole una misión encabezada por Orry, un economista experto en administración quien de inmediato comenzó a ejercer funciones de asesoría de la Corona, en las que se desempeño muchos años. Fue a partir de las recomendaciones de la misión francesa como se adoptó el sistema de Intendentes para España en 1718, pero solo sería, hasta al segunda mitad de dicho siglo, después de la llamada Paz de París, cuando la administración borbónica, examinó sus resultados en España, y decidió extenderlas a Hispanoamérica. Uno de sus principales impulsores fue el ministro francés de Relaciones Exteriores, Choiseil que animó a Carlos III a que las implementara. Es así, como en 1764 se nombró primer Intendente en Cuba y hacia fines de la década de 1780, sedecidió extenderla a la totalidad de los territorios americanos. Sin embargo, la decisión llegaría demasiado tarde y en algunos lugares, como en la Nueva Granada, la Intendencia13 nunca llegaría a materializarse.

13 El llamado régimen de Intendencias Indianas, se instituyeron en las Indias Occidentales, vistos los resultados que el sistema tuvo en España. Los reyes que practicaban el Absolutismo Ilustrado, quisieron centralizar sus posesiones de ultramar. El sistema comenzó en España con las intendencias del Ejército y la Marina (1717) y el rey Fernando III la reordenó por provincias. Los intendentes tenían como su principal misión la promoción de la economía y el resguardo de la hacienda aunque después evolucionaría y actos de gobierno como si fueran virreyes. Por disposición del rey Carlos IV se dictó en 1803 la Ordenanza General de Intendencias, que las dividió en Hacienda, Política, Justicia, Guerra y Vice-Patronato Real.

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La instrumentación de la reforma borbónica en las Indias Occidentales, le fue confiada a José de Gálvez14 un “afrancesado”, nombrado Visitador de Nueva España, y ejerció dicho cargo entre 1765 y 1771, y posteriormente Ministro de las Indias, y regentó con mano de hierro. Para la Nueva Granada se escogió a Juan Antonio Gutiérrez de Piñeres (1778-1780). Los funcionarios a los que se les entregó la delicada misión tenían como objetivo esencial debilitar a cualquier corporación o funcionario del gobierno que rivalizara con los poderes inherentes al rey, y contrarrestar los privilegios regionales de algunos lugares de la geografía americana. En pocas palabras, se proponían centralizar el poder. 14 JOSÉ DE GALVEZ y GALLARDO (1720-1787), fue un jurista y político español, sin duda, el gran ejecutor de la reforma borbónica en América, que de forma general había planteado Campillo. En el momento en que asciende al trono Carlos III, su ministro Jerónimo Grimaldi, lo hizo su Secretario General y ya en 1762 oficia como abogado de cámara del príncipe Carlos (futuro rey Carlos IV). En 1768 fue nombrado Visitador del Virreinato de Nueva España y miembro honorario del Consejo de Indias. En ese entonces, se desplazó a América por segun-da vez y acomete la tarea de reorganizar la industria y la hacienda del Virreinato de Nueva España fomentar la creación de milicias provinciales. En desarrollo de esa labor, dividió el virreinato de Nueva España en 12 intendencias y creó una comandancia general en la provin-cia del extenso México de la época. En 1797 decretó la expulsión de los jesuitas de todos sus dominios y como la medida generó tumultos en San Luis Potosí, Guanajuato y Michoacán, dirigió una expedición militar para restaurar el orden público, apelando incluso a los juicios sumarios y a las condenas por ahorcamiento y otras modalidades de castigos menores. Para compensar esa actitud que mereció la descalificación de muchas gentes, ayudó a las mi-siones del célebre Fray Junípero Serra en la Alta California. A la vuelta a España en 1772, prosigue su autoridad intelectual creando las Sociedades Económicas de Amigos del País y en 1775 contrae su tercer matrimonio con María Concepción Valenzuela, hija del cuarto Conde de Puebla de los Valles. En 1770 fue nombrado Secretario de Estado de Indias (Ministro de Indias). Allí emprende la reordenación territorial de la América Hispana. En Nueva España establece una nueva comandancia general, que incluye las California, Nueva Vizcaya, Nuevo México y Sonora, Coahuila y Texas. En ese mismo año, crea el tercer Virreinato del Río de la Plata, con los territorios meridionales del Virreinato del Perú, que era muy extenso porque abarcaba a la Argentina, Paraguay, Bolivia y Uruguay. Además, creó en la Nueva Ganada la Capitanía General de Venezuela, además, propone en España la división en intendencias del Virreinato, a los que se opuso el ministro Antonio de Bucareli y Ursúz, Sin embargo, alcanzó a comenzar en América la reforma. Fundó el Archivo General de Indias en 1778, sumados documentos del Archivo de Simancas, los de Sevilla y Cádiz. En 1785 fue designado Marqués de Sonora.

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Al hacer referencia a la labor del visitador de la Nueva Granada expresa McFarlane: “Para alcanzar sus fines, Gutiérrez dePiñeres intentó reestructurar el gobierno en varios niveles. Su preocupación principal, expresada durante las primeras fases de la inspección en 1778, fue la de implementar la política de Gálvez de deshacerse de los criollos en las audiencias americanas y en la administración de la Real Hacienda. El mismo nombramiento de Gutiérrez de Piñeres fue un primer paso en esta dirección, puesto que al hacerlo regente de la audiencia de Santafé, Gálvez hizo a un lado a los dos candidatos criollos apoyados por el Consejo de Indias. Esto marcó el principio de una nueva oleada de nombramientos en laaudienciaquereduciríalainfluenciacriolladelaltopuntoque había alcanzado a principios de la década de 1770”15.

Los nuevos criterios de gobierno, no fueron bien recibidos por los criollos que veían, como de un momento a otro, la política general delaPenínsulapostergabasusaspiraciones,enbeneficiodeunosfuncionarios que poco entendían la idiosincrasia de los pueblos americanos. Allí comenzaba a generarse el caldo de cultivo del proceso independentista. Véliz afirma: “Entre muchas otrasconsecuenciassignificativasdelasreformas,seencuentraaquíun factor de primera importancia en la rivalidad entre criollos y españoles peninsulares que jugaría un papel tan decisivo después de 1810. No fueron los comerciantes y terratenientes con cierto

15 MC FARLANE, Anthony. Colombia antes de la independencia, p. 315

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sentimiento de “nacionalismo incipiente”, como sugieren los Stein, quienes alimentaron el rencor hacia los españoles, sino estos funcionarios civiles criollos, quienes tras alcanzar laboriosamente los niveles más elevados de la burocracia durante las administración de los últimos Austrias y de los primeros Borbones, se vieron postergados y reemplazados por los nuevos profesionales enviados desde Madrid.

Brading, citado por Veliz, explica que: “Mientras los primeros reyes Borbones habían ascendido a los criollos, con un criterio muy liberal, a todos los cargos del gobierno colonial, a excepción de los de virrey y obispo, los ministros ilustrados de Carlos III se propusieron una concienzuda reforma basada principalmente en la incorporación a la administración de Indias, de soldados y burócratas traídos desde Europa. En consecuencia, las nuevas reformas gubernamentales implicaron no solo crear nuevas instituciones, sino también importar nuevos hombres”16.

Un ejemplo bien diciente de esa política, fue el citado Gutiérrez de Piñeres17 en Santafé de Bogotá, del cual nos da cuenta en su documentadaobra,McFarlane,cuandoafirma:“(…)para1781

16 VELIZ, Claudio. Op. cit, p. 8317 JUAN FRANCISCO GUTIÉRREZ DE PIÑERES (1788-1871) Visitador regente nombrado por la Corona y por Gálvez en la Nueva Granada. Su figura y arrogancia, no debió ser muy agradable cuando sus medidas y particularmente la restauración del antiguo imperio de la Armada de Barvolento (resguardados de enemigos y corsarios), provocó la Revolución de los Comuneros en 1781. El movimiento obligó a Gutiérrez de Piñeres a huir precipitadamente a Cartagena de Indias. Gutiérrez de Piñeres era un abogado de sólida formación jurídica, re-presentante auténtico de la mentalidad borbónica, basada en la eficiencia en la nacionalidad burocrática. Pero cuyo temperamento chocaba violentamente con el de los criollos.

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todos los criollos habían sido eliminados, y de los magistrados que habían sido nombrados antes de 1776, solo quedaba uno, el español Juan Francisco Pey y Ruiz. La purga de criollos se vio duplicada entonces por otro cambio de igual importancia: la introducción en el tribunal de la audiencia de nuevos hombres sin contacto previo con la sociedad criolla de Bogotá, que en el pasado había atado a los oidores peninsulares. La intención, además, era la de asegurar que en el futuro los magistrados de la audiencia no se establecieran en Bogotá o crearan lazos con la sociedad local.

Con este fin, Gutiérrez de Piñeres recomendó que lasexenciones concedidas a los oidores para casarse en la sociedad local se dieran en adelante con menor liberalidad. Mientras participabanenlareconfiguracióndelaaudiencia,GutiérrezdePiñeres, también atacó la posición de las familias santafereñas sobresalientes en la administración de la tesorería, otra área donde la Corona deseaba disminuír la influencia criolla.Al recordar que la Real Cédula de enero 20 de 1775, había prohibido el empleo en el tribunal de cuentas o en la tesorería de cualquier persona emparentada con otra “hasta el cuarto gradodeconsanguinidadoelsegundodeafinidad”;Gutiérrezde Piñeres encontró que dicho reglamento no se cumplía en gran parte en Santafé”18.

18 MCFARLANE. Anthony. Op cit, p. 317

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Estaba claro, que si bien todos los visitadores regentes no eran del talante de Gutiérrez de Piñeres en Santafé o de José Antonio de Areche en Lima, que había despojado al trasladado virrey Guirior de sus poderes en Lima,19 el rígido modelo de centralización no iría realmente a imponerse sin que los criollos defendieran a capa y espada sus parcelas de poder. A ese propósito, señala Ruiz Rivera: “A la vista de los resultantes del reformismo borbónico podríamos decir que se cumplió en una mínima parte de proyectado. Antes que las materias concretas a reformar estaba en juego el reparto de poder entre quienes podían disputarlos criollos y peninsulares. En este territorio vemos encarnada esa pugna en dos personajes tan importantes como el Fiscal y Protector de Indias, Francisco Antonio Moreno y Escandón y el Visitador y Regente, Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres”20.

Pero, adicionalmente la reforma borbónica de poder aplicarse, no funcionaba igual en todas partes por la sencilla razón que, de un lado, se había impuesto una cultura permisiva entre los funcionarios gubernamentales y la propia sociedad en el cumplimiento de sus deberes y porque, del otro, dependían del contexto en que se desenvolvería. El área del Caribe, por ejemplo, tenía unas particularidades que derivaban de los primeros tiempos de la Colonia con el agravante de que los

19 LIEVANO AGUIRRE, Indalecio. Los grandes conflictos sociales y económicos de nuestra historia. Tomo II, p. 2920 RUIZ RIVERA, Julián. Reformismo local en el nuevo reino de Granada, p. 1

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Estados Unidos, asomaban ya como un país en desarrollo con un liderazgo regional indiscutible que condicionaba el proceder de estos países.

Al respecto, anotan Garavaglia y Marchena: “Porque en un período caracterizado por la reforma que procura centralizar la toma de decisiones y obligar al cumplimiento de nuevas normativas para regenerar la autoridad real de en las colonias, el Caribe siguió siendo, a pesar de ellas, un ámbito disperso desde el punto de vista político y administrativo. Dependía, y a la vez no dependía de los virreinatos que lo circundaban: el caso de la Costa Neogranadina es bien sintomático puesto que Cartagena, el istmo de Panamá o la Provincia de La Guajira mantuvieron con Bogotá un tenso maridaje; las relacionesde Venezuela con el virreinato de Santafé también fueron complejas y las de Cuba con el de México, han merecido más de una monografía. Esta aparente contradicción entre el esfuerzo centralizado de las reformas en torno a los virreinatos y la realidad dispersa en lo administrativo del Caribe cobró más cuerpo cuando en este espacio regional se crearían nuevas audiencias, nuevas capitanías generales, nuevas gobernaciones, aplicándose,ademáselflamanterégimendeintendencias,conespecialintensidad,loqueleotorgóunamayorautonomía(…).La conclusión es que a pesar de la existencia de un proyecto centralizador para el mundo colonial, la mayor preocupación de las reformas aplicadas en el Caribe, por encima de las

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cuestiones político-administrativas, fueron las medidas económicas (especialmente comerciales) que debían tomarse. La región fue en estos años, y antes que otra cosa un espacio económico;todolodemás(gobierno,haciendaydefensa,lostres pilares de la acción gubernamental) tuvo que sujetarse a esta consideración”21.

De cierta manera, esta situación concedía la razón a quienes como Gibbon pensaban que España, como legitima heredera de Roma, tenía un imperio demasiado grande que como tal, se volvía ingobernable, apoyado en el pensamiento de Rousseau, que afirmaba que los límites de una comunidad política losestablecía el área en el que era posible tener contactos humanos. Ladificultadradicaba,segúnafirmacióndeMorelli,enelhechodeque los imperios modernos no solamente eran extensos, sino que englobaban una amplia variedad de culturas, en ocasiones generadoradeconflictos22.

El pensamiento, parecía que además era compartido por buena parte de la ilustración, como se observa en la obra de Abate Ra-ynal y del propio Diderot, sin mencionar al naturalista Buffon, que consideraba a las sociedades americanas originarias como inferiores y a sus conquistadores(españoles, portugueses, fran-ceses) que habían propiciado el mestizaje como degenerados. 21 GARAVAGLIA, Juan Carlos y MARCHENA, Juan. América Latina de los orígenes a la inde-pendencia. p. 15322 MORELLI, Federica. La redefinición de las relaciones imperiales: en torno a la relación reformas dieciochescas- independencia en América, p 1 -2).

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Elbalancefinaldelapropuestaborbónica,noacabósiendoelmejor, como señala Vega en su trabajo sobre el tema así: “La influenciadelosBorbonesestableceundiscursoprovenientede formas de racionalización y proclamación de la libertad como fundamento de la autoridad del soberano, y junto a estas prácticas de economización bajo la composición de formas de control social, habilidades o producciones y regulaciones de losdiscursossobrelaseguridadrespectodelasuperficiedelapoblación, además de saberes biológicos para la distinción de razasyubicacióndeestasenlosespaciosgeográficos.Nosolola distinción racial va a establecer la composición del territorio, sino también la funcionalidad de la población en el mismo. Así nuevos instrumentos administrativos y tributarios bajo el ropaje liberal y su correlato de autonomías, intervendrán por medio de prácticas económicas y políticas étnicas al conjunto de la población distinguiendo cuando un tipo característico de élites regionales con acceso a la tierra y con poder sobre los seres humanos, microesférico y limitado por la muerte dentro de la tierra, como campo primero de excepcionalidad y configuracióndeloregional(…).

Laconfirmacióndeloregionalalfinalizarelperiodoborbónicocomo técnica para la centralización del orden político produce un fenómeno contrario al esperado, fragmenta en pequeñas atomizaciones el control regional, como microesferas de poder en las que se gesta un discurso liberal republicano e

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independentista. Consistentemente constituye un orden central, relativo a lo regional con unos propios agenciamientos sobre la población;ejemplodeelloeseldesplazamientomestizoquealfinalizarelSigloXVIIIeiniciosdelXIX,estableceel50.24%de los municipios existentes a partir de la fundación de 264 de esto”23.

Comenzaba así, el proceso de ruralización de la sociedad hispanoamericana que otorgó a un sector de las élites en los centros urbanos la facultad de convertirse en propietarios feudales, muchos de los cuales llegaron con el tiempo a adquirir un enorme poder. De esa manera, el proceso de recentralización terminó teniendo un efecto contrario en la medida en que disgregó esas facultades en los pequeños municipios que se convirtieron en núcleos urbanos del sector rural.

LA INFLUENCIA DE LA ILUSTRACIÓN 3.

Si se revisa con detenimiento el contexto en el que se dio el proceso de independencia se llega a la conclusión de que, a pesar de las opiniones contrarias, ocurrió en el momento histórico preciso. El hemisferio occidental vivía para la época un período axiológico de cambio de los paradigmas, con los que se había conducido el planeta hasta entonces, cuyo 23 VEGA, Luis Felipe. La forma –Estado en Colombia, fragmentación territorial y biopolítica molecular, p. 104

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resultado más destacado fue la Revolución Francesa y a partir de su irradiación, con los hechos que se desenvolvieron en el territorio americano. Sin desconocer la importancia que tuvo en el proceso, por ejemplo, la invasión napoleónica de la península o el modelo de administración que contrariaba los intereses de los criollos, el cambio de paradigma, se resumía en la irrupción de la Ilustración24

24 LA ILUSTRACIÓN, fue un movimiento cultural europeo que tuvo sus orígenes en Inglate-rra, pero cuyo gran desarrollo ocurrió en Francia, y que cubre desde principios del siglo XVIII (El Siglo de las Luces) hasta comienzos del siglo XIX y cuya principal manifestación histórica fue la Revolución Francesa (1789). Para la filosofía de la Ilustración, el fundamento de todo está en la razón y que esta sirve para combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía en el propósito de construír un mundo mejor. En realidad, la Ilustración tiene sus antecedentes en la cultura griega y en el Renacimiento que Europa había vivido entre los siglos XV y XVI, especialmente en el campo de las artes. El marco en que se produce la Ilustración, es el siglo XVIII que fue, en general una época de progreso del conocimiento racional del perfeccionamiento de la ciencia y la tecnología. Es también, la de la consolidación de la burguesía que reclama un papel en la sociedad de la época frente a la monarquía y la nobleza, que eran sus estamentos privilegiados. En la época, si bien se mantuvieron los derechos de estos se dignificó los de aquellos. Sin embargo, la historia del siglo XVIII consta de dos partes claramente diferenciadas: el Antiguo Régimen (se extiende hasta 1770) y supone la continuidad y la segunda, un período de cambios profundos que finaliza con la Revolución de los Estados Unidos, la Revolución Francesa y la Revolución Industrial de Inglaterra. En Francia, la Ilustración fue difundida especialmente por Voltaire, y genera el enciclope-dismo y sus más representativas personalidades como es el caso de Montesquieu, Diderot, Rousseau, D’ Alembert, Buffon, etc.En España, la Ilustración se divulga a raíz de la entronización de la dinastía Borbón, de origen francés, que inicia un acercamiento con ese país, que a la vez le genera nuevas dificultades con Inglaterra que arremete sus posesiones de ultramar, a partir de la toma de La Habana. Sin embargo, su propagación coincide en España con los reinados de Fernando VI y Carlos III. Es así como surgen un grupo de “ilustrados afrancesados”, como se les llamaba, como ocurre con Cadalso, Cabarrus-, Capmany, Feijoo y Jovellanos entre otros. Es en ese momento, cuan-do se crean las Reales Academias de la Lengua, la Historia y se promueven los Consulados de Comercio y las Sociedades Económicas de Amigos del País.En ese sentido, el conducto regular por el que llegaron las ideas de la Ilustración a Hispano-américa, es a través de España, en la medida en que monopolizaba la relación económica y social en sus colonias de ultramar. Empero, no logra evitar que muchas de esas ideas lleguen a través de la ideología ilustrada para entonces ya de gran importancia, o por medio de los emplazamientos que Inglaterra o Francia tenían en el Caribe, verbigracia, Jamaica o Haití. En esa dirección, se imponen las reformas promovidas por el “despotismo” ilustrado”, que comenzaron a implementar los ilustrados encabezados por Gálvez en Nueva España y por el filósofo José Rafael Campey, que defienden la separación entre la filosofía y las ciencias, en-tre la religión y la política. Sobre esa base, promuevan la expulsión de los jesuitas que tenían una influencia indiscutible en el nuevo mundo.

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La mejor prueba de todo esto, radica en el hecho de que España y sus colonias vivían en los años que precedieron a la Independencia un momento de recuperación económica indiscutible, que deja sin piso cualquier argumento que pretendiera atribuír el malestar de los criollos a dicha circunstancia. Al hacer referencia a este fenómeno económico, el ya citado Véliz, dice: “Es evidente que los informes sobre la situación económica de España hablaban de la innegable pobreza en medio de la abundancia pues, comohadejado sentadoRichardHerrt en sudefinitivoanálisis, los “últimos años del reinado de Carlos presenciaron un florecimiento de la economía española como no se habíavisto desde hacía siglos”. En 1755 los directores del Banco de San Carlos se regocijaban contemplando “el progreso de nuestraindustria,lamultiplicidaddefactoríasmodernas(…)elcrecimiento de la agricultura y el incremento de la demanda de productos”. Esta prosperidad se extendía desde la metrópoli al imperio a través de los vínculos comerciales revitalizados en parteporlapolíticaliberalizadoradelaIlustración(…).En1792el historiador inglés William Robertson expresa la inquietud de los exportadores de Europa Noroccidental acostumbrados a la imagen de una España decadente que mantenía un imperio en beneficiodeotros,alobservarqueelprogresocontemporáneode España bastaba para despertar envidias y exigir los esfuerzos más enérgicos de las naciones en posesión de este lucrativo comercio que los españoles pretenden hoy arrancarles25.

25 VÉLIZ, Claudio. Op. Cit, p. 126

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Este hecho, planteado por Véliz, demuestra por sí solo que la Ilustración fue mucho más que una “historia de las ideas”, como pretende plantearla la historiografía tradicional. Supone ciertamente un ideario distinto al que se imponía hasta entonces, pero también un cambio de actitud frente a la vida. El lenguaje, por ejemplo, que pudiera identificarse con dospalabras: progreso y felicidad, revela entre quienes fueran sus cultores un proyecto vital renovado y diferente, que no deja de conmovernos, especialmente en el contexto de la vida española que no se había caracterizado antes por ese tipo de valores y creencias, más ligadas a lo material que a lo espiritual.

Silva precisa: “Cuando se examinan los escritos de los ilustrados neogranadinos, o cuando se lee la prensa en que expresaron sus ideas, de inmediato se reconoce que la preocupación por la economía es una constante, acentuada sobre todo en los últimos años del período colonial, igual como ocurre en el caso de las otras posesiones del imperio hispánico y desde luego en la propia metrópoli, aunque las cronologías del fenómeno no sean idénticas en todos los lugares. El hecho básico que recorre esa preocupación por la economía es la idea de “reproducción ampliada”, el convencimiento de que puede haber un crecimiento económico ilimitado,quecontribuyaalbeneficiodetodosysealafuentedelaprosperidad material y de la propia felicidad terrenal. Este último punto, esencial en los procesos de secularización presentes en el nuevo interés por la riqueza, debe resaltarse, ya que de manera

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corriente es dejado de lado por los comentaristas, quienes han preferido intentar establecer relaciones entre las formulaciones económicas de los ilustrados y los supuestos “intereses de clase” de los grupos de comerciantes”26.

En consecuencia, se percibe claramente en el lenguaje empleado por los ilustrados el propósito de acumular riqueza en su entorno particular y el de su país, con el objeto de optimizar la calidad de vida de la sociedad en que vivían. España comenzaba, de esa manera, a vivir el período capitalista de su historia económica al que ya habían accedido países, como Inglaterra, Francia o Alemania. El cambio de comportamiento social se percibe, primero, entre los funcionarios de la Corona y del cual, quedan como testimonio los documentos que legaron para describir las regiones que visitaron por encomienda del gobierno borbónico.

Un ejemplo muy destacado, cercano a la Cartagena de Indias de la época, es el de Antonio de Arévalo, el destacado ingeniero militar español, reconocido como el poliorceta de la ciudad, por haber legado a la posterioridad las mejores obras arquitectónicas. Arévalo, fue comisionado por el virrey Manuel Guirioren1761paraquerecorrieraypacificaralasprovinciasdel Río de La Hacha y del Darién. Pues bien, estando en el Darién, se preguntaba en su “Diario de Viaje”, en una de sus correrías, si no se podían obtener muchas utilidades de los 26 SILVA, Renán. El descubrimiento de la economía política en Nueva Granada a finales del siglo XVIII, p. 3

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productos naturales de una región en las que había también facilidades para cultivarlos y conducirlos27. En esa oportunidad, su desempeño fue tan inmejorable que la Corona le ascendió a Ingeniero Director de los Reales Ejércitos Plazas y Fronteras en 1775, lo que revelaba que la monarquía estaba vivamente interesada en el tipo de expediciones y no solo en lo puramente militar. Por cierto, que al mismo Arévalo, le correspondió por orden del virrey Pizarro, construír unos puentes de cal y canto sobreelríoGualí“paraelbeneficiodelcomercio”.

El otro caso destacable, en el Virreinato de la Nueva Granada, entre funcionarios del gobierno español, que revela el renovado espíritu de la Ilustración que campeaba en el imperio, es el del almirante Joaquín Fidalgo28, a quién le tocó por órdenes 27 ANTONIO DE ARÉVALO Y PORRAS, es el más importante ingeniero militar español del siglo XVII y probablemente de todo el periodo colonial porque legó a la posterioridad el mayor complejo monumental que la ciudad de Cartagena de Indias, ofrece hoy al visitante, lo cual le valió el reconocimiento de la UNESCO como Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad. Antonio de Arévalo nació en Martín Muñoz de la Dehesa (Segovia) en 1715 y falleció en Cartagena de Indias, a edad avanzada el 9 de abril de 1800, cuando ostentaba el título de Teniente General, con que la Corona le distinguió en 1791 por los servicios prestados. Aré-valo llegó a Cartagena en 1742 cuando fue designado por José del Campillo, a las obras y fortificaciones de la ciudad para ponerse a las órdenes de Juan Bautista Mc Evan, junto con otros colegas de entonces. Vivió siempre en Cartagena de Indias aunque esporádicamente le fueron encomendadas misiones en otros lugares de la Nueva Granada. Entre sus principales obras, a partir del levantamiento de un mapa de la Bahía de Cartagena están el fuerte de San Sebastián del Pastelillo, el baluarte de San José, las cisternas de Castillo Grande y los recalzos de la muralla de la Marina, la escollera o dique de Bocagrande que había diseñado Ignacio Sala, pero especialmente el iniciarse la guerra con Inglaterra, el Castillo de San Felipe en el cerro fortificado de San Lázaro. Terminó de cerrar la Escollera y malecón de Bocagrande y las Bóvedas que servía como cuartel militar. Gracias al gran conocimiento que tenía de la ciudad y de la provincia, en dos ocasiones solicitó se le nombrara Gobernador de Cartagena, peti-ción que no le fue concedida. Pero, curiosamente lo consiguió de forma interina por decisión del virrey también interino Juan Díaz Pimienta, ya que el teniente del rey Roque de Quiroga, estaba enfermo y así, ya anciano, accedió a dicho cargo.28 La EXPEDICIÓN FIDALGO, se dio entre 1890 y 1805 y fue dirigida por el Almirante Joa-quín Francisco Fidalgo, autorizado por el rey Carlos IV, después que dos jóvenes oficiales

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del reyCarlos IV, encabezaruna expedición científicade laReal Armada Española, que debía hacer un reconocimiento y descripción de las costas septentrionales de América, entre Maracaibo y el río Chagres en la provincia de Panamá. En las notas de viaje del Almirante Fidalgo, se hace una descripción muy detallada de las ciudades portuarias del país así como de los productos que daba la naturaleza en cada uno de ellas, todo lo cual revela una cosmovisión diferente de los funcionarios de la época. La expedición Fidalgo, tomó como base de sus operaciones a Cartagena de Indias, como era apenas lógico, lo cual hizo decir a Humboldt en 1800 que: “Lo más importante para mí en Cartagena fue la expedición de Fidalgo”.

Al hacer referencia al nuevo estilo de la Corona, dice Jorge Conde: “A diferencia del caso inglés e imitando, el modelo galo, las expediciones ilustradas españolas fueron promovidas y fomentadas por la Corona o sus representantes ultramarinos. SoloafinalesdelsigloXVIIIdespuésdelaexpulsióndelosjesuitas y cuando se crearon las Sociedades Económicas, la monarquía borbónica patrocinó la intervención privada en la constitución de instituciones y empresas. Pero ello, fue relativo, era una privacidad inducida desde arriba, en la que españoles Juan Belmonte y Joseph Lanz, la proposición a la Corona. El proyecto que autoriza el ministro de marina, José de Mazorredo incluyó 2 divisiones de 2 bergantines cada uno confiados a los capitanes Cosme Damián Churruca y Joaquín Francisco Fidalgo. La primera división debía hacer el reconocimiento de las islas de Trinidad hasta Cuba y las costas de la Florida y la segunda, tendría la responsabilidad de levantar la cartografía de la tierra firme desde Maracaibo hasta Panamá. Ambas divisiones se encontraba en el Golfo de México. Los bergantines de la Fidalgo se llamaban: “Empresa” y “Alerta”. Fidalgo se quedó a vivir en Cartagena de la que salió en 1810

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participaron los mismos funcionarios buscando su promoción política”29.

Para la década de los ochenta y los noventa del siglo XVIII, los dirigentes criollos, del que ahora se conoce como sector privado tenían conciencia de los propósitos de la Ilustración en el contexto de una nueva época y comenzaban a nivel latinoamericano a reconocerse como una unidad a la que podían aplicarse, como en Europa, nuevas políticas públicas y los principios de la teoría económica en boga. Un primer ejemplo, destacado entre los burócratas coloniales es el de Francisco Moreno y Escandón30, un defensor de los indios de su tiempo, el primer reformador ilustrado de la educación neogranadina y quién ejecutó, por orden del virrey Messía de la Cerda, la orden de expulsión de los jesuitas, de cuya universidad Javeriana había

29 FIDALGO, Joaquín Francisco. Notas de la expedición Fidalgo, p. 1530 FRANCISCO MORENO Y ESCANDÓN (1730-1792) Este abogado, reformador de la educa-ción colonial nació en Mariquita (Tolima) y murió en Santiago de Chile, siendo regente de la Au-diencia de ese país. Estudió letras y filosofía en el Colegio de San Bartolomé que regentaban los Jesuítas y se hizo bachiller en la Universidad San Francisco Javier que dirigían los ignacianos. En 1762 el virrey Pedro Messía de la Cerda le nombró abogado fiscal de la Real Audiencia debido a los quebrantos de salud del titular José de Peñalver. Su prestigio profesional era ya tal que en ese mismo año el arzobispo Felipe de Azuá informó al virrey que Moreno había sido nombrado por la curia para que llevara los casos difíciles. Fue en este cargo, en el que sostuvo la famosa polémica con el visitador regente Juan Gutiérrez de Piñeres, quien desatendió su opinión ge-nerando la famosa Revolución de los Comuneros, un levantamiento popular importante que rechazaba los nuevos impuestos y especialmente el de la Armada de Barlovento. En 1764 viajó a Europa donde despertó la admiración de las autoridades por su inteligencia y conocimientos por la resolución de un expediente pero al que se le dieron 15 días pero que evacuó en solo 3. El 25 de mayo de 1765 fue nombrado fiscal protector de indios en el que reemplazó a Fernando Bustillo, después de pagar $1.000 pesos. Desde entonces, su influencia fue notoria entre los virreyes, tanto que en 1767 cumplió la orden de expulsión de los jesuitas como integrante de la llamada Junta de Guerra creada por el rey. En ese punto, se enfrentó a los jesuitas y sus forma-dores aún cuando su mayor debate lo sostuvo con los dominicos, defensores de la filosofía de Santo Tomás, que pretendía sacar ventaja de la expulsión jesuita fue entonces cuando propuso la creación de la universidad pública.

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egresado. Moreno y Escandón propuso, por primera vez en el país, la creación de una universidad pública que modernizara el proceso educativo atribuyendo a las órdenes religiosas una formación anticuada, heredera directa de la escolástica medieval (trivium y quadrivium), proyecto que solo se materializaría entre 1774 y 1779 el virrey Manuel Guirior.

Desde la perspectiva del sector privado, el caso más sobresaliente entre los criollos ilustrados, al menos en la Nueva Granada, fue el del payanés radicado en Cartagena de Indias, José Ignacio de Pombo. Al respecto apunta Silva: “Es claro que Pombo se encuentra familiarizado con lo economistas españoles de su tiempo, pero no menos con los autoresingleses,francesesynorteamericanosaquienescita;yes claro que su escritura adquiere complejidades técnicas antes desconocidas. Pombo usa de la estadística, realiza cálculos, establece balances consolidados, introduce categorías nuevas, como la de balance comercial, valores líquidos, diferencias internas entre tipos de productos de exportación e importación, etc., y organiza pequeñas series cronológicas”.

De Pombo es, sin duda, una personalidad deslumbrante de la época, una rara mezcla de intelectual brillante y comerciante próspero, porque al par que se le atribuye ser uno de los accionistas más importantes de la primera sociedad anónima de que se tenga noticia en el país, la Compañía de Minas, fue

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quien estimuló la compra de una imprenta importada para el Consulado de Comercio de Cartagena de Indias, que prestó invaluables servicios no solo a la entidad, sino a la ciudad porque a través de ella se divulgaba la opinión de la elite dirigente. Además, De Pombo promovió la creación de un Jardín Botánico en Cartagena de Indias, y de una escuela de pilotaje, atendiendo la sugerencia del sabio español José Celestino Mutis, con el que mantuvo una abundante correspondencia. Pero, lo más relevante de la personalidad de De Pombo es su doble faceta de dirigente del sector privado y funcionario público, que también lo fue, y cuyos cargos desempeñó con eficiencia,desdecomisariodebarrio,alcaldeordinarioyjuezde gremios hasta miembro destacado de la Junta Suprema de Cartagena que reconoció la Junta de la metrópoli.

PAPEL DEL CONSULADO DE COMERCIO DE 4. CARTAGENA EN EL PERÍODO PRE-INDEPEN-DENTISTA

Gustavo Bell describe nítidamente la situación de la Cartagena de finales del sigloXVIII, cuando afirma: “Las estadísticasdisponibles para el comercio de Cartagena en la década de 1780 muestran un incremento ostensible del comercio de dicha ciudad con las colonias extranjeras que iría disminuyendo al finaldeesosañosenfavordeltratoconlametrópoli.Concluídala guerra con Inglaterra en 1783, las autoridades españolas

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consideraron que ya no había necesidad de seguir comerciando con las colonias extranjeras para lo cual se volvió al monopolio original de la metrópoli. No obstante, la práctica de comerciar lícitamente con dichas colonias había echado fuertes raíces, por lo que los comerciantes mostraron gran oposición a volver al sistema anterior y apelaron a diferentes mecanismos para mantener sus vínculos mercantiles con las colonias inglesas, francesas y holandesas”31.

En ese sentido, la Cartagena de la época se caracterizaba, primero, por un cambio de mentalidad de sus élites y del otro, por el ejercicio del libre comercio, que había demostrado sus bondades y que no siempre era legal, a juzgar por los volúmenes de contrabando que se movilizaban en esos años. De lo primero, dejaba constancia el pensamiento y la forma de actuar, tanto de los funcionarios estatales españoles como de la dirigencia criollaydelosegundo,lasfluidasrelacionescomercialesconPanamá, Jamaica y Santiago de Cuba y especialmente con las colonias extranjeras circunvecinas.

El problema consistía en que la Corona, a través de su funcionarios gubernamentales en la Nueva Granada y de su intermediación con el sector privado a través del Consulado de Comercio de Cartagena de Indias32 encendía una vela a Dios 31 BELL LEMUS, Gustavo. Cartagena de Indias: de la Colonia a la República, p. 1832 EL REAL CONSULADO DE COMERCIO DE CARTAGENA DE INDIAS, fue creado mediante la Real Cédula del 14 de junio de 1775, expedida por el rey Carlos IV en Aranjuez atendiendo la reiterada solicitud de un grupo de comerciantes de la ciudad. En su organización interna el

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y otra al diablo, a juzgar por lo que en uno de sus informes decía el virrey Francisco Gil y Lemus, que consideraba que el estrecho contacto de los comerciantes cartageneros con las colonias extranjeras del Caribe, ponía en peligro el control económico de la metrópoli.

En ese momento, ya el Consulado de Comercio de Cartagena de Indias, era una institución con mucha influencia enel Virreinato, que impulsaba políticas públicas, dada su naturaleza mixta y adoptaba decisiones no siempre ajustadas a la legalidad, como ocurrió en algunas oportunidades, pero explicables dado el período de agitación que le tocó vivir. No es exacto que el Consulado de Comercio tuviera dos períodos Consulado estaba integrado por un Prior, quien lo presidía, 2 cónsules, 9 consiliarios con sus respectivos suplentes, un síndico y su suplente, el secretario y el tesorero. También formaban parte de la entidad, los diputados regionales que actuaban de acuerdo a un procedimiento y que era como delegatarios en sus ciudades de origen. Se sabe que hubo diputados del Consulado en Santa Fe, Medellín, Mariquita, Honda, Vélez, San Gil, El Socorro, Santafé de Antioquia, Ocaña y Mompox.La jurisdicción del Consulado de Comercio de Cartagena, se extendió a todo el territorio de la Nueva Granada (en la capital no había) incluyendo parcialmente la Capitanía de Venezuela (hasta Maracaibo ya que en Caracas se instaló un Consulado) y se extendió a Popayán y Qui-to, hasta 1778. En cuanto a su organización interna, contaba con tres órganos de gobierno: la Junta, instituida para la protección y el fomento del comercio, un tribunal de justicia, que dirimía pleitos entre comerciantes o entre estos y el gobierno y una Junta General de Comer-cio, que era como la asamblea de la institución. El Consulado de Comercio, estaba integrado por quienes ejercían el comercio y los cargadores de mar y se financiaba con el derecho de avería y los aportes de las comerciantes organizados. El período de los directivos del Consulado, era básicamente de 2 años, pero según la Real Cédula, se renovaban parcialmente, porque al cumplirse los 2 primeros años de la creación del Consulado debían salir del cuerpo directivo, el segundo cónsul, los 4 últimos consiliarios y el síndico, todos con sus respectivos tenientes. El segundo cónsul pasaría a ocupar el lugar de un consiliario y se elegiría otro cónsul, 3 consiliarios y un síndico para servir dichos cargos, por espacio de otros 2 años y algo semejante ocurría con los tenientes o suplantes. Al tercer año de su creación, debían salir el Prior, el otro cónsul y los 3 consiliarios con sus tenientes. Los métodos de elección eran de 3 clases: directo, sorteo e indirecto, que era el más usado. Los miembros del Consulado gozaban además de privilegios entre lo que se destacaba el uso de una capa especial que llevaba el sello de la institución y además el hecho de poder ser designados a determinados cargos de importancia.

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distintos,comoalgunosautoresafirman,porqueyaen1795enla fecha de su creación se vivía un período de franco deterioro político y económico cada vez más complejo, signado por las abdicaciones de Bayona de mayo de 1808, que generaron el desasosiego en el territorio americano33.

El Consulado de Comercio de Cartagena de Indias, comenzó siendo una institución monolítica, dueña de una intrincada red de relaciones que iban de lo económico hasta la político, pasando por lo militar, que en el período borbónico no resultaba nada despreciable. Constituían, por tanto, un modelo oligárquico indiscutible. Al hacer referencia a esto explica Álvarez Romero: “La institución mercantil cartagenera constituía un grupo social integrado por un conjunto de personas ligadas por intereses comuneseidentificadosenlaconsecucióndeobjetivosprecisosque presentaba, pese a la existencia de discrepancias propias de cualquier colectividad, un criterio común ante los criterios que afectaban a la sociedad del momento.”34.

33 LAS ABDICACIONES DE BAYONA. Fueron las renuncias sucesivas que al trono de España hicieron el rey heredero Fernando VII y el rey Carlos IV al trono de España en beneficio de José Bonaparte en 1808. El proceso comenzó cuando Carlos IV, afirma que la renuncia que él había presentado con ocasión del Motín de Aranjuez y exige a su hijo Fernando VII que le devuelva sus derechos mientras negocia con Napoleón –Bonaparte, dichos derechos a cam-bio de asilo político en Francia, de su mujer y del favorito Manuel Godoy., más una pensión de 30 millones de reales anuales. Pero, en una habilidosa jugada política Napoleón invita a Bayona, en el sur de Francia a padre e hijo, le dice a Fernando que reconozca a su padre como rey legítimo, por un castillo y una pensión permanente y le hace abdicar. Con posterioridad Napoleón hizo abdicar también a Carlos IV en su favor, pero le cede la Corona a su hermano José Bonaparte (Pepe Botella).34 ALVAREZ ROMERO, Ángel. El Consulado en el proceso de independencia de Cartagena de Indias, p. 1

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Adelaida Sourdis, quien dedicó una obra al Consulado, apoyada por la Cámara de Comercio de Cartagena, heredera legítima del primero, reitera: “Cuando se estableció el Consulado había en Cartagena un grupo poderoso que evidenciaba una clara conciencia gremial, compuesto por peninsulares y criollos ligados entre sí por vínculos de negocios y parentesco. Los primeros eran mayoría. Un censo de 1795 registra 36 del “Comercio de España” y 47 de la ciudad. Tenían sus representaciones en Cartagena desde las épocas del monopolioestatalconelsistemadeflotas.Parecequesumovilidadfuefrecuentepuesseestablecíaen laciudad losañossuficientespara hacer fortuna o para concluir un negocio y luego se marchaban. Los que se quedaron fueron el origen de familias criollas, vecinos permanentes de los que no iban a la zaga de sus progenitores”35.

Pero, además los miembros del Consulado cartagenero estaban estrechamente vinculados con el estamento militar, que en una economía de guerra como la que España promovió, comprometida en sucesivas guerras desde 1786 hasta comienzos del siglo XIX, no era nada despreciable. Marchena explica: “En Cartagena de Indias, por ejemplo, el gremio de comerciantes controladosporelGobernadoryalgunosoficialesdelEstadomayorde laplaza, toda laoficialidadde lasunidades, tantode dotación como de milicias, estaba relacionada bien con el comercio, bien con los principales prestamistas, o eran ellos mismos o pertenecían a sus familias”36. En la práctica, ello fue 35 SOURDIS, Adelaida. El Consulado de Comercio de Cartagena. P. 33-34.36 MARCHENA FERNÁNDEZ, Juan. Comerciantes o especuladores del metal. P. 10.

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así después de la reforma militar de 1772, con la militarización de la sociedad y la creación de los Regimientos de blancos, pardos, de todos los colores, las compañías sueltas y los piquetes que los comerciantes fervientemente apoyaban.

Es evidente, que al interior del Consulado de Comercio, eran determinantes los intereses de la Corona, que en estrecho maridaje con el sector privado de la época imponía sus políticas, de una forma renovada, hasta entonces, desconocida en el territorio americano y en esa medida, los cargos más destacados de la directiva, eran ocupados por españoles peninsulares, afincados en la ciudad, no siempre de muchotiempo atrás, tal como lo dictaba la política de recentralización borbónica. En el primer núcleo directivo del Consulado de Comercio de Cartagena, se designó como Prior a Tomás de Andrés Torres y como su teniente a Gregorio Gómez Humarán, ambos españoles de nacimiento y como primero y segundo cónsules a Pedro Tomás de Villanueva y José Antonio Valdez, también españoles, al igual que el suplente del primero Francisco de Bustamante. Solo el teniente del segundo cónsul José Ignacio de Pombo, uno de los criollos intelectuales más reconocidos en todo el Virreinato, ocupaba un cargo relevante y a quien ya hicimos referencia, y que era, de cierta manera, el representante del espíritu de la Ilustración característico de la época.

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Pero, además la administración central de la metrópoli, se ocupaba de insertar en la directiva consular a comerciantes vinculados a las milicias que la reforma borbónica promovía. ElcasomodélicodeestetipodepersonajelorefiereMarchena,así: “Un caso típico de estos patricios urbanos convertidos ostentosamente en coroneles o en capitanes, con casacón, peluca, fusta, corbatín, gola y escarapela multicolor fue JuanFernándezdeMoureen laCartagenadefinesdelsigloXVIII; aunque natural de Galicia, era más cartagenero queel Cerro de La Popa. Próspero comerciante, fue miembro del Cabildo, con varias propiedades en la zona de Mompox, envuelto en insistentes rumores de que parte de su fortuna se debía al contrabando, realizaba dádivas y préstamos a la Real Hacienda, con naturalidad y reiteración, bien en forma de puentes o de caminos construídos a su costa o en su moneda constante. Prestaban también caudales a la Real Hacienda sin cobrar intereses cada vez que se lo solicitaba su Regimiento de Voluntarios Blancos era su devoción y a él se dedicó con ahínco. Pleiteó con todo el mundo e incluso opinaba que su unidaderamuchomejorqueelfijo”37.

Desde el momento de su instalación, la Corona confió alConsulado de Comercio importantes proyectos que la institución emprendió con el entusiasmo que requería. El Canal del Dique, por ejemplo, se encontraba en 1795, abandonado hasta el punto

37 Ibid, p. 15

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de que solo podía utilizarse durante los meses de creciente del Río Magdalena, cuando las lluvias aumentaban el caudal de aguas de las ciénagas. Sin embargo, el cabildo continuaba cobrando a embarcaciones que por allí transitaban derechos de peaje y bodegaje. Además, su tránsito ocasionaba frecuentes accidentes porque el cauce permanecía lleno de malezas y troncos.

Ya desde 1790, el cabildo le había solicitado al virrey Manuel Ezpeleta, que los derechos de que gozaba en el tránsito por el CanaldelDique, los transfirieraa laRealHacienda,porqueno disponía de recursos económicos para su recuperación. El rey comisionó entonces al destacado ingeniero Antonio de Arévalo, quien después de una inspección sobre el terreno, elaboró un informe que incluyó un presupuesto que estimó en la suma de $100.000.

Por eso, cuando en 1795, se creó el Consulado, una de las principales tareas que se la encomendó por parte del régimen borbónico fue acometer el aplazado proyecto de Arévalo, conjuntamente con el Cabildo. De las conversaciones que ambas entidades sostuvieron, el Consulado se comprometió a pagar el 80 por ciento del valor de la obra y el Cabildo, el restante 20 por ciento, característico de la economía mixta que se imponía en las colonias americanas,dada lasdificultadesque tenía la metrópoli. Sin embargo, al cabo de 2 años, en 1797, surgióunconflictoentreelConsuladoyelCabildo,porqueeste

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último no había cumplido su compromiso. A pesar de todo, por decisión del Consulado, los trabajos continuaron, pero en esemomento,ladesconfianzahacíamellaenlarelaciónentreambas instituciones.

La administración borbónica confió al Consulado deComercio de Cartagena otros proyectos, que se extendían a todo el territorio del virreinato, dada la jurisdicción de que gozaba y que podía ejecutar por disponer de representantes en otros lugares. De nuevo, Sourdis nos dice: “Nombrados los diputados consulares en las distintas ciudades y villas, la junta comisionó a varios de ellos para que estudiaran y propusieran alternativas de comunicación. Con base en dicho informe el Consulado estudió las rutas posible para escoger lamásconveniente,afindeintegrarelinteriordelpaísconelRío Magdalena, principal arteria de comunicaciones a través de la cual como eje central, se estructuraron las relaciones de intercambio durante la Colina”38.

En todo caso, en la propuesta de las seis rutas, el Consulado de Comercio de Cartagena sólo se comprometió económicamente con dos de ellas, con una suma de $3.000 y sobre un costo totalaproximadode$25.000,quedebíanfinanciarlasregionescomprometidas o el gobierno central del Virreinato, lo cual comparativamente con el apoyo de la regional revelaba las

38 SOURDIS, Adelaida. Op. Cit, p. 26

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diferencias existentes entre Cartagena y Santa Fé de Bogotá. Por cierto, que al referirse a uno de los proyectos dice Alfonso Múnera: “La negativa de Cartagena a respaldar el proyecto del padre Pardo provocó un amargo debate entre el Consulado y el Virrey Mendinueta. Este último que había rechazado los dos proyectos anteriores y ofrecido un total apoyo al del padre Pardo, ordenófinanciarelproyectodelPadreentodassusetapas.ElConsulado, sin embargo, consideraba que cualquiera de los dos primero caminos proyectados era una mejor escogencia, ya que saldría menos costoso, sería más corto y atravesaría un terreno más propicio que el del padre Pardo. Finalmente, argumentó que había comprometido ya sus recursos con el Cabildo de Cartagena para pagar el 80 por ciento de los trabajos que demandaba la apertura del Canal del Dique, evaluados en $100.000, y añadió que la guerra había debilitado considerablemente sus ingresos, por lo cual se encontraba con muy escasos recursos39.

McFarlane, por el contrario, le atribuye cierto grado de responsabilidadalConsulado,cuandoafirma:“Enciertamedida,la dilación del Consulado para atender sus responsabilidades sedebía,enefecto,alaprecariasituaciónfinanciera.Comolocomentaron repetidamente, en 1808, los funcionarios, al informar sobre sus actividades, la guerra había afectado desfavorablemente el comercio, lo cual, había disminuido los ingresos y, por consiguiente, desalentado la inversión en las obras publicas.

39 MUNERA, Alfonso. El fracaso de la Nación, p. 135

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Sin embargo, algunos sectores veían esta disculpa con bastante escepticismo. No solo críticos internos como Manuel de Pombo denunciaron el liderazgo del Consulado por falta de espíritu de servicios, sino que las personas con intereses comerciales en el interior de la Nueva Granada lo criticaron por su actitud estrecha y apática frente a las necesidades económicas de la colonia.

En efecto, el establecimiento y existencia del Consulado de Cartagenatrajoalasuperficietensionesyrivalidadesentrelosdiferentes grupos comerciales de la Nueva Granada, que no solo muestran los efectos de la dominación que ejercía Cartagena en el comercio de ultramar, sino que indican que durante los últimos años del régimen español, otros grupos económicos disputaban la hegemonía comercial de los monopolistas cartageneros”40

Hay constancia histórica de que entre 1795 y 1808, por espacio de cerca de 10 años, el Consulado le insistió en varias ocasiones al virrey acerca de la necesidad de la construcción de loscaminospropuestose inclusoplanteó lamodificaciónde los diseños iniciales, atendiendo diversas sugerencias de la población. Pero, ya para entonces la situación política de la épocasehabíaagravadoyladesconfianzadelConsuladoconlasinstitucionesoficialeseramásevidente.

40 McFARLANE, Anthony. Comerciantes y monopolio en la Nueva Granad: El Consulado de Cartagena de Indias, p. 59

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Sin embargo, si hay un proyecto en el que el Consulado de Comercio, puso el mayor interés ese fue el de la imprenta. Se daba la circunstancia, que le permitía llevar a la práctica el llamadoespíritudelaIlustraciónydesplegartodasuinfluenciaen la sociedad de la época, particularmente en las capas medias y populares que en ese momento se abrían al conocimiento y a la participación política. Fue así como en 1797, el Real Consulado de Cartagena, habida cuenta del número de la población que el censohabíaestablecidoen13.000personas;elsegundodelpaísdetrás de la capital y en consideración a las necesidades de la vida social y mercantil, decidió importar de Estados Unidos una imprenta capaz de satisfacer dichas necesidades, que en líneas generales había sido negada no solo al grueso de la población sino a la elite que ellos conformaban. Finalmente, el equipo llegó en julio de 1800 desdeFiladelfia sin que, como tantasotras, la operación mercantil se hubiere perfeccionado, dadas las diferencias que la ciudad mantenía con la capital41.

Ese fue el principio de un largo proceso que comenzó por la negativa del virrey a autorizar el funcionamiento, de la imprenta, 41 Existen muchos indicios que conducen a establecer que en Cartagena funcionó una im-prenta entre 1780 y 1782, y que su impresor fue Antonio Espinosa de los Monteros. Pero, fue solo hasta 1797 cuando el Consulado de Comercio, se impuso la tarea de adquirir un equipo de impresión que llenaría el vacío existente en la ciudad y la región. Ese pedido fue materializado en 1800, cuando llegó con imprenta de 49 arrobas, con letras de 5 cuerpos una prensa grande de imprimir, otra para hacer libros y guillotina para cortar papel, 2 mesas de mármol y los respectivos componedores, galeras, tintas y demás instrumentos y utensilios. En ese momento había en la ciudad un impresor instruido, cuyo nombre los documentos no mencionan pero que se supone era el mismo Espinosa de los Monteros, quien le manifestó al Consulado, que estaba en capacidad de instruir 2 oficiales y pagar la imprenta en 4 años, cancelados por anualidades iguales los $1.168 pesos y 4 reales, que con los seguros había constado la máquina.

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después de transcurrido el primer año sin que se tomara una decisión, sometida como estaba la maquinaria a los rigores del clima cartagenero. Frente a la reiterada protesta de los comerciantes locales, la disputa llegó hasta el propio Consejo de Indias que no estimó conveniente autorizar su funcionamiento respaldando la postura virreinal. Sólo sería hasta el año de 1808, con ocasión de la visita del comisionado de la Junta de Sevilla, Antonio Vacaro, cuando este, enterado de la existencia de la imprenta autorizó su funcionamiento al gobernador de la época Blas de Soria. En la respuesta que el Gobernador Soria cursó al comisionado, le informó que había contactado al Consulado de Comercio, su propietario legítimo, para que reparase las piezas deterioradas y la pusiese en funcionamiento.

Para entonces, ya la situación de la ciudad era desesperada y la mayoría de los proyectos que lideraba el Consulado, tanto los de origen gubernamental como los privados, estaban paralizados. Los mejores tiempos de la ciudad habían pasado. El comercio ilegal que en los tiempos de proteccionismo y monopolio de la Corona, era el mecanismo de defensa contra esa política y que había llevado a personajes de la talla de Tomás de Andrés Torres, Prior del Consulado a practicarlo en 1795 y después argumentar que su detención debía extenderse a todos los habitantes de la ciudad, no era ya el mejor remedio. El llamado comercio “realizado por la vía de Jerusalén”, era en el año 1808 un obstáculo al desarrollo.

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Al respecto, anotan Garavaglia y Marchena: “(…) la granfortaleza de Cartagena se transformó pronto en debilidad. Por una parte, la extensión del contrabando a todos los sectores sociales cartageneros y no cartageneros, más allá del grupo de comerciantes, generó una feroz competencia. No solo los funcionarios en la ciudad y su jurisdicción que se ampararon en su posición de privilegio para hacerse su propio hueco, abriendo o disputando espacios a los comerciantes, sino también buena parte del sector mulato más prominente, se dedicaron con ahínco a estas operaciones, con lo que los precios bajaron tanto que, por saturación del mercado, acabaron por difuminarse los grandes beneficios que antes solo unospocos alcanzaban. Un contrabando al menudeo que hizo de Mompox, donde se embarcaban las mercancías en champanes para ascender al río, un puerto atiborrado de todo tipo de productos, y a sus almaceneros fuertes rivales comerciales de los mismos cartageneros. Igual sucedió con otros pueblos de la provincia, donde los contrabandistas y mercachiflesacapararon buena parte del circulante metálico con sus ventas al menudeo. Además, dado el nivel que alcanzaron los préstamosyfiadosrealizadosenpequeñaspartidasporestosgrupos de mulatos cada vez más prósperos, se estableció un grave antagonismo entre los grandes tratantes y los pequeños y medianos comerciantes y agiotistas y esta fractura engendró una rivalidad que no tardaría en manifestarse”42.42 GARAVAGLIA, Juan Carlos y MARCHENA, Juan. América Latina de los orígenes a la inde-pendencia. P50

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En ese momento, la sociedad cartagenera, por efectos de la desesperanza estaba profundamente dividida y con escasos motivos para compartir. Era el tiempo del sálvese quien pueda. Pero, sin duda, el punto de quiebre se produce en 1808, no sólo por los sucesos en España sino por la visita a Cartagena de Indias, del Comisionado de la Junta de Sevilla, que había asumido en la Península la representación nacional del depuesto monarca Fernando VII. El Comisionado Antonio Vacaro, arribó a la ciudad el 8 de agosto y ante la urgencia de su misión se reunió al día siguiente con el Gobernador interino Blas de Soria, quien reemplazaba desde el 21 de enero al fallecido Anastasio Cejudo, que había desempeñado dicho cargo por espacio de 12 años. Por esa razón, ambos personajes convinieron en reunirse al día siguiente con los miembros de la Junta de Guerra, en sesión a la que debía sumarse la de Hacienda. Una vez sucedida dicha reunión, todo hacía prever que los cometidos de la Real Provisión habrían de cumplirse. Sin embargo, los miembros del Cabildo con los que se reunió el 12, frustraron las expectativas del comisionado porque si bien sus miembros convinieron en reconocer al rey Fernando VII, no hicieron lo mismo con la Suprema Junta de Sevilla.

En realidad, dicho criterio respondía al que era ya un planteamiento generalizado en Hispanoamérica, en el sentido de reconocer al rey, pero abstenerse de hacerlo con la Junta Central, en la medida en que cada territorio quería para

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sí mayor autonomía y el manejo con su propia Junta: Sin embargo, la actitud del Gobernador Soria, que compartía el criterio de su Cabildo debió indignar al comisionado Vacaro. Sobreelparticular,refiereÁlvarezRomero:“Sinlugaradudas,su esquiva solicitud debió encrespar el ánimo del pertinaz comisionadoquesehabíaenteradooficialmentedetodoloquehabía acaecido en la mencionada sesión. Por tanto, acompañado de su compañero de cuerpo de armas, el prestigioso capitán de navío Joaquín Francisco Fidalgo, pasó al día siguiente a entrevistarse con el gobernador para reconvenirle en los más duros términos. La reunión, según informes de los testimonios que poseemos, se celebró en un clima de enorme tensión, pues como reconocería posteriormente el propio comisionado solo pudo convencer al coronel merced a la ayuda que le prestó su compañero el capitán Fidalgo, que gozaba de gran prestigio en todos los ambientes militares de la ciudad”43.

Lo que vino a continuación, por parte del Comisionado Vacaro fue una especie de “golpe de mano” al Gobernador Soria, porque en las instruccionesqueimpartiónosólocalificóde“criminalyerrada”;la actitud del Cabildo, sino que remitió circulares a todos los alcaldesordinariosycorregidoresdelaprovincia,notificándolesdelainstalacióndelaJuntaCentraldeSevillaydelafidelidadalrey, haciendo abstracción de la decisión del Cabildo local.

43 ALVAREZ ROMERO, Ángel. El comisionado de la Junta de Sevilla en Cartagena de Indias, p. 104

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El 18 de agosto, se reunió el Consulado de Comercio de Cartagena, para realizar un acto de jura a Fernando VII y el reconocimiento a la Suprema Junta de Sevilla. Con esta postura, quedó planteada abiertamente la división entre el Cabildo y el Consulado, lo cual revelaba que los consiliarios que estaban en el primero respondían en su momento histórico, a una línea ideológica distinta o al menos carecían del poder de influirensusdecisiones.Sinembargo,cuandoselerequiriólaayuda económica para el proceso, los miembros del Consulado semostraron cautelosos y prefirieron aplazar sus donativos.En efecto, el acta de la reunión refleja su postura, cuandoafirmanque:“despuésdeunasanareflexión,habíanllegadoadeterminar que sería más rentable esperar la llegada del buque de guerra que se anunciaba, o esperar a cualquier otro, ya que entonces se le sacaría mayor partido y los donativos serían más cuantiosos”44. El texto sugería de que los comerciantes no se fiabandelapalabradeVacarooeraunamaneradeescurrirleel bulto a la grave situación.

El comisionado, para congraciarse con el Consulado, removió el tema de la imprenta que continuaba paralizado y le pidió a Soria, que consiguiera la autorización para su funcionamiento, según su criterio, imprescindible en los momentos dramáticos que se vivían y que con ello se podía favorecer la postura de Fernando

44 ACTA DE LA SESIÓN DE LA JUNTA DE GOBIERNO. De Agosto 18 de 1808, que en el punto cuarto se refería a la responsabilidad que asumía el Tribunal Conciliar de reconocer la Real Provisión

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VII. El Gobernador Soria se dirigió entonces a la Junta de Guerra, que la aprobó, dadas las circunstancias históricas que se vivían mientras que los miembros del Cabildo, se mostraron en contra de la idea y recordaron la incompetencia de las autoridades para autorizar su funcionamiento y sugirieron que fue el virrey el que decidió, lo que creyera más conveniente45.

Contra todas las previsiones, bajo la responsabilidad gubernamental pero con la aquiescencia de sus legítimos dueños, el Consulado el 29 de septiembre salió de las prensas el primer número de “Noticias Públicas de Cartagena de Indias”, que vino a llenar el vacío en la ciudad y se convirtió en un factor de poder local hasta los acontecimiento del 11 de noviembre de 1811.Alrespecto,confirmaÁlvarezRomero:“ElConsuladodeCartagena de Indias no mantuvo una postura uniforme a lo largo de todo el proceso revolucionario, sino que su comportamiento sevioafectadoporunaseriedemodificacionesamedidaqueeste se radicalizaba y sufría un deslizamiento hacia la izquierda. La institución mercantil, en los inicios del movimiento revolucionario, presentó una actitud un tanto ambigua, que como se evidenciaría más tarde, no era compartido por la mayoría de sus miembros. No obstante, transcurrido ese período de euforia que suele acompañar en sus inicios a toda alteración estructural profunda, muchos de sus miembros que habían contemplado con asentimiento e incluso participado activamente en las 45 AUTO DEL GOBIERNO DE CARTAGENA DE INDIAS, de 9 de noviembre de 1800, que presidía el Gobernador de la Provincia Manuel Espinola por enfermedad del titular Anastasio Cejudo.

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irregularidades políticas, reconsideraron su actitud y aquellas veleidades pseudorevolucionarias quedaron superadas. Así, los matriculados de extracción peninsular que conformaban la mayoría del instituto mercantil percibieron, con ese singular olfato que caracteriza a todos los ciudadanos dedicados a la actividad comercial, que tanto sus intereses materiales como su futuro estaba estrechamente ligados a los de la Corona”46.

En efecto, en 1810 el Prior del Consulado de Cartagena era Juan de Francisco Martín, un próspero comerciante español que había ocupado ese cargo entre 1798 y 1800, que tenía como teniente a Gregorio Gómez de Humarán, también español, Prior en años anteriores y como Primer Cónsul a José Ignacio de Pombo, sin duda, el criollo e intelectual más sobresaliente, que legó a la posteridad los mejores informes de dicha institución como primer Prior nativo de tierras americanas. En la lista de consiliarios, en la Junta de Gobierno estaban, por ejemplo, Matías Rodríguez Torices, español y padre de Manuel, quien sería poco tiempo después el Primer Presidente del Estado Soberano de Cartagena, junto a Lázaro Herrera, Joaquín de Lecuna y José Arrázola, como ya señalamos todos peninsulares, cuyo teniente de este último era el destacado criollo José María García de Toledo, quien iría a jugar un papel destacado en el proceso independentista junto a Gregorio de Hoyos Fernández de Miranda, segundo Marqués de Valdehoyos, quien al

46 ALVAREZ ROMERO, Ángel. Op. Cit, p. 66

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momento insurrecional se desempeñaba como Comandante de Armas en Valledupar desde 1806.

Cartagena de Indias vivió desde 1808 en el ámbito político, un periodo de expectación, pendiente como estaba de los acontecimientos en la Península Ibérica y las consiguientes reacciones en la capital Santa Fé. Al respecto, señala McFarlane: “Durante 1808 y la mayor parte de 1809, Cartagena había permanecido políticamente tranquila. Al recibir noticia de la crisis en España, la primera preocupación de la comunidad mercantil fue la de recuperar el comercio. En octubre de 1808, el Consulado instó al virrey Amar para que legalizara el comercio con las colonias extranjeras en el Caribe, con el argumento de que lametrópoli pasaba por tales dificultadesque ya no había esperanza de revivir el comercio con España (…).LosaltosfuncionariosdeCartagenaapoyaronlapresiónde los comerciantes para legalizar el comercio con los extranjeros sobre la base de que solo los ingresos comerciales podían salvar de un inminente colapso la menguada tesorería colonial.Anotaronquelasituaciónfinancieraeradesesperada,ya que los ingresos de las aduanas habían caído al mínimo. Los monopolios del tabaco y el aguardiente a duras penas cubrían sus costos y el subsidio de Quito para el año anterior aún no había llegado”47.

47 McFARLANE. Op. Cit, p. 54

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EL PROYECTO INCONCLUSO DEL COSULADO 5. DE COMERCIO

EnmediodeloablespropósitosydelasreflexionesdeDePombo,se sucede el 4 de Febrero de 1811, lo que podría calificarsecomoelcomienzodelfindelavidajurídicadelConsuladodeComercio, cuando se aborta la rebelión del Regimiento del Fijo, enelqueoficialesrealistasquisierondeponerlaJuntacomandadapor los criollos. A partir de entonces, quedaron al descubierto las verdaderas intenciones de la mayoría de los comerciantes peninsulares que comandaban la institución mercantil que comienza a perder paulatinamente su capacidad operativa y lo que es peor, el liderazgo que ejercía desde tres lustros atrás.

Las decisiones del Consulado comenzaron a ser ignoradas en distintas localidades del país, que este tenía bajo su jurisdicción, sumándose así a la postura de Quito que desde un par de años atrás había suspendido el envío del recaudo por el concepto de situado fiscal, sin duda, el mayor recurso económico deCartagena. El proceso de ruptura llega a su punto climático el 11 de Noviembre de 1811 cuando se suscribe el Acta de Independencia absoluta.

Al hacer referencia a un informe que el Consulado había remitido a las autoridades españolas, dando cuenta del suceso, dice Álvarez Romero: “La prolija comunicación que

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el Consulado dirige a las autoridades metropolitanas, aún en medio de tanto desastre, muestra un hálito de dignidad, pues conmanifiestosentimientodemortificación,expresanqueseavergüenzan de la situación a que se había llegado, pero llenos de rubor denuncian, que sin armas ni recursos, no han tenido más remedio que someterse. Así, la institución mercantil remite a las autoridades metropolitanas el Acta de Independencia publicada por el gobierno insurgente, refiriendo el suceso yla violencia a que fue sometido para prestar su juramento y adhesión al gobierno legitimo”48. Frente a semejante postura del Consulado, no era difícil reconocer lo que la Junta Provincial tenía y en esa dirección, esta procedió a adoptar contra aquel una serie de medidas que la llevarían primero, a la inacción y después, una vez expedida la Constitución del Estado de Cartagena de Indias, a su extinción, en la medida en que algunos de los artículos incluidos en su texto eran incompatibles con el funcionamiento del Consulado. Terminaban así 17 años de existencia jurídica y aunque con la Reconquista de Morillo, volvería a instalarse no volvería a ser jamás la institución de prestigio que fue en los años previos a la independencia.

Era evidente, que el Consulado de Comercio, en tiempos tan difíciles se movía entre la perplejidad y el desconcierto, que suponía manejar una estructura organizacional mixta que de 48 ALVAREZ ROMERO, Ángel. El Consulado en el proceso de Independencia de Cartagena, p.24

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una parte, replicaba el proceso centralizador que proponía la reforma borbónica y de la otra, promovía en el ámbito de su jurisdicción, el espíritu renovador, progresista y libertario de la Ilustración. Así las cosas, los miembros del Consulado se enfrentaban a una gran contradicción que ni siquiera la Corona estaba en posibilidad de resolver en atención al gravísimo momento de crisis que vivía España.

En el informe de 1810, uno de los últimos, que el Consulado envía al virrey, José Ignacio de Pombo, Prior de la institución en ese momento, se hace eco de importantes proyectos que la dirigencia, tenía en mente llevar a cabo, como el nuevo canal de Galerazamba, con el objeto de conseguir una nueva ruta hacia el río Magdalena, o la fábrica de vidrios que la ciudad requería, a la manera de las que existían en la Península y que la dinastía borbónica impulsaba. En el mismo escrito, se insiste en la necesidad de una imprenta más grande y moderna, especialmente para difundir la instrucción pública que lo requería urgentemente, porque las que existían en la ciudad, en opinión de De Pombo, no tenían la capacidad requerida.

El texto del informe del Consulado, revela claramente una posturadistinta.Muyespecialmente,reflejalaconcienciadela élite cartagenera que tenía la responsabilidad de construír una identidad cultural propia que hiciera posible la vida

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independiente. Sobre el particular, anota el destacado intelectual payanés afincado enCartagena: “(…) el establecimiento deuna Sociedad Patriótica de Amigos del País, compuesta de sujetos de reconocido talento y patriotismo, a cuyo cargo estuviere la edición de un periódico político económico, en que exclusivamente se tratasen estos objetos, con claridad, sencillez y brevedad, particularmente lo relativo a la economía rural, dando reglas precisas para el discernimiento de las diferentes tierras,supreparaciónyabonos(…).Elperiódicopropuesto,siendo juicioso, cómodo en su precio y de buena edición, sería utilísimoparalainstrucciónpúblicaydaríaparasusgastos;yasí lejos de ser oneroso a la sociedad podría serle productivo siempre que lograra que por su crédito circulase en toda la provincia yReyno (…). El anterior establecimiento suponeel de una buena imprenta, y no es la única que hay en esta ciudad, la cual es muy pequeña, defectuosa y de poco servicio. Debe pues hacerse cuanto antes el gobierno de una completa, y sea pidiéndole a los Estados Unidos de Norteamérica, o a Inglaterra. No puede invertirse el dinero con más utilidad del público, que el que se emplee en su compra; ni hacerse ungastoconmenosgravamendelTesoroNacional,puesalfinha de resarcir con ventajas de los productos. La imprenta, dice el doctor Sempere, es la invención más importante de los hombres y lo que ha hecho más bienes al género humano. A ella y al Descubrimiento de América, debe este su actual civilización y comodidad. Si la riqueza de la América es la

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que es y mide a las naciones del antiguo continente y la que ha dispersado en ella, la industria y el comercio que los une y la imprenta es la que ha llevado por todas partes la Ilustración y las luces49.

Tanto en este, como en otros escritos de De Pombo, se advierte claramente el espíritu de la Ilustración, porque manifestando una acendrada vocación hispanista, que revela en algunos de los proyectos que promueve, reconoce que en ese momento histórico, de aguda crisis mundial, el progreso y el desarrollo iban de la mano de Inglaterra y del nuevo país a imitar: los Estados Unidos de América. Por eso, no duda en informes, como el anterior, establecer un cotejo entre las políticas que aplicaban los estadounidenses y las que la Corona, pretendía establecer en Hispanoamérica, como hace, por ejemplo, al referirse a los estancos.

Pero, la preocupación de De Pombo, por el desarrollo y el progreso de su región y su país no se limitó a los informes oficialesqueelConsuladodeComerciodeCartagenadeIndiasproducía, sino que se consignó en un prolijo material epistolar que el destacado dirigente legó a la posteridad. En carta de 20 de Abril de 1806, le escribe al sabio José Celestino Mutis: “(…)yasetrabajaconcienhombresdesdeeldía8elCanaldel Dique y no se descontinuará interin mientras haya dinero

49 INFORME DEL CONSULADO DE COMERCIO. Banco de la República.

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omediodebuscarlo.Tambiénsehacomprado,aunquefiada,una buena casa para el Consulado, y tengo el propósito de que se establezca en ella una escuela de dibujo, otra de pilotaje y matemáticas, la imprenta y en adelante podrán hacerse otros establecimientos útiles, y espero que aquellos todos serán desdeluegoaprobadasporelrey;ynosedesatenderáelobjetodecaminos(…)”50.

Y en una nueva misiva, al dar cuenta de la mudanza del Consulado a la nueva edificación en la Calle del SargentoMayordice:“(…)dequeserácuentaelreyenprimeraocasiónsegura,conremisióndelplano,perfilyalzadadelacasa,etc,para su aprobación y nombramiento de los profesores que hayan de hacer la enseñanza, proponiendo se pongan bajo las reglas que tienen dichos establecimientos en el Consulado de Barcelona. En adelante se pensará en un observatorio astronómico, estudio de mineralogía y de química, que serán utilísimos. Vale más que se gaste el dinero en sostener estos establecimientos, que en otras cosas de menos utilidad como sehahecho(…)”51. Pero, además hay en esta comunicación una alusión familiar, en la medida en que De Pombo tenía un hijo que estudiaba matemáticas en Barcelona, dotada de un Consulado de orígenes inmemoriales que podía enseñar varios oficiosdelallamadas“cienciasútiles”delaépoca52.50 CARTA A JOSÉ CELESTINO MUTIS. 20 Abril de 1806.51 Ibid. 20 de Agosto de 180652 Las llamadas “ciencias útiles”, eran las matemáticas, la física, la metalurgia, la agricultura, la química, el dibujo, la economía, entre otras, que no se enseñaban, al menos en España, en

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Pero, tal vez la mayor importancia de los escritos de De Pombo, que pudiera tomarse como el modelo de las dirigencia de finesdelSigloXVIIIycomienzosdelXIX,esellenguajequeemplea, sustancialmente distinto de la generación precedente. Sus expresiones son de un profundo conocedor de la economía política, como disciplina que se imponía en ese momento, atribuíble a la intelectualidad ilustrada preocupada por el desarrollo y el progreso, pero también por la agricultura. Era la cosmovisión de un hombre de ciudad, con la perspectiva de la riqueza potencial que en el campo ofrecen los recursos naturales. Por eso, no duda, con su prestigio, proponer al virrey y al rey proyectos de la importancia del Canal de Dique, el Jardín Botánico, la Escuela Náutica, acerca de los cuales cursó tantas comunicaciones a las autoridades pertinentes, hasta el punto que ofendido por la poca atención que a buena parte de ellos puso el sabio Francisco José de Caldas, encargado de su aprobación, decide ausentarse de las reuniones del

la universidad dela época que estaba en poder del clero, que seguía apegada a la enseñanza escolástica tradicional. Al respecto, dice Giménez López: “Gran parte dela actividad científica de la primera mitad del Siglo XVIII español se encuentra vinculada a los cuerpos armados del Estado, y la Academia Militar pasó ocupar el lugar de la universidad en estos menesteres, ya que la institución universitaria seguía anclada en saberes escolásticos tradicionales ajenos a la nueva ciencia, y con actitudes poco proclives a secundar las tímidas reformas ilustradas que se intentaron aplicar. Además, la asunción de las ciencias útiles por la milicia tenía la ventaja añadida que los militares eran más fáciles de controlar por el Estado. De esta manera, la Academia de Guardas Marinas creada en Cádiz, la Academia de Ingenieros de Barcelona, la de Artillería de Segovia, y otras distintas armas y cuerpos, pasaron a ser centros cientí-ficos donde se enseñaba aritmética, álgebra, química, geometría, dibujo y trigonometría, disciplinas que en la práctica estaban ausentes de los planes de estudio que seguían las uni-versidades (Giménez López, Enrique: La militarización de las ciencias útiles, p 37). De alguna manera, la Monarquía intentaba no enfrentarse a la iglesia española, debido a la resistencia que esta ponía a los aires científicos provenientes de Francia que imponían la incorporación en las instituciones universitarias de nuevas disciplinas científicas. Sin embargo, Carlos III terminará rompiendo con la iglesia católica tanto en España como en América.

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Consulado, comprometiendo con ello la acción de la institución, acostumbradacomoestabaaapoyarlafinancieramenteconsupropio peculio.

De Pombo, es un dirigente en el que las palabras patriotismo, proyecto o utilidad, se reiteraban constantemente, convencido como estaba que era la actitud que debían asumir los individuos a quienes había cabido la novedosa responsabilidad de imprimir identidad a las actividades que emprendían. Por esa razón,elbalancequedesuprolíficaexistenciapuedeextraersees el mismo de la propia España, comprometida como estuvo a fortalecer la recentralización política bajo el espíritu de la Ilustración lo que por sí sola constituía una contradicción. Por eso, en la historiografía mas reciente autores como Paquette, han creído que los Consulados de Comercio como las Sociedades Económicas de Amigos del País, cada una en su campo, fueron el mejor instrumento para la necesaria gobernabilidad que la Corona requería en un momento de crisis como ese.

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Lista de los comerciantes de España y del país adscritos al Consulado de Comercio de Cartagena de Indias.

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CONCLUSIONES6.

De lo anteriormente expuesto se pueden extraer las siguientes conclusiones:

El Consulado de Comercio de Cartagena, jugó un papel muy a) importanteenelperíodofinaldelaColoniaafinesdelsigloXVIIy comienzos del siglo XIX.El Consulado de Comercio de Cartagena, contó entre sus b) integrantes a la gran mayoría de la elite de la ciudad de la época. El Consulado de Comercio, asumió la responsabilidad de impulsar c) los proyectos de obras públicas de la Corona y de promover las “ciencias útiles” que el gobierno asumió como política pública de la Ilustración española.El Consulado de Comercio de Cartagena fue diseñado por la d) Corona como una nueva herramienta de gobernabilidad, en el período histórico en que el sector privado con gobernador en la Corona. Al interior del Consulado de Comercio, surgieron las mismas e) contradicciones que el Estado español tenía entre la implementación de la centralización y la promoción del espíritu de la Ilustración. Al Consulado de Comercio de Cartagena, le tocó vivir un período f) crítico de la historia y en ese contexto, fue el ente que desempeñó mejor el rol que le había sido atribuido.Dada la composición dirigencial que el Consulado de Comercio g) tenia, con mayoría de españoles, a la institución no le quedó, al finaldelproceso,opcióndistintaquerespaldaralaCorona.

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EL ESPÍRITU DE LA ILUSTRACIÓN EN LA CONSTITUCIÓN DEL ESTADO DE

CARTAGENA DE INDIAS DE 1812

jORGE PALLARES BOSSA

(Conferencia dictada el 2 de agosto de 2011 en la sede la Fundación Universitaria Colombo Internacional (UNICOLOMBO)

INTRODUCCIÓN1.

La Declaración de Independencia de Cartagena de Indias, se da en un momento cenital de la historia occidental,

quelosespecialistascalificancomo“EraAxial”,enlaquenosolo surgen una serie de personajes de la mayor importancia, sino en la que cambian los valores, principios y creencias de una sociedad, en este caso de Occidente en la que estamos insertos.

Esta circunstancia, dio lugar tanto en Europa como en América, a una serie de acontecimientos históricos que comienzan con la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica en 1776, continúan con la Revolución Francesa en 1789, la etapa napoleónica de gobierno que va de 1799 al 1814 y a las independencias de las repúblicas latinoamericanas

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que se extienden de 1810 a 1830. En ese período de cerca de 40 años, surgen en los Estados Unidos dirigentes políticos de la talla de George Washington, Thomas Jefferson, Benjamín Franklin, James Madison, Alexander Hamilton, John Jay o JohnAdamscalificadoscomolos“PadresFundadoresdelosEstados Unidos” (Founding fathers of the United States), entre los más destacados autores de la Constitución de los Estados Unidos.

También en Francia, aparecen pensadores y personajes de la importancia del Barón de Montesquieu, Honorato Mirabeau, el Marqués de Lafayette, el abate Sieyes, Maximiliano Robespierre, Jean Paul Marat o George Danton y por supuesto, en la etapa final del proceso: la figura política y militar de NapoleónBonaparte, todos los cuales desempeñaron un importante rol en ese período revolucionario. Y en Latinoamérica, el precursor Francisco Miranda, el Libertador Simón Bolívar, José de San Martín, Bernardo O’Higgins, José Artigas o los curas Hidalgo y Morelos, entre los más destacados.

Pero, en el fondo detrás de todos los acontecimientos históricos y la coincidencia en el tiempo de tan relevantes personajes históricos está el denominado “culto de la razón”, que promueve Kant y continua con la Ilustración y el Enciclopedismo, en un enfoque moderno que supera de una vez por todas, la “edad teocéntrica”, característica de la época medieval. Nacía así un

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período humanístico, regido por el antropocentrismo (el hombre como centro de todo) y el que se deja atrás la fundamentación de la ciencia en la teología y las creencias religiosas, y se abandona la superstición, como explicación mágica de ciertos hechos o fenómenos inexplicables.

En este contexto, el movimiento de la Ilustración, de mediados del Siglo XVII (siglo de las luces), cuyos mayores desarrollos se producen en los Siglos XVIII y XIX, se constituye en el fermento intelectual de la nueva cosmovisión o forma de concebir el mundo. Pero, aunque las primeras muestras del movimiento se dan en Inglaterra, es en Francia en donde logra sumayordifusiónyaceptaciónyenlaquepuedenidentificarsea sus mejores representantes.

Entre los más destacados portavoces del movimiento se cuentan a Juan Jacobo Rousseau y a Jean Marie Arouet Voltaire, quienes junto a otros valiosos integrantes como Diderot, Montesquieu, Condorcet, D’Alambert, Buffon en Francia y especialmente, Kant en Alemania, divulgan el pensamiento ilustrado no solo en Europa sino en América.

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2. LA DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA DEL ESTADO DE CARTAGENA DE INDIAS

Es en ese contexto y momento histórico, cuando se genera el proceso independentista de las antiguas colonias españolas de ultramar y es, por supuesto, en ese mismo ámbito en el que se produce la Declaración de Independencia de Cartagena de Indias el 11 de noviembre de 1811.

Manuel Rodríguez Torices

La Declaración tiene, como es apenas lógico, unas características que cabría suponerlas en cualquiera de los distintos casos del

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proceso de independencia hispanoamericano. Pero, también unas particularidades que hacen del suceso de Cartagena de Indias, algo singular, distinto al de cualquier otro, porque teniendo evidentes influencias francesas y norteamericanas,revela otras cuyo origen pudieren derivar de la Revolución Haitiana y de la propia España1, en cuyas fuentes abrevan sus principales portavoces.

1 La Ilustración se produce en España con unas particularidades que la distinguen en bue-na parte de lo ocurrido en Francia o Inglaterra, por ejemplo. Sin embargo, el espíritu de innovación y de actitud frente a la vida, regido por unos principios y valores diferentes es el mismo. El proceso ilustrado comienza en 1700 con la entronización de los Borbones en el poder, pero se incrementó en el gobierno de Carlos III entre 1758 y 1788) recogiendo el movimiento del llamado “Siglo de las Luces”, pero se incrementó en el gobierno de Carlos III, que se da entre 1758 y 1788.En realidad, el movimiento ilustrado se inicia con los llamados Novatores, a quienes en un principio se les reprochaba peyorativamente el deseo de innovar, pero después la evolución semántica de la denominación conduce a calificarlos elogiosamente como los representan-tes españoles de la llamada “crisis de la conciencia europea”, que históricamente se sitúan entre fines del siglo XVII y comienzos del XVIII. A los Novatores, se les conoce también como la pre-Ilustración española, que incluye entre sus principales representantes a Gregorio Ma-yans y a Benito Jerónimo Feijoo.Los Novatores, eran conscientes del atraso científico de España y de la marginalidad del ambiente intelectual español, respecto de las grandes corrientes del pensamiento europeo. La razón de esa situación, creían encontrarla en el anquilosamiento de la universidad que derivaba, en su criterio, del escolasticismo religioso que las regia. Sin embargo, no hay entre los novatores, un cuerpo doctrinal coherente y unitario y por eso, se les ha clasificado en dos tendencias: a) Novatores escépticos, más radicales y b) Novatores eclécticos, que de alguna manera transigían más con el ambiente intelectual imperante. Sus pretensiones de renovación intelectual no tuvieron éxito en su momento pero influyeron definitivamente en el proceso de la Ilustración en España.Feijoo y Campomanes, desde el propio gobierno, fueron los principales orientadores del movimiento ilustrado español motivados por los sucesos de la Universidad de Sevilla, que había quedado bajo la dirección del hispano-peruano Pablo de Olavide, una vez confiscados en 1773 los bienes de los jesuitas por parte de la Corona. Allí se introducen las primeras reformas educativas que minimizan el papel que hasta entonces jugaba la escolástica en el proceso educativo.Pero, además en España, tal como había ocurrido en Francia, el conocimiento de la ciencia y su aplicación tecnológica no solo devino de la educación superior, sino de las llamadas So-ciedades Económicas de Amigos del País, la primera de las cuales fue creado por los vascos en 1774. Estas sociedades acogían a distintos sectores de la sociedad y tenían el propósito general de promover el desarrollo económico y de las distintas regiones creando escuelas de oficios y de difusión de los medios de producción. El principal impulsor de estas sociedades, de las cuales se llegó a decir, que tenían influencia masónica, fue el propio rey Carlos III.

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Cartagena de Indias fue siempre en la Colonia, junto a La Habana una de las ciudades predilectas de la Corona Española, por lo que significaba estratégicamente para elImperio, por lo que se les llamó por algunos, las “ciudades lloronas”, porque todo lo demandaban de la Península. Como bien se sabe, en Cartagena, por ejemplo, fueron muchos los recursos económicos que se invirtieron en la construcción y reconstrucción de sus cortinas, murallas, fuertes y baluartes, en diferentes épocas que sirvieron para defenderla del acoso de corsarios y piratas de distintos países y para preservar, en consecuencia, el patrimonio de la Corona Española.

Pero, ese privilegio de que gozó siempre la ciudad, conocida como la “llave de las Indias”, generó una gran rivalidad con Santafé de Bogotá, la capital del Virreinato de la Nueva Granada, porque, por Cartagena, se movían los mayores volúmenes de comercio y en ella estaba acantonado el grueso del ejército imperial. Al respecto, apunta Múnera: “A la gravedad del conflictoentornoalcomercioylascomunicacionesentrelasdos grandes ciudades del Virreinato se sumaba otro motivo de discordia, de raíces más antiguas. A lo largo del siglo XVIII, desde la creación misma del Virreinato, los virreyes de la Nueva Granada se refirieron en sus informes a Cartagenacomo una carga que consumía los excedentes de todo el reino. Según estos mandatarios, no podían invertir en el desarrollo de Santa Fe debido a la ausencia de capital, el cual se iba

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todo en la construcción y mantenimiento de las fortalezas de Cartagena”2

José María García de Toledo

Esta rivalidad, se encontraba vigente en el momento en que comienzan a producirse en Latinoamérica los movimientos insurreccionales y además, vivía su peor momento, porque los virreyes se empeñaban en limitar el mecanismo de libre comercio que habían autorizado los reyes desde España, lo cual 2 MUNERA, Alfonso. El fracaso de la Nación, p. 148

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condujo a muchos comerciantes a la quiebra o a practicar el contrabando ilegal para evitarla. Esa molestia, se acrecentaba aún más por el hecho de que el comercio organizado se dirigía desde Cartagena de Indias para toda la Nueva Granada a través del Consulado de Comercio, que tenía jurisdicción en todo el país y llegaba hasta Venezuela y Ecuador y de paso, negaba ese privilegio a Santa Fe, la capital de la Nueva Granada que lo había reclamado con insistencia.

Cartagena de Indias tuvo siempre en la época española, un modelo de administración que se asemejaba más al de las capitales virreinales México, Santafé de Bogotá, Lima o Buenos Aires, que a una capital de provincia, porque incluía la atribucióndelsituadofiscalalquecontribuíanlascajasrealesde las ciudades más importantes del virreinato. Ese modelo de administración se hizo imprescindible, en la medida en que se multiplicaron los asaltos bélicos a la urbe que la llevaron en momentos cruciales de su historia a incrementar el modelo castrense del que no tuvieron en ciertos períodos históricos recurso distinto a recurrir al aislamiento, como forma de impedir que el enemigo sacara provecho de las ventajas logísticas del abastecimiento que generaban sus alrededores. Para ello, Cartagena solo contaba por vía marítima con el apoyo de poblaciones como María (la actual María Labaja), Cereté, Tolú y San Benito de Abad y localidades portuarias del Río Magdalena como Mompox a través del Canal del

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Dique que desemboca en su bahía, a la cual no le quedaba con frecuencia camino distinto para su supervivencia que recurrir al contrabando.

Pedro Romero

El acontecimiento del 11 de Noviembre de 1811, de declarar la independencia absoluta de la Corona española, es el resultado de una serie de sucesos cuyo trasfondo histórico era la invasión napoleónica de España, que dieron lugar a la reacción de su pueblo en busca de la independencia y a la proliferación del llamado “Juntismo”3, en toda la geografía de ese país, que se 3 El Juntismo, comenzó con la organización en Oviedo (Asturias) de la Primera Junta Pro-visional creada el 25 de mayo de 1808, cuyos miembros se proclamaron en posesión de poderes soberanos en nombre del rey Fernando VII depuesto por Napoleón. Esta misma junta, envió de inmediato representantes a Inglaterra en busca de ayuda militar y financiera, que obtuvo rápidamente con el objeto de enfrentar a los ejércitos napoleónicos que invadían

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extendieron a América, todas las cuales debían teóricamente responder a los dictados de la Junta Central de Sevilla. Los hechosquederivanfinalmenteenlaindependenciaabsoluta,comienzan con la visita del Comisionado de dicha junta en 1808, pasan por la expulsión del Gobernador de Cartagena Francisco Montes en 1810 y culminan con la Declaración de Independencia Absoluta de 1811.

La Declaración de Independencia del Estado de Cartagena de Indias, tiene una connotación evidente, que a veces se pierde

la Península. Poco después, de la creación de la primera junta en Oviedo se crearon otras en Santander (Burgos), La Coruña (Galicia), Segovia y Logroño (Castilla), León, Zamora y Ciudad Rodrigo (Salamanca), Zaragoza (Aragón), Valencia, Murcia y Sevilla. Esta última, que radicaba en la ciudad más importante de la época, se adjudicó el título de “Junta Suprema de España y Las Indias” y de inmediato lanzó una declaración de guerra contra Francia del siguiente tenor: “No depondremos nuestras armas sino hasta que el Emperador Napoleón restituya a España a su rey y señor, Fernando VII y a los demás miembros de la familia real, y respecto de los sagrados derechos de la Nación que él ha violado, así como su lealtad, su integridad independencia”.Como bien señala Francois Guerra, todas las juntas peninsulares utilizaban argumentos pac-tistas, es decir, hablaban de vínculos que no podían ser rotos unilateralmente, en la medida en que si el rey desaparecía el poder retornaba a su fuente primaria el pueblo, a la manera como lo había concebido el filosofo español Francisco Suarez en siglos anteriores. Esto supo-nía, un aspecto trascendental que no puede dejarse de lado y que se refiere a la ruptura de la “Teoría absolutista del poder”, que los estudiosos atribuían a los reyes. Hocquellet decía que las juntas que se formaron en España funcionaron como cortes sin rey porque ellas decían que asumían la soberanía de los pueblos y en consecuencia tenían la facultad de rechazar al nuevo jefe de la monarquía José I Bonaparte de España, porque a ellos no se les había pedido su consentimiento para admitirlo como tal. Hocquellet agrega, que en el caso de España y a diferencia de América las juntas tomaron cuatro modelos que fueron: a) las que aseguraban la continuidad de las autoridades reales, b) las sostenidas y respaldadas por las autoridades centrales, c) las de orientación militar y, d) las que rompían decididamente con la unidad monárquica. Por el contrario, el juntismo americano mostró unas particularidades similares, con sus respectivas variables, que pueden identificarse desde México hasta la Argentina, so-bre la base de que: a) eran juntas supremas o soberanas, b) eran fidelistas porque reconocían los vínculos con la monarquía a la que reconocían lealtad, c) eran separatistas, o sea querían ser independientes de España, independientemente de que se guardara fidelidad al rey, d) eran gobiernistas porque dictaron medidas de gobierno en lo político, militar, económico y hasta judicial y, e) eran provisionales porque aceptaban que su periodo de gobierno termina-ba una vez celebradas elecciones abiertas (Guzmán Pérez, Moisés. El justismo novohispano; imaginarios y práctica políticas en la época de las independencias, 1808 -1820, p. 3.

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de vista y es el hecho de que Cartagena se convierte en un Estado independiente, es decir, en un nuevo sujeto de Derecho Internacional, desvinculado de España pero también de Santafé de Bogotá. Esa es la razón, por la que el Estado de Cartagena de Indias, conforma una organización política, que cuenta con un Presidente Manuel Rodríguez Torices, un Canciller o Ministro de Relaciones Exteriores: Ignacio Cavero, un Legislativo y un sistema judicial independiente.

La primera tarea del Estado de Cartagena, era organizar una Convención Constituyente encargada de redactar una Constitución para el nuevo Estado. Sin embargo, las autoridades españolas se las ingeniaron para entorpecer el período independiente de Cartagena y para ello, la comprometieron en una guerra con Santa Marta, controlada por los realistas. Al respecto,diceBellLemus:“EnelconflictoentreSantaMartayCartagena (1812-1813) las autoridades de Jamaica jugarían un papel importante, evitando la victoria total de una de las partes pero también lucrándose de las necesidades militares de ambas. Constantemente barcos mercantiles escoltados por naves de guerraatracabanensuspuertos;lasmisioneserancondoblefinalidad;porunlado,sosteníanactivoelcomerciocondichospuertos y por otro, mantenían una permanente vigilancia sobre lasinfiltracionesfrancesasenCartagena”4. De ese problema internacional, deja constancia el propio Manuel Rodríguez

4 BELL LEMUS, Gustavo. Cartagena de Indias: de la Colonia a la República, p. 28-29

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Torices, en una comunicación cursada en junio de 1814 a la presidencia de las Provincias Unidas de la Nueva Granada en laqueafirma:“LasinstruccionesdadasalenviadoalaCortede Londres, disponen que pase antes por Jamaica, y reclame allí del almirante los buques nuestros apresados o represados por la marina inglesa”5.

Cartagena de Indias, llega a la particular situación de Estado independiente, de alguna manera, contra su propia voluntad. En efecto, la ciudad estaba sometida a una grave crisis económica, en la que la harina importada o de contrabando jugó un papel definitivo y eso, la obligaba a apartarse deSantafédeBogotáquereprimíaelflujocomercialaqueestabaacostumbrada. Pero, del otro lado, tenía que distanciarse de España que la obligaba a adoptar decisiones que iban contra el querer de su élite dirigente, desconcertada por los sucesos de la Península Ibérica, con un rey separado del poder. Para ello, ya había dado el 27 de Noviembre de 1811, un nuevo paso al integrar la Federación de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, junto a Antioquia, Neiva, Pamplona y Tunja, con la participación de sus delegados Enrique Rodríguez Santurrio y el presbítero Juan Marimón. Por cierto, que dicho paso previsto en el texto de la Constitución en el título VI, tan cercano a la fecha del 11 de Noviembre, fue entendido por algunos sectores

5 CONGRESODE LAS PROVINCIAS UNIDAS DE LA NUEVA GRANADA. Carta de 18 de junio de 1814 de Manuel Rodríguez Torices, como presidente gobernador del Estado.

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radicales, como el de los “pardos”6, como una marcha atrás en el proceso independentista por más que se acudiera a la modalidad estatal federal, en la medida en que significabauna vuelta al predominio político del interior en cuyo seno estaba localizada la capital de la Federación: Tunja. Por eso, es posible que el acto ritual de los pardos del 18 de diciembre del mismo año en Getsemaní, en el que se declaró simbólicamente una nueva independencia de Cartagena de Indias, supusiera un rechazo a los intereses de la élite criollista que se desenvolvía en medio de contradicciones.

EntérminosdeloquesignificabaserunEstado–Nación,esdecir, un sujeto de derecho internacional, de conformidad con el llamado “Derecho de Gentes”de comienzos del Siglo XIX, tal 6 Pardos, se les llamaba a todos aquellos individuos que en la época de la independencia no tenían un origen conocido. Por lo general, eran mestizos, mulatos, negros libres e incluso blancos pobres de origen desconocido. Por tanto, se era pardo, según el prejuicio social por el origen o bastardía y no por el color racial. Los pardos fueron desde la instauración de los Borbones en la Corona de España y en especial, del Monarca ilustrado Carlos III, ganando espacio en al sociedad colonial y en esas condiciones se puede afirmar que en la época inde-pendentista siendo libres no eran iguales a los blancos criollos. Jorge Conde dice que después de una Real Orden de 18 de marzo de 1773 de Carlos III: “El privilegio o fuero concedido a los pardos planteó un dilema especialmente escabroso que podría amenazar el orden social. Antes de la reforma militar, los negros y sus descendientes no eran importantes desde el punto de vista de la movilidad social. Ahora ampliado el fuero adquirió otro significado social y por tanto político. La Corona Española extendió a los pardos para igualarlos a los notables blancos y así tener equilibrada la balanza social y contener un potencial disruptivo. En sínte-sis el estatus del pardo fue mantenido sin importar las tensiones raciales y sociales, que ello podía suscitar” (Conde Calderón, Jorge. Ciudadanos de color y revolución de independencia o el itinerario de la pardocracia en el Caribe Colombiano. P. 111). La condición de pardo, era, en consecuencia, un estatus de privilegios, que en el momento de la independencia había logrado casi todos los derechos que tenían los blancos criollos menos uno el acceso a los Colegios Mayores (universidades), como se infiere de una solicitud de dispensa que en 1810 hizo el héroe pardo Pedro Romero, en beneficio de su hijo Mauricio que deseaba ingresar a los estudios superiores. Con la expedición de la Constitución de Cartagena de Indias de 1812, el estatus de Pardo quedo teóricamente suprimido, porque sus derechos se equipararon a los de los criollos. Sin embargo, quedó en pie, como se puede apreciar en el texto, la institu-ción de la esclavitud.

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condición, suponía para Cartagena de Indias el ejercicio de las siguientes atribuciones: a) manejo autónomo de las relaciones exteriores; b) capacidad de firmar tratados internacionalescon otrosEstados; c) el ejercicio del “derecho de legación”(acreditación y recepción de diplomáticos y cónsules) ; d)el derecho a que la comunidad internacional respetara sus fronterasylímitesterritoriales;e)lafacultaddehacerlaguerraydefirmarlapazcuandoloestimaraconveniente;f)elderechoa dar asilo en su territorio a los extranjeros y otorgarles cartas denaturalezasobrebasesdebuenaconducta;yg)elderechoaque las embarcaciones que enarbolaran su pabellón navegaran en espacios marítimos internacionales.

Por cierto, que fue precisamente esta ultima facultad conjuntamente con la de manejar las relaciones exteriores, la que llevó a las autoridades del Estado de Cartagena de Indias aotorgarpatentesdecorsoamarinosirregularescomoLaffite,Joly o Aury, de los que se tenían buenas referencias por sus actuaciones en defensa de las diversas causas patrióticas en Venezuela y el Golfo de México. Estos corsarios, entre 1812 y 1815, durante la primera República cartagenera y hasta el sitio de Morillo, navegaron enarbolando el pabellón de la ciudad, la misma cuadrilonga que conocemos hoy con sus colores rojo, amarillo, verde y blanco. Todos ellos eran de origen francés, y por ende, se constituían en una especie de

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avanzada revolucionaria en aguas del Caribe7, con lo cual se incurría de nuevo en una contradicción evidente respecto de los verdaderos intereses de la causa revolucionaria.

Germán Gutiérrez de Piñérez

7 Puesto el Estado de Cartagena de Indias frente a la perspectiva de vencer o morir, se-parado de España y abandonado de Santa Fé, y ante a la gravísima situación económica que suponía la escasez y el hambre, no le quedó a su administración recurso diferente que apelar al corso, que florecía desde el Mar Caribe hasta el Mar del Plata. Para ello, el canciller Ignacio Cavero procedió a contratar en algún lugar del Caribe a Jean Laffite, a quien otorgó patente de corso a comienzos de 1812. Laffite era un corsario de nacionalidad francesa (pro-bablemente de Saint-Malo) que se había desempeñado como “guardia de corps”, del mismo Napoleón pero que había terminado como pirata en el Caribe por una grave infracción mili-tar, probablemente un homicidio de un compañero. Laffite, que luego sería conocido como el “pirata del Golfo”, y ganar fama en las costas norteamericanas, a pesar de que alcanzó a hacer algunas correrías abanderado y con patente de corso de Cartagena de Indias, no tuvo una relación duradera con los gobernantes del nuevo Estado por lo que fue reemplazado en 1814 por otro francés y más tarde en 1814, por Louis Aury, también francés que se había destacado en Venezuela, cuando con otros aventureros de ese país se tomó la isla Amelia en la Florida y despojó temporalmente a los españoles del control territorial en la península norteamericana. Louis Aury llegó a Cartagena de Indias, en junio de 1813 y allí es armado con patente de corso por el gobernador Juan de Dios Amador y así comenzó a desempeñándose hasta que en 1815, le corresponde defender a la ciudad del propio Libertador Simón Bolívar en el mismo año, en su condición de “Comisionado de la Marina de Cartagena de Indias”. Durante el sitio de Pablo Morillo ayudó a los cartageneros a abandonar la ciudad en sus doce embarcaciones en dirección a Jamaica y Haití.

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Sin embargo, si bien por su condición, podía recibir la visita de personalidades extranjeras, no existen registros históricos de que en el corto periodo de independencia se hubiera recibido a embajador alguno. Pero, en cumplimiento de esa función, viajaron varias veces tanto a distintos puntos del Caribe como a Europa, para solicitar ayuda militar o económica, tanto el Canciller Ignacio Cavero, de origen mexicano como otros funcionarios gubernamentales. No cabe duda, que al momento de erigirse en Estado soberano e independiente y enviar al Canciller Cavero en una correría por varias naciones del Caribe (Jamaica, Haití, Santo Domingo, etc), el Estado de Cartagena tuvo el propósito consciente o inconsciente de ser un país soberano e independiente y presentarse como tal ante la comunidad internacional. Sin embargo, después durante la misma administración de Rodríguez Torices, funcionarios de menor rango llevaron esa representación ante la comunidad internacional, con lo cual pudieron ajustarse al principio pactista de Suárez o la novedosa “Teoría de la Retroversión de laSoberanía”,quedealgunamanera, significabaun regresoa los orígenes hispánicos y por tanto, se planteaba como una contradicción a la postura inicial del criollismo local8.8 La retroversión de la soberanía es una teoría, que surgió durante las guerras de indepen-dencia hispanoamericanas, según la cual la soberanía la tiene el pueblo que la hace radicar en cabeza del rey, y por tanto, cuando este falta regresa a aquel, que obtiene así el derecho de designar a nuevos gobernantes. La teoría fue planteada por el patriota argentino Juan José Castelli (1764 – 1812) durante la llamada “Revolución de Mayo”. La teoría de la retro-versión de la soberanía, tiene su origen en la filosofía política del jesuita español Francisco Suarez (1548 – 1617), y parte de que por ser las tierras americanas una posesión personal del rey de España solo él podía mandar en ellas lo cual justificaba que España y América tuvieran legislaciones diferenciadas. Los antiguos tratadistas de derecho indiano sostenían que eran 2 reinos diferentes unidos bajo una Corona. Otros autores, sostienen que la “Teoría de la

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3. LA CONSTITUCIÓN DEL ESTADO DE CARTAGENA DE INDIAS

La expedición de una Constitución para Cartagena de Indias, era una necesidad inaplazable y sentida desde 1810, una vez que la dirigencia de la ciudad se dio cuenta de que de la mano de la Corona Española, habían pocas posibilidades de que las cosas cambiaran, porque las circunstancias conducían a distintos destinos y los intereses eran crecientemente menos coincidentes. Se sabe, que ya en 1811 del lado de los criollos moderados, la figura luminosa de José Ignacio de Pombo, había preparado un texto completo o parcial. Algo similar, se daba entre los radicales, que divulgaban en el periódico “El Argos Americano” su pensamiento, orientado por Manuel Rodríguez Torices y José Fernández de Madrid.

También se sabe, que de parte del mismo sector radical-liberal Ignacio Cavero y Germán Gutiérrez de Piñeres, prepararon su propio texto de constitución, que remitieron a José Ignacio De Pombo del sector Autonomista. Y en cuanto a los pardos,estosseñalaronafinesde1811queeranecesarialaexpedición de una Constitución y para tal efecto, plantearon algunos objetivos generales en defensa de sus tesis.

Retroversion de la Soberanía”, proviene del jusnaturalismo que promovió Hugo Grocio (1583 -1645), que en el siglo XVIII. Rousseau actualizó con su obra “El Contrato Social” (Gutiérrez Ardila, Daniel. La diplomacia constitutiva en el nuevo Reino de Granda 1810 -1816, p. 55).

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A mediados de 1811, la Junta de Cartagena era severamente criticada por amplios sectores de la población, porque a semejanza de lo que habían hecho los españoles concentraban el poder político en sus ramas ejecutiva, legislativa y judicial. Desde abril de ese año, el “Argos Americano” de Rodríguez Torices y FernándezMadrid, se refirió al tema en distintasocasiones y decía que era una necesidad inaplazable darse una Constitución.Alrespectodecía:“(…)conmirasamantenerlalibertad que ha logrado el pueblo de Cartagena y mantener el equilibrio entre poderes se propone urgentemente a la Suprema Junta se forme la Constitución provincial, para que separe los poderes legislativo, ejecutivo y judicial y que el pueblo sea admitido en las sesiones públicas del primero para recuperar el espíritupúblicoylaconfianza”9.

El sistema eleccionario, que se escogió para elegir los diputados para la Convención Constituyente de 1912, aun cuando no se conoce en detalle, se sabe que fue censitario, como era la costumbre de la época. Sin embargo, es curioso que personajes de la talla de José María García de Toledo, con todo su arraigo popular, no pudieran ser elegidos por su ciudad de origen, Cartagena de Indias, sino por otra provincia.

Sobre el particular, dice León Echavarría: “Reunido el 21 de enero de 1812, la Gran Convención Constituyente en la sala

9 EL ARGOS AMERICANO. Julio 1 de 1811

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capitular del Palacio de Gobierno y primando en dicha asamblea el pensamiento y la política de los Piñéres, García de Toledo no fue elegido diputado por Cartagena. Y hubiera quedado por fuera de la Convención si el lejano departamento de Simití no lo hubiese elegido su diputado. Este es un hecho histórico en el que ningún historiógrafo ha reparado y que merece tenerse encuentaporsusignificaciónytrascendencia”10

Gabriel Gutiérrez de Piñérez

10 LEÓN ECHEVERRÍA, Mario. Semblanza del prócer y mártir José María García de Toledo. Página 54-55.

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Dice Conde: “Al hablar de libertad, los autonomistas la entendían como las libertades-privilegios de los antiguos cuerpos mientras los demagogos se referían a la de individuos iguales bajo una misma ley, (...). Por nación los primeros entendían el reino, una realidad heterogénea producto de la historia, los pueblos; para los segundos era “el pueblo”, unente homogéneo: el conjunto de los individuos asociados por un pacto social. Al hablar tales del “reino”, tal como lo iba acumulando una práctica política secular, mintras los segundos la piensan como un texto nuevo, que sería el pacto fundador de una nueva sociedad fundamentada en la razón.

En lo que ambos estaban de acuerdo, empleando términos modernos, era en la necesidad de una representación de la sociedad ante el Estado, pero diferían en la imagen de la sociedad representada: nación moderna formada por hombres libres para unos, nación antigua o reino formado por cuerpos para otros. Esta diferencia apareció cuando se trató de la composición y del voto de la representación del reino o de la nación. Los demagogos amantes de “las medidas revolucionarias” dominaban el pueblo, “la multitud”, y lo ponian en movimiento a su antojo, con un discurso deseparacióndefinitivadeEspaña.Fue loquehicieroncontralos autonomistas para que declarara la independencia absoluta y en la convención constituyente aprobaran una Constitución que “contenía las más avanzadas ideas liberales””11.11 CONDE CALDERÓN Jorge. Espacio, Sociedad y conflictos en la provincia de Cartagena 1740 - 1815. P 110-111.

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En medio de las dificultades que entrañaba su nueva vidajurídica autónoma y las deserciones políticas al interior de su territorio, los convencionistas se reunieron después de unas elecciones, que en algunos lugares no dejaron de ser cuestionadas,alparecerentreEneroyJuniode1812conelfinde debatir y redactar el texto de la Constitución del Estado de Cartagena de Indias.

Al interior de la Convención Constituyente a la que fueron convocados 36 pero solo asistieron 24 delegados, era posible identificar tres tendencias políticas claramente diferenciadase incluso hasta una cuarta tendencia. En las dos primeras, se convocaba la élite del criollismo y se dividían en: a) Radical o Piñerista, en la que posiblemente se alinearon los hermanos Germán, Vicente Celedonio y Gabriel Gutiérrez de Piñeres, Manuel Rodríguez Torices, José Ignacio Cavero, Manuel Marcelino Núñez, Vicente García, Manuel Carracedo y los curas Juan Fernández de Sotomayor Picón y Manuel Benito Revollo,entreotros;b)Autonomista Moderada o Toledista, que encabezaba José María García de Toledo junto a Juan de Dios Amador, Eusebio Canabal, Nicolás de Zubiría, José de Arrázola, Manuel Anguiano, Manuel Gnecco de Riveros, Luis José de Echegaray, los curas Juan Marimon y Tomás de AndrésTorres,autordelproyectoquefinalmenteserviríadebase para el debate en las diversas sesiones constituyentes, que probablemente conformaban la mayoría. Y c) Pardos,

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conformados por Pedro Romero, Remigio Márquez, Ignacio Muñoz y Cecilio Rojas, entre otros. Este era un grupo minoritario, pero con un propósito más homogéneo y por eso,seríafinalmenteelque inclinaría labalanzafrentea lasdiferencias ideológicas de los criollos.

Sin duda, el periodo de reunión de la Convención Constituyente coincidió con el mejor momento del movimiento pardo en todo el periodo de la primera República Cartagenera, no solo porque había podido liberarse de la égida del notablato local, sino también en la medida en que pudo apropiarse de buena parte del ideario liberal ilustrado, finalmenteplasmado en el articulado de la Constitución, especialmente porque el lenguaje performativo que generó dicho grupo terminó cambiando el imaginario de dependencia que ambos sectores del criollismo tenían y del cual no pudieron liberarsedefinitivamente12.

12 El concepto del lenguaje performativo fue concebido por John Austin un filósofo lin-güístico que lo ideó con referencia a su “Teoría de los actos de habla”. En tales condiciones, Austin llama “enunciado performativo”, al que no se limita a describir un hecho, sino que por ser expresado realiza el hecho, como en el caso del “verbo prometer”, en el que se describe pero también se realiza la acción. Pero, sin embargo, referido a la Teoría Política el concepto de performatividad discursiva fundamenta la hipótesis según la cual en la medida que se fue-ron desarrollando desde comienzos del Siglo XIX los conceptos de nación política y echando las bases del Estado liberal fue proyectándose, según Moyano, un “programa nacionaliza-dor”. Pero, simultáneamente el concepto de performatividad alcanza un segundo estadio de realización discursiva cuando los realizadores de dicho discurso se pusieron de acuerdo en la constitución del Estado nacional instituyendo el discurso único del Estado Liberal que confor-mó una literatura nacional que contribuyó a promover esa concepción (Moyano Marisa. La performatividad en los discursos fundacionales de la literatura nacional. P 2)

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Pero, siendo que entre los constituyentes había cuatro sacerdotes, cabe pensar que, independientemente, de sus inclinaciones políticas que en el clero de la época podían ser incluso contradictorias, coincidieron, generando una cuarta tendencia, en defensa de la religión católica, apostólica y romana. Esta terminaría siendo la del Estado, especialmente porque la percepción generalizada acusaba de masones a ciertos convencionistas, dado que su ideario parecía provenir de la cuestionada “Ruta de Nápoles”13.

El llamado Cura de Mompox, Pedro Fernández de Sotomayor refiriéndosealaConvenciónConstituyentede1812diceenuna carta: “aquella Asamblea la compusieron los hombres del mejor concepto en la providencia, que difícilmente se pueden reunir las luces en un gobierno que nacía, como lo fueron allí, que éramos muy señalados los eclesiásticos que obtuvimos representación; sin sueldo ni gratificación enninguno de los convencionistas, y que es, regular presumir se formaría de allí algún concepto cuando merecí presumirla 13 La ruta de Nápoles: “era una tendencia de la Ilustración que provenía de Italia y con-cretamente de Nápoles, cuyo principal representante, era el jurista Gaetano Filangieri, cuya principal obra la “Scenza” había sido ubicada por la Iglesia en el Índice. Estas listas las cono-cían en Cartagena, el dirigente José Ignacio Cavero y el obispo Custodio Díaz Merino quien se destacó por haberse opuesto a la Declaración de Independencia del 11 de Noviembre de 1811. Escobar Villegas y Maya Salazar dicen en su obra: “Detrás del enfrentamiento de aquellos hombres, el uno defensor del sistema eclesiástico y el otro civil y republicano, se vislumbran dos tipos de cultura política, dos manera de administrar justicia y de agenciar el poder, dos formas de control social y dos fundamentos divergentes de las leyes penales (…) Díaz Merino se sorprendía según Ignacio Cavero por “la abolición del santo oficio”, y por-que el nuevo gobierno actuaba “sin temer las penas de la Iglesia”. Por su parte, el hombre de Estado veía en las reacciones del clérigo una “conspiración de los inquisidores contra la soberanía popular rebelada” (Escobar Villegas, Juan C. y Maya Salazar, Adolfo. Ilustrados y republicanos, p.107).

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como prefecto en el segundo periodo de las elecciones de este encargo y después de él ser uno de los dos secretarios. En las elecciones en que debía concluir sus trabajos “La Convención se me destinó para la Cámara Legislativa, y en ella fui honrado con la subprefectura que debía presidir la sala segunda. Esta ocupación no me distrajo de mis deberes de párroco, en el año la regrese a Mompox por julio, en el 13 volví a la Cámara, por enero hasta junio”14.

Desgraciadamente, del debate no quedó constancia histórica porque no se conocen actas de las sesiones acaecidas entre enero y junio de 1812, pero de lo que no cabe duda es que esta debió ser una confrontación dialéctica agitada, dada la variedaddetemasqueeltextofinalmenterecogióenelquelos convencionistas se inclinaron finalmente por la formarepublicana federal. Es de suponer, que los constituyentes tuvieron para su examen no solo los proyectos que llevaron como documentos de trabajo, sino la Constitución de los Estados Unidos de América (1787), la Constitución de Haíti (1805), la primera de Latinoamérica y posiblemente el Estatuto de Bayona (1808), con el que Napoleón había llevado al poder como rey de España a su hermano José15, y 14 OCAMPO LOPEZ, Javier. El cura Juan Fernández de Sotomayor y Picón; catecismos de la independencia. p. 125.15 El Estatuto de Bayona, también conocido como Constitución de Bayona y en francés “Acte constitutionnel de L’Espagne”, fue una carta fundamental otorgada el 7 de julio de 1808 en la localidad francesa de ese nombre, que fue jurada por José I Bonaparte de España. El Estatuto proviene de la intervención napoleónica en España después de que 1808 se produjo el “Motín de Aranjuez” contra Carlos IV y su favorito Manuel Godoy. Esto llevó al rey Carlos IV a abdicar el trono en favor de su hijo Fernando VII. Sin embargo, Napoleón sacando par-

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hasta algunas actas de las Cortes de Cádiz16.

Finalmente, el 14 de junio de 1812, segundo de la independencia, se expide la Constitución del Estado de Cartagena de Indias, fijadaencarteleradelasdistintascallesdelaciudadypublicadaen la imprenta del ciudadano Diego Espinosa, cuyo original se tido de la situación de desorden en España, cuyos ejércitos ocupaban el país, convocó a una asamblea de notables en territorio francés.Allí después de conseguir la abdicación del padre rey y el hijo príncipe, Napoleón realizó una asamblea constituyente de la que salió la constitución conocida como Estatuto de Bayona, sin duda, la primera carta de esa naturaleza en España, que fue promulgada finalmente. El proyecto de Estatuto fue presentado por Napoleón a 65 diputados, la mayoría de ellos espa-ñoles, porque había algunos hispanoamericanos pero sólo se les permitió deliberar sobre su texto, pero no introducirle modificaciones de fondo. El Estatuto de Bayona, es, por supuesto, monárquico, viniendo como venía de Napoleón Bonaparte, pero con un marco constitucional, en la medida que establece las tres ramas del poder público: legislativo, ejecutivo y judicial, haciendo honor al pensamiento ilustrado en materia política. El Estatuto prevé una España confesional y unas cortes estamentales que recordaban a las del Antiguo Régimen y sus funciones no definían claramente su carácter legislativo. En cambio, el poder judicial, siendo nombrados los jueces por el rey mantenía cierta independencia porque se desenvolvía en varias instancias. También se creaba un Con-sejo de Estado que va a ser reproducido por distintas constituciones americanas entre ellas la de Cartagena.En las “Cortes” de Bayona estuvo presente Francisco Antonio Zea, colombiano de Medellín, quien actuó en representación de la Nueva Granada y por tanto de América y por esa razón, se convirtió además en el portavoz del grupo y en ese carácter, homenajeó al rey José Bona-parte (Pepe Botella).16 Las Cortes de Cádiz, abrieron sus sesiones el 24 de septiembre 1810 en el Teatro de La Isla de León (hoy San Fernando) de Cádiz, para posteriormente trasladarse a la Iglesia de San Felipe Neri en el propio Cádiz. Allí se reunieron los diputados seleccionados por el Decreto de 1810 tanto de la Península Ibérica como de los territorios americanos. Para las provincias españolas ocupadas por los franceses en la Península y para la insurgencia en Hispanoaméri-ca, se creó un sistema de suplencias según el cual se procedía a escoger a residentes de Cádiz que fueron originarios de la ciudad a la espera de que pudieran celebrase las elecciones de los principales.Las Cortes de Cádiz, estaban integradas por 300 diputados de los cuales cerca de 60 eran la-tinoamericanos y por supuesto, varios de ellos originarios del antiguo virreinato de la Nueva Granada. Entre las primeras ideas, que se plantearon y aprobaron al interior de las Cortes de Cádiz se encuentran dos de carácter fundamental como fueron: a) la libertad de imprenta y, b) la soberanía e inviolabilidad de los diputados. Poco tiempo después de su instalación, el 15 de octubre 1810 se decidió por las Cortes la igualdad de representación y derechos entre americanos y peninsulares y se dictó amnistía para aquellas personas encausadas que militaban en la insurgencia. Las primeras medidas de las cortes gaditanas, tuvieron en con-secuencia un carácter revolucionario que el paso del tiempo se encargó de minimizar una vez que el rey Fernando VII retornó al poder (Carreras Damas, Germán. La crisis estructural de las sociedades implantadas, p.6)

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conserva hasta hoy y por eso, es posible conocerla por internet en publicaciones tanto del Banco de la República como de la Universidad Nacional de Colombia.

La Constitución consta de un extenso preámbulo, aspecto por cierto original entre los de su tiempo, 400 normas recogidas en15títulosyunaconclusiónyllevalafirmadelPrefectodela Convención Constituyente, Remigio Márquez, así como del Presidente-Gobernador del Estado, Manuel Rodríguez Torices y de los delegatarios constituyentes por los Departamentos de Cartagena, Mompox, San Benito Abad, Tolú y Simití. Adicionalmente, la Constitución incorpora en su texto la llamada Acta Federal que remite a las normas del Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, adoptadas en el año inmediatamente anterior.

El articulado de la Constitución del Estado de Cartagena de Indias de 1812, consta de los siguientes títulos: a) De los derechos naturalesdelhombreysusdeberes;b)Delaformadegobiernoysusbases:c)DelaReligión;d)Delaconvencióngeneraldepoderes;e)Delpoderejecutivo;f)Delpoderlegislativo;g)Dela formaciónde las leyesysusanción;h)Delpoder judicial(del Senado Conservador), (de los tribunales de apelación y jueces de primera instancia), (de las municipalidades y jueces subalternos), (de algunas disposiciones relativas al poder judicialyalaadministracióndejusticia);i)Delaselecciones;j)

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Delafuerzaarmada;k)Deltesoropúblico;I)Delainstrucciónpública;II)Disposicionesvarias;m)Revisióndelaconstituciónysuspensióndesuimperioy;n)DelarepresentacióndelEstadoen el Congreso de la Nueva Granada.

4. EL IDEARIO DE LA CONSTITUCION DE CARTAGENA DE INDIAS DE 1812

La expedición de la Constitución del Estado de Cartagena de Indias supone la incorporación en su texto de una serie de conceptos nuevos inherentes a la Ilustración. Un primer aspecto, al que necesariamente debe hacerse referencia es el concepto de república, del que tanto se apropiaron los líderes políticos del Siglo XIX tanto de Europa como de América. En efecto, antes de la Revolución Francesa, fue el propio Juan Jacobo Rousseau, quienexplicócomoconcebíalarepública,alaquedefinecomoel “gobierno de las leyes”, sin que importe la forma de gobierno escogida (monárquica, aristocrática o democrática). Incluso, Rousseau concluye su análisis diciendo de la democracia que si hubiere un pueblo de dioses estos se gobernarían democráticamente y que tal forma de perfección no conviene a los hombres.

Al respecto, dice Abellan: “El concepto de república así entendido se convierte para Rousseau en la guía central para determinar el contenido de lo que él llama la “religión civil” del cuerpo político. Es precisamente el amor a las leyes el

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núcleo esencial de la actitud de los ciudadanos respecto de la república”17. Sieyes, coincide con Rousseau y Robespierre en que democracia y república no son sinónimos, pero agrega que para él la auténtica contraposición política se da entre un sistema autocrático y otro de representación y separación de poderes. Para Sieyes, la organización político constitucional enlaquenoexisterepresentaciónnopuedecalificarsecomolegitima, haciendo abstracción de la forma estatal seleccionada. Lo contrario, sería el despotismo y por tanto, la carencia de legitimidad, porque una Constitución para tener el carácter de tal no tiene porque ser monárquica o republicana, sino que su gobierno esté vinculado al principio de la representación.

Por eso, en la independencia de los Estados Unidos de América, las constituciones de los Estados que lo integraron fueron consideradas republicanas, porque garantizaban que el poder político se ejerciera conforme a las leyes, tal como lo afirmaronJohnAdamsyJamesMadison.Esteúltimo,decíaapropósitodeestetema:“(…)todoelpoderdelgobiernoenproyecto estará en manos de los representantes del pueblo. Estaeslaseguridadesencialy,despuésdetal,laúnicaeficazde los derechos y privilegios del pueblo que es asequible en la sociedad civil”18.

17 ABELLAN, Joaquín. Sobre el concepto de república en las décadas finales del Siglo XVIII, p.318 EL FEDERALISTA No. 51.

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Portada y primera página del primer ejemplar impreso de la Constitución del Estado de Cartagena de Indias.

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Los dirigentes cartageneros, como todos los de su época, maximizaban el concepto de república y minimizaban la democracia, porque en el fondo creían, tal como lo hicieron los revolucionarios franceses, que el pueblo no estaba preparado para ejercer el poder y por tanto, su papel debía limitarse al de conseguir la mejor representación de sus intereses19.

En el pensamiento de la élite cartagenera y desde otra perspectiva, en el de los “Pardos”, la formulación de conceptos como los de nación, representación o soberanía, estaba relacionado no solo conlasignificaciónqueestospudierantener,sinoademásconel hecho evidente de la abdicación forzada de la familia real españolaenbeneficiodeNapoleón,quegenerabadesconciertoinstitucional y entrañaba el rechazo de la dirigencia. Dice Guerra: “Con palabras diversas, nación, reino, pueblo, que indican por lo demás la coexistencia de imaginarios muy diversos, unos más tradicionales y otros más modernos, todos

19 Un connotado politólogo Ball decía que en el momento actual el concepto de república solo motiva a los historiadores del pensamiento político y en ningún caso a los politólogos y a los mismos actores políticos, lo que equivale a decir que el centro de gravedad del debate acerca del tema planteado por los clásicos de finales del Siglo XVIII y comienzos del XIX, se ha desplazado de la república a la democracia. En opinión de Ball, todavía perdura la tendencia a vincular la república a un elemento democrático de manera tal que en muchas de las discu-siones la república no está desligada conceptualmente de la democracia. Sobre el particular expresa Coleman: “El problema reside en que desde el punto de vista histórico la república como forma constitucional no es en modo alguno una democracia. En verdad, sucede justo lo contrario. La historia demuestra, que, con mucha frecuencia, la república no pretendía implicar activamente al pueblo en la legislación o en el gobierno. En la mayoría de los casos, simplemente se reclamaba del populus un consenso tácito respecto al gobierno o a la ley creada por otros. Por mi parte, estos nos son enunciados históricos, sino la definición propia de los tiempos en los que se usaba la constitución descrita, la res publica. Como veremos, en lo que sigue la república son por lo general gobiernos mixtos. Quien gobierne y quien legisle son las cuestiones a tener en cuenta aquí” (Coleman, Janet. El concepto de república. Comunidad mítica y continuidad real, p. 2)

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afirmanlosderechosdelacolectividadareasumirlasoberanía.Existen, ciertamente divergencias sobre la naturaleza de esa soberanía y acerca de cómo concebir la colectividad, pero, en la Francia revolucionaria y de modo muy diverso en Inglaterra, la proclamación de los derechos colectivos de la nación, de la soberanía colectiva, prima sobre la afirmaciónde los derechos individuales”20. Esta circunstancia, planteada por Guerra, quizá sirva para explicar por qué Cartagena de Indias se declara absolutamente independiente, a la manera de un sujeto internacional, pero simultáneamente busca asociarse con otras provincias del extinguido Nuevo Reino, con las que no comparte muchos ideales y que además de alguna manera, criticaban el papel protagónico que la ciudad disputaba con Bogotá en el contexto neogranadino.

Por eso, el debate sobre la naturaleza de la nación, de una centralidad indiscutible en la modernidad política, tiene en el mundo hispánico una dimensión suplementaria. En efecto, no se trata solo de un grupo integrado por una multiplicidad de fracciones debidamente jerarquizadas o de una asociación libre deindividuos,sinotambiéndedefinirsuestructurainstitucionaly territorial. Y es allí, donde asoman las principales diferencias entre españoles e hispanoamericanos porque los primeros, como es apenas obvio, imaginan a la Nación como un concepto unitario mientras que los segundos le atribuyen una naturaleza plural. Según 20 GUERRA, Francois Xavier. El soberano y su reino. Reflexiones sobre la génesis del ciuda-dano en América Latina, p. 4

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la primera cosmovisión, podía perfectamente identificarse a lanación con una abstracción y a los diputados como representantes generales, independientemente de cualquier derivación grupal o estamental, mientras que para los segundos, la visión plural hacía imperativa la conformación de distintos grupos, en la medida en que se concebía como algo concreto, es decir como un pacto entre distintos pueblos. De allí a la exigencia de un mayor número de representantes, que demandaban con justicia los criollos, no había sino un paso y esa sería, en el temprano siglo XIX, una gran dificultadpolíticaquesalvar.

Sobre el particular, insiste Guerra: “La centralidad de este problema entre las relaciones entre España y América y la persistencia de la visión americana de una nación plural es unelementoesencialdelosconflictosydebatesdeesaépoca.En este registro se sitúa la constante demanda americana de igualdadentrelosdoscontinentes,talcomosemanifiestaporun lado, en la reivindicación de los americanos de constituír juntas de gobiernos análogas a las españolas y, por otro, en el combate por la igualdad de representación en las instituciones centrales de la monarquía”21.

Las ideas que llevaron a la burguesía criolla en 1811, a declarar la independenciaabsolutadeEspaña,seidentificanatodololargoy ancho de su articulado, pero particularmente en el Preámbulo

21 Ibid. p. 6

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y se fundamentan en la naturaleza racional de la humanidad. El texto constitucional cartagenero dice al comienzo del Preámbulo: “Elobjetoyfindelainstitución,sostenimientoyadministraciónde todo gobierno, es asegurar la existencia del cuerpo político, proteger y proporcionar a los individuos que le componen el poder de gozar en paz y seguridad, de sus derechos naturales, y de los bienes de la vida”22.

En ese primer párrafo, hay conceptos que forman parte de lo que Todorov denominó el “espíritu de la Ilustración”, que recibieron elcréditodelgranmovimientointelectual,quetantainfluenciatuvo en las élites independentistas americanas y por supuesto, en Cartagena de Indias23. El concepto de cuerpo político, por ejemplo, es una noción que proviene de la antigüedad, según la concepción organicista que Platón planteó en la filosofíagriega. Al respecto, anota Martínez Otero: “El organicismo como modelo político se basa en una articulación de poderes que no se controlan entre sí, sino que cooperan y viven en concordancia, siguiendo la metáfora clásica del funcionamiento del cuerpo humano. El cuerpo político es un todo absoluto en el que están compenetradas unas partes con otras, y mantiene la salud en la medida en que todos los órganos desarrollan su funciónespecífica,laquesumismanaturalezaleconfiereparael bien del conjunto dentro de la armonía requerida24.

22 CONSTITUCIÓN DEL ESTADO DE CARTAGENA DE INDIAS. Preámbulo.23 TODOROV, Tzvetan. El Espíritu de la Ilustración, p. 2824 MARTINEZ OTERO, Sara. El cuerpo político, p. 3

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En el Siglo XIII, Santo Tomás de Aquino, el más destacado representante de la Escolástica, reelabora el concepto de “cuerpo político”,cuandoserefierealanaturalezaúnicayhumanaquetieneeintroduceensu“SummaTeológica”,lafiguradelreycomoagente de la justicia y así, el concepto se distancia del originario griego. De esa manera, la concepción medieval, según la cual, ya no se trata de que las distintas partes del cuerpo político sean recíprocas y se retroalimenten y, en consecuencia, se relacionen, sino que se vuelve unilateral porque depende exclusivamente del criterio del monarca. Por eso, el soberano es en esa época, el rey y nadie más. De aquí nace la “Teoría de los dos cuerpos del rey”, fundamento de la política medieval. La “Teoría de los dos cuerpos del rey”, que bien explica Kantorowicz, se basa, a su vez, en el dogma de la doble naturaleza de Cristo, el cuerpo físico, sometido al paso del tiempo, la enfermedad y la muerte y el cuerpo espiritual, inmortal y de perpetua salud. Para la teoría política de la época, dicha concepción es aplicable al Estado porque el rey puede morir, pero sus súbditos no. Por tanto, el cuerpo político jamás perece.

En el tema del “cuerpo político”, debe recordarse, con Koselleck, que después del “giro lingüístico” de los años ochentas, un concepto puede reunir la realidad de la experiencia histórica y la esquiva multiplicidad superpuesta de las relaciones teóricas y prácticas de un contexto, que solo se vuelve experienciable mediante el concepto mismo. Es decir, que el concepto de

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“cuerpo político” tiene un componente de performatividad indiscutible, tal como se dijo antes. En ese sentido, la historia conceptual no solo critica la retroproyección al pasado de los conceptos deudores del contexto, sino que atiende a lo que se ha ido agregando, no siempre bajo el mismo término.

Es decir, el concepto de “cuerpo político”, fundamenta el de soberanía y este a su vez al de nación, para terminar planteando la “Teoría de la soberanía nacional”. Es, en últimas, el debate que se dio entre los convencionistas de la Revolución Francesa y por supuesto, en el contexto de lo que debió ocurrir en la Asamblea Constituyente del Estado de Cartagena de Indias. Y así como enFrancia,Sieyesdeunlado,yCondorcet,delotro,justificaronuna postura ideológica, posiblemente ocurrió lo mismo entre los constituyentes cartageneros de 1812, con la diferencia de que en nuestro medio los delegados se pusieron de acuerdo y concertaronensutextounadefiniciónúnica.

El segundo párrafo de la Constitución del Estado de Cartagena de Indias de 1812 dice: “El cuerpo político se forma por la voluntaria asociacióndelosindividuos;esunpactosocialenquelatotalidaddel pueblo estipula con cada ciudadano, y cada ciudadano con la totalidad del pueblo, que todo será gobernado por ciertas leyes para el bien común”25. Es, en consecuencia, una noción de cuerpo político, republicana. El texto es una demostración palmaria de la

25 CONSTITUCIÓN DEL ESTADO DE CARTAGENA DE INDIAS. Preámbulo

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constitución de un Estado liberal burgués, basado en el individuo en su relación con el “cuerpo político”. Es, en ese sentido, la expresión de la razón, pero no de la mayoría, característica esencial de un Estado de Derecho, que ya Sieyes había planteado en 1789, pero que en los países latinoamericanos va a necesitar siglo y medio para ser reconocida.

Aeseaspecto,serefiereMaiz,cuandoafirmaqueadiferenciade lo que pensaba Kant en su postura eminentemente racional, Sieyesadoptaunenfoqueprecríticoporqueafirmaquelanaciónno es un ente de razón sino una colectividad humana concreta. Por eso, la razón precede en su opinión a la formación del Estado y se ubica en un Estado de naturaleza distanciándose de Rousseau y de Locke que pensaban lo contrario26.

El cuerpo político y el Estado, aluden al orden de la sociedad y aunque los dos suelen confundirse, es imperativo distinguirlos. En ese sentido, se puede decir que el cuerpo político o es el todo mientras que el Estado es una parte de él, si se quiere la más importante,peropartealfinyalcabo.Asílascosas,elcuerpopolítico que realiza la razón, es la más perfecta de las sociedades temporales y siendo una realidad concreta, creada por el hombre, tieneunatareaespecíficayenteramentehumana:realizarelbiencomún. Pero, además la primera condición para la existencia del cuerpo político, es la justicia, lo cual explica de cierta manera el

26 MAIZ, Ramón. La idea de razón en Sieyes, p.3

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por qué los constituyentes de 1812 dedicaron un prolijo espacio de cuatro secciones a la rama judicial.

En ese sentido, se subraya en el pensamiento liberal moderno que la Constitución de Cartagena de Indias de 1812 promue-ve, la irrevocable primacía del individuo como un ser racional creador del orden social. Esto significa un giro radical, quesupone una sociedad construída a partir de los individuos y no desdelasficcionescreadasporel,delascualeslamásimpor-tante es el Estado. La sociedad deja de ser, según la concep-ción escolástica, el orden estático y por tanto, inalterable para la acción humana para transformarse en el ente eminentemente dinámico que piensa la Ilustración.

Dicen Arriola y Bonilla: “De manera paulatina, la sociedad comenzó a considerarse como una construcción que se rea-lizaba desde los individuos y, más radicalmente, la legitimi-dad política de esa nueva concepción de sociedad comenzó también a imaginarse a partir de los individuos. La vieja legitimidad “descendente” que fundara la autoridad políti-ca (grosso modo de San Agustín en adelante) y que había organizado el feudalismo y prohijado el nacimiento de las monarquías nacionales y más tarde absolutistas, quedó pro-fundamente cuestionada”27.

27 ARRIOLA, Jonathan y BONILLA SAUS, Javier. Liberalismo e Ilustración, p. 9

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Adicionalmente, el Preámbulo de la Constitución del Estado deCartagenade1812serefierealosderechosnaturales,comose conocía a los derechos humanos de primera generación (civiles y políticos) en la época de la Revolución Francesa y consiguientemente, de los procesos independentistas, fundamentados como estaban en el jusnaturalismo. El lema de “libertad, igualdad y fraternidad”, que esboza la Revolución Francesa, simboliza la defensa de los derechos naturales que si bien continúan conservando la impronta tomista, comienzan en virtud del movimiento ilustrado, a adentrarse en el mundo secularquelailustraciónpromueveydefiende.

Y agrega el Preámbulo, en un nuevo fragmento: “Íntimamente persuadidos de estos principios fuera de los cuales no hay gobierno justo, legítimo ni estable, nosotros los representantes del pueblo de este Estado de Cartagena de Indias, por su libre elección, reunidos en Convención General con el grande objeto de constituir la forma de gobierno con que ha de establecerse, solidarizarse y dirigirse a losfinessocialesesteEstadonaciente,despuésdepropuestaspor nosotros y nuestros comitentes, los sentimientos del más vivo reconocimiento hacia el supremo legislador y árbitro del universo (…)”28. Es decir, los constituyentes reconocen que la posibilidad de un gobierno justo y legítimo radica en el respeto de los derechos naturales, porque son del pueblo y señalan que para ello, optaron por constituir como forma de gobierno la República.

28 CONSTITUCIÓN DEL ESTADO DE CARTAGENA. Preámbulo.

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Por otra parte, en la Constitución de Cartagena de 1812, pueden identificarsecomoenlaIlustracióntresideasfundamentales:a) Autonomía; b) Humanismo y; c) Universalidad. La autonomía, consiste en privilegiar las decisiones personales por encima de la autoridad ajena. Ese criterio, supone la vigencia de dos momentos: “critico”, libertador de toda tutela exterior y constructor de sentido, para imprimir ese algo que se quiere. En ese orden de ideas, la primera autonomía que se adquiere es la del conocimiento, que deriva, según la Ilustración, de la razón y la experiencia. Por eso, este movimiento intelectual apoyará la educación o instrucción pública, en todas sus formas. Pero además, defenderá la autonomía del pueblo y de la libertad del individuo respecto de todo poder estatal.

Dicen Castany y Pérez Leal: “La defensa de la autonomía tendrá importantes consecuencias políticas. De un lado, se defenderá la idea de que el origen de todo poder político debe estar en el pueblo (es el paso del “rey por la gracia de Dios” al “presidente porlagraciadelpueblo”);delotro,sedefenderálalibertaddelindividuo respecto de todo poder estatal, legítimo e ilegítimo en los límites de un ámbito privado que le es propio. Asimismo, para garantizar estas libertades se velará por el pluralismo y por elequilibriodelosdistintospoderes;sesecularizarálajusticia(solosepodráreprimireldelitonoespecado;sedefenderálaeducaciónobligatoria;lalibertaddeprensa)”29.

29 CASTANY PRADO, Bernat y PÉREZ LEAL, Pedro. Refundar la Ilustración, p. 36

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Pero,elidearioliberaldelaIlustración,tambiénsemanifiestaenel concepto de humanismo. Comenzaba a pensarse entonces, que el hombre no puede aguardar la muerte sin realizarse humanamente,conelfindeimprimirsentidoasuexistencia.Enese orden de ideas, la búsqueda de la felicidad reemplaza a la redención y por eso, el objetivo del Estado se orienta el bienestar de los individuos (giro antropocéntrico) y no al de conseguir en la existencia terrena una preparación para la vida eterna.

Y en cuanto, a la universalidad, comienza la Ilustración por promover, con base en el jusnaturalismo, que los seres humanos, por el hecho de serlo, tienen derechos inalienables. La universalidad, hace que el ejercicio de la libertad se reduzca, con el objeto de generar la exigencia de igualdad entre todos ellos y el consiguiente interés de una sociedad por otras sociedades distintas. Nacía así, la primera generación de derechos humanos y por consiguiente, el germen del pluriculturalismo actual.

Por último, la Constitución del Estado de Cartagena de Indias dedica a lo que denomina Instrucción Pública el Titulo XII, que en su artículo 1 comienza diciendo: “La difusión de las luces y los conocimientos útiles para todas las clases del Estado es uno de los primeros elementos de su consistencia y felicidad. El conocimiento y aprecio de los derechos del hombre y el odio consiguiente de la opresión y de la tiranía, son inseparables de la Instrucción Pública. Ella es, además,

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la que mejor iguala a todos los ciudadanos, les inculca y hace amable sus deberes, aumenta la propiedad individual y las riquezas del Estado, suaviza las costumbres y en gran manera las mejora, y previene los delitos, la que perfecciona el gobierno y la legislación”30.

La formulación que los constituyentes de 1812, hicieron de la “instrucción pública”, es el mejor ejemplo, de que las fuentes ilustradas de la élite cartagenera dela época provenían en buena parte de la propia España, y particularmente de su autor más representativo Gaspar Melchor de Jovellanos. Este intelectual es no solo un ilustrado, sino un promotor de la Ilustración. Si bien el término de “instrucción pública”, fue acuñado por el francésCondorcet,esJovellanosquizáselqueintentadefinirlocon la mayor exactitud. Para él la educación es un efecto dela instrucción y no al revés, sobre la base de que en su opinión el hombre se caracteriza por su facultad para ser instruído 30 CONSTITUCIÓN DEL ESTADO DE CARTAGENA DE INDIAS. Op cit.Los hombres del Siglo XVIII, creían que mediante el desarrollo material (crecimiento de la ciencia y la técnica) y el despliegue de las fuerzas espirituales de la ciudad (educación, cultura e historia) la humanidad podía alcanzar la felicidad.Rousseau decía que para poder alcanzar la felicidad se requería de la conjunción de tres elementos: a) salud corporal, o sea no estar enfermo; b) estado de libertad, es decir, no ser esclavo de nadie o estar impedido de hacerlo por la acción de alguna fuerza exterior y c) tener lo necesario para vivir, o sea, tener alimentación, vestido, albergue y capacidad para responder por sí mismo y por la familia que conformaba. En ese sentido, para los ilustrados el concepto de progreso podía sintetizarse en la marcha del hombre hacia la felicidad.En la actualidad, la felicidad es un derecho natural al que aspiran todos los seres humanos, pero ello es una conquista de la modernidad porque no siempre fue así. En las tragedias de la antigua Grecia, la felicidad era un regalo de los dioses. Por su parte, en Roma, la “felicitas” está relacionada con el preciado símbolo del “phallus”.Pero, la concepción moderna de Felicidad comienza con la ilustración, periodo en el cual comenzó a afirmarse que hombres y mujeres debían ser felices sin esperar al más allá y ese pensamiento fue establecido en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y en la Declaración de los derechos del Hombre de Francia.

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como único ser educable que existe porqué dispone de la razón. Además, en criterio de Jovellanos el hombre adquiere la instrucción por medio de dos fuentes del conocimiento, que son la observación y la comunicación, que afortunadamente adquiere no solo directamente sino por “herencia social” o legado de sus antepasados.

Señala el autor español, que por tanto, son objeto de instrucción aquellas verdades teóricas, pero también las verdades prácticas, y ambas se complementan. De ahí, que en su opinión, es necesario adentrarse en el estudio de disciplinas prácticas, de cuyos matices ni siquiera descarta del todo, a su propio saber, el derecho, que él denomina la ciencia de la legislación. Por esa razón, las ciencias útiles o prácticas se convirtieron en la época en el paradigma detodos los saberes, en la fuente de la ilustración31.

31 Gaspar Melchor de Jovellanos (1744 – 1814), escritor, jurista, economista y político es-pañol nacido en Gijón, en el seno de una familia noble, fue un verdadero exponente dela Ilustración, no solo de su país sino en general de Europa. Estudio filosofía en la Universidad de Oviedo, se graduó de abogado de la Universidad de Ávila en 1763. Luego, estudio becado en la Universidad de Alcalá, donde conoció a Cadalso y a Campomanes, representantes delas nuevas tendencias del pensamiento en España, en especial el último que llegaría a ser Minis-tro de Hacienda y creador de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, una institución representativa dela Ilustración.Jovellanos, recibió influencia muy fuerte, como lo revelan sus diarios, de Etienne de Condillac, en el empirismo de su pensamiento y sobre todo de Jean NicolásCaritat, Marques deCondorcet, en lo que se refiere al tema educativo y el desarrollo del espíritu humano. Pero, también conoce y lee a Rousseau, D´Alambert y Turgot, todos ellos franceses, sin olvidad a los ingleses Locke, Adam Smith, Payns y Godwin. Jovellanos, divulgó su influencia, cuando fue nombrado por el favorito Manuel Godoy como Ministro de Gracia y Justicia, desde cuya alta posición, intentó reformar la justicia y disminuir la influencia perniciosa de la Inquisición, haciendo honor a su talante liberal. Desgraciadamente, los avatares de la época lo impidieron y debió dejar el gobierno y ser reducido a prisión. Cuando accedió al gobierno José Bonaparte, tras el Motín de Aranjuez (6 de abril de 1808) fue invitado a formar parte de este, pero rechazó el ofrecimiento y por el contrario, representó a Asturias en el llamado “periodo juntista” en la llamada Junta Central que intentaba gobernar la atribulada España de la época bonapartista.

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La Instrucción Pública, según la concepción revolucionaria de la época, se relacionaba estrechamente con la noción de ciudadano porque este no puede darse sin que se implemente la primera. En ese sentido, para la dirigencia de la época la Instrucción Pública es la causa de la educación y no al revés. Además, el concepto de ciudadano iba de la mano con concepciones como el jusnaturalismo, al que se hizo referencia anteriormente y el utilitarismo que Bentham divulgaba para la época y que era la complementación económica de la felicidad a la que aspiraba la ciudadanía. La formulación de la Instrucción Pública fue planteada al Asamblea Francesa por el Marqués de Condorcet y constaba de distintas etapas que contemplaban todo lo que en aquel momento desde el punto de vista educativo se consideraba vital para el progreso32. En suma, la élite revolucionaria cartagenera y sus aliados populares se apropiaron de una serie de ideas inherentes a la intelectualidad de la época, tanto europea como americana, que se pueden resumir en el “Espíritu de la Ilustración”, alimentada por distintas vertientes, pero, que dado el carácter 32 El proyecto de Condorcet dividió la Instrucción Publica en 5 grados que son los siguien-tes: 1º) Escuela Primaria, que funcionarían en todas las poblaciones y que se encargaría de enseñar las bases del nuevo proyecto educativo; 2º) Escuela Secundaria, que funcionarían en las ciudades más importantes y se encargaría de enseñar la filosofía liberal y una aproxi-mación al conocimiento científico; 3º) Institutos, también en las ciudades como el anterior y cuya función es la de proveer el conocimiento para funcionarios públicos y para el desarrollo de la industria; 4º) Liceos, también como el anterior en las ciudades que divulgaría el cono-cimiento de las ciencias y las artes y; 5º) Sociedad Nacional, que también funcionaria en las ciudades y que se encargaría de profundizar en el conocimiento d el ciencias las artes y el perfeccionamiento de la razón humana para el desarrollo de la investigación. Vale la pena destacar, que en nuestro medio José Ignacio de Pombo planteaba a comienzos del Siglo XIX un proyecto similar que proponía se extendiera en todo el territorio de la Nueva Granada.

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eminentemente republicano algunos autores subsumen en lo que denominan el Derecho Natural y de Gentes, que comenzaba a abrirse paso en esa época.

DiceChiaramonte,refiriéndosealaModernidadolaIlustración:“Nos parece que la dificultad que entraña el problema seatenuaría si advirtiésemos que los criterios políticos que guiaban ojustificabanlaconductadelosparticipantesdeesahistorianoera tanto el resultado del remplazo de “anacrónicas lecturas”, impuestas por la dominación metropolitana mediante las de las nuevasfigurasdelfirmamentointelectualeuropeo,segúnunadelasinterpretacionestradicionales,niefectodelainfluenciade la neoescolástica española del Siglo XVI, como sostiene otra de esas interpretaciones. Ellas, en cambio, provenían de un conjunto de doctrinas, no homogéneas que desde antes de la independencia guiaban la enseñanza universitaria y sustentaban tanto la producción intelectual como el orden social en general, doctrinas comprendidas inicialmente bajo la denominación de “derecho natural y de gentes” y cuya presencia en la historia iberoamericana constitucional valoraba si continuásemos concibiéndola limitadamente, como solo un conjunto de la historia del derecho”33

Es decir, que no esposible calificar a la Ilustración comounmovimiento homogéneo, cuyas causas se justificaban por33 CHIARAMONTE, José Carlos. Fundamentos Jusnaturalista de los movimientos de independencia. Ensayo en libro las guerras de independencia en la América española, de Terán, Martha y Serrano, Marco Antonio, p.106

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las mismas razones ni derivaban de fuentes idénticas, sino, por el contrario, como un conjunto heterogéneo de vertientes de pensamiento liberal, cuyo saldo cultural presenta también sus carencias que en algunos aspectos el movimiento no pudo capitalizar, como en el caso delas libertades y de instituciones como la esclavitud. Al respecto, dice Bolufer: “En ese sentido, ha perdido crédito la imagen abiertamente positiva de la Ilustración en favor de una interpretación más matizada que trata de dar sentido tanto a sus “luces” como a sus “sombras”. Socorrida pero expresiva metáfora que ha sido adoptada por numerosas obras animadas de un espíritu revisionista (Jordenova y Hulme, 1990), para implicar aquellas zonas de la vida social e intelectual en las que los ideales de reforma y progresoprodujeronefectosescasosoparadójicos(…).

Ningúnestudiosobrecualquieraspectoespecificodelaculturadel Siglo XVIII puede sustraerse, pues, actualmente a las arenas movedizas del debate interpretativo sobre el sentido y alcance del movimiento ilustrado. En las nuevas orientaciones historiográficas, por una parte, el análisis filosófico de lailustración como un conjunto de principios e incluso un programa articulado se ha transformado para exigir el estudio también de las formas y espacios de producción cultural. Por otra parte, su valoración positiva (a veces proyección de las categorías del presente) como un discurso de la razón entendida en términos de libertad y progreso se ha visto cuestionada por

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lacríticapostmoderna,queinfluidaporFoucault,Horkheimery Adorno, la contempla, al contrario, como el discurso de poder con el que la burguesía trató de consolidar su ascenso social eimponersuvisióndelmundo,justificándoloennombredel“progreso“, la “razón” o la “felicidad””34. 5. CONCLUSIONES

De lo anteriormente expuesto, pueden extraerse las siguientes conclusiones:

a) Los convencionistas que elaboraron la Constitución del Estado de Cartagena de Indias, actuaron inspirados por el llamado “Espíritu de la Ilustración” e incorporaron en ella sus principios y valores más importantes derivados del derecho natural y de gentes.

b) La incorporación de sus principios y valores de la Ilustración, supone una cosmovisión renovada, que provenía de Europa, incluyendo a la propia España cuyos monarcas más recientes pertenecían a la corriente Ilustrada.

c) Para la redacción del texto de la Constitución de Cartagena, los convencionistas estuvieron posiblemente influidospor la Constitución de los Estados Unidos de América, la

34 BOLUFER, Mónica; BARONA, José Luis y otros. La ilustración y las ciencias. P45.

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Constitución de Haití y el Estatuto de Bayona y la Actas de la Constitución de Cádiz de 1812.

d) A pesar de que no se conocen actas de la Convención Constituyente, que se desarrolló entre enero y junio de 1812 en el texto se reflejan tres tendencias ideológicas:Radical, Autonomista y Movimiento Pardo, quereflejanmeridianamente, no solo el pensamiento de la elite cartagenera de la época, sino de un sector que había ganado espacio en la sociedad de la época.

e) En la Convención Constituyente de 1812, el clero jugó un papel determinante en la salvaguarda de la religión católica, por más que tuvieron distintas posturas políticas e incluso contradictorias.

f) Por la particular situación de caos económico en que se encontraba Cartagena de Indias, en el momento de declarar su independencia absoluta de la Corona española, su dirigencia vaciló entre constituirse en un Estado independiente o confederarse con otras regiones del país.

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